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Los amantes caninos de madre e hija (2)

en Zoofilia

Hola a todos los lectores y lectoras de esta página como siempre mi nombre no lo diré por que es irrelevante ya que esta es otra más de mis fantasías. Con mucha imaginación en lo sexual no se si sana o no, pero a veces me asusta las cosas con las que fantaseo por eso no lo podría compartir con mi familia creerían que estoy loca o poseída y por eso uso esta página para dar rienda suelta a mi imaginación sin mucho conflicto. Esta historia bien podría titularse "Madre E Hija Zoofiliacas II". ¿Ustedes creen que sean normales mis gustos y fantasías?

Habían pasado ya algunos días desde la primera vez que Luisa y Fabiola habían tenido sexo con Benito y Adolfo, y aunque disfrutaban mucho estar con los perros, también habían descubierto el placer del sexo lésbico/filial, lo cual disfrutaban entre ellas cuando tenían oportunidad, lo cual era muy seguido por las ocupaciones de los hombres de la casa.

En una ocasión madre e hija platicando acostadas en la cama kingsize de Fabiola desnudas con las piernas entrelazadas y acariciando la pepita de la otra con ternura, comenzaron a hablar acerca de sus deseos y fantasías, de cómo habían perdido por completo el miedo a los perros, al ser madre e hija tan parecidas física y emocionalmente, también sus gustos para vestir, comida y estilo de vida eran fascinante mente idénticos, no les sorprendió que también sus fantasías sexuales fueran muy parecidas. Se dieron cuenta que dentro de su mente las dos sentían cierta atracción la una por la otra desde hacia algunos años, incluso que lo lesbio era probablemente de familia. Pero lo que ambas realmente deseaban era que sus hombres les rompieran el culo Fabiola de su esposo y Luisa de su novio, pero en su inocencia sexual ambas habían tenido miedo de proponérselos pues creían que eso iba a escandalizarlos o a darles asco, pues tendrían que meter su herramienta por el ano y seguramente saldría lleno de mierda, cosa que ningún hombre desearía, según creían ellas. Y sin embargo ahora tendrían la oportunidad de realizar esa fantasía con sus nuevos amantes.

Entonces se pusieron de acuerdo y decidieron que ese seria el siguiente paso, Luisa investigaría por Internet lo que se necesitaba para el bautizo de los culos y Fabiola se encargaría de conseguirlo en algún lugar especializado.

Ya que las dos estuvieron de acuerdo, Luisa investigo en Internet que el sexo anal podría ser muy doloroso en la primera vez, así que convenía iniciar con vergas pequeñas o juguetes especiales para ir dando mayor elasticidad al ano, además de que las lavativas serian esenciales por si hubiera algún tipo de desgarre, bueno en fin Luisa hizo su tarea investigando lo necesario.

Fabiola por su parte cuando su hija le explico lo que necesitarían, se dedico a conseguir las cosas, lo primero que compro fue algunos juguetes como bolas chinas, conos de plástico y tapones anales para aumentar la apertura de sus culos, además de lubricantes especializados que encontró en una tienda para adultos que supuestamente ayudarían a dilatar los orificios traseros.

Después de haber comprado los utensilios Luisa y Fabiola encerradas en el cuarto de Luisa comenzaron a revisar cada uno de los juguetes comprados, se desnudaron una a la otra y entonces Fabiola comenzó a llenar de aceite el trasero de su hija, con mucha suavidad acariciaba las nalgas de Luisa mientras iba embadurnándolas del brillante aceite, cuando el abundante culo de la joven quedo lleno del aceite su madre empezó a acariciar la entrada del esfínter anal, con mucho cuidado y cariño le introdujo un dedo lleno de aceite en el ano, Luisa solo dio un pequeño quejido, pero casi de inmediato, al ver que el ano de sus hija se abría sin problema Fabiola metió un segundo dedo, por lo que Luisa cerro los ojos y comenzó a moverse al compás de las penetraciones de su madre, alentada por la excitación de ver a su hija disfrutando de la sodomización dactilar, Fabiola le introdujo el tercer y cuarto dedo al mismo tiempo, entonces luisa resoplaba de placer y dolor, al sentir su ano invadido, gemía y se movía al compás de las penetraciones de los dedos de su propia madre. Entonces en ese momento con su mano libre Fabiola tomo un juguete de los que había comprado, un cono de plástico con una pequeña exterminad curva, inserto el plug con cuidado en el ano de su hija mientras sacaba despacio sus cuatro del interior del culo.

