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Mi despertar sexual (primer relato)

en Bisexuales

Hola, este es mi primer relato y me ocurrió cuando era joven, ahora quiero contarlo porque quiero compartir todo lo que me pasó en unas vacaciones de verano en Tenerife. Los nombres no son reales y cualquier parecido con la realidad es pura ficción.

Me llamo Dani, tengo 29 años y vivo en un pueblo de Madrid: Alcázar de San Juan. Todo comenzó desde que empecé a ir a clase en el Colegio Internacional de Monte alto, allí fue donde vi a María por primera vez. Ella tenía 8 años yo uno menos que ella, por lo que no íbamos a la misma clase. Sin embargo, cuando coincides con una chica que se acaba de mudar a tu pequeño pueblo y que además va a tu internado, en el cual te vas a pasar el resto del año, pues llama bastante la atención.

La primera vez que hable con María fue cuando en las vacaciones de Navidad la vi llegar a mi pueblo, después de conocerla de vista en mi colegio. Yo era un pequeño pueblerino de lo más normal, hacia lo de los niños de mi edad: jugar con las bicicletas, iba con mis primos a jugar, etc. Vamos que el sexo no era una de las cosas que en ese momento atrajeran mi mente, sin embargo eso cambio poco a poco…

María era una niña algo rara, porque casi nunca jugaba con los demás niños del pueblo y siempre iba con sus padres. El primer verano que pasó en el pueblo empezó nuestra amistad, ella iba a mi casa porque su madre era distribuidora de una línea cosmética y mi madre una compradora compulsiva de ello… así que cuando venía a casa nos poníamos a jugar al escondite o a tonterías para perder el tiempo, y así fue como nos empezamos a conocer un poco, lo poco que dos niños se conocen jugando inocentemente. Me explicó su aparente aislamiento del mundo porque antes de llegar al pueblo había tenido que tratar con muchos médicos, incluso había perdido el pelo por los nervios pero ya por suerte le había vuelto a salir, aunque aún algo corto. Yo no entendía en ese momento que mi amiga del alma había estado luchando desde los 3 años con el cáncer, y por fin lo había vencido.

Nuestra amistad fue a más, pero los juegos para nosotros seguían siendo igual de inocentes, en el tiempo que estábamos en el internado nos veíamos cuando podíamos e incluso alguna escapada a la habitación del otro… pero solo para jugar un rato y pasarlo bien. Parecíamos hermanos, inseparables y con una confianza infinita para tener tan corta edad. Pero cuando yo cumplí 10 años y ella 11 las cosas empezaron a cambiar, yo seguía igual que siempre y María pronto iría a la zona de los mayores. Cambió su actitud conmigo totalmente, nuestra amistad se volvió más distante, ella dejo de querer contarme ciertas cosas, no me dejaba jugar con la misma inocencia, y todos mis amigos me empezaron a decir que María estaba en la edad del pavo y había que dejarla, yo no entendía nada, hasta que un día….

Estábamos en el pueblo y ya a los 11 años los juegos cambian mucho, aunque mi mentalidad no demasiado, sobretodo porque yo era un chico algo aislado en mi mundo con María en el colegio y en mi pueblo tampoco tenía ya demasiados amigos. Empecé a hacerle cosquillas a María, porque tenía hasta en el carné de identidad, de repente me di cuenta de una mancha roja en su entrepierna, muy sutil y disimulada. Mi inocencia unida a la inexperiencia me hizo preguntarle que le pasaba, entonces ella se avergonzó y se fue. Al día siguiente me explicó que se había hecho mayor y eso de "la regla", yo entonces tuve mi primera curiosidad sexual y fui a Internet y empecé a buscar información sobre que le pasaba a María, de repente se coló una ventana con una chica sin sujetador, mostrando unos senos morenos perfectos, por su tamaño y porque la chica era joven y guapa, en ese momento sentí más curiosidad por el tema. Sin embargo mi padre me fastidió la fiesta cuando descubrió que había estado haciendo y me quito el ordenador por un tiempo; tocó la charla de turno sobre que los niños no deben ver ciertas cosas, mi padre era muy conservador y mi madre aún peor.

