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Pintxo (1: El Molde)

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Pintxo: El Molde

Metió el dedo y comprobó que la masa todavía estaba caliente pero ya no hervía. Levanto la cazuela con una mano y con la otra palpo el molde, estaba en su sitio, listo para recibir la mezcla azucarada. Un delicioso bizcocho según la receta de mama, poco esponjoso, muy denso y de rápida solidificación.

Vertió el contenido lentamente para permitir que se fuera secando por el camino, con la otra mano iba retirando los excesos y ajustando a la forma del molde, evitando que se formaran grumos. Espero un minuto a que solidificara y acerco las manos con cuidado para retirar el bizcocho del molde sin romperlo.

Lentamente lo extrajo de una pieza del molde, era una copia perfecta, algo más gruesa y con unas rugosidades que carecía el original. La manoseo con cuidado, pero se tranquilizó, ya estaba dura, la receta de mama siempre dejaba los bizcochos duros como piedras.

Miro la base y comprobó que no habían quedado pelitos, entonces se giro y sonrió al hombre que permanecía sentado en la silla con las manos atadas a la espalda. Apoyo el bizcocho en un plato y se dirigió golosa hacia el rojo glande del hombre. Succionaba con los carrillos, la lengua trazaba círculos en la corona del pene y de golpe lo engullía hasta la empuñadura, sus manos subían rápido, arriba y abajo marcando una cadencia acelerada.

Empezó a succionarle los testículos mientras masajeaba a ritmo frenético toldo lo largo de su polla. En cuanto noto la presión de la acuciante acometida cogió el plato y apunto con frialdad. El miembro descargo todo su contenido.

Acerco su boca al oído y susurro : Ahora cariño, vas a probar tu propia polla.