-Mami me has destrozado, pero me gusto mucho lo que me hiciste– dijo agradecida Fabiola –ahora es mi turno de devolverte el favor- dijo la niña poniéndose de pie dolorosamente; pues la idea era mantener los plugs en el ano el mayor tiempo posible.

Luisa se coloco en cuatro patas, con la cabeza entre las manos mientras su hija acariciaba sus enormes nalgas carnosas, Fabiola fue directamente a la raja de su madre, para acariciarla y empezó a besarla como ella sabia hacerlo para darle placer a su madre. Fabiola lamía a su madre y cuando empezó saborear los flujos de la vagina Luisa lamió con más fuerza, pero no solo su rajita, sino que extendía los lengüetazos hasta su ano, eso estaba enloqueciendo a su madre, entonces Luisa trato de perforar con su lengua el culo de su madre, así que comenzó a resoplar y jadear de placer. Luisa tomo la botella de aceite y le llenó de aceite el culo a su madre, y le empezó a introducir de nuevo la lengua en el culo mientras sobaba las nalgas de su madre y esparcía el aceite por toda la cola maternal, luego se chupo sus propios dedos, y al igual que lo había hecho su madre con ella Luisa le introdujo los dedos de uno en uno, mientras los iba abriendo mas el culo de Fabiola, su hija le daba nalgaditas delicadas y con cariño

-¿Te gusta mami? –Preguntaba Luisa a su madre – ¿Te gusta lo que te hago?

-¡Si bebe! Me encanta aah dame todo -respondía Fabiola entre resoplidos -aah metedme todo por mi culito-.

-No mami, estos culitos no son mío ni tuyo- respondió Luisa excitada de compartir estos momentos tan maravillosos con su propia madre –estos culitos son y serán de Adolfo y Benito.

-¡Si mi niña, son de ellos y para ellos!- dijo excitada la madre –para nuestros perritos hermosos.

Cuando Luisa tenia varios dedos en el interior del culo de su madre, le empezó a introducir un plug embadurnado de aceite, lo deslizó por el ano asta que estuvo dentro por completo, y el ano de Fabiola se cerro sobre la parte delgada dejando afuera un aro de plástico para poder sacarlo.

Cuando ambas tuvieron sus anos invadidos, entraron juntas al baño de Luisa, pues solo la habitación de Luisa y de sus padres tenían baños propios, los chicos aunque tenían cuartos separados compartían un mismo baño, entraron juntas a la regadera para limpiarse los restos de aceite, y de paso terminar de darse algunas caricias juntas. La pasión se vio frenada, aunque no mucho, por las molestias que les causaban los plugs en los culos a ambas. Pero eso no fue motivo para que no terminaran tiradas en el suelo del baño haciendo un apasionado 69 y explorando con sus lenguas el chumino de la otra.

Pasaron algunos días en los que en la mañana después de bañarse se metían algún utensilio distinto, un día los plugs, otro las bolas, otro pequeños consoladores, ambas mantenían en completo secreto sus actividades anales, para Luisa era mucho mas sencillo que para Fabiola pues ella no tenia que ocultarle las cosas que llevaba en el culo a nadie. Y sin embargo en una ocasión cuando estaba en la biblioteca de la universidad, se acerco a ella una chica que no conocía, la joven era un poco mas grande que ella, por lo que iba algunos semestres arriba, llevaba el pelo con mechones rubios, negros, azules y rosas además de un arracada en la nariz y otro sobre una ceja.

-Hola, mi nombre es Karina, perdón por molestarte. –dijo al recién llegada, con algo de cautela en la voz -Pero tengo algunos días observándote, y bueno, creo que tu y yo estamos en una situación muy similar, y quería decirte que me parece fantástico conocer a otra chica que le guste el juego de la sumisión.

-¿sumisión?-Pregunto Luisa como si se hubiera perdido la mitad de una película- ¿Qué quieres decir con sumisión?-

-No tienes que fingir conmigo linda –respondió Karina en un tono algo condescendiente -reconozco los síntomas de tu forma de caminar, se que llevas algún objeto grueso y largo en tu culo, y que no tienes mas de una semana con eso metido –Explico la chica –seguro fue una orden de tu amo ¿verdad?