El hecho de tener que volver al colegio unido a mi curiosidad hizo que acudiera a un amigo, que hasta este momento para mi no había sido nada del otro mundo: Jose.

Si había que nombrar a alguien pegado a las tias ese era Jose, estaba siempre con las chicas, tanto que no me di cuenta que el casi era una chica más. Siempre había oído las típicas tonterías de "Jose es mariquita" o similar pero siempre lo había entendido como que era por su forma de gesticular y de ser, al estar siempre con chicas algo se le tenía que pegar, él tenia 2 años más que yo, 13 años, plena edad del pavo. Así que fui a su habitación y le pregunte sobre la regla y el sexo, el enseguida pareció convertirse en mi profesor sexual particular, parecía que nadie pudiera saber más que él sobre el tema. Se extraño de que yo no me hiciera pajas, y me explico que era aquello cuando yo aún no había tenido ni siquiera mi primera erección, así que calmó mi curiosidad por unos meses y mi relación con María continuo a media vela hasta que precisamente tuvo lugar mi primer despertar sexual, solo que no iba a ser como yo pensaba exactamente.

Me había convertido en una biblia del sexo, gracias a lo que me había contado Jose, y un día en el vestuario de chicos, habíamos jugado un partido de fútbol en Educación física y el profesor nos había mandado a estirar por parejas en los vestuarios, así que como se trataba de un torneo inter-escolar estaba Jose y nos pusimos juntos. Comencé a sujetarle las piernas, pero como Jose estaba tan musculado y era mucho más grande que yo, se tambaleaba, así que lo agarre desde los muslos directamente, el pantalón era tan corto que cogí su musculado muslo sin prenda por medio. En ese momento note como si de repente algo dentro de mi naciera y se pusiera duro, ya sabía lo que era, mi primera erección, pero ¿por qué en aquella situación?, me puse muy nervioso e intente disimular la denotativa erección debido a la ropa deportiva holgada. Estuve días sin poder estudiar, no hablaba con casi nadie y finalmente lo olvide un poco...

Sin embargo la escena se volvió a repetir cuando me quede sin darme cuenta mirando el vaquero ajustado de un chico, fue ahí cuando el mayor de mis temores empezó a repetirse. A parte de volver a entrar en pánico fui a la habitación de Jose, con el esfuerzo que eso me conllevaba y le pedí unas revistas porno que me dio sin ningún problema, "Ala chavalin!, pero que no vea yo ninguna mancha…" Se me ocurrió que a lo mejor si me pajeaba con las chicas de la revista podía cambiar algo, además sería mi primera paja. Fui a mi cuarto y empecé a recordar lo que Jose me había contado sobre como hacerse una paja, cogi mi piel y empecé a moverla lentamente, enseguida se puso duro y pude seguir con más velocidad, todo mientras miraba la revista sentado en mi mesa de estudiar en mi cuarto. Llevaba ya 8 minutos y empecé a cansarme, pero empecé a notar que me subía la presión o una especie de escalofrió, de repente una sensación de alivio y una bajada de la erección, fue algo maravilloso, quería repetir, quería seguir, pero no podía, porque me dolía. Había tenido una sensación nueva, me había corrido, y me encantó lo que pude sentir en ese momento. A partir de ahí empecé a masturbarme con más frecuencia, en cualquier sitio casi y a cualquier hora, llegue a batir auténticos records. A los pocos meses comencé a eyacular semen.

