miprimita.com

Entrevista a Masulokunoxo

en Entrevistas / Info

Estoy sentado en la terraza de una cafetería del centro de la ciudad. He quedado con mi amigo Manuel, conocido en Todorelatos como Masulokunoxo, para hacerle una entrevista.

A los diez minutos de espera lo veo acercarse por el paseo. Lleva su chupa de cuero, como es habitual en él, tejanos y gafas de sol. Consciente de que lo estoy mirando, levanta la mano a modo de saludo. Correspondo del mismo modo, con un "eh, capullo" que la pequeña distancia que nos separa le impide oír.

Se podría decir que Masu es un madurito resultón, de cuarenta y pocos años, con la mayor parte de su pelo cano, a lo Richard Gere, lo cual hace de él, en opinión de algunas amigas en común, un hombre atractivo e interesante.

 

Masu: ¿Qué pasa, tronco?

Sobi: ¿Tronco? Empezamos a chochear ya, ¿eh? Oye, como no quiero que pase lo de la última vez, que te quede bien claro desde ya: ¡Pagas tú!

Masu: Ya decía yo que no me cuadraba la ración de jabugo… ¡Cagunmismuelas, déjame algo, cabrón!

Sobi: ¡Ah, se siente, abuelete! Haber venido antes.

Masu: Verás la risa que me va a dar cuando pida la cuenta… y salga por patas.

Sobi: Y serás capaz… pero, ¿sin el bastón y el ventolin? ¿¡cómo!?

Aunque hace un poco de frío, el sol ameniza la tarde. Masu se quita la chupa y se sienta.

Tras un rato de charla sobre cosas que no vienen al caso, saco mi grabadora y la pongo sobre la mesa. Tengo intención de grabarlo todo, y así, al día siguiente, poder transcribir fielmente todo lo dicho en la cita.

Sobi: ¿Estás listo para la entrevista?

Masu: ¡Dispara! Pero empecemos con mariconadas, ahí te quedas, "salao".

Sobi: ¿Qué? ¿me quedo dónde? ¿de que hablas? Definitivamente chocheas… Venga, comencemos.

Enciendo la grabadora, momento que Masu aprovecha para encenderse un puro.

Sobi: Procura echar el humo hacia la mesa de al lado, por favor. Mucho mejor; gracias.

Una mujer, sentada a pocos metros de distancia, nos mira desafiante.

Sobi: Sin duda eres un tipo con mucho ingenio, así que me gustaría empezar esta entrevista —no cuestionario— de una forma diferente: con una propuesta. Verás, quisiera iniciar una cadena de entrevistas, así que te voy a pedir que nombres al autor o autora que te gustaría entrevistar.

Masu: Ofelia Wagner Lutz.

Sobi: Muy bien, pues te comprometes a entrevistarla y a formularle esta misma pregunta nada más empezar.

Masu: Me comprometo a enviarle un emilio, pero después de seis años desaparecida, dudo que me responda. Además, ¿qué tengo que preguntarle? ¿A quién le gustaría entrevistar? ¿Te apuestas algo a que, en caso de contestar, será para mandarme a tomar po´l culo?

Sobi: Es posible. Bueno, ahora que ya has mandado a tomar por saco mi propuesta, te hago la siguiente pregunta: ¿Qué opinas sobre la idea de publicar entrevistas a los autores de TR en TR?

Masu: Eso depende de quién las haga. Si me la hiciera FX –eso son entrevistas: si una pregunta es pertinente, la siguiente es aún mejor-, una oportunidad para quedar de puta madre, vacilar de mis logros y entrar en el Olimpo de las autoras "hot" de TR… lástima que no se me haya ocurrido disfrazarme de tía para publicar en TR –soy así de pardillo, qué le vamos a hacer-, no tenga la más mínima vocación "hot" y, además, no entrevista a contumaces tocahuevos como el menda.

»Pero tengo la desgracia de que me la haga un amiguete con malas pulgas, empeñado en poner de relieve mi lado oscuro… cuando el otro, el lado simpático y cariñoso, no lo conoce ni Dios. Ahora que caigo, igual es por eso.

Sobi: Muy bien, Masu… haciendo amigos, como siempre… Bueno ¿desde cuándo escribes?