-¿Amo? No bueno, No es lo que tu piensas -Respondió Luisa que empezaba a comprender, había leído varios relatos de dominación mientras buscaba información acerca del sexo anal, aunque se enfocaba principalmente en relatos de sexo anal para buscar experiencias, la curiosidad hizo mella en ella y leyó además de otros tipos de relatos –Si llevo un plug en mi culo, pero no soy sumisa de nadie, nuestros machos no son lo que se diría amos o dominantes. -Aclaro Luisa que estaba emocionada de poder revelar parte de su secreto ante otra chica con un secreto similar en cuanto a prácticas sexuales extremas.

-¿"Nuestros Machos"? –Pregunto interesada Karina que había escuchado la explicación -¿Machos de quienes? ¿Cuántos hombres son?

-Bueno míos y de…alguien mas, y… no son precisamente lo que se diría hombres

-¿Niños? ¡¿Eres Pedof…?!

-No Claro que no

-¿Entonces sus Machos son Travestís?

-claro que no –respondió Luisa con una sonrisa, pues comenzaba a caerle bien la recién conocida, por su aparentemente amplia imaginación –Quise decir que no son precisamente… Personas, Seres Humanos.

-mmm, creo que no estoy segura de lo que quieres decirme, ¿Animales? ¿Cosas? –Empezó a decir Karina, dudando de cual seria la respuesta correcta de lo que serian los machos de Luisa y su compañera -¿Extraterrestres? ¿Espíritus o Fantasmas?...

-Si, eso que dijiste primero –se apresuro a decir Luisa antes de que siguiera con cosas aun mas inverosímiles. –Somos lo que se llamaría zoofilas, pero solo por que no queremos serles infieles a nuestras parejas. –Aclaro rápidamente Luisa.

-¿Como esta eso de que no quieren serles infieles a sus parejas? ¿Cuales parejas?-

-Pues mi Papá y mi nov…vio- respondió Luisa que cayó en la cuenta de que no le había dicho quien era la otra persona con quien practicaba

-¿Tu papá? ¿O sea que tu mamá también lo hace? ¡Guau! Me gustaría que alguna de mis familiares también se unieran a mi para disfrutar de mis gustos –Luisa no supo que contestar a eso, y Karina debió darse cuenta así que se apresuro a decir –Oye, la verdad no se tu nombre, y esto de me da algo de pena, pero: me podrías enseñar algo sobre zoofilia, a mi amo seguro le encantaría comprobar que estoy dispuesta a llegar a eso para él.

-Mi nombre es Luisa, y si estas segura, para mí seria un placer, presentarte a mi mami para enseñarte lo poco que sabemos sobre eso. –Contesto con una sonrisa en los labios –aunque te advierto que no somos unas expertas- y las dos nuevas amigas trataron de sofocar lo mejor posible sus risas de complicidad, pues como recordaran estaban en la biblioteca.

Después de ese día Luisa y Karina se fueron haciendo buenas amigas, cada una contaba a la otra sus experiencias, Luisa sobre Zoofilia, Karina sobre su entrenamiento de sumisa. Karina le dio algunos consejos para el sexo anal, algo que ella ya había practicado varias veces.

Pero el día que nos interesa en esta ocasión es el día en que tanto Fabiola como Luisa entregaron sus vírgenes culitos a sus adorados perritos Adolfo y Benito. Ese día llegó un jueves, día en que todos los hombres de la casa salían desde temprano y no regresaban hasta después de las 5 de la tarde por sus diversas ocupaciones, en cambio Luisa normalmente llegaba temprano de sus clases en la universidad y ese jueves en especial había decidido saltarse las ultimas dos clases. Luisa llegó temprano a casa donde, ya la esperaba su madre, quien no salio de su casa ese día. Cuando Luisa Llego a casa, ella y su madre se dirigieron al baño para preparar sus culos para sus perritos.

En el baño ambas se desvistieron por completo y se sacaron de los culos las bolas chinas que llevaban desde el día anterior; y procedieron a hacerse enemas para limpiar sus rectos de cualquier residuo de heces que pudiera provocar infecciones durante la penetración de los perros, que obviamente seria mucha mas violenta que simplemente meter lentamente un plug u otro juguete en el ano. Eso lo sabían por experiencia, sabían que al estar emocionados de cogerlas los perros se movían como poseídos y las bombeaban con una fuerza que ningún hombre podría alcanzar, o eso creían ellas.

