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Un poco de ternura

en Jovencit@s

Recuerdo muy bien la primera vez que hice el amor, fue con él y fue hermoso. Nunca creí que pasaría así ni mucho menos en un momento tan inoportuno.

Debo mencionar que él es alto y posee unos labios hermosos además de unos ojos que me invitan a pecar con tan solo una mirada. Unas manos dignas de las caricias sobre mi piel y en términos generales mmmmm un pene que me vuelve loca.

En cuanto a mí, pues yo soy un poco alta, de piel morena clara, ojos cafés de mirada lasciva, labios bien carnositos. Bueno yo soy una chica con cara de ángel y cuerpo de tentación… (O eso suele decirme).

Si no mal recuerdo tenía solo una semana que por primera vez en mi vida había practicado sexo oral, solo sé que el momento se dio. Yo lo tenía junto mío en la azotea de mi casa y en verdad me cuestioné cómo sería eso? a qué sabría su semen?, cómo lo tomaría él?. Así que como seductora que soy me acerqué hacía su cara, él tenía una pierna flexionada y otra estirada, me acomodé de tal modo que mi sexo quedó justo en su pierna extendida, lo tomé de la cara y lo besé de la forma más cautivadora posible…su cara me denotaba deseo y yo para fingir ingenuidad bajé poco a poco mis manos alrededor de su pierna extendida, de modo que mi cara quedó justo al lado de su pene, que para ese entonces ya se veía inquieto. Volteé a verlo en signo de qué deseaba, y me dijo algo que no esperaba. Me miró fijamente de un modo sumamente sexy y me dijo ¿Quieres?, no pudé evitar que mi cara denotara un poco de asombro y más por que casi en seguida de decírmelo sacó a su querido amigo que se encontraba a tan solo unos centímetros de mi cara. Entonces, lo guardó y me retó diciéndome que no me atrevería;a lo cual yo misma lo saqué y acerqué a mi boca, cerré los ojos por que no tenía ni idea de cómo hacerlo, por más que trataba de recordar lo que había leído al respecto no me quedaba claro, lo quería hacer muy bien, no vi su rostro pero sin duda no lo esperaba; de este modo comencé a besar ese pene que me parecía una parte de su cuerpo muy distinta. no sabía como tomarlo; intenté dejarme llevar en cuanto escuché sus quedos gemidos, fue delicioso…tenía su pene siendo consentido por mi boca, pero en la posición que estaba al inicio me tocaba los senos de un modo riquísimo, después dejó de hacerlo pero por dar embestidas en mi pequeña boca movía sus piernas y rozaba mi sexo, lo cual me puso súper caliente y mmmmm solo quería escuchar a mi bebe gemir más y más.

Cuando explotó fue riquísimo, sentí como un pequeño chorro de semen entraba en mi boca, yo como pequeño tigre deseaba probar ese líquido vital y tan asediado, al degustarlo pudé sentir una satisfacción de lo más rica, es como el premio, un dulce sin igual y muy erótico que te deja con ganas de hacerle todo a tu pareja.

Después de dicha semana, la oportunidad para que él probará de mi éxtasis llegó, el día de la despedida para los chavos de bachillerato teníamos permiso para faltar, pero en vez de decirle eso a nuestros papás, fuimos todo normal y nos escapamos al cine. Ya en el cine nos tocó la mala suerte de encontrar a más fundachos y solo queríamos deshacernos de ellos. En la sala, comencé a tocar a mi Fer y lo logré distraer de la película, incluso le practiqué sexo oral, luego fue su turno y me hizó quitarme mi licra y calzones, me sentía muy nerviosa; él en cuanto pudó se hincó en el suelo delante de mí, abrió mis piernas y llegó hasta mi sexo, dio con mi abultado clítoris y como pequeño gatito comenzó a lamerme, cuando lo hacía con más presión me gustaba más, comencé a soltar gemiditos y él se empeñaba en su labor, pero decía que se le acababa la saliva;en eso se sentó de nuevo en su lugar y me propuso que hiciéramos el amor, yo estaba tan mansa cómo suelo ser caliente, que le dije que si y saqué los condones que había robado de mi papá, no tardó nada en ponérselo e hincarse delante de mí. No puedo describir sensación más maravillosa; en cuanto su pene dirigido por su mano encontró mi vagina, se introdujo del modo más exquisito posible, yo podía sentir como cada centímetro de ese pene entraba en mi vagina que se sentía sumamente sellada, recuerdo que los dos gemimos del placer que sentíamos; fue entonces cuando mi dulce niño se volvía loco y con la fiereza de un hombre, comenzó a embestirme y a retarme me decía ¿te gusta?, ¿quieres más?, ¿así de duro? dentro dentro!!!, yo solo hacía mi cuello hacía atrás y le pedía que lo hiciera más fuerte, más profundo decía uy qué rico!, así así mmmmm y miles de gemidos que parecían la gasolina de mi amante; mis piernas se abrían lo más que podían para abrazar sus piernas flexionadas, mis manos estaban recorriendo su espalda y mmmmm; todo era perfecto y en cuánto él llegó, saco su pene de mi vaginita y fue entonces cuando descubrí que yo necesitaba más de sus caricias, así que le pedí me volviera a hacer un oral y gustoso lo hizo. Después de esto yo solo sentía mi cuerpo muy distinto, como si las piernas estuvieran flotando, las sentía débiles; pero en cuanto él me abrazó, todo siguió siendo tan hermoso como antes pues sentí que en vez de perder las dos inocencias, dado que los dos éramos vírgenes, fue obtener el premio exquisito del amor puro, fue una caricia muy muy agradable.