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Mi cuñadita de 18

en Jovencit@s

Todo inicia al conocer a Maggy, por casualidad de la vida, una chica de 19 años y pronto empezamos a salir juntos, me buscaba algunas veces al trabajo y todo era mucho sexo antes de llevarla a su casa; ella vivía solo con su hijo de 1 año y su hermana de 18 años May, sus padres vivían en otra ciudad y ellas los visitaban con alguna regularidad. Maggy es una muchacha promedio con buenas nalgas, cinturita y unos grandes senos, pero su pequeña hermanita May estaba como preparándose para un concurso de Miss Reff en el futuro, tenía unos muslos que contorneaban bajando sus grandes glúteos, un abdomen que parecía esculpido, pero lo más llamativo eran sus grandes senos que cualquiera pensaría que estaba amamantando a un bebé, todo ello contrastaba con su carita angelical y muy hermosa con una tez ligeramente morena clara, ojos cafés, labios pequeños y sensuales y cabello rizado.

Al inicio vi su hermosura como algo natural, tenía solo una cuñadita muy buena, aunque algunas veces que iba y no estaba Maggy me decía que había soñado conmigo, que si me gustaba su hermana, que como le quedaba cierta ropa que tuviera en ese momento, entre otras cosas, pero cierto día fui a casa y solamente estaba May:

May- Hola Al, Maggy se fue donde mis papás y viene mañana, yo no tenia deseos de ir y me quedé, si deseas puedes pasar.

Serían como las 9:00pm y ya estaba en un bata de dormir blanca casi transparente, al pasar pude ver como se veían claramente sus senos bien parados sobre la bata y una diminuta tanga que me dejaban muy poco a la imaginación.

Al- Oye, veo que sigues los pasos de tu hermana y tienes un cuerpo muy lindo.

May- Tu crees?

Al- (por primera vez la sentí con una mirada coqueta y deseos de mostrarme lo que ella tenía), claro que sí, de haberte conocido a ti antes quizás estaría saliendo contigo y no con Maggy.

May- jajajajajaja que gracioso eres, pero no creo que te hubieras interesado en una chiquillita como yo.

Al- chiquillita de edad porque de cuerpo veo que no

May- Al te molestas si te pido algo.

Al- claro que no, lo que quieras.

May- es que mi hermana me ha contado como le das masajes en la espalda y lo rico que es, me darías unos a mí? es que tengo varios días con un dolor en el cuello y la espalda.

Al- Seguro, pero debes acostar boca abajo y estas cómoda.

May- entonces vamos a mi recámara, ahí estaré mas cómoda.

Ya para entonces yo estaba a mil, lo que podía ser muy evidente sobre mi pantalón y procuraba que May se percatara de ello. Así pase a su recámara, ella me dio un aceite de bebé para que la frotara y se fue acostando dejando ese culito parado hacia mí sin la mayor pena. Le dije que debía subirse la bata, a lo que asintió y se la subió hasta los hombros sin quitársela y tomó una posición cómoda boca abajo.

Inicié con masajes superficiales y luego profundos (tengo experiencia en ello) y al frotarle los hombros le dije que la bata me incomodaba por lo que se la quitó de un solo tirón, sólo me decía lo rico que sentía y relajada que estaba, que imaginaba lo bien que la pasaba su hermana conmigo.

Así continué con los masajes hasta que me enfoque a sus lindas y duras nalgas fui bajando su tanga lentamente hasta los muslos y así iba acariciando sus muslos suavemente, note como ella abrió sus piernas y poco a poco me fui subiendo por la parte interna de los muslos hasta que llegue a su vulva que para entonces estaba completamente empapada y yo que para entonces tenía la verga que me quería romper el pantalón.

May- que rico se siente eso que haces.

Al- verás que solo es el comienzo.

Lentamente le saqué la tanga y me desvestí rápidamente, ella estaba cual niña dormida, pero esperando lo que yo haría a continuación, sin decir una palabra.

Así ella totalmente desnuda acostada boca abajo empecé besándole el cuello bajando la espalda y su duras y respingonas nalgas, sus gemidos pasaron a ser casi orgásmicos.

Lentamente le introduje los dedos en su vagina toda chorreada para ese momento y así le pude producir al menos dos orgasmos tan violentos que se colocó la almohada en la boca por los gritos que ya eran muy fuertes.

En ese momento me acomodé encima de ella y lentamente la fui penetrando, tomando un alto luego de introducirle toda la cabeza del pene, así poco a poco me fui abriendo paso en esa vagina cerradita, empapada de jugos vaginales hasta que ya casi habiéndola penetrado toda hice un movimiento brusco y le inserté toda la verga hasta el fondo; ella dio un alarido de gusto que hasta levanto la cabeza diciéndome lo rico que lo estaba sintiendo.

En esa pose, yo detrás de ella, estuvimos por un buen rato, luego la viré y entonces fue cuando empecé a besar esos hermosos senos inmensos y duros, ante sus movimientos convulsivos y gemidos de satisfacción.

La penetré luego de un rato de solo besar y acariciar sus senos y sentí como si fuera la primera penetración, igual ella se colocaba la almohada para no hacer tanto ruido con sus ya excitantes gemidos y gritos.

Luego me acosté en la cama y la coloque sobre mi, y ella tomó mi pene y se lo introdujo lentamente, su inexperiencia se notó al no saber como moverse sobre mí, por lo que le coloque las rodillas en mis costados y la levanté por su hermoso culito para hacer mejores arremetidas, de esa forma sentí como tuvo otros dos violentos orgasmos y al sentir que ya yo terminaba, la viré nuevamente para echarle toda mi leche sobre su abdomen.

Luego de ello me acosté sobre ella.

Al- te gustaron los masajes

May- dime a quien no le gustaría eso que me acabas de hacer.

Al- me da gusto saber que te sientes bien por eso.

May- sabes, siempre me has llamado la atención, pero como andas con mi hermana no me atrevía a insinuarme por temor a que se lo dijeras a ella.

Al- entonces este será nuestro secreto.

May- claro que será nuestro secreto.

Al- quieres bañarte conmigo?

May- claro vamos….

Les cuento brevemente que nos bañamos y les tengo pendiente lo que ocurrió en el baño que es digno de contar.

Después de ese día las cosas cambiaron con Maggy, quien casi no me llamaba y veía muy poco, según May, era porque estaba regresando con el papá de su hijo, Aunque ya no he vuelto a tener sexo con ninguna de las dos después de aquella ocasión.

El relato es real, las imágenes sólo son ilustrativas, para darle color.