Ya con 12 años comenzaba un nuevo curso, mi relación con María seguía muy bien pero nunca como había sido antes, ya no había tanta confianza y ella me contaba todas sus experiencias en una forma resumida y cortada, respecto a mi daba por hecho mi asexualidad, en parte por mi hermetismo sobre el tema. Todo cambio y se precipitó un día de curso como otro cualquiera, en épocas de exámenes no importaba lugar, ni hora, ni momento… si me ponía a estudiar y me aburría me daba por masturbarme discretamente, lo que no cuidé fue cerrar la puerta de mi cuarto en ese instante. Evidentemente yo entré al cuarto con la idea de estudiar, por ello no cerré la puerta pero luego el aburrimiento me llevo a hacerme una paja. Cuando estaba muy excitado abrieron la puerta, yo enseguida me tape como pude y vi que era Jose que venía a por sus revistas (algo ya habitual que me las prestara). Se quedó muy parado cuando vio que me estaba pajeando con la foto de un chico, entonces me dijo que no me preocupara, que el hacia lo mismo y que sentía atracción por ambos bandos. Entonces una ola de excitación y miedo recorrió todo mi cuerpo cuando Jose dijo que si no me importaba que el se masturbara allí en mi cuarto conmigo. Yo no daba crédito cuando le dije que apagara la luz y cerrara la puerta para asegurarnos que no habrían nuevas sorpresas. Comenzó a haber una gran tensión sexual en el ambiente porque yo saque mi portátil y puse un video de una chica haciendo striptease, en ese momento fue cuando note un bulto en su pantalón y quizás por el efecto de verlo enseguida yo tuve el mío. Parecía que iba a terminar sin siquiera tocarme cuando Jose propuso empezar con lo que tocaba y así romper el hielo, yo acepte pero le dije que los dos nos abriríamos el slip y el pantalón a la vez, él entonces empezó a contar hasta 5 y fui imitando lo que hacia, desabrocharse el botón del pantalón, bajar la cremallera, remangar un poco el pantalón y aparecía ese marcado bulto que indicaba su alto grado de excitación. Parecía que su slip rompería con tanta presión y el mío igual, llego el momento, se introdujo la mano y empezó a masajearse el miembro y a masturbarse lentamente, entonces cuando alcanzo el punto máximo de erección de repente la saco, y comenzó a pajearse más cómodamente, yo igual aunque con muchos nervios. De repente nos dimos cuenta que más que al video no hacíamos otra cosa que mirarnos el uno al otro, nos asustamos como es lógico y aparentamos seguir mirando el video. Enseguida veo como un chorro de esperma caliente salta encima del papel que teníamos preparado procedente del miembro de Jose, y torpemente me salpica un poco… En ese momento el se muere de vergüenza, yo de asco, a la vez que me corro como nunca lo había hecho. Luego empezamos a limpiar y a hablar de que nada de lo ocurrido había pasado y nadie debía enterarse por el bien de los dos, y nada de repetirlo.

Ambos jugábamos en el equipo de fútbol así que al día siguiente era inevitable que nos viéramos, la primera vez que nuestras miradas se cruzaron tuvimos la misma reacción, mirar hacia el suelo y seguir nuestros caminos, pero ambos tuvimos la visión del día anterior. Al segundo día de entrenamiento, tras que se notara cierto aire de rareza en el equipo decidimos quedar para hablarlo e intentar que nuestra relación se normalizara, eso hicimos, lo hablamos y quedamos en que había sido un error y no se repetiría, aunque en el fondo ambos queríamos repetirlo, y efectivamente no tardamos demasiado.

