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Por ser menor de edad...

en Jovencit@s

Bueno, hace tiempo publiqué mi primer relato en el que contaba la manera en la que perdí mi virginidad en manos de un policía. Ahora les quiero contar algo que me ocurrió hace algunos meses.

Fui con una amiga (Rosa) a un bar en el Centro de la ciudad, ambas somos menores de edad (16) por lo tanto no podíamos entrar si nos pedían las credenciales, pero de igual manera, nos animamos a ir. En esos lugares abundaban los hombres mayores, a los cuales nos gustaba mucho seducir para luego dejarlos calientes e irnos. Esa noche de sábado iba vestida con una falda muy corta negra, una blusa de tirantes lila y unas botas igualmente negras, además llevaba mi cabello lacio y negro suelto, me llegaba hasta los hombros, en realidad me veía muy bien para ir a cumplir con el objetivo.

Llegamos al lugar deseado y entramos sin ningún problema (no hubo revisión) y Rosa se dispuso a pedir una cerveza y como a mi no me gusta el alcohol, me conformé con un refresco de Cola. Sin tardar, buscamos a algunas "presas" para esa noche, y las encontramos: era un par de señores como de 40 años, los cuales nos veían y hablaban entre ellos. No pasó mucho tiempo para que se acercaran a nuestra mesa y los invitamos a sentarse, pidieron una cubeta y la plática comenzó. Preguntas tontas como nombres, ocupaciones, y eso, yo estaba ya impaciente y Rosa ni se diga. Ellos se llamaban Jorge (tenía el cabello rubio y unos ojos verdes muy lindos, era alto y delgado, pero en realidad no me parecía muy guapo), el otro se llamaba Francisco (era un poco gordo y con cabello y ojos café oscuros, no estaba tan mal) ambos eran comerciantes y estaban casados, lo cual emocionó a Rosa a la cual le encantan los hombres casados, a mí eso me da igual. El alcohol comenzó a correr por sus venas (como ya dije antes, yo no tomo) y Jorge comenzó a acariciarme las piernas, mientras Rosa y Francisco se fundían en un beso muy mojado (debo admitir que me estaba excitando). Así estuvimos un rato, Jorge y yo tocándonos y besándonos, mientras Francisco metía la mano entre las piernas de mi amiga, la cual ya comenzaba a pegar gemidos discretos (olvidé decirlo antes, pero estábamos en una zona "poco transitada" del bar, cerca de la Rockola). Como nos dieron ganas de bailar, les dije que iba a ir a cambiar monedas para la Rockola, mientras Rosa se disculpaba para ir al baño. No tardé mucho, y cuando regresé ya no estaba nadie en la mesa, pero seguían nuestras bolsas ahí (que por fortuna no se habían robado, y aún me parece de muy buena suerte jeje) así es que fui a buscar a Rosa a baño.

Y la encontré, pero no estaba sola, la muy condenada estaba hincada en el piso con la verga de Jorge en la boca y Francisco tumbado debajo de ella pegándole una mamada increíble, esto me puso súper cachonda y decidí que yo también quería entrar al juego, pero antes debía regresar por las bolsas (en la mía llevaba condones) y salí rápidamente a la mesa por ellas, y cuando ya iba de regreso al baño para tener mi diversión...un señor alto y muy guapo (cabello oscuro y unos ojos grandes y negros, la piel blanca y de facciones muy finas) me detuvo:

-Señorita, venga conmigo.

-Oiga, ¿pero por qué? qué le pasa, yo no he hecho nada, ya déjeme en paz- respondí yo muy molesta, por dios en el baño estaban dando una follada y yo ahí con ese idiota entreteniéndome.

-Bien, muéstreme su identificación.

"¡Rayos!" fue lo primero que pensé, y lo único, la verdad ya no supe qué hacer, así es que seguí al señor este hasta su oficina, el termor se apoderó de mi, juraba que le iban a llamar a mis padres o peor aún, a la policía, les juro que casi me muero del susto, a tal grado que la calentura se me bajó de un golpe jijiji. Bueno, como les decía, entramos a su oficina (resultó ser el dueño del bar) y me sentó delante de su escritorio, mientras él se colocaba enfrente de mí.

-Ya las había visto, a tí y a tu amiguita la que está en el baño cogiéndose a Jorge y a Francisco.

-Pero...¿cómo sabe usted eso?- estaba realmente impresionada, ya no podía más, iba a desmayarme.

-Jajaja, aquí tengo cámaras para ver lo que ocurre, pero no te preocupes, tu amiga no es a la única a la que he grabado cogiendo como loca, todos los días hay miles de cosas así, he visto de todo. Pero es sí, el hecho de que hayan entrado merece ser castigado.

