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Viajar ilustra

en Jovencit@s

Viajar ilustra.

Mi nombre es Vania y esto que les cuento me sucedió cuando contaba con tan solo 12 añitos de edad, ahora tengo 30 pero recuerdo claramente los hechos de esa tarde y no creo poder olvidarlos nunca ya que marcaron mi inició en las artes del amor, debo decirles que a esa edad yo era una pequeña como muchas otras, muy delgada, piernas largas, senos pequeñitos ya que apenas se me comenzaban a formar, piel blanca, carita alargada, una nariz respingadita, ojos color miel y cabellera lacia y larga hasta la mitad de mi espalda, en realidad no era nada del otro mundo pero tenía mi buen numero de seguidores en la escuela secundaría en la cual acababa de ingresar.

Todo comenzó cuando salimos de vacaciones, eran las vacaciones de diciembre que duran como veinte días, mis padres solo iba a poder disfrutar de una semana libre pero está sería hasta después del día 18 y yo ya estaba de vacaciones semana y media antes que ellos, como no querían que me aburriera en la casa me preguntaron si me quería ir a casa de mi tía Consuelo y que ellos me alcanzarían ahí cuando pudieran salir, ya en casa de mi tía se encontraban algunos de mis primos y no me iba a aburrir ya que además de los primos la playa queda a solo tres cuadras de la casa de mi tía. El único problema era el siguiente, mi tía vivé en el Puerto de Veracruz y yo vivo en la ciudad de México, el puerto queda a unas cinco horas por carretera y pues nadie me iba a poder acompañar durante el viaje y esto me daba un poco de miedo, pues nunca antes había salido sola de la casa y menos viajado tanto tiempo sin la compañía de mis padres.

Lo estuve pensando durante toda la noche después de que mis padres me lo propusieron, casi no pude dormir de estar imaginando cualquier cosa que me podría pasar, asaltos, choques, que me robaran a mí, que me dieran drogas... en fin, no pude dormir imaginando un sin fin de cosas pero ya por la mañana un poco más despejada de los malos pensamientos me decidí a decirles que si me gustaría irme a casa de mi tía. Hecho esto los preparativos comenzaron esa misma tarde, mi madre me ayudo a empacar mis cosas, trajes de baño, ropa ligera para el calor, bronceadores, lentes para el sol, toalla y cosas de aseo personal, salió de todo una pesada maleta que apenas y podía jalar, pero que ya hallaría la forma de mover por toda la terminal de autobuses y luego quien sabe como le haría para poder subirla al autobús. Mi padre pidió por teléfono la reservación para los boletos y después me informó que la salida era para dentro de dos días ya que había mucha gente y apenas y había podido alcanzar ese lugar ya que era una cancelación.

Esos mía se me hicieron largos y aburridos sola en la casa viendo la televisión o jugando en la computadora mientras que mis padres se iban a trabajar, estaba alegre de haberme decidido antes de ya no encontrar salidas pues de lo contrario la siguiente semana en casa hubiera sido tan o más aburrida que estos dos días; por fin se dio la fecha y muy temprano me puse de pie comenzar a prepararme, me bañe, me perfume y ya lista me encamine hasta el comedor en donde ya me esperaba un suculento desayuno. Mi madre y mi padre me hicieron algunas recomendaciones como que fuera prudente, que no me metiera en lo hondo, que me portara bien y le ayudara a mi tía etcétera, las mismas cosas que siempre dicen los padres. Mi padre salió a preparar el auto y ya como a eso de las siete de la mañana estábamos rumbo a la terminal de autobuses, mi madre se bajó junto con migo y me llevó hasta la sala de espera mientras que mi padre se despedía y se dirigía a su trabajo. Mamá me acompaño hasta que encontramos la sala de espera, luego me dio un papel con la dirección de mi tía y su teléfono por si me perdía, me dio dinero y el boleto de abordar, por fin llegó la hora y entonces nos despedimos, me encamine hasta el pasillo y entonces una bella edecán me indico cual era el autobús que tenía que abordar, también llamó a un joven para que acomodara mi maleta en la unidad y luego de esto aborde y busque mi asiento, este se encontraba casi hasta la parte trasera pero afortunadamente me quedaba el monitor justo en frente. El autobús comenzó a llenarse y al poco rato un señor alto y no muy feo se sentó a mi lado, también venía solo. Por fin la unidad arrancó y pude ver a mi madre parada en la sala de espera viendo cuando comenzaba a partir la unidad en que yo iba, poco después de cinco minutos de iniciada la marcha pusieron una película y me perdí en ella hasta que terminó, el señor de al lado ya iba profundamente dormido para esos momentos.