Salimos de fiesta todos los del equipo de fútbol para celebrar que ganamos un inter-torneo a nivel regional, yo me emborracha y él también, así que se quedaría a pasar lo que nos quedaba de borrachera en mi cuarto… Entonces entre broma y broma salió con obvia intención el hacernos unas pajillas, y nos pusimos manos a la obra, esta vez sin porno y con un silencio sepulcral. Se siguió repitiendo la misma escena ya sin salir, de vez en cuando, un par de veces al mes alguno iba al cuarto del otro y nos masturbábamos juntos. Pero claro un día, entre comentario y comentario se nos ocurrió la idea de cambiarnos las manos y que uno la hiciera al otro, lo propuso él, claro que yo no tarde en aceptar. Le aflojé el cinturón, le desabroche el vaquero y metí mi mano aún sin bajarlo a su miembro que ya estaba duro, muy duro, empecé a tocarle suavemente mientras con la otra mano le bajaba el pantalón y el slip, comencé a masturbarle abiertamente siguiendo sus indicaciones, empezó diciéndome que fuera muy despacio, luego apenas 1 minuto después me dijo que acelerará un poco y cuando vio que no podía más me pidió que quitara mi mano, siguió él y termino echando tanta leche que yo no me lo podía creer. Cual fue mi sorpresa cuando luego él se negó a masturbarme a mí, ¡había roto el trato! Nuestra relación era totalmente normal pero de lo que hacia con respecto a masturbarnos y demás apenas hablábamos, solo actuábamos prácticamente y siempre con indirectas de por medio. Me pidió perdón muchas veces en ese momento y me dijo que la próxima vez lo haría, finalmente no me quedó otra (también por acabar con la violenta situación) que acceder.

Esa siguiente vez, el cumplió sobradamente con su parte, yo no esperaba finalmente nada porque pensé que se volvería a echar atrás, pero la cosa fue que estábamos algo bebidos cuando de repente me pone la mano encima del pantalón y me empieza a acariciar, palpando con fuerza a mi miembro y comenzando a masturbarme con el pantalón puesto, yo estaba tan excitado que de repente me corrí de un segundo al otro. El recordando lo comprensivo que había sido la última vez cuando me dejó plantado, me aflojo el cinto y me desabrocho el pantalón, luego sin bajar la cremallera introdujo su mano y comenzó a tocarme el falo y limpiarlo con el slip mientras me hacia caricias bajo el pantalón, luego bajo el slip y el pantalón algo más de lo habitual, lo cual me alarmó un poco. Debió percibir mi nerviosismo que me dijo que no me preocupara, luego comenzó a masturbarme suavemente mientras empezó a masajearme por los testículos, luego siguió bajando y poniendo el slip de por medio a la vez que me masturbaba comenzó a introducir su dedo índice en mi agujero más intimo… al momento la corrida fue espectacular, le salpiqué entero, pero me dijo que no me preocupara y me ayudo a limpiarme, luego él se masturbo a solas terminando enseguida. Fueron muchas las veces que se repitió una escena similar, sin pasar más que lo que pasó ese inolvidable día, el tenía muchas novias y yo bueno le tenía a el. Luego poco a poco los encuentros se fueron reduciendo cuando a sus 17 años ya se desaparecieron por completo. Yo estaba muy dudoso de mi sexualidad, pero me consideraba hetero.

Cuando cumplí 17 años, María tenía 18 y fue en un verano, cuando nuestra relación por fin cambió, todo empezó con la idea de organizar un pequeño viaje, puesto que algunos de los chicos del pueblo se irían a estudiar o trabajar algo lejos. Decidimos un destino: Tenerife, era barato y pintaba muy bien para nosotros por lo que Tenerife sería la opción ideal solo tuvimos que poner fechas y personas. Finalmente fuimos 6: María y una amiga, yo y 3 chicos del pueblo más, yo con María tenía una relación equivalente a la que tenia con Sara (su amiga) o mis otras amigas, ya esa magia que envolvía y bañaba nuestra amistad infantil había dejado de brillar por la adolescencia, pero quizás este era el momento de ir recuperándola. Cuando llegamos a Tenerife nos pareció espectacular el aeropuerto para una isla que nosotros asociábamos tan pequeña, luego cogimos una guagua, como la llaman allí para ir a nuestro apartamento en Las Ameritas, que parecía Inglaterra porque todo estaba en idioma anglosajón. El primer día no hicimos gran cosa puesto que llegamos tarde y simplemente cenamos y charlamos un poco, la cosa llego en el momento de dormir porque 2 de las camas, las dichosas supletorias parecían muy incomodas, así que preferimos no usarlas, en algo se tenía que notar el ridículo precio que pagamos por aquel alojamiento. María enseguida dijo que dormía con su amiga pero aparentemente Sara ya se había encariñado con Sergio, uno de mis amigos, por lo que María debía dormir conmigo o con otro de mis dos amigos, finalmente los demás advirtieron de que roncaban por lo que la decisión fue fácil: María dormiría conmigo. Me hizo mucha ilusión a pesar de que últimamente mi atracción por María era nula, pero eso fue hasta esta noche.