-Por favor no haga nada, mejor nos vamos y ya, todo olvidado- yo siempre tan diplomática...

El señor este se paró de su lugar y se colocó detrás de mí. Me tomó de los hombros y susurró: "Todo se olvidará si me dejas hacerte mía, vamos, las chicas como tú ha eso vienen, ¿no? todas son unas zorritas". Antes de que yo pudiera responder, me había obligado a pararme y tomándome de las caderas, me llevó hasta un sillón que había ahí, en donde me recostó mientras delante de mí se quitaba la ropa, todita, pantalón, saco, camisa....todo todo todo y pude ver su miembro...¡era enorme! grandísimo y grueso, fácil de unos 25 cm. lo cual me escandalizó, ya que pensé que me iba a reventar. Luego de que ya estaba desnudo y con su pete totalmente tieso, me tomó de la cabeza mientras él se sentaba en el sillón y me lo metió a la boca...no cabía todo, era lógido, pero no me dejaba en paz, llegué a sentir ganas de vomitar y lo supuso, porque lo sacó y mejor me quitó la blusita, dejando que mis senos se notaran debajo del sostén, luego me levantó, y ya que yo estaba parada delante de él, bajó mi falda hasta el suelo, dejándome en sostén, tanga y botas...pero no por mucho tiempo, ya que me dijo que me las quitara (las botas). Así quedén en pura lencería delante de un hombre desnudo y deseoso de cojerme, pero esto ya me había comenzado a gustar, y se notaba, puesto que mi tanga ya se estaba mojando.

-Que linda eres, se nota tu juventud, pero al mismo tiempo se ve que ya tienes experiencia, ya no te hagas la inocente y chúpamela ahorita!

Yo muy obediente me hinqué y me la fui metiendo a la boca, no me entró toda, pero comencé a chupar lo que tenía dentro, sabía rico, estaba muy bueno ese tipo, y me encantó escuchar sus gemidos y sentir sus manos en mi cabeza, jalando mi cabello y gritando cosas como: "asi putita sigue chupando, ándale zorra devórala"; luego de una sesión de mamada, la sacó de mi boca y me acostó en el sillón, mientras él se colocaba de rodillas a un costado mío en el suelo, y con dos dedos me dió un masaje en el clítoris que nunca voy a olvidar...tuve dos orgasmos sin ser siquiera penetrada, con el puro manoseo circular que le estaba dando a mi clítoris, fue maravilloso, realmente lo hacía genial. Mis jugos mojaban hasta el sillón, y cuando estuve muy lubricada, se subió sobre mí y de un golpe me la metió toda! sí me dolió, pero con el mete-saca las cosas fueron cambiando, estaba realmente disfrutando de eso, él se movía como un degenerado, sin compasión, no le importaba que me doliera, estaba desatado, nada más sentía sus embestidas y oía sus gruñidos, mientras me besaba apasionadamente, llenando mi boca de su saliva, misma que me escurría, pero que me ponía a mil. Luego de un rato de estar así, me agarró muy fuerte de las caderas y giró, haciendo que ambos nos cayéramos al piso, y ahora estuve yo arriba de él, y comencé a cabalgarlo rápidamente, mientras él me pellizcaba los pezones, y luego los besaba y los mordía, yo ya no podía más, tuve otro orgasmo, mientras me retorcía del placer no me dejó en paz, siguió dándome "lo mío" hasta que él también terminó y me llenó de semen, que escurría junto con mis jugos por mis piernas.

Nos recostamos juntos, yo estaba muy adolorida de mi vagina, y preocupada porque no había usado condón (siempre me cuido de eso, pero esta vez ni cómo). No pasaron mi 10 minutos cuando él se había puesto de pie y se vistió, yo hice lo mismo, y cuando estuve de nuevo vestida, me dirigí hacia él (contemplaba por la ventana que daba para las mesas del bar).

-Entonces, ¿ya todo está bien?- le pregunté con una sonrisa pícara.

-Parece que tu amiga te está buscando- me respondió sin voltear a verme. Viéndolo de perfil se veía realmente muy guapo.

-Sí, mejor me voy- contesté, tomando las dos bolsas (la de Rosa y la mía). Cuando ya estaba por salir, me sujetó y me besó apasionadamente pero al mismo tiempo muy tierno.

-Espero volver a verte.

-Regresaré, en serio, pero siempre y cuando me dejes entrar- le guiñé el ojo y salí de ahí. Me encontré con Rosa y nos fuímos de ahí. Ninguna de las dos le pidió explicación a la otra de en dónde estaba, ahora solamente espero regresar para volver a verlo. Ah sí, su nombre es Pablo.