Pusieron entonces otra película y me dispuse a verla, en esas estaba pero no sé ni a que hora me quede profundamente dormida y no supe nada más hasta que alguien me comenzó a despertar.

Oye... despierta... oye... – me decían a la vez que me sacudían con calma.

Abrí los ojos y me pude percatar de que el autobús ya se encontraba vacío, entonces mire a la persona que me estaba despertando, era un hombre joven y con una cara agradable, me sonreía amablemente y cuando vio que reaccione se puso de pie.

¿Qué horas son...? ¿En donde estoy? – dije desconcertada.

Ya llegamos a Veracruz... pero no me había dado cuenta de que estaba aquí y pues ahorita ya estamos en el encierro. Son las tres de la tarde.

Me quede dormida... ¿y la terminal?

Bueno esa ya esta un poco retirada de aquí, llegamos, los pasajeros se bajaron y después de comer me vine para acá pero cuando ya me iba a bajar escuche un ronquido y fue cuando me di cuenta de que estaba aquí... ¿cómo te llamas?

Vania.

¿Para donde vas?

Vengo a casa de mi tía, queda en esta dirección. – le dije enseñándole el papel que mamá me había dado antes de partir.

¡Huy eso esta del otro lado del puerto! Si me dejas entregar unos papeles en la oficina en un rato te llevó hasta allá... ¿te parece?

Puedo tomar un taxi por aquí... para no molestarlo...

No creo, si quieres intentar a ver si pasa uno, pero aquí estamos en las orillas y no pasan muchos... – me dijo él viendo mi preocupación.

Me baje de la unidad junto con el operador que traía en las manos los papeles que iba a entregar y me indicó por donde salir, me ayudó a bajar mi maleta y entonces me encamine hasta la salida de ese terreno. Era verdad, por esa calle pasaban muy pocos carros y menos un taxi. Pensé en caminar hasta algún lugar más transitado pero al parecer este terreno estaba lejos de todo, se veía una carretera que se perdía a lo lejos y ni siquiera se veía una casa por aquí, solo árboles y del otro lado el mar.

No teniendo más salida me regresé al autobús que ya comenzaba a arrancar, cuando me vio el operador se detuvo y me abrió la puerta.

Ves, te dije que por aquí no pasa nada... pero no temas, mira ahorita vamos a la playa, aquí para lavar la unidad y después yo te llevó hasta cerca de esa dirección, al rato tengo que regresar a la ciudad de México... ¿te parece?

No quedándome otra opción aborde de nuevo la unidad, el hombre se bajó para ayudarme con la pesada maleta. Ya en marcha comenzamos a platicar.

¿Cuántos años tienes Vania?

12... ¿Y usted?

Yo tengo 36... pero no me hables de usted... me haces sentir viejo.

Esta bien... ¿cómo te llamas?

David... eres una nena muy hermosa... ¿tienes novio?

No...

Pero debes de tener muchos galanes ¿no?

Bueno pues eso si... ¿Oye es muy difícil manejar este camionzote?

Pues no mucho... ¿te gustaría intentarlo?

No como crees, me da miedo.

Estábamos en esa platica cuando vi como comenzaba a desviar el autobús hacia un camino de terracería, que nos llevaría hasta la playa en donde me había dicho que lavaría la unidad.

Bien por aquí vamos a lavar la unidad, no me tomara mucho tiempo... veras que es un lugar muy bonito.

Si quieres te ayudo a lavarlo, esta muy grande ¿no?

Veras que acabamos rápido, acepto tu ayuda... igual y hasta nos da tiempo de nadar un poco.

En verdad que el lugar era hermoso, una playa larga y solitaria, aunque las olas eran grandes, David detuvo el autobús en terreno a la orilla de la playa y luego de bajarnos sacó un par de cubetas y las fue a llenar a un pozo que había en el lugar, saco unos cepillos largos y comenzó a lavar uno de los costados del gran autobús, me enseño como debía de hacerlo y así entre platica y trabajó pronto terminamos, a decir verdad el autobús quedo muy limpio y nosotros todos mojados.