Tras acostarnos, ella con su pijama y yo con el mío, después de pasar el edredón y quedarnos algo ajustaditos, nos entraron unos calores tremendos, así que María me preguntó con total confianza si no me importaría que se quitará la camiseta y se quedará en sujetador, y en culot, en lugar del pantalón. Yo totalmente entusiasmado respondí con aparente desgana que no me importaba, sin dudar que yo en 5 minutos le pediría lo mismo y así lo hice… Evidentemente su respuesta fue afirmativa y nos dimos unas simples buenas noches. A mitad de la noche sudábamos como pollos al horno, así que abrí la ventana y me volví a la cama, sin embargo como antes del alba entró una ligera brisa que hizo que nos subiéramos la manta y nos abrazáramos sin apenas darnos cuenta, ¡total éramos amigos de toda la vida!, De repente ella, siempre tendré la duda de si estaba dormida o no, pego su sexo a mi, tanto que casi podía notar los labios de su sexo postrados ante el mío, lo cual me provoco una tremenda erección, de no haberme apartado y llevar ropa; creo que la hubiera penetrado directamente, ella se dio la vuelta y no pasó nada más. Por supuesto al día siguiente ninguno comentó nada en absoluto sobre el "accidente" ocurrido. Estuvimos visitando el Teide, el volcán y el punto más alto de toda España, no fue algo especialmente divertido pero bueno la verdad es que la montañita impresionó lo suyo y nos agotó bastante, lo cual me preparaba el terreno para mi segunda aventura nocturna.

Al contrario que la noche anterior, esta vez no hubo tanta duda a la hora de decidir quién dormiría con quién, sino María directamente dijo que había dormido bien la noche anterior y no le importaba seguir durmiendo conmigo, yo casi ni me creía lo que escuchaba y tenía en mi la duda de si estaba despierta. Nos pusimos a fumar algo de maría que habíamos llevado y cuando ya no podíamos con nuestras almas nos acostamos. María había abierto la ventana porque me dijo que no quería pasar el calor de la noche anterior y que cuando refrescara nos tapábamos y todo arreglado. Directamente se acostó en sujetador y culot, así que yo hice lo propio y me acosté con slips largos y ceñidos. Empezamos con la típica charla de fumados, primero hablando de tonterías, pero luego pasamos a hablar de nosotros y de que nos había ocurrido a partir de los 12 años. Ella me contó que había estado muy enamorada del que ahora era su exnovio y entonces quizás por estar con él se había distanciado un poco de mi, yo no me atreví a contarle mis juegos sexuales con Jose pero le dije que apenas había tenido éxito en mi vida amorosa-sexual. Después nos dimos un beso de buenas noches de compromiso, la verdad es que me lo dio tan cerca de la boca que llegue a pensar que quería si hay tanta casualidad en el mundo. Con el cansancio se supone que me dormiría rápido pero preferí esperar a ver que pasaba, a la media hora de repente se abraza "dormida" a mi de una forma muy cariñosa pero no estrictamente erótica, así que supongo que eso unido a su cansancio hizo que simplemente me quedara dormido abrazado a ella y así fue como despertamos. No obstante lo que si que noté raro aunque quizás sean pajas mentales es que me despertó con un cariñoso beso en el cuello, reposando su cabeza en mi pecho y puedo notar como sus senos se clavaban en mi, yo quizás por la hora quizás por lo a gusto que estaba tenía la tienda de campaña bien montada. Pero lo peor vino cuando a la hora de ducharme pude notar como había tenido un orgasmo durante la noche, un sueño erótico o un sueño húmedo, no sé bien como lo llaman.

