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Inesperada Llegada

en Jovencit@s

Brenner Araust había recibido los honores mal altos en el Reino de Aldin. Cuando el príncipe de las tinieblas había amenazado con la completa destrucción de aquel pueblo, solo Brenner fue capaz de hacerle frente y detenerlo. Ahora, gozaba de un buen trabajo a las órdenes de la Realeza…viajaba de aquí para allá vigilando que ningún secuaz de las tinieblas pisara el suelo de Aldin.

Sin embargo…Brenner no se sentía satisfecho. Apenas era un joven de 22 años, pero parecía tener muchos más. Siempre iba triste y sentía que algo le faltaba en su vida. Pocas habían sido las veces que había estado con una mujer y tener una familia se veía todavía muy lejano.

Pero un día, mientras Brenner cabalgaba justo al caer noche a los lindes del reino, vió una extraña luz y luego una estrella fugaz tocar tierra. Intrigado, se acercó para ver qué era aquello y se sorprendió de encontrar a una pequeña niña, de unos 9 años con cabello castaño, dormida desnuda en el suelo.

"Brenner Araust" dijo una voz en la nada. Brenner sacó su espada pero no veía enemigo alguno. "Esta niña ha sido enviada a ti. No despertará hasta que levante el sol. Dale un hogar." Después de eso, Brenner ya no escuchó nada más. Sin más remedio, levantó en brazos a la niña y cabalgó de regreso a su casa en la ciudad, que no quedaba muy lejos.

Nadie le vió u oyó llegar con la niña. Entró en su habitación y la recostó sobre la cama. ¿qué sería lo que aquella voz quería? ¿Habría sido un dios o un demonio…o tal vez un hechicero…? Mientras se debatía por fin miró atentamente a la pequeña. Era hermosa…demasiado hermosa. Ni siquiera estaba formada como una mujer pero había algo en ella que comenzó a hacer latir el corazón de Brenner.

¿¡Qué diablos le estaba pasando!? ¡Pensar así de una niña!

Pero por más que miraba a otro lado, su sola prescencia en la misma habitación le volvía loco. Miró extasiado a la pequeña en la cama y acarició una suave pierna. La niña no parecía despertar por nada… ni el viaje a caballo había hecho efecto.

Algo se apoderó de Brenner en aquel instante y puso su mano derecha en la entrepierna de la chica. Comenzó a masajear suavemente toda la extensión de su vulva mientras que podía ver como las mejillas de la niña de ponían coloradas y su temperatura subía.

Rápidamente se lubricó la entrada y con sumo cuidado, Brenner puso su dedo indice en la entrada. Comenzó a moverlo, buscando una entrada, y aunque estaba apretada, poco a poco fue resbalando dentro de ella. Llegó entonces al himen. Brenner sacó el dedo y se bajó el pantalón. Estaba totalmente erecto y duro. Comenzó a mansturbarse y a pasar su pene alrededor de la entrada de la niña, lubricandolo. Estaba apunto de estallar, sentía que se quemaba por dentro.

Entonces puso la punta del pene en la entrada y fue entrando poco a poco, disfrutando cada milimetro que recorría. Rompió el himen pero la niña nisiquiera se alteró. De hecho su cara parecía demostrar algo de placer….pero aún seguí dormida. Brenner comenzó a meter y sacar rápidamente su pene, movía a la niña como si fuera una muñeca. Cuando estaba a punto de venirse , se la metió toda de golpe y los chorros de semen llenaron la estrecha vagina.

Brenner salió de ella y lo meditó un momento. Por alguna extraña razón estaba feliz. Miró a la niña y llegó a la conclusión de que se quedaría con ella…Pero estaba seguro que noches como esa no serían faciles. Había tenido la ventaja esa noche de que la pequeña estaba dormida y no despertaría. Pero después sería diferente. Decidió pensar eso luego…limpió a la niña, le puso un camisón que encontró por ahí en el armario y se echó a su lado.

La niña despertó al primer rayo de sol que entró por la ventana. Miró extrañada a su alrededor y vió a Brenner acostado junto a ella.

"Buenos días, hija" sonrió Brenner

"¿hija?" preguntó ella….parecía no entender aquél significado.

"Tu eres mi hija" afirmó Brenner

La niña sonrió y abrazó a joven por el cuello. "Papi!" exclamó.

"¿Te acuerdas cómo te llamas?" preguntó interesado Brenner, para saber si la niña tenía algún pasado. La pequeña le miró a los ojos desconcertada. Brenner acarició el cabello de la pequeña…debía ponerle un nombre. "Pues entonces serás mi Zhenia….Zhenia"

"Zhenia" repitió alegremente la chica.

Brenner no podía estar mas feliz. Le habían dado una niña con la mente totalmente en blanco, para que la moldeara cómo él quisiera. La levantó de la cama entre sus brazos. "Te voy a presentar a todos los sirvientes de la casa" y así salió del cuarto esperando tener otras noches como esa.