Vamos arriba a descansar un rato... no crees.

Si, esto si que cansa...

Nos subimos y nos sentamos en los asientos del frente, quedamos casi acostados abarcando los dos asientos. El en un costado y yo en el otro y podíamos vernos de frente.

¿Y ya te han besado tus novios?

Hay, no eso, no... ¿como crees?

¿Por qué? Si en verdad eres muy bonita.

Pues la verdad no sé... ¿Y tu? ¿Has tenido muchas novias?

Si la verdad muchas...

¿Y las besas?

Claro que si y no solo eso... también...

¿También que?

No nada... nada...

No me digas que se los haces...

¿Qué...?

Tú sabes... eso...

Ah... bueno... ¿tú ya lo has hecho...?

¡¡¡NO!!! ¿cómo crees?

¿Por qué? ¿no te gustaría probarlo?

Pues no sé...

Después de decir eso David se puso de pie y se acercó hasta mi lado, me hizo ponerme de pie y me beso en la boca, primero solo con los labios y luego comenzó a introducirme su lengua, pude notar su aliento con sabor a menta mientras que su lengua comenzaba a hurgar en mi boca... yo tenía mucho miedo y no sabía que hacer, solo me deje... sus grandes manos buscaron mis pequeños senos y los acarició por encima de la tela de mi mojada blusa.

Sentía que las piernas se me doblaban y todo mi cuerpo temblaba, nunca me habían hecho esto, tenía miedo pero a la vez algo me decía que me dejara llevar, no sabía trate de rechazar su beso en tres ocasiones pero el insistía y fue venciendo mi resistencia, su lengua hurgaba profundamente dentro de mi boca, se separó de mi y entonces me quiso quitar la blusa, yo la agarre para evitar que me la quitara, me tomo de las manos y me hizo que me sentara, luego el se sentó a mi lado, me vio a la cara.

Me gustas Vania... te voy a hacer algo rico... no tengas miedo... te va a gustar.

Yo ya no podía contestar, solo me le quedaba viendo, él se sacó la camisa y me dejo ver su torso desnudo y peludo, no muy musculoso pero si marcado. Me atrajo hacia él y nuevamente me volvió a besar en la boca, esta vez mis labios se abrieron involuntariamente a su caricia y respondí ofreciéndole mi lengua también, ahora las dos lenguas se enredaban dentro de mi boca y nuestros labios se untaban unos con otros; una de sus manos estaba acariciando mi larga cabellera mientras que con la otra buscaba una de mis tetas y la acariciaba delicadamente por encima de la tela, pude notar que mi pezón se comenzó a poner duro, mi respiración estaba también muy acelerada.

Nuevamente intentó quitarme la blusa y nuevamente me resistí pero en esta ocasión el puso sus manos en la parte del cuello y con fuerza tiró de ella hasta que la tela se rompió por la mitad y la desgarró desde arriba hasta abajo, pude ver que se notaba mi estomago de piel blanca y mi corpiño de color blanco con dibujos color rosa, tuve miedo pero no me pude mover, sus manos inmediatamente acariciaron mis dos senos una en cada uno de estos, lo hacia con suavidad y le daba a mis pezones pequeños pellizcos, entonces me quito la playera como si fuera una camisa, quede solo con mi corpiño y pude notar los pequeños montecitos de mis senos con sus pezones bien paraditos, se marcaban perfectamente en la tela, él volvió a apoderarse de mis dos bolitas y las acarició de igual modo, luego bajó sus manos por mi plano estomaguito y regresó hacia arriba, pero esta vez metió sus manos por debajo de la tela tocándome así directamente los pechos, fue levantando el corpiño conforme iba avanzando y mis pequeñas protuberancias fueron quedando a la vista.

Que hermosas son... ¿te gusta? Ya se te pararon los pezones... – me dijo viéndome directamente a la cara.