El siguiente día en Tenerife fue en plan relax, había que descansar un poco para no estresarnos con tanta actividad, así que bocadillo y playita todo el día, yo hasta me Qormi en la playa. Estuve todo el día lanzándole indirectas a María y ella parecía encajarlas y seguirme la corriente, íbamos a salir por la noche y yo ya me veía como el gran triunfador de la noche, al menos en mi pequeño mundo imaginario.

Empezamos a beber temprano y María parecía tener toda la intención de emborracharse tanto que al día siguiente todo lo olvidaría, pero lo que se avecinaba como una gran noche, fue la peor de mi vida hasta el momento.

Salimos a la discoteca metrópolis, que esta muy bien y tiene dos ambientes, uno house y otro reggaeton. Yo no era ni simpatizante ni prefería uno sobre el otro, pero si tenía claro que demasiado de uno me cansaría pronto y sobre todo el house, que me mola pero hasta cierto punto. María tenía efectivamente una tremenda borrachera, yo no había bebido demasiado para evitar que algo pudiera salir mal y ya tenía más que preparado un chubasquero listo para estrenarme con las chicas, pero el primer imprevisto llegó cuando Sara se puso mal por intentar beber tanto como María, así que a pesar de no conocerla mucho, salí fuera y estuve acompañándola (si se puede llamar así a verla vomitar…) mientras dentro María no perdió el tiempo por lo que un año después me relato y ahora yo intentaré transmitir:

A pesar del pedo que llevaba seguía bebiendo porque ella no se veía tan mal, lo que no se dio cuenta fue de que una sirenita calló "accidentalmente" en su vaso cuando estaba en la zona house. Evidentemente el efecto fue inmediato, se puso a 100 en todos los sentidos posibles, y luego "casualmente" apareció una chica cuyo nombre nunca supo, de unos 25 años, pelo corto y morena, ojos marrones, bajita, sin muchas curvas, poco pecho y culo pero una gran sonrisa. María al principio no la vio venir, porque estaba que no veía nada pero, luego la chica empezó a bailar muy pegada a ella, tan pegada que María pudo sentir como sus pezones entraban en acción y casi traspasaban la camiseta, que llevaba la otra chica, que además era muy corta y estaba algo húmeda por el sudor. Todavía, según me contó, no se explica porque se puso tan caliente de repente, quizás fue por la pastilla o quizás fue que realmente la puso pero el caso es que a María se le humedeció toda la entrepierna de una manera que ella casi ni recuerda. Sin previo aviso ni señal, después del baile pegadito, mi amiga recibió un gran beso en el cuello, que luego fue subiendo hasta que ambos labios se pegaron y comenzaron a darse un profundo, rápido y enérgico beso.

