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Nuestro amantecan y unos buenos consejos

en Zoofilia

Por motivos laborales no había podido volver, en fin estoy aquí para continuar confesándoles nuestras andanzas con Lila y Tomy nuestro amantecan. Ahora continúo con esa historia truncada.

La mamá de Lila se demoró en su visita, quería mostrarle algunas cosas que había comprado, Tomy, el infidente Tomy, no tuvo ningún inconveniente en estirar su hocico y olfatearla, allá en su olvidado sexo, a lo que ella con extrañeza y disgusto, lo retiró, pero no, el "amantecan", insistía, porque maleducado si estaba… Lila y yo nos mirábamos y seguíamos sonriendo guasonamente, hasta que Lila muy picarona le dijo a Mariana, su madre – oye parece que te untaste que tienes nervioso a Tomy?, a tiempo que lo tomó del collar para retirarlo y dejarla tranquila, ese comentario suspicaz, cuya verdadera intención conocíamos nosotras nos hizo lanzar una inevitable carcajada… incluso marianita también se rió, inocente de la fullería, que cargaban las palabras. Tomy comenzó a lloriquear, pues además de maleducado era nuestro consentido, lloriqueaba, jadeaba, su legua delgada entraba y salía con cada resoplido y para completar asomaba la puntita de su roja pollita que aún emanaba un poco del líquido que aún nos reservaba.

Yo las dejé hablando en la sala y me llevé a Tomy para que dejara de perturbar a su "suegrita", lo conduje a un patio pequeño que hay en el apartamento de Lila, retirado del sitio donde ellas se encontraban y no dudé un segundo en inclinarme y pasar mi mano por el estilete rubicundo, que no se demoró en hacer su presentación inmediata… el ritmo era acompasado, él respiraba y su verguita se movía al unísono, dejando escurrir más y más gotitas del líquidos preseminales, a los que concurrí deseosa con mi lengua para no desperdiciarlos… era conciente de no poder ir muy lejos, por la visitante en cierto modo inoportuna. Seguí literalmente pegada a la polla del "amantecan" que aumentaba y aumentaba de tamaño y su color se iba tornando escarlata intenso, mi mano izquierda, asistía mi clítoris, que para ese instante ya había crecido, sentía cómo pulsaban la verga de Tomy y mi "piccolo pene o piccopen", digo así pues tengo, para los que no lo saben un clítoris hiperdesarrollado, no es congénita esa morfología, más bien ha sido el resultado de mucho tiempo de prácticas en solitario y para estos momentos mide, erecto claro, unos 2 cm,; quién lo diría, que algo "relativamente pequeño", nos pueda hacer "inmensamente" dichosas… bueno, pero esto es harina de otro costal, como decimos en mi tierra, en otra oportunidad les contaré de esas andanzas, pues nuestro itinerario libidinoso estaba lejos de terminar ese dichoso día. Yo continuaba manoseando bimanualmente la daga de Tomy y mi piccopen (calificativo que le puso mi preciosa Lila), ya estaba rechoncho, coloradito y muy húmedo, como en otras tantas ocasiones, la viscosidad de mis emanaciones vaginales, inevitablemente hacían filamentos cristalinos que convidaban a continuar frotando cada vez con mayor vigor y lo que me obligaba a contener la respiración y ahogar los gritos, que otrora explotaban sin miramientos…

Marianita estaba allí y no tenía ni la más remota idea de lo que a sus espaldas cocinábamos Lila, Tomy y yo… pero eso convertía esos momentos en algo más salvaje, pues ese temor, esa audacia que a veces tenemos al cometer el pecadillo y sentirnos atrapadas, nos produce una sensación orgásmica extraordinaria, que enriquece a la que por naturaleza sentimos… dos orgasmos sobrepuestos conducen a una descarga descomunal de sensaciones por un lado y líquidos por otro….solo atino en estos momentos a recomendarles que se atrevan a hacerlo y luego me contarán… cómo les fue en esa incursión inolvidable, que deja una huella indeleble en esa parte hermosa de nuestros más lindos recuerdos…. Mi piccopen clamaba por más y más, mis piernas se entrelazaron, para contener la inevitable andanada de sacudidas que provenían de lo más entrañable de mi ser, lo salvaje, lo humano todo en un potpurrí de emociones alucinantes, tanto es así que aún ahora que las estoy relatando, me tienen hecha mares, océanos, me tienen empapada.

Como podrán imaginarse, quedé extenuada, dejé encerrado a Tomy, pues su polla aún no se había refugiado en su funda y así me delataría ante la ocasional visita, entonces, me dirigí al baño, tomé papel higiénico, retiré con cuidado las trazas de flujo que tenía, para no hacer movimientos que volvieran a despertar mi insaciable libido, me senté un instante en el sanitario, oriné un poquito y descansé efímeramente, solo lo necesario para recobrar el aliento y poder presentarme de nuevo en el salón.