Masu: Que yo recuerde, desde los tres años. El primer día en párvulos –en aquella época no había guarderías ni mariconadas de ésas-, me tocó en suerte un sargento de las SS disfrazado de monja. Creo que ni se presentó. Lo que sí recuerdo –y lo recuerdo porque mi madre lo cuenta en todas las cenas de nochebuena- es que empezó con lo de la M con la A… y que le soltó una hostia a un crío que quería irse con su mamá.

»Esto… me parece que tú preguntabas otra cosa, pero así aprovecho para poner a parir al clero y reclamar una enseñanza totalmente laica.

»Hace poco más de dos años descubrí TR y fue toda una revelación. Siempre pensé que esto de escribir debía ser muy jodido y que estaba fuera de mi alcance… pero lo bueno que tiene ver tanta mierda junta, es que uno llega a pensar que la suya huele a perfume y que nadie se ofenderá si contribuye a hacer más grande el montón de caca.

»Pero conociendo cómo te las gastas, cabronazo, seguro que me cambias las respuestas y pones algo de este estilo:

"¿Escribir? ¡Hostias, que yo no escribo! ¿Cuántas veces te lo tengo que decir? Para eso está la becaria. Verás, lo que hago es grabar en una cinta cuatro o cinco paridas, y ella se encarga de ponerlo en negro sobre blanco. Añado algún cagamento y poco más. Después de dos años y pico, la moza ya le ha pillado el truco y me da poco trabajo. Eso sí, ahora se cree con derechos y me reclama que le pague las horas extras. Por eso, provecho la oportunidad que me brindas…por si alguna churri que lea esto se anima…"

Sobi: Si no te importa, no te enrolles tanto con las respuestas; a la grabadora le queda poca batería —olvidé recargarla—, y quienes lean esto sólo querrán tener una vaga idea de quien es el capullo que se dedica a dar tanto por culo en la página, nada más. Así que venga, siguiente pregunta: ¿Qué hábitos tienes a la hora de escribir?

Masu: Sencillos, nada del otro mundo. Café y puro. Si falla el suministro de cualquiera de los dos, lo siento, pero se jodió el escribir.

Sobi: Entonces, ¿no escuchas música mientras escribes ni nada por el estilo?

Masu: ¡Que no, tío! Si escucho música, pues eso, escucho música… y también la mitad del vecindario. Ahora que soy un tipo formal, aunque la ponga a grito "pelao", ya no pongo los baffles en la ventana. Así que no, cuando escribo me chuto con cafeína y ahumo a las cucarachas –siempre con sustancias legales-; y cuando no, pues no.

»También dije una vez que llevo siempre encima una libretita para tomar notas, pero eso no significa que apunte nada cuando follo. Y ahora, graciosillo, me juego las pelotas a que pones que no recuerdo haber hecho tal cosa… porque no me acuerdo de la última vez que mojé el churro.

Sobi: Perdona que me ría, pero te estoy imaginando con la libretita mientras estás… ya sabes, anotando los pormenores de lo que vas experimentando.

»Pregunta: ¿Qué lees?

Masu: La carta de copas. ¿Te has fijado? tienen una gran variedad. Ahhh… te refieres a qué leo en general. Pues… ¿en plan pedantorro? Los clásicos, por supuesto.

»Vale, ahora en serio: ¿Lo último? Mafalda. ¿Lo penúltimo? Mafalda. ¿Lo antepenúltimo?... adivínalo.

Se acerca el camarero y detengo la grabadora. Masu pide una botella de vino para acompañar al jamón.

Cuando se va el camarero, vuelvo a encender la grabadora.

Sobi: Cita algunos de tus clásicos favoritos.

Masu: Quino. No insistas, que no me sacas de ahí.

Sobi: ¿Qué no lees?

Masu: ¿En plan pedantorro? Todo lo que no sean clásicos, por supuesto. Vale, ahora en serio: ¿Lo último? Esta pregunta. ¿Lo penúltimo? La anterior. ¿Lo antepenúltimo?... adivínalo.

Sobi: De todas las novelas que has leído, ¿de cual te gustaría ser autor?