Yo no respondí, estaba completamente paralizada pero a la vez comenzaba a experimentar algo rico que aun no sabía que era. Sus manos por fin me retiraron el corpiño y esta vez no opuse resistencia, sabía que era inútil, quede desnuda de la parte de arriba, David se agacho y colocó sus labios sobre una de mis tetas, me la comenzó a mamar despacito, parecía estar disfrutando del sabor de mi piel, primero mi seno por todo el rededor y luego se fue acercado a mi pezón hasta atraparlo entre sus labios, lo lamió con su lengua y luego lo chupó delicadamente; yo sentía que el corazón se me iba a salir del pecho de lo fuerte que me golpeaba. Me perdí de pronto en las caricias que él me estaba proporcionando en los pechos, no supe que pasaba, solo me deje hacer, una de sus manos tomo la mía y la llevó hasta sus pantalones, inmediatamente sentí un gran palo que estaba debajo de la tela, con miedo y curiosidad envolví mi manita en torno a esa barra oculta, inmediatamente la volví a soltar y retire mi mano. Él se retiro un poco de mi teta.

No tengas miedo... te esta gustando... se ve... mira. – dijo sacándose los pantalones así sentado como estaba y dejándome ver su truza de color blanco bajo las cuales ya se marcaba bien su cosa. – agarrado... siente lo duro que esta y lo caliente que es... sin miedo.

Volvió a tomar mi manita y me la llevó hasta tocar la parte frontal de su calzoncillo, nuevamente volví a toar su cosa y volví a cerrar los dedos a su alrededor, esta vez no retire la mano, palpe la dura pieza que se escondía debajo de los calzoncillos, explore cautelosamente la larga barra y note como palpitaba de vez en cuando, además pude percibir el calor que esta tenía.

Bájame el calzón para que lo puedas ver... – dijo David arqueando su espalda sobre el respaldo del asiento y levantando las caderas para facilitarme su orden.

Con miedo tome el frente del elástico del calzón y lo jale, enseguida pude ver un gran tubo de carne con una cabeza de color púrpura que saltó cuando retire por completo el calzón de esa parte, era largo y grueso, en la parte de arriba estaba lleno de pelos enmarañados de color oscuro; David me tomó de nuevo la mano para colocarla ahora directamente sobre ese grueso tronco, lo agarre envolviéndolo ahora directamente, sin soltar mi mano el comenzó a moverla a lo largo del tubo desde arriba hasta abajo, así varias veces.

Sigue moviéndolo así nenita... se siente muy rico... sigue así...

Me dijo esto a la vez que soltaba mi mano, yo seguí entonces sus instrucciones y continué meneando mi manita por todo ese largo instrumento, nuevamente el se prendió de mis tetas mamando esta vez la otra, con sus manos buscó el botón que desabrochaba la cintura de mi pantalón de mezclilla y lo desabotonó, luego bajó el cierre y mis bragas de color rosa se asomaron, bajó un poquito el pantalón y me pidió que levantara mis caderas un poco, no quise pero el poniéndome sus manos por debajo logró jalar mi pantalón hasta que esté salió hasta mis rodillas. Mis bragas rosas quedaron entonces a su vista y mis piernas delgadas y blancas también. Sus manotas se pasearon por mi espalda y fue descendiendo directo hasta mis nalguitas, metió su mano por debajo de mis bragas y pasó uno de sus dedos por el canal que separa los cachetes de mis nalgas. Luego puso sus manos en los costados de mis bragas y de un fuerte tirón estas salieron con todo y que yo estaba sentada.

Que bonita esta tu conchita chiquita... no tienes todavía pelitos... que rica se ve...

Dijo él separándose de mis tetas y luego me volvió a besar en la boca, yo seguía teniendo miedo de lo que fuera a pasar pero a la vez quería que continuara esta situación, no sabía lo que me estaba pasando, era algo que nunca antes había sentido. David me hizo ponerme de pie y entonces me quito los zapatos y terminó de retirarme todas las prendas que estaban en mis piernas, quede completamente desnuda frente a este desconocido, luego él se paró y también se desnudo por completo, me sentó de nuevo en el asiento y se paró frente a mí, me jalo hasta que quede sentada solo a la orilla del cojín y me acerco su dura cosa que estaba completamente erecta y apuntándome directamente a la cara.

