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Por fin me decidí

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Por fin me decidi

Otra vez en casa, aburrido y con un gran calentón de tanto ver paginas eróticas en internet y de hablar con gente sobre cosas calientes por medio de chats me decidí a experimentar un trío con un matrimonio que tuviera experiencia en eso. Estuve varios días intentando quedar con algún matrimonio y por fin logre contactar con un matrimonio. No era fácil para un chico de 25 años y sin experiencia en tríos que además seguía viviendo con sus padres encontrar un matrimonio para trío, pero tuve algo de suerte. Me dijeron que no eran de Madrid pero que estarían ese fin de semana en la capital. Me invitaron a probar el trío en su hotel con ellos e iniciarme en ese mundo.

Sus nombres eran Nicolás de 37 años y Rosa de 36. Según las fotos que me enseñaron por el messenger parecían bastante cuidados y con buenos cuerpos. Ella era un bomboncito de pelo moreno largo y pechos normales pero muy bien puestos. Yo le recalque que yo era heterosexual y me dijeron que no había problema. Él era bisexual pero habían hecho tríos con otras parejas o con hombres solos heterosexuales y no había problema, según me dijeron. Toda esa semana estuvimos hablando y quedamos para ese fin de semana.

Hola , ¿tu eres Rosa? –le pregunté a una chica que había sentada en la terraza donde habíamos quedado.

Si, hola, tu eres Juan. –dijo levantándose y dándome dos besos –mi marido esta en la reunión pero no tardará en venir. Me ha dicho que le esperemos en el hotel.

Vale. Estoy algo nervioso Rosa. No se como debo actuar ni que hacer. –dije yo mientras ella cogía su bolso para irnos dirección del hotel.

No te preocupes. – me dijo agarrandose a mi brazo. –tu solo déjate llevar y disfruta del morbo.

Llegamos al hotel y nos sentamos y empezamos a charlar. Como unos 5 minutos después llegó su marido Nicolás. Me levanté y le saludé dándole la mano. Eran muy amables. Tras charlar un rato sobre mis preferencias y yo recalcarles otra vez que yo era heterosexual me dijo Nicolás:

¿Qué te parece mi mujer? Es guapa a que si.

Si la verdad es que si que lo es. –dije yo mientras Rosa me hacía sentarme en la cama y se sentaba a mi lado.

Tu eres un bomboncito, Juan. –me dijo antes de empezar a besarme el cuello y pasar su mano por mi pecho.

Te lo vas a pasar muy bien Juan. –dijo Nicolás sentándose a mi lado en la cama.

Rosa para, me estas poniendo a mil. –le dije a Rosa.

¿Con cuatro besitos? No te creo. –y diciendo esto bajó su mano a mi paquete.

¿Te ponen nerviosos los besos de mi mujer? –me dijo Nicolás.

Si mucho. –conteste.

Ya lo tiene a mil. –dijo Rosa.

Sácaselo Rosa –dijo Nicolás.

Sácaselo tu cariño. ¿dejas que te la saque mi marido? –me dijo Rosa pasando su lengua por mis labios y mi cuello.

Yo... –dije gimiendo al notar los labios de Rosa besarme el cuello.

Entonces note como Nicolás desabrochaba el botón de mi pantalón y me bajó la cremallera. Rosa metió su mano dentro y Nicolás me bajó del todo el pantalón. Rosa seguía masajeándome por encima del calzoncillo y besándome por el cuello. Entonces noté como la mano de Nicolás se unía a la de Rosa y me bajaba el calzoncillo dejando libre mi polla. Cuando noté que la mano me agarraba la polla y me empezaba a masturbar mire hacia abajo y vi como Nicolás con una mano me masturbaba a mi y con la otra se masturbaba él.

Nicolás. –dije yo queriéndole decir que lo dejara.

Tranquilo Juan. Se que te gusta. –contestó Nicolás.

Si, pero no quiero... –pero Rosa me interrumpió metiendome la lengua dentro de mi boca.

Si quieres, pero te da miedo, pero mi mujer te quitara ese miedo –dijo Nicolás.

Tranquilo Juan, no haremos nada que tu no quieras. –dijo Rosa bajando su mano y uniéndola a la de su marido.

Es que no se si quiero. –le dije a Nicolás.

Lo entiendo Juan. No te preocupes. –dijo dejando de tocarme y empezando a desnudar a su mujer.

