miprimita.com

Seducido y desvirgado a una tierna edad

en Bisexuales

Hola a todos, mi nombre es Francisco, soy de Venezuela. Actualmente tengo 40 años, casado, en el closet, pero me he decidido a dar a conocer la historia real de como fui seducido y desvirgado cuando tenía 12 años:

Para entonces vivía con mi familia en una localidad de playa cerca de Barcelona, capital del estado Anzoátegui, Venezuela. A poca distancia de mi casa había un pequeño  taller de mantenimiento y reparación de motores fuera de borda para las  lanchas (aquí llamados "peñeros") de los pescadores. El taller era atendido por Edecio, un fornido moreno de 26 años, oriundo de Cumana, estado Sucre. Yo pasaba en mis correrías casi todas las tardes frente al tallercito de Edecio  y éste se hizo mi amigo aprovechándose de mi natural curiosidad infantil  llamándome para mostrarme el funcionamiento de los motores, las diferentes piezas, etcétera. Cuando se hubo ganado mi confianza comenzó la seducción: me decía que yo tenía unas nalguitas bien bonitas, gorditas y paraditas; que siendo tan blanquito seguramente tenía el botoncito del culito rosadito; me preguntaba que si yo no me tocaba el culito y me sugería que  lo hiciera, mojando la punta de un dedito con saliva y acariciándome el botoncito y hasta tratar suavemente de metérmelo y que si yo quería él me enseñaba como hacerlo para que  descubriera lo rico que se sentía.

Debo aclarar que, en efecto, yo era bastante blanquito, un poquitin gordito, con nalgas rellenitas y paraditas y además, era bastante inocente y por lo visto, bastante apetecible pues en el vecindario y en el colegio habían otros chicos, un poco mayores que yo, que me miraban con lujuria y algunos, los más osados, como Alfonso y Nelson que son los que cuyos nombres aún recuerdo, no perdían oportunidad para pedirme que "les diera el culito" .

Pues bien, como yo sólo me reía ante los avances de Edecio éste se fue volviendo cada vez más atrevido y cada vez que podía me pasaba la mano por las nalguitas o deslizaba su dedo medio por mi rajita, sobre mis pantaloncitos, ante lo cual yo me revolvía pero riéndome pues eso me hacía cosquillas, otras veces cuando yo estaba frente al mesón de trabajo se me acercaba sigilosamente desde atrás y me abrazaba recostando su bulto contra mis nalguitas y me decía que así me quería tener pero en un sitio solitario para enseñarme a gozar. Para entonces yo había atendido sus sugerencias y en la soledad de mi habitación o en el baño de mi casa me acariciaba el culito con mis dedos y a veces hasta me ponía crema Ponds de mi mamá y me lo metía y confieso que se sentía rico. 

Sucedió finalmente, al cabo de varias semanas de repetidos avances de Edecio que, estando completamente solos en el taller y tras una sesión particularmente intensa de manoseos y toqueteos de mis nalgas  Edecio repentinamente se bajó los pantalones y me dijo "¡coño carajito mira como me tienes todo el tiempo!, ¡dame el culito!,

¡Anda!, ¿cuando me lo vas a dar?, ¡me tienes desesperado!". Yo me quedé completamente paralizado viendo aquel pene tieso que palpitaba ante mí! En ese momento me pareció gigantesco aunque con el tiempo descubriría que era bastante normal: un guevo (como le decimos en Venezuela al pene) de unos 16 cms de largo, medidos por la parte de arriba, ligeramente curvado hacia arriba de tal manera que el agujerito de la cabeza miraba hacia el techo, de color moreno bastante oscuro, con una larguísima bolsa colgante hinchada por unos testículos enormes (y si que eran enormes cuando los comparé con otros que conocí) y lo que más me impresionó, una enorme y espesísima mata de pelos negrísimos que irradiaban en todas direcciones desde el mismísimo tronco de su pene. Edecio se agarró el guevo con una mano esgrimiéndolo como una espada y comenzó a acercarse hacia mí y entonces finalmente yo reaccioné del estupor en que me encontraba y arranqué a correr.....

Esa noche en mi cama no podía conciliar el sueño pensando en aquel guevo, me preguntaba que se sentiría al tocarlo, ¿de verdad eso podría entrar en mi culito?, ¿y si no me cabía?......

