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¿Puedo tocar?

en Sexo Oral

¿Puedo tocar?

La gradas del inmenso teatro estaban vacías, filas y filas de asientos como único testigo de la chica frente al piano en el escenario.

En un par de horas la explanada estará llena y Sara no podía permitirse hacer otra cosa masque ensayar.

Sara tenia muchas cualidades, entre ellas estaba la de ser bastante guapa, de piel clara y suave, de pelo largo castaño y oscuro que le llegaba hasta los hombros ,una figura delgada y definida ,bien formada y educada, usaba siempre un par de anteojos que le daban cierto toque de intelectual.

La gran sala estaba a oscuras, el reflector sobre el piano era la única fuente de luz, fuera de la dulce melodía interpretada por Sara un sepulcral silencio lo envolvía todo.

Una joven dedicada, tranquila y predecible, era la definición que muchos le daban, apasionada por la música e irremediablemente enamorada de sus manos.

En privado Sara las usaba para darse placer a si misma cada ves que iba a tocar ante una gran audiencia.

Una hora antes de tocar Sara se encerraba en uno de los camerinos tras el escenario y se masturbaba en secreto, solía pensar que era la mejor forma de preparar sus dedos para tocar el piano

-acaricia no golpees, con suavidad pero firmeza, ni muy rápido ni muy lento-

Se repetía a si misma mientras lo hacía

Sabiendo que tendría que cambiarse para el espectáculo, solía desnudarse por completo antes de recostarse.

Le gustaba escuchar a Beetoven mientras lo hacia, Si favorita era "Para Elisa"

Se imaginaba a si misma interpretando la melodía remplazando el piano por su cuerpo, seguía cada compás y cada movimiento, cada movimiento de intensidad era imitado por sus dedos sobre su piel, presionando, acariciando.

Con las notas mas agudas y lentas se acariciaba los senos mientras que con las mas graves y rápidas sus manos bajaban a su vagina. Al cavo de un minuto ya no necesitaba a Beetoven ,la música conseguía excitarla con una gran facilidad, no tardaba humedecerse y comenzar a frotarse frenéticamente ,dejaba de presionar y comenzaba a tallar sus rosados labios de arriba hacia abajo ,buscaba su clítoris erecto entre la suavidad de su juvenil vulva y cuando lo encontraba comenzaba a presionarlo y a jugar haciendo círculos con su dedo anular mientras se acariciaba los senos con su otra mano

Cada pieza diferente le proporcionaba una experiencia nueva en la autosatisfacíon, pero aunque podía pasar horas descubriendo todas las formas en que la música podía estimularla ella siempre se aseguraba de terminar con el último acorde de un vals

Disfrutaba de un orgasmo cada ves que la melodía llegaba a su fin.

No podía evitar sentirse irremediablemente culpable al terminar, no por el acto sino por perder el acorde con la melodía al cavo de un rato, pero era algo que no podía evitar, la música tenía esa cualidad en ella.

Durante un concierto se cohibía ante la mirada de cientos de espectadores, pero la pasión por la música que sentía en su interior la hacía que tocara perfecto cada vez.

Esa tarde se encontraba ensayando, aun debía practicar un poco mas antes de ir atrás a lo que ella llamaba "Prepararse"

Estaba tan concentrada en su música que no escucho la presencia que se avecinaba por su espalda.

Súbitamente sintió como alguien le sujetaba los senos desde su espalda y le plantaba un beso en el cuello

No savia de quien se trataba ni que quería pero pronto noto quien era al comenzar a besarla, Sara conocía muy bien la lengua que le hacia cosquillas en su boca y reconocía las manos que acariciaban sus pezones por enzima de su blusa.

Aunque dejo de tocar por la sorpresa había una vos en su cabeza que le decía que siguiera tocando y que no se detuviera hasta terminar.

Eran las manos de Julio, el único con quien ella había compartido su cama, la única persona por la que Sara sentía algo además de su música

-No pensé que vinieras- Le dijo Sara

-No hables, solo toca-

-No podemos aquí-

-Porque no?, este es tu lugar, tu audiencia, tu escenario ,tu piano-

Sara se sentía tentada a dejarse acariciar por Julio pero el pensamiento de la audiencia frente a ella era muy fuerte.

Pero Julio seguía sobando su cuerpo por sobre su ropa y Sara sabia que no se detendría

-Como lo haremos?- le pregunto Sara

-Yo me encargo, tú solo sigue tocando-

Sara lo obedeció, realizo un par de movimientos sobre el teclado y comenzó a tocar,

Julio era un reconocido violinista y savia del fetichismo por la música de Sara, comprendía a la perfección como le gustaba sentir cada nota como una sensación en si misma

-Sara, si en algún momento te detienes, yo lo haré también-

Asintiendo con la cabeza Sara se concentro en el piano una vez más.

