Sexo con mi PUTA (Polvo I).

Conocí a Mónica hace ya más de dos años, por el Messenger… y finalmente logre conocerla cuerpo a cuerpo y hacerle todo lo que llevaba tanto tiempo deseando y soñando. Y ella también lo deseaba, estaba loquita por que la hiciera sentir una puta. Yo sabía como tratarla y lo que a ella le gustaba… pero empezare por el principio.

Tonteando por Internet, un día conocí a una chica, era muy caliente y morbosa, nos intercambiamos algunas fotos nuestras, con poca ropa, sin ropa y poco a poco nos íbamos poniendo más cachondos… Hablábamos de sexo, de fantasías…

Pero esta no era Mónica, era su hermana mayor. Un día me dijo que tenía una hermana que también era muy puta y que le contaba cosas de mí y deseaba conocerme. Yo encantado, otra golfilla con la que chatear y ver fotos pornográficas.

Así empezó todo, hasta que después de mucho intercambio de fotos, masturbaciones y pajas por Internet, intercambio de videos porno, etc… se decidió a venir de vacaciones a España, a conocerme a mí. Ella es de México (un poco lejos, que pena).

Cuando me lo dijo pensé que era mi día de suerte. Mónica era una chica de 26 años, muy guapa y con un cuerpo excelente, y además por lo que la conocía y las fotos que había visto era una tía muy caliente y guarra… una PUTA como a ella le gusta que la llame, y que la trate.

La diferencia que yo veo en ella con respecto a una puta, es que ella no cobra y lo hace con ganas, por puro vicio… porque es tan caliente que sino folla se muere, te puede llegar a suplicar que la montes como a una perra.

Por fin llego mi puta a España, me pedí 10 días de vacaciones para poder estar con ella los 7 días que ella estaba aquí. Fui a buscarla a Madrid, estaba nervioso por verla, pero por otro lado sabía que una tía tan caliente, iba a pasármelo como nunca lo había hecho en mi vida.

La espere en el aeropuerto, le había pedido que tenía que venir sin bragas, pues así me gusta que estén las chicas, sin ropa interior, porqué para que sirve?? Sólo para molestar cuando vas a meter mano. No sabía si me habría hecho caso, ella siempre me decía que hacía todo lo que yo le pedía, pero yo no sabía si era cierto. Por un lado quería que me desobedeciese, para castigarla. Y por otro quería que se mostrase sumisa, porque eso significaría que podía hacer cuanto quisiese con ella.

Por fin nos vimos, nos sonreímos, nos dimos un beso cariñoso. Para mí fue como saludar a una persona conocida, en realidad nos conocíamos bastante, los dos sabíamos secretos del otro que poca gente más sabía. Ella estaba preciosa, con el pelo rizado recogido en un moño, aunque a mi me gusta mas con el pelo suelto, faldita corta y una camiseta con bastante escote, tal y como le había pedido.

La miré y le dije:

Nos fuimos del aeropuerto, subimos en mi coche y le toque los muslos, se dejo sin decir nada, solo me miraba con ojos de deseo. Las cosas no podían ir mejor.

Le acaricie los muslos pero sin llegar más arriba aunque lo deseaba, pero quería que se quedase con ganas de más, quería que me desease. Y lo estaba logrando porque ella misma se levanto la falda, allí en el parking. Me acerque a ella y la besé. Estaba muy cachondo, quería que me la chupase allí mismo y correrme en su boca. Mientras la besaba le metí un dedo en el coño. Era suave, totalmente depilado y estaba húmedo.

Sin saber como, nos fuimos de allí. Al cabo de varios kilómetros hablando de cosas sin importancia, nos paramos a comer en un restaurante cerca de la autopista. Nos bajamos del coche, nos abrazamos, nos besamos y le acaricie el coño de nuevo, esta vez estando de pie junto al coche con más comodidad. Le metí dos dedos y luego me los chupe… estaba delicioso, sabía muy rico, quería arrodillarme allí mismo y seguir hasta que se corriese.

Pero decidimos entrar al restaurante cogidos por la cintura. Me gustaba entrar con una tía así, porque sabía que todo el bar se quedaría mirándome, envidiándome. Y a poco que se fijaran verían que estaba cachondo, pues estaba con la polla dura dentro del pantalón, y se notaba bastante. Pero yo siempre he sido un poco exhibicionista y me gustaba mucho la sensación.

Nos sentamos, comimos algo y seguimos hablando y tocándonos… la camarera se daba cuenta de que estábamos cachondos, la verdad es que no disimulábamos mucho. Nos tocábamos por debajo de la mesa, y yo en un momento me saque la polla. Ella me la quería bajar a chupar, pero no la deje, aunque si me la acarició y casi hace que me corra, que creo que era lo que quería. Tuve que guardarme la polla para que parase y poder terminar de comer.

Nos fuimos de nuevo y por fin llegamos a mi casa. Le dije que en cuanto llegásemos a casa tenía que desnudarse totalmente y ponerse a cuatro patas. Nos besamos mientras subíamos en el ascensor, y nada mas entrar hizo lo que le pedí, se quedo completamente desnuda y se arrodilló. Directamente fuimos a la habitación, yo también me desnude y nos tumbamos sobre la cama, le dije:

Y comenzó a chuparmela, era muy buena, se notaba que se había comido muchas pollas. Mi polla mide unos 17 cm y ella podía metérsela casi entera, me la puso muy dura. Después de un rato cambiamos y fui yo quien le comió el coño y le metí los dedos, estaba delicioso, mojadito y muy rico. Ella gimió durante un rato y me pidió que subiese, quería que me la follase, y así lo hice.

Estaba tan mojada que entró con mucha facilidad. Le di unos cuantos envites, y le dije que se diese la vuelta, que quería montarla como una perrita, desde atrás. Sabía que esa postura era su preferida. Me la comencé a follar así con fuerza, sujetándola por el pelo y dándole fuertes palmadas en el culo, eso le gustaba.

Después la gire y le dije que era el momento de probar mi leche, ella me la comenzó a chupar de nuevo, y al cabo de unos minutos le dije que me iba a correr y quería que se lo tragase todo, hasta la última gota. No me defraudó, casi se atraganta con los primeros chorros que salieron con mucha fuerza pero se lo trago todo.

Después de esto nos quedamos tumbados en la cama durante un rato. Después me fui al baño, y le hice un gesto para que me siguiese, ella lo hizo. Le dije que entrase en la bañera, ella no sabía lo que pretendía, pensaba que quería que me la chupase. Pero no era eso, ahora quería que se sintiese muy sucia, y quería hacerle una lluvia dorada.

La idea le encanto, a la muy puta. La meé los pechos y la cara, el pelo, incluso a veces abría un poco la boca (no era la primera vez que lo hacía). A mi puta no le gustaba el sabor, pero si la sensación de humillación al mearla y sentirse sucia.

Una vez termine me la lleve de nuevo a la cama toda meada, quería que se sintiese muy puta, no la deje que se lavase ni se limpiase.

Continuará….

Espero que os haya gustado, es mi primer relato, escribidme vuestras opiniones a este correo: f_ff_ff@hotmail.com y terminaré la historia, os advierto que queda lo más fuerte.

Bueno esta es mi puta, y protagonista de esta historia, os dejo su correo para que podais tratarla como a una puta: mony.z.z@hotmail.com

Gracias por leer hasta el final. Besos.