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Mi primera experiencia, el comienzo de todo

en Jovencit@s

Bueno, uno de mis muchos amigos me pidió que publicara mis historias aquí, así que aunque no soy buena para escribir, voy a empezar a contar mi vida. Lo siento si decepciono a algunos, pero a mis 25 años tengo muchas historias que contar, y quiero contarlas tal cual fueron, sin mentir, ni exagerar, así que no esperen encontrar fantasías ni historias difíciles de creer, les voy a contar mis verdades y nada más.

Como se estila acá, primero me describo. Tengo 25 años, me llamo loreto, soy colombiana, estudiante universitaria, mido 1.68, soy delgada, nada espectacular, pero tengo lo mío, tetas razonablemente grandes y bastante separadas, culo más que aceptable, soy de piel blanca, pelo castaño claro y muy largo, desde los 17 años me depilo la concha entera, tengo los ojos marrones y los labios algo gruesos.

No sé por donde empezar, la verdad es que tengo fama de puta y no me importa, he pasado por muchísimas camas, carros, callejones, escritorios, etc, y no solo no me averguenzo, la verdad es que lo paso bien así, aunque a veces hay que soportar algo de violencia extrema y malos ratos, pero es parte de esta vida.

Voy a tratar de publicar mis historias regularmente. Ahora simplemente voy a empezar por el principio: cuando perdí la virginidad.

Cuando tenía 13 años no me había desarrollado mucho, la verdad. Apenas se me insinuaban las tetas y no había tenido mayor contacto con ningún hombre salvo algunas historias de niña que luego les voy a contar. No puedo decir que me hubiera masturbado, pero ya sentía rico cuando me tocaba la concha, sentía un cosquilleo rico y me mojaba entera con mucha facilidad.

Mi única experiencia sexual a esas alturas había sido con un compañero de curso, me llevó a un balcón en una fiesta y me manoseó un rato el culo, las incipientes tetas y la concha, y por mientras me daba besos (sin lengua) como excusa para tocarme entera. La verdad es que me calentó bastante, pero no pasó a mayores.

Un día me invitaron a una fiesta de los mayores del colegio, todos tenían 16 o 17 años, y después supe que yo le calentaba a uno de ellos y por eso me invitaron. Me costó mucho que me dieran permiso, pero me encantaba la idea. Esa fue la primera vez que tomaba alcohol, y como era previsible, por hacerme la grande terminé borracha. Uno de los tipos de la fiesta me llevó al baño a vomitar, y mientras estaba en cuatro patas, me punteaba con su verga durísima el culo con mucho descaro y me sujetaba el pelo, pero yo no estaba para reclamar.

Recuerdo que la puerta del baño estaba abierta, y los chicos se asomaban y se reían y le hacían señas, y el tipo se jactaba de tenerme así. Luego me llevó a una habitación que estaba oscurísima, me tendió en la cama y empezó a manosearme. Entre mi mareo y la calentura, obviamente no hice nada más que dejarme estar, y al poco rato ya me abrió las piernas y se puso encima pasándome una verga como piedra por la concha, encima de mis jeans.

Luego me subió la blusa y me empezó a chupar las tetas, levantándome el sostén, y al mismo tiempo me pasaba la mano con rudeza por la concha, y me desabrochó los pantalones, me los bajó, me sacó un zapato, luego el pantalón por esa pierna solamente, me corrío los calzones con una mano y sencillamente me reventó la concha de un vergazo seco, curo y hasta el fondo, con el que se me pasó la borrachera y me entró un miedo impresionante. Pero bueno, ya era tarde, me tuve que comer entera la verga que me dieron, y al final me hizo un favor el caliente ese, porque me dejó abierta y lista para todo lo que vendría.

Por lo menos no me acabó dentro, cuando iba a estallar me sacó la verga y me llenó de leche la barriga, la concha, las tetas y hasta el cuello. Obviamente luego se subió el cierre y se fue, feliz, dejándome así de abierta, rota y perforada.

Llegué a mi casa a las 5 de la mañana, apenas podía caminar. Pero bueno, fue el principio de muchas historias que les contaré si les interesa saberlas. Un beso a todos.