Bien Vania hermosa, te voy a enseñar como se debe de mamar una verga – dijo – ves la cabecita... dale un beso... vamos, sin miedo... te va a gustar... eso... muy bien chiquita... ahora abre grande tu boquita... bien, bien así... no la cierres... te voy a meter la cabecita completa... quiero que cuando este en tu boquita la chupes como si fuera una paleta... bien así... saca tu lengua y pásala por toda la cabecita... así, así... que rico nenita... te esta gustando ¿verdad?... – dije que si moviendo la cabeza – bien... sigue chupando, no dejes de metértela... bien, ahora mueve tu cabecita de adelante para atrás... trata de comértela toda... así muy bien, casi te entra toda... sigue así chiquita... agarra con tu manita las bolas y acarícialas despacito... bien que rico lo haces... sigue, así... así... ahorita va salir un poco de lechita... no te la saques... sigue chupándola... que rico... quiero que te tomes toda la lechita que salga, te va a saber un poco rara al principio... no tengas miedo... sigue... que rico mamita... me gustan tus tetitas... deja te las acaricio, que lindos están tus pezoncitos... ¿te gusta como te las acaricio...

Si... se siente rico... – dije por fin sacándome la verga de la boquita.

Que bueno que te gusta... chupas rico... sigue... muévete más rápido... ya casi te la tragas toda... que rica boquita tienes mi niña... me gustaría ser tu papi, te lo haría seguido preciosa... que bonita es tu carita y tu cabello... ¡¡¡Ho, si!!!... sigue... sigue... así... así, prepárate preciosa... ya, ya... ahí te van... ¡¡¡si, si que rico... Haaa!!!

Fue en ese momento en que comencé a sentir como de la punta de su gruesa cosa comenzaban a salir chorros de un liquido caliente y espeso, como él me había dicho el sabor era algo fuerte, trate de tragar lo más que pude pero era demasiado y tuve que sacarme su cosa de la boca para no ahogarme, trague una buena parte pero el resto se fue a estrellar en mi cara, uno, dos, tres chorros calientes me golpearon con fuerza el rostro y me bañaron, el semen estaba escurriendo por toda mi cara y caía pesadamente sobre mis pecho y mis piernas; David me estaba sujetando la cabeza con una mano y con la otra se movía la tranca de adelante para atrás frenéticamente hasta que la última gota de leche salió.

Que rico mi chiquita... no te imaginas lo que me has hecho gozar... ahora te tengo que devolver el favor... vas a saber lo rico que es... ya veras... ¿te gustó?

No sé... es algo raro... pero siento muy chistoso... – dije un poco nerviosa.

Bien es que todavía no sabes lo que se siente... pero ya veras.

Diciendo esto el me tomo del brazo y me puso de pie, luego levanto la codera de la mancuerna y me recostó de forma en que mi cabeza quedo sobre la codera del fondo y mis piernas estiradas hacia el pasillo, se hinco frente a mi y con sus manos me agarró por debajo de las rodillas, me hizo separar las piernas y colocó una sobre la codera y la otra abajo sobre el suelo, quede completamente despatarrada y mostrándole a el impúdicamente mi entrepierna, una de sus manos acarició delicadamente mi intimidad, pude sentir como restregaba toda mi rajada de arriba hasta abajo y luego con sus dos manos separó mis labios vaginales para observar el interior de mi cuevita.

Que bonito esta tu túnel, esta bien rosita... me gustan tus labios... ¿Te gusta como te acarició?... – yo solo moví mi cabeza en señal de si – que bien... me gustan las niñas como tu... ahora te voy a mamar tu conchita y vas a ver como te gusta más.

Se inclinó entre mis piernas y pude sentir como su aliento se iba acercando más y más hasta que pude sentir como sus labios me besaban la rajada, tomo cada uno de mis labios vaginales en su boca y chupó y lamió cada uno de estos, su lengua se arrastró a todo lo largo de la cavidad que se forma cuando los labios están cerrados y llegó hasta el botoncito que tengo en la parte de arriba de mi pepita, estuvo moviendo luego su lengua por largos minutos sobre este pequeño botoncito, las coquillas que me hacia eran tremendas, nunca antes había tocado ese botoncito pero esta vez no paraba de reír; David no se inmuto ante mi risa y continúo chupándome toda la rajadita, de repente comencé a sentir que algo me invadía mi culito, era uno de sus dedos que él comenzó a introducir por mi ano, era algo extraña la sensación pero no era desagradable, así se mantuvo por largos minutos y yo entonces note algo que nunca antes había sentido, mi panochita se comenzaba a mojar y un extraño pero rico cosquilleo me recorría el cuerpo.