Fabiola metió la pequeña manguera en el culo de su hija, y dejo entrar el liquido caliente en el, después lo tapo con un tapón anal, y le dio unas cariñosas nalgadas a su hija, cuando paso el tiempo recomendado Luisa dejo Salir todo el liquido sucio en el retrete frente a su propia madre, quien por alguna razón se calentó al ver a su hija cagando frente a ella. Luego fue el turno de Fabiola y Luisa le metió la manguera en el culo a su madre, dejando entrar el caliente liquido en el recto de su madre, y repitiendo la operación le tapó el culo para que el agua no se fuera a salir antes del tiempo requerido y cuando este se cumplió Luisa contemplo como su madre evacuaba frente a ella, y al igual que ella sintió cierta excitación al verla sentada desahogando sus intestinos.

Después de haber limpiado sus respectivas colas, tomaron unos frascos del aceite que usaban para meterse los juguetes y bajaron completamente desnudas para dejar entrar a Benito y Adolfo que estaban pasando el día en el jardín trasero donde algunas veces las dos mujeres habían ido a entregarse a ellos. Antes de dejarlos entrar, se acariciaron una a la otra, solo para hacer latente la excitación que ya sentían. Y en la sala de la casa comenzaron a acariciar el culo de su compañera, y a embadurnarlo con un poco de aceite. Después dejaron entrar a los perros, quienes emocionados por estar dentro de la casa con sus novias, no dejaban de dar saltos a su alrededor, con los perros como espectadores, madre e hija se acostaron en el piso de la sala para hacer un 69 y con sus lenguas hacer que la conchita de la otra, destilara los jugos que tanto encantaban a los perros. Casi en cuanto sintieron el sabor de los coños en sus bocas, los perros se fueron acercando a ellas y les empezaron a dar fuertes lamidas como solo ellos sabían hacerlo para excitarlas.

Cuando vieron que sus enormes falos de 30 centímetros empezaban a asomar su roja cabeza cada una tomo a un doberman y lo puso boca arriba, los perros ya tenían suficiente experiencia para saber lo que se avecinaba, así que obedientes se colocaron como ellas los ponían para chuparles las enormes falos.

Mientras Fabiola chupaba la vara de Adolfo, Luisa se acerco por detrás de su madre y le metió un dedo lleno de aceite en el culo mientras con una mano libre le esparcía mas aceite en su embadurnado y brilloso culo. Luego embadurnó de aceite la verga del perro y lo ayudo a montar a su madre mientras tomaba delicadamente su pene y lo dirigía al ano de Fabiola donde toda vía mantenía dentro dos dedos, y mientras retiraba los dedos, apunto la grande y roja cabeza del pene del perro directo al hoyo de su madre, el perro al sentir el calor del interior del cuerpo se apresuro a introducirlo con su fuerza habitual, pero Luisa trato de amortiguar un poco la violenta estocada del perro, metió con delicadeza la vara del animal dentro al orificio de su madre, pero no pudo detener las brutales embestidas de Benito, quien empezó a perforar el culo de Fabiola. Por su parte esta le estaba dando una mamada a Adolfo cuando la penetración del otro perro comenzó al principio grito al sentir las embestidas del animal, pero al poco tiempo se acostumbro y las acompaño con un vaivén bastante coordinado, la mujer apretaba sus labios alrededor del miembro de Adolfo, quien parecía disfrutar la mamada de la madura. Por los vaivenes de las embestidas Fabiola logro meterse hasta la garganta el mimbro entero del perro, los sonidos de los penes perforando ambos extremos del aparato digestivo eran grotescos, mientras que los gruñidos podrían asustar a cualquier persona, pero no a Luisa o Fabiola que los conocían bastante bien, eran sus amantes y reconocían cada tipo de gruñido que los perros podrían dar. Las embestidas de Benito iban aumentando de fuerza, y Fabiola no podía mas dejo la mamada, y comenzó a resoplar, sobre la verga de Adolfo mientras lo masturbaba como podía.

Luisa noto la fuerza de las embestidas en su madre mientras le acariciaba la espalda, y vio que la bola se empezaba a formar en la base del pene de Benito y se apresuro a detenerla antes de que penetrara a su madre, pues sabía que eso podría desgarrarle el culo a su madre. Conforme iba avanzando la bola Luisa iba sacándole a su madre del culo la verga del perro, y rápidamente se apresuro a recibir el falo canino en su dulce boca, que no tarde en sentir el ardiente y espeso semen canino llenado su boca, pero copudo recibirlo todo y sin siquiera pensarlo lo trago todo lo que pudo, Benito al venirse, se recostó sobre su espalda y espero que Luisa fuera a limpiárselo, pues sabia por experiencia que al venirse a las mujeres les gustaba limpiar sus penes con sus bocas, y así lo hizo Luisa. Mientras tanto Fabiola se acariciaba su abierto y adolorido culo, su hija la vio y se sorprendió del tamaño del agujero de su madre.