Masu: Cualquiera de las recopilaciones de relatos cortos de Isaac Asimov. ¡Qué tío! Hay que tenerlos bien puestos, y "cuadraos", para soltar en el prólogo la pasta gansa que le pagaban por cada uno, que cobraba por palabra escrita –y el buen entendedor encontrará párrafos enteros para engordar el cheque- y que le chuleaba a la editorial, a las revistas y todo quisque. ¡Menudo crack!

Sobi: De todos los relatos que has leído, ¿Cuál te ha parecido más erótico? Esto implica que te haya puesto, independientemente de la calidad.

Masu: Soy tan rarito, que si un relato no está bien escrito, y ya puede ser el súmmun, el premio Cervantes y el best-seller de los eróticos, no me pone nada de nada. Y encima tiene que tener una chispa de humor, así que hay poquitos que me hayan hecho tilín. Recuerdo uno, pero no recuerdo ni el título ni el autor, de una tipa que se dedicaba a tirarse a todos los camioneros –y sólo camioneros- con los que se cruzaba. Además de ponerme burro, me descojoné con ganas.

Sobi: Cuenta la experiencia sexual más curiosa que hayas tenido.

Masu: ¡Joder con el cotilla éste! Con dos hermanas… gemelas. Y no me sacarás ni una palabra más.

Sobi: Lo siento, Masu, pero no te creo. ¿Te lo montaste con las dos a la vez?

Masu: Primero, de una en una, mientras la otra miraba y hacía diabluras con un chisme a pilas; después, con una delante y otra detrás –casi me disloco la muñeca, porque la de atrás se retorcía que era la hostia, tú-. Y como fin de fiesta, una encima de la otra, conmigo detrás, pasando de uno a otro chochito. Pero como no me gustan nada las fantasmadas, diremos que me lo contó un amiguete, pedo perdido, en la barra de un bar.

»¡La leche! Digo que no me sacarás ni una palabra más… y casi suelto un discurso.

Sobi: Todos nos hemos enamorado de alguna profesora en el colegio ¿de cuál te enamoraste tú? ¿Se lo confesaste?

Masu: De la profe de Química. Nada original, por cierto, ya que había hostias por apuntarse al laboratorio de la churri. Intenté decirle algo un día, con el pretexto de que la reacción química no me salía, pero cuando me posó una mano en el hombro y la otra un poco más arriba de la rodilla, se me olvidó lo que iba a decirle.

Sobi: ¿Has pagado por tener sexo?

Masu: Claro, como todo dios. A ver si te crees que las revistas guarras que nos pasábamos los amiguetes –¡Qué tiempos aquellos del instituto! Aún me acuerdo de las broncas que había cuando te dejaban una revista con las páginas pegadas por los pegotes- nos las fiaba el quiosquero.

Sobi: Si echamos una ojeado a los comentarios de tus relatos, vemos que te acusan de fumar cosas malas y meterte cosas peores ¿es cierto que lo haces?

Masu: ¡Qué sabrán esos! Lo cierto es que, de pequeñito, me calzó una hostia en la cabeza un columpio…y las secuelas aún perduran. Así que no tiene ningún mérito.

»Ojo, que con ello no pretendo animar a ningún desaprensivo a que exponga a su prole a la misma experiencia…más que nada, porque ahora los columpios son de goma y resultaría un coñazo abrirle la cabeza al tierno infante.

»Vale, vale… me meto de todo, tío. Últimamente me he apuntado al rollito ecologista, así que ahora le doy a los hongos…¡Un pasote!

Sobi: Seguro que cuando tomas hongos tienes fantasías eróticas de lo más extrañas. Cuenta alguna…

Masu: Dicen por ahí, los que le dan al kongui, que suelen tener húmedas experiencias oníricas aéreas. Como soy el más chulo del barrio -salto más, corro más, bebo más y follo más-, yo me salgo de la estratosfera y las tengo en gravedad cero.

Sobi: ¿Es cierto que te masturbas antes de escribir para estar más concentrado en tu trabajo?

Masu: Otro burdo rumor que desmiento categóricamente. ¿Tú te crees que voy a perder el tiempo con pajas teniendo a una becaria bien entrenada? Además, todo lo que no sean mamadas –sentado o echado en la cama- resulta muy cansado. Y no te digo nada eso de darle al manubrio. No, eso no está hecho para tipos tan vagos como yo.