Estoy sintiendo algo raro... creo que me voy a mojar...

Muy bien... no lo detengas... déjalo que salga... – me dijo separándose unos momentos de mi panochita.

¡¡¡Ah...!!! no puedo... no pudo más... me orino... me orino... ¡¡¡Ho...!!! si, si... que delicia... ¡¡¡Ahhhh!!! ¡¡¡ahhhh!!! No... no puedo.... Ayyyy... que rico se siente... más... más, más, más...

Fue algo realmente maravilloso, algo que nunca antes en mi vida me hubiera podido imaginar, algo indescriptible que me hizo perder la razón por completo y grite y gemí como nunca antes lo hice, abrí mis piernitas y me abandone por completo a aquel señor desconocido que me hacía estas extrañas cosas, sentía como mi rajada comenzaba a mojarse y mojarse y él se bebía todo lo que de mi salía, como yo lo había hecho antes con el, no imaginaba lo rico y extraordinario de esta sensación; me encanto, me fascino, quería más y estaba dispuesta a todo por sentir de nuevo ese goce que en poco segundos me había trasportado fuera de este mundo, sujete entonces su cabeza contra mi para evitar que se detuviera.

David comprendió enseguida lo que yo deseaba y nuevamente se dedicó a continuar con sus mamadas sobre mi concha, todavía sentía su dedo invadiendo mi túnel trasero pero ahora la sensación era diferente, mucho más agradable que antes. Su lengua siguió introduciéndose entre los labios de mi vagina y ahora lo trataba de hacer más profundamente, estaba ahora si sumamente excitada pero yo no sabía que era eso, deseaba solo más, él con su experiencia me seguía dando lengua en mi cuca húmeda, su lengua se fue a lamer nuevamente mi clítoris y fue solo cuestión de minutos para que de nueva cuenta mi cuerpo se comenzara a convulsionar presa de la misma extraordinaria sensación que antes me había invadido, mis caderas se comenzaron a mover de arriba para abajo en un loco frenesí mientras que mis manos sujetaban con fuerza la cabeza de David. Estallé de nuevo en un estrepitoso orgasmo que mi compañero se bebió en su totalidad, quede completamente agotada de tanta satisfacción, solo pude ver como él se levantaba viéndome ahí tirada y completamente abierta de piernas, con mi vagina húmeda por su saliva y mis jugos, mis pezones sumamente erectos y mi larga cabellera desaliña por los constantes movimientos de mi cabeza.

Veo que te encantó esto... – me dijo David.

Siiii... – dije con la voz completamente transformada por la excitación.

Todavía te falta lo mejor chiquita... ya veras...

Ya no puedo... estoy muy cansada...

No te preocupes descansa un poquito.

David me dejo descansar unos minutos pero continuó acariciándome todo mi cuerpecito desnudo y a su completa disposición, sus grandes manos se paseaban por mi cara, mi cabello, mi pecho, mi estomago, mis piernas y pies y mi panochita por supuesto. A mí ya se me estaba pasando el cansancio y me comenzaba a sentir nuevamente caliente, él lo noto y me tomo de las manos poniéndome de pie frente a él, nos besamos y esta vez ya no hubo dudas de mi parte, le metí mi lengua en su boca y jugué con la suya, mis manos se posaron en sus nalgas y se las acaricie como el hacía con las mías.

Cuando nos separamos me pidió que me hincara sobre el asiento y de espaldas a él, así lo hice y sus manos se apoderaron de mis tetas pero con el a mis espaldas, luego fueron bajando y me agarró la húmeda panochita, luego fue pasándolas a mis nalgas con las cuales jugó por algunos minutos, las subió por mi espalda y por último me tomó por los hombros y me comenzó a empinar hacia el frente, entendí lo que quería y entonces me empine dejando mis manos recargadas sobre el otro asiento, estaba ahora en cuatro patas como supe después y mi culito quedaba completamente expuesto a él al igual que mi vagina, metió sus manos entre mis piernas y me hizo separarlas un poco.