Allí estaban, madre e hija platicando respecto a una mercancía que llevaba Marianita, ya habrían transcurrido unos 45 minutos desde su llegada, me acerqué a curiosear, "piano piano" me metí en la conversación. Ya eran las 12:15 del día, Lila le preguntó a su mamá, si se quedaría a almorzar, ella se apresuró a decirle que no, que le daba pena, pero mi linda, le insistió y comenzamos a organizar todo para comer… como ustedes saben, estos lances lo que si dejan después es un hambre feroz.

Después de saciar esa necesidad primaria, reposamos un rato, vimos TV, Marianita entró al baño, se lavo los dientes, se retocó y nos dejó, pues tenía que cumplir con unas citas que había contraído… la acompañamos hasta la puerta, nos devolvimos al tálamo del amor, el lecho que muchas veces soportaba nuestra pasión nos acogió nuevamente… Lila, me dijo que llamaría a su esposo a la oficina para asegurarse de dónde estaba, no queríamos que nuestro turbulento pero delicioso romance fuera descubierto… pues si allá estaba juiciosito trabajando, mientras nosotras una vez más planeábamos entregarnos a las delicias que nos proporcionaba nuestra entrañable intimidad.

Después de retozar ingenuamente, caricias tiernas, besos inocentes, me miró a los ojos con su inigualable mirada picarona y me preguntó: quieres "amantecan" o quieres enseñarme la forma de hacer crecer mi clit?, le contesté que para poder hacer unos masajes eficaces, deberíamos contar con unos elementos básicos que no teníamos en ese instante…. Aprovecho ahora, para que mis queridas lectoras y lectores, sepan una de muchas maneras de logra lo que en medicina se llama una hipertrofia clitoridiana controlada, es decir en buen idioma español, hacer crecer permanentemente el clítoris, de una manera voluntaria y controlada… iré al punto sin más reparos.

Como no teníamos esos elementos ahí y Lila insistía con ruegos y caritas pueriles, pues no tuve más remedio que acceder, entonces nos acicalamos, le dejamos agua a Tomy, como siempre nos despedimos con besito peneal y él con lametazo vaginal y ciao, nos enrumbamos para mi consultorio.

Llegamos, el conserje del edificio me saludó y me dijo, doctora milagrazo de verla hoy, usted no suele venir los lunes… le contesté el saludo y solo atiné en decirle, ya vez Juanito, gajes del oficio y seguí inmutable… una urgencia odontológica cualquiera la tiene, en cualquier instante; eso si le advertí que si venía alguien a preguntarme, que por favor me dejaran el mensaje, pues como estaba sin auxiliar, no podría atender a nadie sin interrumpir el procedimiento que iba a realizar…. Nos miramos con Lila y claro, afloró la misma sonrisa golfilla que habíamos adoptado y que finalmente tampoco nos delataba.

En un santiamén acomodé a Lila en sillón, comencé a besarla, detrás de los oídos, inmediatamente se encrespó, encogió sus hombros coquetamente, se veía muy sensual abandonada allí a mis intenciones carnales, ella respondió a mis caricias metiendo su mano por debajo de mi faldita y con toda la destreza que la caracterizaba, llegó directamente a mi adormecido botón y lo apretó con cierta firmeza con sus dedos índice y pulgar, deslizándolos de tal forma que la respuesta fue inmediata, ríos de flujo ya empezaban a brotar de mi insaciable vagina, ella me decía así quiero el mío grande y hermoso, ayúdame… suplicaba agitadamente…

Me retiré con delicadeza le dije que prepararía los elementos…me ausenté unos momentos, mientras buscaba con afán mi "pseudo equipo genital", le digo así pues no fue hecho con esos propósitos, pero un día de esos en que me encontraba súper cachonda y estaba íngrima en el consultorio, me puse a pensar qué hago para calmar este clítoris que me tiene al borde de la locura… utilicé muchas cosas para penetrarme, pero el botoncillo de la felicidad no se saciaba… recordé unas máquinas que utilizan en el cine porno para hacer crecer los labios vaginales mayores, los pezones y claro el botoncillo clitoridiano y ya, se me iluminó, pensé en el evacuador, succionador o eyector de saliva que usamos en nuestra práctica cotidiana, yo tengo tres, dos incorporados al quipo y uno independiente, que funciona con un minicompresor de aire, los del equipo no los utilicé, examiné el vacuum independiente, pero había un problema y es que la manguera que tenía era muy rígida y los bordes lastimaban…. La ansiedad por lograr satisfacer esa lubricidad que me atormentaba, sirvió para atenuarla un poco, suena raro, pero fue cierto, salí inmediatamente a un almacén de equipos de riego, mejor dicho donde venden mangueras de diferente tipo, hasta que encontré la que se ajustaba a mis "insanas" necesidades, era muy flexible de un diámetro adecuado, 1cm de luz, compré dos metros y me encaminé al consultorio….