La tarde siguiente, temblando de nervios, volví al tallercito, Edecio estaba solo y sonrío pícaramente al verme llegar. A continuación Edecio tuvo la certeza de que ya me tenía "a punto" pues  tuvo lugar un diálogo más o menos así:

 

Edecio: "¿y entonces?, ¿te gustó lo que te enseñé?"

Yo:" no!, es muy feo, muy grande y muy peludo!"

Edecio: " será feo pero es bien cumplidor, grande para que lo sientas mejor y peludo para que te haga cosquillitas en las nalgas cuando lo tengas todo adentro!"

Yo: "¿de verdad eso entra todo?"

Edecio: "todito nené!, todito hasta las bolas y cuando lo tengas adentro no vas a querer que te lo saque!"

Yo: "¿Y eso no duele?"

Edecio: "no nené!, yo me pongo bastante cremita y te lo meto despacito y vas a ver como te entra bien rico, ¡vas a gozar nené!"

Yo: "¿y tu me juras que no se lo vas decir a nadie?"

Edecio: "¡claro nené!, ¡te lo juro¡, ¿como se te ocurre?, ¡Yo quiero ese culito para mi solito!"

Yo: " Bueno, déjame pensarlo ésta noche y mañana te digo. ¡Enséñamelo otra vez!"

 

Sin dudar ni un segundo Edecio se bajó los pantalones y ante mi saltó aquel enorme guevo que me pareció aún más grande pero de alguna manera más apetitoso. Edecio se acercó a mí y me dijo "tócalo". Esta vez no salí corriendo y extendiendo una mano le agarré el guevo como para medir su circunferencia y comencé a deslizar suavemente el prepucio hasta descubrir por completo aquella palpitante cabezota. Edecio acariciaba mi cabello y me dijo "¡dale un besito!"  y por un instante me sentí tentado a hacerlo pero en el último momento me contuve y le dije "me da pena!" (vergüenza) y se lo sacudí vigorosamente. Edecio se guardó su miembro y cuando yo me giré para  irme me sujetó desde atrás e introdujo su mano dentro de mi pantaloncito y por primera vez sentí su dedo explorando mi rajita "que divino ese culito virguito!" exclamó al presionar su dedo contra mi botoncito virginal "tu vas  a ver como vas a gozar nené!, vas a ser mío! ¿oíste?, pásate mañana en la mañana para ponernos de acuerdo como vamos a hacer ¿oíste?, para cogerte bien rico mañana por la tarde!". Finalmente me zafé y nuevamente corrí a mi casa.......

 

Al día siguiente, nuevamente tembloroso de nervios, pasé otra vez por el tallercito un poco antes del mediodía  y le dije a Edecio

 

"está bien, yo te lo voy a dar pero sólo para probar ¿okey?, pero me tienes que jurar otra vez que no le vas a decir a nadie!"

 

"Te lo juro nené!, te lo juro un millón de veces!, yo quiero ese culito tiernito para mi solo!"

 

Edecio entonces me dijo que a eso de las 3:30 fuera a su casa pero que entrara por el terreno baldío que estaba hacia la parte de atrás para que no me vieran.

 

Esa tarde, tembloroso de expectativa, atravesé el terreno adyacente a la hora convenida y Edecio me hizo a pasar a través de un agujero en la pared y me condujo a su pequeña habitación. Edecio estaba cubierto tan sólo por una toalla atada a su cintura y al entrar a la habitación se la quitó mostrándose ante mi completamente desnudo y con ese guevo tieso. Comenzó a acariciarme y besarme mientras me quitaba la ropa y finalmente me pidió que me acostara  en la cama. Tomó un tarro grande de Vaselina, se untó todo el guevo y seguidamente me pidió que me pusiera en 4 paticas en el borde de la cama. Comenzó a untarme Vaselina en la rajita y luego a presionar  mi botoncito con suaves movimientos circulares hasta que finalmente logró meterme el dedo, yo gemí suavemente y Edecio me preguntó "te gusta?" y le respondí que si. Me untó bastante Vaselina metiéndome el dedo repetidas veces, luego se  colocó detrás de mí, con una mano me abrió las nalguitas y con la otra se sujetó el guevo y comenzó a pasármelo por la rajita y yo gemía diciéndole que me hacía cosquillitas. Finalmente me acomodó la cabeza en mi agujerito y comenzó a presionar diciéndome "no aprietes nené, afloja el culito o puja un poquito para que te entre suavecito" yo así lo hice y sentía como aumentaba la presión, cuando ya creía que aquella inmensidad no me iba a caber sentí como mi culito se abría y toda aquella cabezota penetraba dentro de mí! , yo lancé un gritito más de sorpresa que de dolor   y Edecio me sujetó por las caderas diciéndome "aguanta nené!, ya te entro´!, ya te estoy desvirgando!. tienes ese culito divino nené! ¡aguanta!".