Pero casi de inmediato Fabiola se recupero al ver el culo de su hija en alto mientras le daba la mamada a Benito, así que tomo a Adolfo y lo llevó hasta donde se encontraba su hija, Fabiola empezó a besar el trasero de su hija, y con su lengua perforaba el ano de esta. Lamió todo lo que pudo cerca de su ano, y le hecho aceite a sus nalgas para hacer mas fácil al penetración de su hija. Fabiola ayudo a Adolfo a montar a su hija, y de inmediato trato de penetraba por su vagina, su madre le permitió hundir su rojo falo en el empapado coño de su hija, para que así estuviera lubricado con los jugos de Luisa, la niña al sentir la penetración comenzó a besar el pene de benito, mientras resoplaba, después de unas cuantas embestidas Fabiola saco el pene del perro y lo dirigió rápidamente al brillante ano de su hija donde tenia alojado un par de dedos y con la ayuda de su otra mano lo metió de un golpe en el culo de su hija que dio un grito de dolor, seguido de resoplidos por las violentas arremetidas del animal en su culo, mientras mas metía Adolfo la verga dentro del culo de la muchacha mas se acostumbraba ella a las embestidas, y las acompañaba moviéndose al ritmo de cada penetración. Mientras el perro embestía a su hija Fabiola se complacía besando su espalda y acariciándola de forma cariñosa, la niña estaba siendo penetrada por ano y boca al mismo tiempo y eso excitó a la madre, ver como recibía verga de ambos extremos. Mientras vigilaba la bola del pene del perro para evitar que la penetrara, tal y como había hecho su hija.

En cuanto noto que el pene del perro se hinchaba en la base, Fabiola Dudo si debía detener la bola o permitir que le destrozara el culo a su hija, pero su amor de madre pudo más, y detuvo la bola antes de que entrara y destrozara el culo a su hija. Pero el perro pareció no notarlo y seguía intentando penetrar con violencia al achica, mientras ella estaba jadeando y resoplando deseando que el perro la hiciera suya con mas fuerza. Cuando la bola del perro estuvo apunto de llegar a la cabeza del pene Fabiola lo saco e imito a su hija chupándolo y lamiéndolo y sin previo aviso el perro se corrió en la boca de la sensual madre, quien a diferencia de su hija escupió el semen de su boca por la sorpresa, pero de inmediato lo recogió con sus dedos, para poder comerlo sin restricciones, entonces vio que su pareja estaba también boca arriba esperando a que su hembra le limpiara el falo. Y después de echar un vistazo al abierto culo de su hija, le dedicó una delicada mamada al pene del perro.

Ambas mujeres, Madre e Hija le chupaban el Pene al par de Perros. Ese era su actividad favorita, pues cuando los perros eyacularon en sus bocas de nuevo ambas se acercaron y de un beso compartieron el semen de sus amantes, esa era su actividad favorita, seguida de probar el semen en el coño de la otra.

Ambas se acostaron en el piso de la sala desnudas, sudadas y llenas de aceite lubricante y con el sabor del semen canino en sus bocas. Recostadas boca abajo con los perros cerda de ellas, se acariciaban mudamente, mientras sus abiertos culos se iban cerrando poco a poco.

En los días siguientes todo siguió de forma normal, sexo entre ellas y con sus perros, pero no repitieron la experiencia del ano durante algún tiempo pues aunque los habían disfrutado, no pudieron estar sentadas mucho tiempo, pues sus anos le ardían cada ves que se sentaban; pero eso no evito que disfrutaran por otros aguajeros o que se siguieran metiendo juguetes delgados y pequeños en la entrada de sus culos.

Se que todo lo que conté es totalmente irreal, fantasioso y fantástico, pero como dije en un principio es una de mis fantasías. Pero Quisiera saber si alguien tiene fantasías así. O si el relato les gustó aunque fuera tan fantástico O si tienen algún comentario O alguna idea para relatos posteriores.

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