María hasta el momento no había tenido ningún contacto con otras chicas, en ese momento la carne era débil y María la invitó a ir a nuestro apartamentucho. Llegaron muy calientes y se fueron a la cama de maría y mía, La chica enseguida besó a María a la vez que comenzó a pasar su mano por la espalda, luego fue bajando y comenzó a acariciarle ese culo tan respingón que tenía mi amiga, mientras la otra mano se introdujo por debajo de la camisera y empezó a acariciarle los senos. María estaba totalmente excitada, casi temblaba de tanta excitación, así que se tumbó para atrás y la dejó hacer, antes se desabrochó el sujetador. La "mano experta" le introdujo la mano bajo el trasero y siguió acariciando a la vez que la otra mano dejaba a la vista los senos para que fueran absorbidos por su húmeda y calida lengua, que hicieron que los pezones de María se pusieran como fichas, la mano fue bajando hasta llegar a las braguitas de María donde comenzó a tocar su sexo con la mano ensalivada y la braga de por medio, luego bajo el pantalón y la braga y comenzó a chupar el clítoris de María como quien toma un chupa-chups!. María no podía disimular su excitación y gritos. Tras un camaleónico orgasmo María se dispuso a devorar a su nueva amiga, y así lo estaba haciendo cuando aparecimos nosotros y cortamos el rollo. La otra chica se fue y el ambiente se podía cortar con cuchillos, hasta que vimos que María estaba drogada y no sabía casi quien era ni como se llamaba, por lo que a pesar de mi impresionante decepción con María, me acosté con ella, la abrace y la cuide toda la noche, al día siguiente habría mucho de que hablar.

Sobre las 12 de la mañana abrí los ojos, como un malhumor nada extraño, supongo que por lo ocurrido. Mire a María y tenía una cara que daba miedo, todo el maquillaje corrido, unas ojeras de competición y sangre, pues le debió sangrar la nariz y toda su zona de la cama estaba manchada. Me fui con los demás un rato sin perder de vista ir de vez en cuando a ver como andaba María. Como a la hora más tarde, escucho un tímido susurro, con apenas un hilo de voz, y voy a mirar, era ella que acaba de despertar y apenas podía abrir los ojos del dolor de cabeza tan fuerte que tenía, le pregunté

- ¿como estas?

-Muriéndome – dijo con cara de sufrimiento, ¿Qué pasó ayer que no recuerdo nada? ¿Qué es toda esta sangre?

- Tranquila, descansa, luego hablaremos, te traeré agua y nobufren y por la tarde si estas mejor hablamos de ayer.

Se metió debajo de la manta y volvió a dormirse. Por la tarde cuando estábamos viendo una película, sobre las 6 de la tarde apareció por el salón como alma en pena. Fui rápidamente a hablar con ella:

-¿Cómo te encuentras?

-He estado mejor, gracias, ¿qué pasó ayer?

-¿Seguro que quieres saberlo? – pregunté intentando disimular mi gran decepción…

-Pues claro, confío en ti, ¿Qué pasó?

-Yo solo sé que tuve que salir de la discoteca porque Sara estaba mal, tu te quedaste dentro y te perdimos de vista, cuando llegamos ¡estabas en la cama con otra chica! Dije casi sin poder ocultar mi genio.

-¿Qué? -Dijo maría sin dar crédito a lo que escuchaba…

Se apresuró a confirmarlo con los demás, no se lo creía, no lo quería creer… y evidentemente los demás se lo confirmaron y ella vino conmigo, viniéndose a bajo totalmente. Los días siguientes, solo nos quedaban 4 en Tenerife, fueron de continuo consuelo al principio, entre flash y flash, en uno de ellos pudimos suponer lo de las pastillas, esto hizo que nuestra relación mejorara muchísimo, y aunque en las 3 noches siguientes dormimos juntos, con la diferencia de que nos pusimos pijama, solo nos limitamos a abrazarnos. El cuarto y último día llegaría, sin yo sospecharlo el gran momento:

Habíamos ido a ver todo el día el "loro parque", el parque de Loros más grande del mundo, un día increíble. María se había puesto por fin medianamente contenta y fue algo menos monotema por fin, porque ya estaba algo cansado y empezaba a sentirme como un "toma cafés".