Nicolás terminó de desnudar a su mujer y se desnudó él. Yo me tumbé en la cama y aun tenía la camiseta y los calzoncillos, pero Nicolás me ayudó a quitármela mientras Rosa me quitó los calzoncillos y se metió mi polla en su boca y empezó a chuparmela mientras me sobaba los huevos con sus manos. Rosa estaba a mi lado con su boca en mi polla y Nicolás estaba de pie dejando la ropa en una silla y se sentó a mi otro lado.

Deja que te toque, Juan. –me dijo Nicolás llevando su mano a mi polla.

Déjale Juan, ya has visto que no es nada malo y además te gusta. –me dijo Rosa tumbándose a mi lado y besándome en la boca.

Nicolás tenía agarrada mi polla y subía y bajaba su mano. Mi polla estaba bien dura y Rosa me besaba con gran desenfreno tumbada a mi lado. En un momento Rosa se incorpora y se pone de rodillas delante de mi abriendo con sus manos sus labios vaginales y mostrándomelos mientras bajaba para que mi lengua los pudiese tocar. Entonces noté como cuando la mano de Nicolás bajaba hasta abajo, una cosa mojada tocaba la punta de mi polla. Era la lengua de Nicolás. En un momento mi polla entró en su boca y cuando yo iba a decirle que parara, Rosa bajo su coño sobre mi cara tapándome la boca con él.

Yo gemí al notar como mi polla entraba en la boca de Nicolás y su lengua jugaba con mi polla mientras Rosa gemía al notar mi lengua entrar dentro de ella.

¿Te gusta como te la chupa mi marido? –me dijo Rosa restregando su coño por mi cara sin darme la posibilidad de hablar.

Umm si. –pude decir antes de que Rosa me volviese a poner su coño en mi boca y restregármelo por toda mi cara.

¿Quieres que te la chupemos entre los dos? -me dijo Rosa levantando un poco su coño de mi cara.

Si por favor. –dije yo embargado por el morbo de la situación.

Entonces Rosa se quitó de encima de mí y bajo hasta mi polla y empezó a chuparmela junto con Nicolas. Primero me la chupaba uno y luego el otro. A veces ponían sus labios alrededor y me la masturbaban con ellos unidos. Estaba tan cachondo que tuve que decirles que pararan porque estaba a punto de correrme. Entonces Nicolás se tumbó a mi lado mientras Rosa seguía tocándome ligeramente llegando casi a hacer que me corriese, por eso me tuve que incorporar y sujetarla las manos para que no me tocase mas. Si me hubiese vuelto a tocar, me hubiese corrido. Pero ella entonces se puso a tocar a su marido. Tenía la polla bien tiesa y Rosa le masturbaba cuando me dijo:

¿Quieres tocársela tu? –me dijo agarrandome la mano y llevándola a la polla de Nicolás.

No se si quiero. –dije tímidamente pero con gran curiosidad.

Vamos Juan, tocasela mientras te la vuelvo a chupar. –me dijo Rosa dirigiendo su boca hacia mi polla.

Yo estaba tan cachondo y tenía tantas ganas de volver a sentir su boca en mi polla que agarré con mi mano la polla de Nicolás sin pensármelo. Empecé a subir y bajar mi mano agarrando aquel palo duro mientras notaba como los labios de Rosa apretaban mi polla. Estaba masturbando a Nicolás y por su cara, lo estaba haciendo bien. Mi polla estaba a punto de explotar otra vez y se lo hice saber a Rosa. Paró justo cuando estaba a punto de correrme dejándome muy cachondo y se dirigió a la polla de Nicolás metiendosela en su boca mientras yo le estaba masturbando.

Vamos Juan chupamela. –me dijo Nicolás empujando mi cabeza hacia su polla.

Ya veras como te gusta. –dijo Rosa ofreciéndome la polla de su marido.

Yo estaba muy cachondo y casi sin darme cuenta estaba con la punta de su polla metida en mi boca. Entonces Rosa me acarició mi polla y mis huevos suavemente y con la otra mano me empujo la cabeza metiendome la polla de Nicolás hasta el fondo. Empecé a chuparsela metiendola y sacándola de mi boca. Mi mano seguía agarrandola por el tronco y alguna vez le tocaba los huevos igual que me los tocaba Rosa a mi. Lo debía estar haciendo muy bien porque Nicolás no paraba de gemir de placer. Sentí como su polla se hinchaba y Nicolas dijo que se iba a correr. Mi primer impulso fue el de quitar mi boca y que se corriera pero vi la cara de Rosa a mi lado y seguí chupando.

Muy bien sigue así. Me encanta verte chupando. –me dijo Rosa acariciándome el pelo.

Me corro. –dijo Nicolás.

