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A ciegas: Día 1

en Parodias

Este relato es una parodia del libro de José Saramago, Ensayo sobre la ceguera, en el que toda la población va perdiendo la vista debido a una extraña enfermedad, muy contagiosa que cubre los ojos de la gente con una cortina de blanco impenetrable. En este mundo de ciegos, el tuerto es el rey.

Yo no era tuerto , si no que, por alguna extraña razón yo veía. Lo que voy a contar son los hechos tal cual los vi, que es mucho mas de lo que podrían decir la mayoría de personas.

1r Día.

Quien podía pensar que esa soleada mañana sería el ultimo día de la vida tal como la conocíamos.

Los suaves labios de mi novia, sobre la punta de mi polla, me habían despertado de la mejor manera posible, su cabeza se movía arriba y abajo, y a mi me costaba cada vez más, parecer seguir dormido, sus movimientos se volvían mas profundos llegando a tocar con su nariz en mi pubis aunque no aguanto mucho pues se la saco y tosió, tenía lagrimas en los ojos, harta de que yo no reaccionara, decidió acercar su boquita a la punta de mi glande y propinarle un pequeño mordisquito, di un respingo y abrí los ojos.

-Buenos días dormilón-dijo con una carita de zorra que me encanta

-Porque has parado? lo estabas haciendo muy bien-

-Así que estabas despierto, que cabrón-

-No quería interrumpirte, sabes que me encanta como la chupas-

-Solo lo dices para que siga-

-La verdad es que si- le sonreí y le cogí la cabeza con las dos manos y le plante un morreo de quedarse sin aire.

Mi novia volvió ponerse entre mis piernas y reanudo la mamada, chupando desde los huevos hasta el frenillo, y rodeando el glande con la lengua, continuo metiéndose mi polla en la boca y siguiendo el ritmo que yo le marcaba con mi mano en su cabeza. –Te gusta?- como respuesta obtuvo que le clavara la polla hasta los huevos, ella la mantuvo ahí y sacaba la lengua para intentar chupar mis huevos, ya no aguantaba mas –Me voy a correr- ella no se movió ni un ápice y me corrí en lo mas profundo de la garganta, -Eres un guarro- Y tu una zorra-

Después de una mamada matutina me parecía que el día iba a ser maravilloso, me equivocaba. Mi novia salio a por el periódico mientras yo me duchaba.

Mientras estaba en la ducha, oí unos gritos, unas palabras que aprendería a odiar, venían de la escalera, salí de la ducha envuelto en una toalla. Mi novia entraba en ese momento.

-Que ha pasado?-le pregunté, -Nada la vecina de arriba que parece que se ha quedado ciega- -Pero eso es imposible nadie se queda ciego de repente- Que equivocado estaba. De repente mi novia empezó a llorar y la abrace -Que te pasa, porque lloras -le pregunte -Por que yo también me he quedado ciega.