Julio se concentro en sus senos y en su cuello primero, sin verla ala cara en ningún momento y siempre a espaldas de Sara

Con suaves mordiscos en el cuello le iba dando forma a la melodía, comenzó a meter sus manos por debajo de la ropa de Sara y masajear le los senos pellizcando sus pezones cada ves ella tocaba una nota alta y por momentos llegando prolongarlos cuando ella deliberadamente así lo indicaba al tocar una nota de mas.

-Sin trampas Sara-

Lentamente y con calma fue desabrochándole la blusa hasta dejarla colgada de sus hombros, dejando sus senos expuestos a la inmensa audiencia imaginaria que los observaba.

Sara podía verlos y los, cientos, miles de personas mirándola fijamente desde sus butacas, pendientes de cada uno de sus movimientos, escuchando cada nota que producía, eso lograba excitarla aun mas que la música por si sola, Sara creía que su placer provenía de la música que escuchaba pero en realidad venia de la atención que recibía del publico, le gustaba ser observada su ropa era el sonido y la música todo su amor, era todo lo que ella necesitaba para ser feliz.

Todos esos pensamientos habían logrado que Sara se mojase mucho en su asiento y Julio respondió inmediatamente agazapándose debajo del piano y colocándose entre las piernas de Sara, metiendo sus manos por debajo de su falda y comenzando acariciar rápidamente su entrepierna por sobre de su ropa interior.

Podía sentir el calor y la humedad del sexo de Sara del orto lado de la tela, apartándola hacia aun lado con una mano comenzó a chupar sus dedos y a introducírselos ,primero uno ,luego dos y finalmente tres dedos juntos ,los movía hacia dentro y hacia afuera en rápida sucesión sacándolos para metérselos a la boca y poder degustar el mas delicioso de los sabores para un hombre , pero Julio no tardo en avanzar, quería saborear aquel vino de dioses de primera mano y lamer sus dedos como un niño pequeño.

-Abre las piernas y no dejes de tocar en ningún momento-

Por encima de la cintura Sara había comenzado a sudar provocando que la tela que entrara en contacto con su piel se pegase irremediablemente, sus pezones se mantenían erectos rogando por ser acariciados pero Sara se contuvo al hacerlo porque savia que si en algún momento dejaba de tocar esa sensación tan placentera que le provocaba se detendría y no podía permitir eso. Ya era muy difícil interpretar a Beetoven sin pisar los pedales, por lo que ahogando el sonido de su respiración Sara continúo tocando abriendo sus piernas todo lo que podía.

Julio mantenía apartadas las bragas de Sara mientras comenzó a introducir su lengua entre las paredes de su sexo, frotando su rostro por la pubis de ella, empujándola contra su nariz y penetrándola con su lengua salivando toda la entrada a su vagina, quería asegurarse de poder paladear cada uno de los sabores en ella, mordiendo delicada mente su vulva completa a ratos y usando la punta de lengua para frotar su clítoris erecto.

Sara sentía que iba a reventar de placer, una sensación abrasadora envolvía todo su húmedo cuerpo, podía sentir la respiración de mil personas sobre ella ,sus dedos estaban húmedos y sentía como podía cometer un error en cualquier momento ,pero ya estaba por terminar ,la perfecta pieza , su perfecto orgasmo.

Comenzó a mover sus caderas hacia delante y atrapando al cabeza de Julio entre sus piernas el cual coloco sus manos en las caderas de ella y tiro con fuerza penetrándola tan profundo como podía mientras un escalofrió recorría todo el cuerpo de Sara estremeciéndola desde sus pies hasta su cabeza en un estallido de placer que Julio recibió en su boca y trago gustoso.

Apartándose de el y con las ropas aun húmedas y desarregladas Sara camino por el escenario y le dedico una reverencia a la audiencia de su mente.

En silencio Julio cero la tapa que cubría el teclado y camino hasta Sara preguntándose que tan grande seria el deseo de ella de poder hacerlo con el sonido en si.

Sara se volteo y fue ella quien beso a Julio estas ves pudiendo sentir su propia esencia en la boca de Julio, eso le gusto, pero no tenia tiempo para una segunda ronda.

El concierto seria en menos de una hora y tenia que aclimatarse si no quería excitarse nuevamente al estar frene a una audiencia verdadera.