FANTASMA EN TU MENTE

De nuevo regresas a tu eclipse y yo de nuevo vago solo mi existencia por los muros del castillo, alma en pena condenada a no tocarte, como espíritu maldito que arrastra sus aullidos y quejidos cada noche, y aquí siempre es de noche.

Es el premio y es castigo el seducirte como nadie, el probarte, penetrarte, besarte y llorarte, acariciarte en solitario, acariciarme también solo, más aun solo, no poder por el contrario, privilegio de otros muchos que te saben, ni tan queridos ni tan deseados, verte y hablarte, tocarte y en verdad besarte, que ni tanto ya probarte tu sabor y tus aromas tan sensuales, tan sexuales.

Puede el servil camarero verte, sonreírte cuando pregunta, el portero saludarte incluso tocarte con sus dedos al entregarte un paquete, puede el desconocido recién introducido darte dos besos a la mejilla con un "encantado de conocerte" y yo, yo que te seduzco, que te ordeno y te acaricio en la mente con mis palabras, que te he sodomizado y bebido de tu sexo, que te hago el amor tan suave, tan a dentro, yo no puedo conocerte, maldita dimensión que no quiero.

Soy, no creas, caprichoso que todo lo quiere, que cuando algo ve que se le antoja, eso deseo, y tu, estrella de luz, picara niña traviesa, dulce y sensual hada de mi bosque encantado, seductora en potencia, ¿cómo no arrojar los juguetes a un lado al ver tan fantástico presente?, Yo lo quiero, me deshago en pataletas y rabio mi suerte.

¿Me comprendes ya mi musa, me comprendes un poquito? Quiero salir de este encierro, ser camarero sin seducirte, verte quiero, tocar un segundo tu cabello, y por más que lo intento, ser fantasma como en cuento, ocupar las almas de aquellos que a ti acceden, nada, vano intento, soy fantasma de la red, no de un cuento, fantasma en la pantalla, fantasma en tu mente, pero poder alguno tengo, maldita suerte.