Al contestar esta pregunta, Masu desvía la mirada y se rasca la nariz, lo cual, si hacemos caso al "pringao" ése de la serie americana, se trata de un claro síntoma de que nos está mintiendo descaradamente.

Sobi: Eres un fantasma; no me creo —y tus lectores tampoco se lo van a creer— que tengas relaciones sexuales con tu becaria, pero sí me creo que tengas amantes, ¿cuántas/os? ¿en dónde quedáis? ¿alguna/o que merezca ser nombrada/o?

Masu: ¿Por qué no me pides los teléfonos y terminamos antes?

Sobi: Oye… deja de salirte por la tangente y responde las preguntas que te hago. ¿De que relato estás más orgulloso?

Masu: Podría citar unos cuantos… lástima que no sean míos. De los que sí puedo asegurar que son míos –no porque me acuerde de haberlos escrito, sino porque los tengo guardados en el disco duro del trasto con teclas-, la serie de Las Voces, sin dudarlo. Lo que no termino de entender son los gustos del lector de TR. Cuando estoy convencido de haber dado en el clavo, como en este caso, mil lecturas –con suerte-, algún comentario de aliento –entre una abrumadora mayoría que me aconseja que me dedique a pasear al perro- y voy que ardo. Cuando pienso que ni fu ni fa, más lecturas –y más terribles, claro-, mayor proporción de comentarios menos injuriosos…y voy que ardo.

Sobi: ¿Se te ha pasado por la cabeza escribir alguna novela?

Masu: Antes me llamabas fantasma sin razón. Ahora voy a darte motivos. Estoy en ello. Una de ciencia ficción; y para variar, sin un triste polvo en el guión… Los pocos que habrá son todos muy divertidos.

»Ahora en serio: estoy en ello… pero ya lo estaba el año pasado, cuando tenía escritas treinta páginas menos que ahora.

Sobi: ¿Por qué TR?

Masu: ¿Porque la descubrí por casualidad navegando por los internetes? No, esa es la respuesta del pajillero compulsivo que se patea todas las páginas guarras de la red.

»¿Porque me la recomendó una amiga íntima? Tampoco. Es la respuesta típica de la autora hot…que además nos informa subliminalmente de sus otras aficiones.

»¿Porque me aseguraron que era la página de relatos de mayor prestigio y audiencia? Seguro que ésta le pone como una moto a Alex.

»Venga, mete las tres en una coctelera, agita bien y seguro que acertamos.

Sobi: Si tú lo dices… Bueno, ya toca esta pregunta: ¿Qué significa tu nick?

Masu: Elmaschulodelbarrio no cabía, así que me tuve que conformar con Masulokunoxo, que suena más o menos igual que lo que me llamaban en Sevilla: Más Chulo que un Ocho.

Sobi: Mira que no caer…

»Hay muchos autores en TR que escriben para joder, con perdón de la palabra, ya que usan los relatos como medio de contacto ¿crees que te tienen envidia? porque si alguien jode en TR, ese eres tú.

Masu: Totalmente de acuerdo, pero hay que ganarse a pulso el "aprecio" del público de TR, fustigándolo sin piedad y sin desfallecer en el intento.

Sobi: ¿De cuántos sitios te han echado?

Masu: ¿Últimamente? En lo que va de año, que yo recuerde, de la piscina –el agua estaba muy fría y tengo la vejiga sensible-, de la entrega de premios de un certamen literario –no quedé ni finalista, lo que demuestra que estaba amañado-, del velatorio del marido de una antigua amiga –la suegra debió de cambiarle la pila al sonotone y nos oyó-, de un restaurante árabe –por soltar a los postres un hipohuracanado eructo… ya me dirás tú, cuando ya no se respetan ni las tradiciones ancestrales-, de la T1 de Barcelona –en la T4 de Barajas me fumé un puro y, salvo alguna mirada de soslayo de los seguratas, la kedada de fumetas resultó un éxito-, de… vale, dejémoslo ahí. El resto de expulsiones son constitutivas de delito y no es plan de andar dando pistas al juez.

Sobi: ¿Y de sitios por Internet?

Masu: Sólo de patios y guaridas. Dos de tres, todo un record… aunque aún estoy a tiempo de mejorarlo.

Sobi: Debes tener la puntuación media de todos tus relatos más baja de todo TR ¿te sientes orgulloso de ello?

