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Amor prohibido a la luz de la Luna Llena

en Interracial

Yo de un mundo y ella de otro… la diferencia entre nuestras vidas es extensa… en edad, cultura y raza nuestro amor está prohibido a toda alma perdida que se entera de lo nuestro. Subo al norte y ella baja al sur como en cada Luna llena a la que hicimos testigo y responsable de nuestros encuentros... es la única forma de encontrarnos sin vernos... el instante secreto en que nos vemos. Corriendo por ese bosque espeso con mi inquieto regalo al hombro refugiado a las sombras de nubes en crepúsculo rumbo a esa mansión abandonada en medio de la nada a la que hicimos nicho de nuestro amor prohibido, comienzo a percibir el aroma único de su perfume natural.

Apenas se oculta el día vuelo a nuestro rincón secreto. Como siempre llego antes que él, ya despojada de mis prendas preparo la cama y coloco las velas en su lugar, me dirijo a la ventana y a lo lejos diviso su figura acercándose rápidamente en ese sendero bordeado de árboles, las ansias me invaden…

Llego al pórtico de nuestro derruido nido de amor, miro arriba en la ventana y con mis ojos nublándose de la emoción veo su hermosa silueta… entro y subo eufórico las escaleras saltando ágilmente los escalones pisoteados por el tiempo…

Ahí entró… lo siento subir las escaleras, me paro a los pies de la cama y veo sus ojos flotar en el pasillo de las tinieblas, y sus pasos bajan gradualmente la velocidad hasta que llega al umbral de la puerta. Yace de pie ante mí, su cuerpo fornido, su enamorado rostro y como en todas las lunas llenas, nuestro banquete al hombro…

Ahí esta ella en toda su desnudez embriagándome de feromonas y su divino cuerpo adolescente iluminado por la luz de las velas… sus ojos miel resplandecientes, su sonrisa letal, su oscuro cabello lacio lloviendo sin imperfección sobre sus hombros, su tersa piel delineando sus agraciadas curvas, adornada con sus rozados pezones y su lampiño sexo ardiente…

Sin quitarme los ojos de encima encadena el regalo a una esquina, batalla con su ropa, vence y se yergue frente a mí, nos abrazamos y en un beso nos derrumbamos sobre la polvorienta cama matrimonial…

Comienzo a bajar y sin separar mis lujuriosos labios de su cuerpo paso entre los montes de sus pechos, donde fijan mis manos, donde juegan mis dedos, baila un poco mi lengua en su ombligo, aprieto sus pechos y mi aventurera boca baja a ese fogoso oasis en el que calmo mi sed con mi habilidosa lengua áspera. Pincelo lentamente, dibujo círculos, apreso su clítoris con mi labio superior y usando mi frenética lengua acribillo su ardiente vulva hasta que dejando escapar un canto de éxtasis total toma mis cabellos, me aprieta contra ella y mi boca se llena de ese cándido ámbar genital…

Ya gozando en su turno mi saliva abrillanta su sobreexcitado miembro, sin quitarle los ojos en llama lo apreso entre mis labios y lentamente lo voy absorbiendo. Chupo entre gemidos abrazándolo con mis colmillos y emprendo el subibaja que le arranca suspiros cada vez más acelerados hasta empacharme con dulces chorros de néctar ¡que delicia!

De nuevo enredamos nuestras extremidades y nos fundimos con besos apasionados, nos miramos profundamente a los ojos y entre caricias conversamos, hablamos de lo que hicimos desde la última luna llena, de cuanto nos extrañamos y de que cada vez se hace más larga la espera…

Después de muchos besos, halagos y caricias ya es hora de abrir el regalo, hay hambre y sed…

La dueña de mi amor se incorpora y camina sensualmente al presente que casé como todos los días a la lunas llena, lo trae a nuestro lecho, lo coloca sobre mi y usando sus afiladas uñas lo abre ruidosamente bañándome en ese calido vino dulce… mientras ella se dedica a "tomar del pico", ya abierta la caja me doy a la complicada tarea de sacar el dulce manjar…

MMmmmhhh Me estoy embriagando ¡que rico que está!... ya sacó el postre, lo coloca en su boca y me mira dulcemente como un cachorrito… tiro las inertes sobras a un costado, me siento de frente a él, nos envolvemos y en un goloso beso comenzamos a saborear, masticar y a enchastrarnos de su calido relleno que pinta nuestros labios, tiñe nuestros cuerpos y deleita nuestro paladar…

Terminamos con el postre y nos dedicamos a limpiar nuestros empapados cuerpos con lenguas enardecidas hasta volver a pegar nuestras bocas… me instalo entre sus esbeltos muslos y pincelo su bicentenaria vulva hasta que en desesperados gemidos apresa mis nalgas entre sus garras y me traga entero…

Ya no soportaba más la espera, que placer es tenerlo nuevamente dentro de mí… suspiros jadeantes arden en mi oído, su frenética pelvis sube y baja sin cesar, su falo me quema, lo abrazo con las piernas en el apogeo de las llamas y dejando 8 estelas de sangre en su espalda ahogo un orgasmo esperando el mejor momento…

Se me erizan los pelos, miramos a un costado y la áurea esfera sale de entre las nubes encuadrada en la ventana… la abrazo con fuerza, desacelero mis bombeos y antes de dar paso a la metamorfosis le recito un "te amo" al oído y una dificultosa despedida con voz angustiosa…

Mientras contesto un "yo también" a los ojos… sus pupilas se estiran verticalmente y gradualmente sube la velocidad de sus caderas… su musculosa espalda y brazos se ensanchan, sus orejas suben y se estiran, sus bellos crecen, sigue subiendo la velocidad… sus jadeos húmedos riegan mi cuello por su ahora hocico, me aferro a su pelaje y mis gemidos suben ritmo y notas… lo siento crecer dentro mío, su textura venosa, su tamaño bestial y sus furiosas embestidas me estiran dolorosamente para dar paso a un placer más salvaje hasta que en un estruendoso aullido, un éxtasis absoluto tensa las puntas de mis pies y se derrama dentro mío…

Nuestros sexos palpitantes quedan aglutinados, lame mi sudorosa mejilla y otra vez me parece sentir que mi corazón late… lo abrazo de brazos y piernas y empieza a tratar de zafarse, parece no comprender el dolor que me ocasiona pero no compito con su descomunal fuerza y en un insensible gruñido se desprende de mí… camina a los frescos restos de nuestro banquete y comienza a consumirlo nuevamente, lentamente antes que me desconozca tomo mi oscura ropa y en lo que se da vuelta corro a la ventana y salto sin mirar atrás… ya en el aire, escucho lejos su aullar y en lo que brota una lágrima me despido hasta la próxima Luna Llena para nuevamente dejar de lado nuestras poderosas culturas en guerra y en un apasionado coito enlazar nuestras inmortales almas en pena