Al llegar allí, lo primero que hice fue encender una lámpara de alcohol, nunca faltan en los consultorios dentales y flameé uno de los extremos de la manguera, teniendo cuidado con no quemarla, solo calentarla lo necesario para redondear los bordes filosos y lograr la "ergonomía" necesaria para su fin…. Inmediatamente la pasé por agua fría para controlar la temperatura y ya estaba mi objeto lascivo completo…. La instalé, medí el diámetro de la manguera en el glande de mi clítoris, como era de esperar mi botoncillo cabía holgadamente dentro de la manguera, accioné el motor del vacuum, coloqué uno de mis dedos para calibrar la presión de succión, apliqué un poquito de petrolato o vaselina en mi botoncillo y llevé nerviosamente el extremo "activo" del tubillo a mi clítoris e inmediatamente sentí un tirón y comenzó a agrandarse, produciéndome mil sensaciones que me hacían delirar, estuve así unos 30 segundos creo, fue rápido y ya sentí el primer latigazo del orgasmo inédito que ya embargaba mi ser, es indescriptible la sensación, es distinta a todo, puede ser similar a un chupón vigoroso pero multiplicado por unas cuantas veces… apliqué el tubito una cuatro veces hasta que mis orgasmos me dejaron totalmente abatida, obviamente con esta sola sesión el resultado no iba a verse de inmediato, nada de eso, fueron muchas y muchas sesiones en solitario para poder tenerlo como quise y poder disfrutarlo ahora ya que el proceso es irreversible… yo diría que un inconveniente de todo esto es usar vestidos de baño, elaborados en telas suaves, pues una erección puede notarse, por eso sugiero, prensas estampadas con flores, que distraigan las miradas curiosas. Pienso y lo digo con convencimiento, que las ventajas, si así se le puede llamar, rebasan en mucho a ese pequeño inconveniente…. Hay que controlar con precisión la tensión o presión que se ejerce, para no lesionarnos. He tenido curiosidad que hacerlo con una jeringa hipodérmica de Luer, de esas desechables, haciéndole una modificación el sitio donde se acopla la aguja, para adaptarlo al diámetro de nuestro botoncito del placer… les dejo la inquietud.

Volviendo a Lila, ella estaba allá, con las piernas de par en par, la mano izquierda estaba estimulando sus pezones que ya se erguían primorosamente, mientras su mano derecha satisfacía sin para al inquieto "paciente"…. Sonó chistoso…. Llegué coloqué el eyector en el piso, instalé la manguera clitorisuccionadora, hice las pruebas de rutina para medir la fuerza de succión… le pregunté algo que me tenía intrigada, le dije: qué le dirás a Nando de ese abrupto cambio? Ella vaciló en contestar, pero inmediatamente me respondió… me tocará ponerlo a mamármela, par tener la disculpa de que por su "eficacia y ardor" me puso así mi "gallito"… soltamos una carcajada estridente y nos besamos… comenzamos a estimularnos para poder entrar en calor y hacer más fácil este trance, que la primera vez puede ser algo molesto, pero ese fastidio es momentáneo, el nerviosismo está presente en la novicia, como es de esperarse… miedo a lo desconocido, pero después…mmmm, mejor lo dejo a la imaginación de ustedes mis queridas y queridos.

Después de retozar como gatitas en calor, me comenzó a suplicar de nuevo utilizando todas las artimañas que conocía para convencerme de hacer lo mío rápidamente… quise demorarme para hacerla desvariar de ganas, cuando empecé a ver lagrimillas en sus ojos me incliné, le di un chuponcito en su gallito y le ajuste el extremo libre del tubillo y sin mediar palabras accioné la máquina… tomó aire, llenó sus pulmones, comprimió los ojos, mordió su labio inferior, una de sus manos se aferró a mi brazo y la otra al sillón, pero sus piernas se abrieron aún más, como queriendo ser totalmente invadida, trancó la respiración y luego dejó escapar todo lo que bullía en su interior y empezó a danzar acostada, movía su vientre hacia a delante y hacia atrás, como queriendo retener la energía que quería escapársele, tomó mi mano que antes aferraba con vigor y la condujo hasta su vagina, me dijo lacónicamente, PENÉTRAME! Con lo que tengas quiero ir al infinito, quiero ver las estrellas, quiero que tú me impulses por el éter…. Mientras seguía divagando yo la satisfacía y casi de inmediato hubo un estertor, que anunciaba la primera oleada de jugosos néctares que manaban a borbotones, primero cristalinos y fluidos, luego comenzaron a enturbiarse y hacerse espesitos, que me invitaban a saborearlos y engullirlos con avidez desenfrenada….

Para no fatigarlos dejo aquí, con la firme promesa de continuar a la mayor brevedad posible… no quiero dejarlos sin antes pedirles que me hagan saber sus impresiones, sus comentarios los aprecio mucho…hasta pronto.