Masu: No exageremos. Acabo de mirar mi ficha de TR, para contestar el cuestionario con conocimiento de causa, y me he llevado una sorpresa. 7,50, incluyendo los relatos tipo "atentado contra los usos y costumbres de TR", lo que no está del todo mal, ya que estos últimos no suelen pasar del 5. ¡Ahora sí que me han jodido estos cabrones!

Sobi: ¿Cómo interpretas esa nota tan alta?

Masu: Está clarísimo. Los que me leen califican con malo o terrible, pero son más los amiguetes –que no me leen- que compensan con bueno o excelente. También me cuesta un pastón en birras, no te creas.

Sobi: Si tuvieras delante a todos los que han criticado tus relatos con malas formas, incluso con insultos, ¿qué les dirías?

Masu: Pues que puestos a descalificar los escritos infumables que cuelgo en TR, demuestran un pésimo sentido del humor y de la ironía.

»¡Joder, si es que últimamente ya sólo se dan por aludidos -y protestan- cuando los llamo degenerados! ¿No me crees, eh? Pues te pondré un ejemplo, sacado del último relato filial que colgué:

"Tengo que volver a recordar que estaba bajo el influjo ganimediano que perturbaba mis facultades mentales, porque a ver quién es el degenerado que -a punto de cumplir los treinta- le dice que sí a su mamá…cuando ésta insiste en echarle un vistazo a tu polla.

¡Coño, otra vez se me ha ido la olla! No pretendía, ni mucho menos, llamar degenerados a los asiduos lectores de la sección. ¡Hasta ahí podíamos llegar!"

Sobi: Se rumorea que no estás muy bien de la cabeza, quiero decir… que estás más para allá que para acá. ¿Qué hay de cierto? ¿Podrías dejar por un momento de mirar las piernas de ese camarero y responderme? ¡Eh, Masu, aquí!

Masu: Oye, tú, que no estaba mirándole las piernas… aún no he pasado del culo. El caso es que me suena de algo ese culito, pero ahora mismo no caigo. ¡Ah, tú hablas del camarero!... Yo de la tipa que tiene al lado.

»¿No te dije antes que de pequeño me abrieron la cabeza con un columpio? Pues ya está, no hay que darle más vueltas al asunto. Mientras la autoridad competente no considere conveniente hacerme pasar una temporada en una habitación de paredes acolchadas, yo tranquilo… y a seguir dando por culo.

Sobi: Para seguir dando por culo hay que estar vacunado contra críticas. ¿De verdad no te afectan en lo más mínimo?

Masu: ¿Y tú me preguntas eso, Bruto, hijo mío? Vale, es verdad que esto va de entrevista y la mayor parte de la peña que se la lea, además de preguntarse quién será el gilipollas del entrevistado, seguro que no me conocen de nada.

»Contra las sesudas críticas constructivas, tipo "no mames wey, dedícate a pasear al perro" -¿qué culpa tendrá el perro?-, puedes estar seguro que ni lo más mínimo. Contra las otras, las que te ponen a parir con argumentos de peso…tampoco. Y contra los halagos –alguno hay, no creas-, menos aún.

»Esto es algo que desconcierta, lo sé, pero es que tiene huevos que alguien te diga que tu relato es lo mejor que ha leído en su vida. "A saber lo que habrá leído éste en toda su vida", suelo pensar en estos casos.

Sobi: Querido Julio, yo jamás te traicionaría…

»Se rumorea también por algún foro —personalmente no tengo ni idea—, que mantienes un romance con una tal "gataenpatines". Puedes negarlo si quieres, pero dudo que nadie te crea…

Masu: Lo último que recuerdo del asunto es que me había invitado a "platicar", pero aún estoy esperando que me responda si eso tiene algo que ver con el exhibicionismo; si se hace sólo entre dos o en plan mogollón… vamos, que no sé si llevar los condones o no.

Sobi: Siempre hay que llevar unos cuantos encima, por si acaso. Confiesa al menos que te pone…

Masu: ¡Hombre, pues claro! Esto es como lo del torero que se tiró a la Ava Gardner, y según acaba de correrse, se viste a toda leche.

Ava le pregunta qué coño hace, y el pollo contesta que ir corriendo a contárselo a los amigotes.

