Anoche...
Anoche fui a mi cuarto después que te habías ido, me recosté en mi cama, mirando hacia el techo, con la luz apagada, apenas un halo de luz de luna se infiltraba en mi ventana, marcando mi silueta entre mis sabanas, te imagine aquí, recostándote lentamente en la cama, te abrace y bese en los labios, tu cuello, tu te volteaste lo que aproveche para besar tus hombros, tu espalda, con mis manos acariciaba tu pecho, frote tus hombros para relajarte, seguí con el masaje, besando una otra vez tu piel, tu espalda y con mis manos jugando con tus tetillas, recorriendo esa línea del pecho, hasta llegar a tu maravilloso e imponente sexo, jugando con el, te susurre al oído, hazme el amor una vez mas, gire hasta ponerme de espaldas a la cama, boca arriba, y empecé a imaginar tus labios, tus besos... esa fuerza que debes imponer a la maravillosa boca tuya cuando estas besándome, mis manos no eran mías, eran las tuyas que recorrían mi cuerpo, acariciando mi mejilla, mi cuello, mi pecho... los senos, bajando poco a poco los tirantes del camisón blanco que traía...
Mis senos emergieron de su prisión, con los pezones erectos,
duros y firmes de tanta excitación, empecé a frotarlos despacio, sintiendo las
curvaturas de cada uno de ellos, la suavidad de mis senos, poco a poco
baje las manos hasta mi estomago dibujando lentamente figuras sin sentido que
fueron recorriendo mi piel, llegando a mi vientre.... Sentí mis caderas, cada
una de sus curvas y siluetas, recorrí poco a poco por ellas, imaginando tus
manos quienes las recorrían, imagine también tus labios besando cada uno de esos
lugares en donde mis manos acariciaban, lentamente abrí mis piernas, imaginando
que eso es lo que mas deseas... sonriendo maliciosamente deslice poco a poco mi panty
blanca y pequeña, corrió ansiosa por mis piernas, para darle paso a mi mano que
se mezclaba con la entrepierna, deseando que fueras tú el que se encontrara
ahí...
Poco a poco la nena fue abriéndose separando sus labios ardientes y calientes,
emanando ese jugo que emerge de ella cada vez que la mencionas, ese cosquilleo
que la recorre junto con mi vientre al imaginarte aquí, mis manos se
fueron directamente a ella, una abrió sus labios y la otra busco su botón... ese
pequeño botón que la hace mas y mas jugosa, empecé a acariciar mi clítoris,
despacio, usando el néctar emanado de mi sexo para lubricarlo mas y mas,
imaginando tu lengua haciéndolo así, un dedo.. dos... se movían arriba y abajo
rozándolo una y otra vez, gimiendo lentamente, conteniendo la respiración,
callando los gemidos que las caricias intimas me provocaban, fue maravilloso
sentirlo así...
Pero no quise que solo eso fuera, poco a poco introduje mis dedos dentro de mi
vagina, el cual respondió al momento, apretándolos, y succionándolos, con
movimientos de vaivén, quería sentirlos dentro, imaginando que era tu sexo quien
la penetraba, una y otra vez, jugaba sacándolos y metiendolos una y otra vez,
despacio, rápido, fuerte, suave, mas y mas dentro, alternaba los movimientos
pensando en ti, tome una almohada y la puse sobre mi cuerpo, imaginando que era
tu pecho, tu cuerpo encima de mí, un liquido salado escurría empapando mi cuerpo
en gotas, estaba sudando, así que tome un poco de agua del vaso que siempre
tengo junto a la cama, y lo esparcí sobre mí rociándolo, el frió de las gotas
del agua contrastaban con el calor de mi piel y de mi cama, imagine tu sudor
unido al mío, al fundirnos uno en el otro.
Seguí con el juego de los dedos... hasta que no pude contener la respiración, un
pequeño gemido se escapo de mis labios, al sentir ese delicioso orgasmo, esa
contracción maravillosa, el espasmo que me hizo arquear la espalda, imaginándote
ahí...
Pero no pare, acomode las almohadas hasta ponerlas en línea, me monte sobre una
de ellas, imaginando que eras tu a quien montaba, mis dedos salían y entraban
mas y mas rápido, con mas firmeza, mas pasión, con mas fluidez ayudados por los
jugos que de mi vientre emanaban, murmure palabras... hasta que no aguante mas y
caí rendida, sobre tu pecho que improvise con una almohada, me quede así un
rato, abrazada a tu falso cuerpo, descansando, recuperando las fuerzas, solo me
cubrí con una sabana....
Transcurrió un tiempo, no sé cuanto, me levante, limpie la cama, mi sexo
de la manera más delicada, como me has pedido tratarlo, una playera y una pijama
cubrieron mi cuerpo, me acosté nuevamente, abrace tu almohada, me cubrí con las
sabanas, la bese lentamente te susurre las buenas noches... y me quede dormida,
pensando en ti...
así fue....