Como las noches anteriores nos fuimos a la cama, solo que esta vez habíamos tomado 2 cubatas cada uno, así que una vez estamos metidos en la cama, nos quedamos para variar en ropa interior, nos abrazamos, pero cuando nos íbamos a dar el mítico beso de buenas noches, ella por accidente o con intención se encontró con mis labios, y no se retiró, comenzó a besarme de una forma increíble, luego pasamos a besarnos con lengua, y yo no puedo negar que me excité tanto que se me debió notar un bulto en el pantalón, de repente ella dejo de besarme, metió su mano bajo mi camisa, acariciando mi pecho y puso su cabeza encima también, lo cual me dejó muy desconcertado, sin embargo yo seguía muy excitado….

Me subió la camiseta y comenzó a pasar su lengua húmeda por todo mi pecho, entonces yo comencé a acariciar su espalda, metiendo mi mano por su camiseta, en ese momento ella empezó a tener una respiración agitada y a bajar su mano hasta mi pantalón, donde empezó a acariciarme por encima del pantalón mi entrepierna. Yo por mi parte, seguí bajando su espalda con mis manos hasta llegar a su culo respingón, ¡por fin ella era mía!

Su mano pasó a debajo de mi pantalón, quedando por medio aún el slip, comenzó a masajearme y ya yo estaba que casi no sabía ni donde estaba… entonces yo le quité su sujetador y pude sentir por fin sus senos sobre mi cuerpo, eran muy suaves, sus pezones estaban duros y eran pequeñitos, pero sus senos algo más grandes de lo que esperaba, y a la altura perfecta. Ella me bajó los pantalones y el slip y comenzó a masturbarme, al siguiente momento yo empecé a acariciar su húmeda entrepierna, pudiendo notar claramente sus labios en la húmeda vagina y el clítoris. Le dije si se podía girar, aprovechando que así dejaría de masturbarme y no me correría tan pronto, pero sin embargo de repente se baja y empieza a meter en su boca todo mi miembro, yo creía que me moría, que sensación más maravillosa, quien quiere ir al cielo!, su lengua recorría mi glande una y otra vez, y ella se la metía entera en la boca, le dije que parara que no iba a poder aguantar mucho más, me dijo que no importaba y tuve un tremendo orgasmo, dejándola toda pringada, pero ella me dijo que me preocupaba y se limpió con las sabanas. Luego quedo extendida aparentando que todo había terminado, pero yo no estaba dispuesto a dejarla así, me eché encima con cuidado y empecé a pasar mi lengua por cada rincón de sus senos, mientras le acariciaba todo el cuerpo, luego baje y comencé a introducir mi lengua en su sexo, estimulando su clítoris, ella comenzó a gritar como una posesa (sería el cachondeo del DIA de mis amigos), y a lubricar su vagina muchísimo, me pidió que la follara, y yo con el miembro recuperado empecé a perder mi virginidad, al principio me pidió que fuera muy despacio, yo la iba acariciando y besando en todo momento, luego pude ir cogiendo ritmo y de repente cuando le advierto que me voy a correr, me coge el miembro viril y lo aprieta, con lo que se me quitan las ganas abruptamente. Coge su mano y se escupe, luego se empieza a estimular su culo, para dilatarlo, yo no daba crédito de estar con una diosa del sexo, al principio a pesar de haber tenido alguna fantasía homosexual, me dio algo de asco, pero luego cuando me pidió que me corriera dentro de su culo, ni lo dude un segundo. Introduje muy despacio mi polla erecta y fui abriendo camino, a la vez al ella estar boca abajo fui acariciando sus senos y notando su culo en mis testículos… ella empieza a gemir como una posesa, yo a ir más y más rápido, por fin ambos nos corremos a la vez, luego nos abrazamos y nos besamos y así nos despertamos al día siguiente.

Ahora somos algo más que amigos, han pasados unos cuantos años y después de tener periodos malos, de salir con otras personas, de hacer tríos, y reconocer ambas bisexualidades, seguimos casados y felices. Pero estas aventuras quedarán para otro relato.

*Espero que el relato haya gustado, me encantaría recibir sugerencias. Realmente es todo una invención, pero para eso esta la imaginación, para crear nuevos mundos ;)