Sobi: Si pudieras liarte con otra autora de Tr, ¿con quién lo harías?

Masu: Presumo de ser un caballero galante y no quiero que haya peleas entre el colectivo de autoras. Imagina que sólo doy un par de nombres…vamos, que las demás las despellejan.

Ahora en serio, ¿te apuestas algo a que si doy nombres se dan de baja en TR al día siguiente de que salga publicado esto?

Sobi: Eres una mala influencia para cualquiera. Entiendo que se dieran de baja, pero a mí eso me importa bien poco. Di un par de nombres y te dejaré revisar la entrevista antes de mandarla a TR.

Masu: Verás como luego me arrepiento, me corren a gorrazos y perdemos las amistades, pero como ya se las he armado más gordas, seguro que también me perdonan esta gamberrada… que me sale del corazón: Lydia y Gatitakarabo.

»Lo siento, chicas, pero comprenderéis que me he visto forzado por las circunstancias, porque a ver quién es el guapo que se fía de Sobi.

Sobi: Apuntas muy alto…

»Bueno, una de las autoras más destacadas de Tr escribió una historia acerca de un chaval llamado "Txascus": Conociéndote como te conozco, y conociendo la estrecha relación que tienes con dicha autora, no me cabe duda que su personaje está inspirado en ti. Me gustaría que fueras sincero conmigo y me lo confesaras.

Masu: ¡Cagunmismuelas! Ya decía yo que el tal Txascus me sonaba de algo.

Sobi: Entonces, lo que intenta conseguir el protagonista, ¿es posible hacerlo?

Masu: ¿Cagar y correrse a la vez? Es jodido, pero sí, se puede. Lo que ya es pura ficción es mantener colgando el cagallón en equilibrio inestable…y no te digo nada convencer a una churri para que te haga una mamada en tan apurado trance.

Sobi: En tu relato "accidentada salida por la puerta de atrás" narras una experiencia personal, en la cual, de forma miserable, me metes por medio. ¿Por qué eres tan cabrón?

Masu: Te recuerdo, querido, que hubo provocación previa por tu parte. ¿O es que ya no te acuerdas de un fotomontaje –para que no hubiese dudas lo inserté en el relato- que colgaste en cierto foro? Además, hay que ser muy cínico para decir que se trata de una experiencia personal "mía". Chaval, me preocupan esos lapsus de memoria que sufres últimamente.

Sobi: Siguiendo con la experiencia de tu relato: ¿cómo conociste a Mari Trini?

Masu: Eso es muy fuerte como para contarlo aquí. No, de verdad, imagina que algún menor de edad se cuela en la página, lo lee y se traumatiza para los restos.

»¡Cagunmismuelas, mira que eres plasta! Vale, pero júrame por tus muertos que esto no saldrá de aquí. Veras, cuando iba al instituto, había una churri que estaba como un pan y no ponía muchas pegas a que le metieras mano. Sí, mano. De aquella, joder era algo de lo que sólo vacilaban los hijos de papá que podían permitirse viajar al extranjero. El resto nos teníamos que conformar con meter mano cuando ponían algo lento en la disco.

»Así que imagínate el susto que me llevé cuando Eulalia se bajó las bragas en el portal de su casa y me dejó arrimar la cabolleta a su peludo y calentito conejo. Y digo arrimar, porque con el entusiasmo del momento, me corrí en cuanto toque pelo. Años después, me enteré que Eulalia se hacía llamar Ernesto…y no veas el cargo de conciencia que me entró, pensando que la movida del portal había tenido algo que ver con el tema.

»Y, para ir abreviando, hace poco volví a tener noticias de Eulalia/Ernesto, salvo que ahora se llama Mari Trini y se gana la vida como drag-queen en locales de moda.

»¡Joder, macho, lo que son las cosas! Media vida comiéndome el coco, pensando si le habría arruinado la vida por ser un capullo adolescente con eyaculación precoz, soñando con su caliente conejito peludo…¡y ahora resulta que se lo afeita!

Sobi: Esa noche averigüé que te llaman Marimasu, ¿de donde viene ese nombre? ¿te gusta, verdad?