Debo admitir que Edecio se portó muy bien conmigo, primero seduciéndome con paciencia hasta que finalmente accedí a entregarme a él, luego lubricándome concienzudamente hasta sentirme relajado y a punto y por último al desvirgarme con suavidad y penetrarme suavecito para no lastimarme.

Edecio comenzó un delicadisimo movimiento de mete y saca, siempre metiendo un poquito más que lo que sacaba . Yo boqueaba como un pez al sentir como esa enormidad llenaba mis entrañas y finalmente no podía dar a crédito a mis sensaciones al sentir que los pelos del guevo de Edecio me hacían cosquillitas en las nalgas, ¡en verdad me lo había metido todo!. El pobre Edecio estaba tan excitado que una vez que me lo metió por completo sólo aguantó lo que yo calculo serían menos de dos minutos antes de acabar  entre intensos gemidos y violentas convulsiones durante las cuales parecía como si quisiera penetrar todo él dentro de mi y vaciando en mis entrañas una enorme cantidad de semen pues como descubriría mucho después Edecio eyaculaba cantidades gigantescas de semen particularmente espeso, como yo jamás volví a ver.

Ante las furiosas embestidas de Edecio al eyacular yo me dejé caer en la camita y Edecio sobre mi, sujetándome con fuerza por los hombros mientras continuaba sacudido por temblores, cuando  finalmente recuperó el control comenzó a besarme tiernamente mientras me susurraba que yo tenía un culito divino,  que me iba a enseñar muchas cositas ricas para que gozáramos los dos, que de ahora en adelante yo iba a ser su hembrita y me iba a llamar "Milena". A todas éstas yo sentía como su guevo se iba aflojando dentro de mí y saliéndoseme lentamente y era una sensación deliciosa. Edecio finalmente me desmontó dando un profundo suspiro y susurrándome  que yo tenía ese culito tan cerradito y  apretadito que no había podido aguantarse y había acabado demasiado rápido pero que nos esperáramos un rato para reponerse y darme una buena cogida. Entonces se incorporó y tras limpiarse el guevo con una toallita se aplicó una substancia que luego supe se llamaba "Brocha China" y era para retardar el orgasmo. Se acostó nuevamente a mi lado y se puso a besarme y acariciarme tiernamente y me hacía que le acariciara el guevo hasta que finalmente se le puso tieso nuevamente. De nuevo se untó bastante Vaselina y volvió a colocarme en la misma posición: en 4 paticas en el borde de la cama, me penetró suavemente pero ésta vez si estuvo dándome como por 15 minutos, a veces suave y a veces intensamente, con diferentes movimientos: a veces de mete y saca con todo el guevo, a veces sólo con la puntita, a veces en redondo mientras me hacía que yo mismo me abriera las nalguitas, hasta que comencé a gemir quejosamente pues me ardía el culito y él me decía que aguantara, que ya yo estaba desvirgada y que tenía que portarme como toda una hembra y aguantar guevo pues yo era su putica. Finalmente Edecio acabó nuevamente con gran intensidad  pero ésta vez al terminar de eyacular me lo sacó y abriéndome las nalguitas me dijo "ese culo te quedó rojito Milena, ya se ve que es un culito que ha llevado guevo!" . Después de limpiarnos y vestirnos Edecio me aconsejó que me fuera directo para mi casa y al llegar me bañara, yo al principio no entendí porqué pero pronto lo supe pues mientras caminaba hacia mi casa sentía como me iba brotando toda la leche que Edecio había descargado en mis entrañas de tal manera que cuando llegué a casa tenía toda la rajita empegostada, ¡pero se sentía divino!.

En efecto Edecio me enseñó muchas cositas ricas pues estuvo cojiendome durante casi un año y siempre lo recuerdo con mucho cariño pues no sólo fue mi primer macho si no también uno particularmente apasionado, ardiente, ocioso y morboso.

Repito, ésta historia es absolutamente real y espero les haya gustado.

Si lo desean pueden contactarme al correo:  francervus@yahoo.com