Si cariño, correte en su boca. Vamos Juan chupa, ya veras como te gusta. –dijo Rosa.

Yo seguí chupando hasta que noté el primer chorro en mi boca. Al notarlo instintivamente fui a sacar su polla de mi boca pero Rosa me agarró y me obligó a tenerla dentro mientras ella con su boca chupaba parte del tronco y mi boca. Nicolás gemía y yo seguía chupando hasta que ya no le quedaba mas leche en su polla. Tuve que tragar gran parte de su semen dejando escapar otra parte por la comisura de mis labios. Ese semen lo fue lamiendo Rosa hasta que no quedo nada y metió su lengua en mi boca dejando que la polla de Nicolás se saliera. Su lengua empezó a juguetear con la mía y su mano siguió jugando con mi polla y mis huevos. Yo me tumbe en la cama y Rosa y Nicolás bajaron a mi polla. Rosa la empezó a lamer y luego se la dejó a Nicolás, pero justo cuando Nicolás se la metió en su boca solté varios chorros de semen que entraron en su boca. Después dejó paso a Rosa que terminó de limpiarme la polla. Cuando Rosa terminó se tumbo boca arriba y me hizo lamerle el coño mientras su marido se fue al cuarto de baño. Cuando llegó Nicolás yo estaba a cuatro patas y él se tumbó al lado de su mujer. Se empezó a masturbar y se le puso tiesa enseguida.

Vamos Juan, comesela otra vez. –me dijo Rosa incorporándose y llevando mi cabeza hacia la polla de su marido.

Antes lo hiciste muy bien, Juan. –dijo Nicolás.

Yo seguí a cuatro patas y me metí la polla de Nicolás otra vez en mi boca. Empecé a lamérsela arriba y abajo a la vez que Rosa se puso detrás de mí y empezó a lamerme los huevos desde atrás y a sobarme la polla. El morbo era tan grande que mi polla se puso dura enseguida también. Rosa pasaba su lengua por mi polla y mis huevos y entonces la paso por mi ano. Yo gemí y Nicolás me agarró la cabeza y me hizo meterme su polla mas a fondo. La lengua de Rosa entró en mi ano. Era algo raro pero muy morboso.

Entonces noté el dedo de Rosa que jugaba con mi ano. Lo metió poco a poco.

¿Te gusta esto Juan? . –me dijo.

Si, Rosa sigue. –dije mientras Rosa siguió metiendo y sacando su dedo dentro de mi culo.

Vaya con el joven Juan, le gusta el morbo mas que a nosotros. –dijo Nicolás soltándome la cabeza para que se la comiera a mi ritmo.

Es un chico muy bueno. –dijo Rosa.

Entonces se puso a cuatro patas para que me la follara. Yo se la metí porque su coño estaba empapado y mi polla se escurrió a la perfección dentro. Nicolás entonces se puso detrás de mi y colocó su polla bien lubricada con mi saliva en el agujero de mi ano.

No por favor eso no. –dije yo

Vamos Juan, hay que probarlo todo.- me dijo metiendo la puntita de su polla en mi ano.

No eso no, de verdad. –dije aunque seguí metiendo y sacando mi polla del coño de Rosa.

Vamos Juan deja que te folle. –dijo Rosa entre gemidos.

Solo la puntita Juan, no te preocupes que no te dolerá. –me dijo Nicolás.

Nicolás empezó a meter y sacar su polla de mi culo, pero solo metía la puntita. Mi ano se abría y cerraba para dejar paso a su polla y esto me puso a mil enseguida y note como Nicolás se corrió enseguida casi a la vez que yo lo hice en el coño de su mujer. Fue algo excitante aunque luego me quedé algo molesto y con ganas de ir al baño continuamente. Era tarde y nos acostamos para dormir. Me dejaron quedarme con ellos a dormir. Por la mañana Nicolás se volvió a correr en mi boca mientras yo me volvía a follar a su mujer.

Fue una experiencia inolvidable y muy morbosa que llevaba mucho tiempo soñando y fantaseando con ella y por fin la hice realidad. Yo no quería que llegase hasta esos extremos pero ahora no me arrepiento y le doy las gracias a Nicolás y a Rosa por haberme tratado tan bien y haber sabido comprenderme.

Es obvio que los nombres han sido cambiados para guardar la intimidas de las personas.

Si teneis algun comentario sobre el relato me gustaria que dejaseis constancia y si os quereis poner en contacto conmigo podeis hacerlo en mi dirección de correo: eles_critor@hotmail.com para comentarme cualquier cosa o charlar. De nuevo os agradezco vuestra atención y comentarios.