¿Ya tienes la menstruación? – preguntó.

No... aún no... ¿por qué?

Fue para la parte de enfrente y sacó de un botiquín un poco de crema que se puso en el pito y luego lo embarró por todo el tronco, luego regresó y se colocó detrás de mi, acaricio toda mi espalda y luego me acomodo el cabello de modo que caía por el costado izquierdo de mi cabeza, sus manos recorrieron toda mi columna vertebral provocándome estertores de placer y luego las colocó sobre mis nalgas y las acarició con gran golosidad, se inclinó y me besó cada uno de los glúteos y pasó su lengua por cada centímetro de mi piel, luego se volvió a incorporar y sujetó con sus manos mis caderas, pude sentir como su gruesa barra se acomodaba sobre los labios de mi panochita. Sentí como la punta de su barra hacía presión en mi conchita y una extraña sensación me invadía nuevamente, nunca antes había tenido nada dentro de mí y era algo extraña esta nueva sensación, el continuó empujando su daga dentro de mi pequeña y virgen cavidad hasta que de pronto sentí un intenso dolor que me hizo soltar un fuerte grito y contraje mis caderas haciendo que lo poco del nabo que me estaban clavando se saliera por completo.

Me dolió...

Si... no temas así es la primera vez... vamos a intentarlo de nuevo... ¿esta bien?

No... mejor no... – dije asustada.

Tranquila... relájate...

Nuevamente me sujetó de las caderas y acomodo su instrumento en mi entrada, yo tenía miedo y estaba tensa, esta vez el no intentó penetrarme sino que me restregó su pito por todo lo largo de mi rajadita, desde arriba hasta abajo la gruesa cabeza se paseo abriendo mis labios vaginales un poco, así lo estuvo haciendo por largos minutos hasta que nuevamente colocó su gruesa cabeza en la entrada de mi coñito, esta vez sin previo aviso dio un fuerte empujón en mis entrañas y sentí como me desgarraba por dentro, la verga se clavó solo hasta la mitad, yo grite y unas cuantas lagrimas escurrieron por mis mejillas; el dolor era fuertísimo y me recorría toda la espalda partiendo desde mi conchita, le grite que me la sacara que me dolía mucho pero el por el contrario me la sepultaba más y más.

Eso es preciosa... cómetela así... que rico aprietas chiquita, que rico... mira como se te abre la conchita... me encanta... ahora ya eres toda una mujercita... si tu quisieras tu papá te podría hacer esto cuando quieras... o tus hermanitos... también tus primos y tus novios... con tu panochita los vas a tener comiendo de tu manita... inténtalo cuando regreses a tu casa y vas a ver... imagínate a tu papá metiéndote su pito... mmm...

¿Crees que a él le gustaría? – dije imaginando a mi padre hacer lo mismo.

Claro... pero con cuidado... trata cuando estés sola con el pégale tu cuerpecito, sus cositas...

No sé...

Mientras que platicábamos el siguió empujándome su tubo dentro y yo ya me sentía completamente llena con ese tronco dentro de mi pero aun le faltaba un poco más, David comenzó a sacarlo lentamente e hizo que toda mi piel se erizara, luego volvió a empujar hasta el mismo sitió, así una y otra vez, el dolor fue pasando poco a poco y a los pocos minutos comencé a sentir el mismo calor que antes había experimentado con su lengua, era un poco diferente pues ahora tenía una gruesa tranca clavándome, sentía todo mi cuerpo llenó de ese grueso instrumento que entraba y salía sin misericordia de mi húmeda rajadita. Sus manos seguían aferradas a mis caderas y me movían junto con todo mi cuerpo para encontrarme con sus arremetidas, fuertes chasquidos se comenzaban a escuchar a la vez que mi vagina comenzaba a segregar más y más fluidos que ya me comenzaban a escurrir por entre las piernas, David seguía empujando y empujado su tranca que ahora sí ya entraba por completo en mi conchita, sus gemidos se comenzaron a mezclar con los míos y el calor fue en aumento hasta que de pronto sentí en mi interior algo caliente que me comenzaba a inundar, él gimió más fuerte y entonces supe que eran sus mocos, los que minutos antes me había tragado ahora me los estaba tirando dentro, llenándome la cavidad; al sentir su calor mi cuerpo también se rindió al gozo que él experimentaba y en fuertes convulsiones y estertores de mi cuerpo estalle en un intensísimo orgasmo que se unió al suyo, mis gritos de placer fueron intensos y se juntaron con mis gemidos haciendo imposible distinguir unos de otros, fue algo tremendamente intenso y devastador que me hizo flaquear y caí completamente agotada sobre el sillón del autobús, él también se salió de mi concha y se dejó caer en el otro asiento, así quedamos por más de veinte minutos, disfrutando de lo ocurrido y descansando a la vez.