Masu: La noche de autos, la que se describe en el relato que tan preocupado te tiene, estabas más p´allá que p´acá, así que déjate de leches, que no te enteraste de nada. Lo que conté que había pasado… pasó, pero pasó algo más que me callo. Resulta que les caíste en gracia a Sandra y Mariana, las "amigas" de Mari Trini…venga, me callo, que te veo un poco pálido.

Sobi: No estoy pálido; ocurre que tengo alergia al sol. Ya te aseguro que no vuelves a liarme más con tus fiestas.

Masu: Sí, mucho bla, bla, bla de cara a la galería. Pero ahí te quiero ver la próxima vez.

Sobi: Te gusta Mari Trini; no sé si tendrás algo más serio con ella -o él, o lo que sea-, pero a ti te gusta y mucho… ¿verdad?

Masu: Nada serio, tú tranquilo. ¿No te me pondrás ahora celosón, verdad? Recuerda que es sólo una obsesión juvenil, y que jamás permitiré que interfiera con "lo nuestro".

Sobi: Muy bueno eso de "lo nuestro", ja… jajá, muy bueno, me parto, ¿lo ves? Oye, ahora en serio, ¿has tenido alguna experiencia con algún transexual, a parte de Mari Trini?

Masu: No, lo siento. Y tengo que volver a insistir en que yo sigo viendo a Mari Trini como una tía. Que se operara después, poniéndose tetas, y más tarde le diera por disfrazarse de drag-queen, son imponderables que se escapan a mi limitada comprensión de la condición humana.

Sobi: Me temo que todo el mundo sabe que frecuentas los lugares de ambiente, porque si alguien entiende en el ambiente, ese eres tú; pero tengo una duda, y no respondas si no quieres ¿has entrado en el cuarto oscuro de alguna disco gay?

Masu: No, pero si te sirve la experiencia en los servicios de una estación de autobuses, a altas horas de la madrugada, te la cuento.

Sobi: A mí me importa un pito lo que hicieras en una estación de autobuses, pero te veo interesado en contarla, así que... adelante.

Masu: Comentabas antes el relato en el que el tal Txascus intentaba una proeza escatológica. Pues comparado con ésto, rositas. Y como no es plan de cortarle la digestión al amable lector –bastante castigo tiene ya con esta entrevista-, mejor me callo.

Sobi: Te veo una persona generosa; ¿qué prefieres, dar o recibir?

Masu: Sí, extremadamente generoso. Ahora mismo estoy dudando si darte las gracias por la entrevista… o un par de hostias.

Sobi: ¿Sigues usando las pelotas con las que juegas al golf como bolas chinas?

Masu: ¡Joder, Sobi, céntrate y no divagues!

Primero, eso lo has visto en una peli guarra de las que descargas de los internetes. Segundo, ¿cuántas veces me has oído decir que lo darle hostias con un palito a una pelotita, intentando meterla en el agujerito, es para gente con déficit de autoestima?

Sobi: ¿Has probado el pescado?

Masu: Me han hablado maravillas del sobi al horno, con guarnición de patatas y un limón en el culo. Cualquier día de estos te invito a cenar.

Sobi: Ese plato no está al alcance de tu bolsillo.

Masu: En ese caso, no me queda más remedio que volver a dirigirme al sufrido lector: ¿Estarías dispuesto a contribuir con una modesta cantidad para poder disfrutar de la visión del entrevistador como un cochinillo en el horno, con el culo en pompa y todo? Se recompensará las aportaciones superiores a 10 € con una foto dedicada. Oferta limitada hasta fin de existencias.

Sobi: Sigues chocheando…

»¿Has estado en alguna fiesta sadomasoquista gay? ¿Me cuentas cómo son?

Masu: No, pero seguro que te mueres por contárnoslo. Venga, somos todo orejas.

Llegados a este punto absurdo, la situación se vuelve tensa. La entrevista ha derivado en un enfrentamiento absurdo, por lo que decido cortar por lo sano.

Sobi: Fin de la entrevista. Que te follen.

Me levanto de la silla, dejo el dinero de la cuenta sobre la mesa –hoy no me apetece salir corriendo con un camarero enloquecido detrás- y me voy. Mientras me alejo le oigo decir: "yo también te quiero, mamón. Ya quedaremos la semana que viene". Y pienso: "Ni en tus mejores sueños, abuelo".