Cuando nos pusimos de pie lo primero que hicimos fue besarnos y después me dijo que nos aseáramos con el agua del pozo, nos cambiamos de ropa y nos pusimos en marcha rumbo a la dirección que mi mamá me había dado, llegamos como en veinte minutos y David me preguntó si me había gustado lo que hicimos, por supuesto que le dije que si. Me dio su teléfono celular para que le hablara por si algún día quería repetirlo, me dejó justo frente a la casa de mi tía, me ayudo a bajar mi maleta y luego vi como el autobús se iba perdiendo entre las calles, la panochita me ardía y me costaba un poco de trabajo caminar, cuando el autobús se perdió por completo de mi vista toque el timbre de entrada, mi tía salió sorprendida de verme ahí parada en la entrada, me invitó a pasar y pude ver que ya había ahí varios primos que estaban jugando a las cartas entre risas y gritos, la tía me dio entonces un poco de refresco y algo de comer mientras me iba incorporando a los otros chicos, algo cambio dentro de mí a partir de ese día, no me traumó, por el contrarió me hizo más abierta y más inteligente en el trato para con el sexo opuesto, desde ese día pude conseguir de los hombres lo que yo quisiera.

Las vacaciones transcurrieron normalmente, el dolor de esa primera vez se me pasó a los dos días y la regla me bajo casi un año después, ese tiempo lo aproveche para que los hombres me cogieran sin temor a un embarazo, luego cuando la regla me bajó entonces lo comencé a hacer con condón... por supuesto que nunca más volví a ver a David pero lo recuerdo con un infinito amor y agradecimiento.

 

FIN

Mas de Cazzique

Belisa

Amanda

Odette

Las primas

Magnolia

Kimy

Alejandra

Kimberly

Ximena

Maite

Verónica

Tempranos inicios lésbicos (04)

La secta (32)

Tempranos inicios lésbicos (03)

Tempranos inicios lésbicos (02)

La secta (30)

Tempranos inicios lésbicos (01)

Una después de otra

La secta (26)

Junta vecinal

La farmacia

Nora y Paloma

Una tarde en el cine

La secta (19)

De regreso a casa

La marca de ese día

Vaya madrugada

La mejor amiga

Flavio, mi cuñado

El viaje

La secta (14)

La secta (11)

Reprobar historia

Laura

Aventón

La secta (07)

En un barco

La secta (05)

La secta (02)

Bajo el puente

Dos amigos (09)

Fiesta familiar (39)

Confesión

Fiesta familiar (35)

Miedo

Fiesta familiar (32)

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Sorpresas (03)

Marcela (04)

Fiesta familiar (26)

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Fiesta familiar (23)

Los ángeles de Charly (08: Italia)

Fiesta familar 24

Los ángeles de Charly (07: Italia)

Los ángeles de Charly (06: Erika y su mamá)

Los ángeles de Charly (05: Erika)

Sorpresas (02)

Los ángeles de Charly (04: Delia)

Los angeles de Charly (01: Lucrecia)

Los ángeles de Charly (03: Delia)

Los ángeles de Charly (02: Lucrecia)

Fiesta familiar (22)

Fiesta familiar (20)

Marcela (03)

Sorpresas

Fiesta familiar (19)

Fiesta familiar (18)

Fiesta familiar (17)

Fuga de casa a los 10

Fiesta familiar (16)

Fiesta familiar (15)

Marcela (02)

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Marcela (01)

Fiesta familiar (12)

Fiesta familiar (11)

Fiesta familiar (10)

Fiesta familiar (09)

Fiesta familiar (08)

Fiesta familiar (07)

Fiesta familiar (06)

Fiesta familiar (05)

Encuentros familiares (07)

Fiesta familiar (04)

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