16:20
Acabo de llegar Santa Justa, en la mano un bolso que solo contiene dinero, un
móvil, barra de labios y unos cuantos condones. Voy sin equipaje, con lo
puesto... Me he comprometido a ser otra persona esta noche.
16:25
Me acerco al punto de venta de los billetes, gracias a dios, hay poca gente y
los consigo pronto, sólo me quedaré una noche, el tiempo justo de mezclarme
entre flashes y alcohol y regresar sin que se percaten de mi ausencia.
16:40
Bajo al andén y subo al tren, ese tren tercermundista en el que he montado
tantas veces huyendo de mí. Durante el viaje intento dormir, pero no hago más
que pensar en todo lo que voy a dejar atrás esta noche. Antes de resetear mi
mente, selecciono que recuerdos me gustaría mantener: sexo, libros, amigos,
conciertos, borracheras. Los que eliminaré : todas las veces que he esperado
algo de alguien, ¿ amor ? puede que sí o puede que no.
Al fin consigo dormir, cuando despierto, ya estoy llegando a la ciudad.
21:30
Él me dijo que estaría, pero sé con toda seguridad que no habrá nadie en la
estación, tampoco lo necesito. Soy una persona acostumbrada a la soledad. Me
bajo del tren, efectivamente, mi sospecha se cumple, no hay nadie, la estación
está desierta para mí, al menos así lo veo yo, al menos así lo ve la gente que
veo a mi alrededor.
22:30
Me dirijo hacia un pub de mala muerte en el que espero poder emborracharme, el
ambiente es oscuro y el aire está cargado de humo, aun así reconozco algunas
caras. He pasado tanto tiempo aquí. Me gustaría saludarlos, pero hoy no soy yo,
así que esquivo las miradas cual ciervo esquiva al cazador.
24:00
Quedan 9 horas para que coja el tren, de repente, se abre la puerta del pub y
entra un desconocido. Hace un día habrías sido tú, pero hoy no te conozco, no
puedo conocerte.
Te acercas y me invitas a una copa, ni siquiera puedo echarte en cara que me
dejaras sola en la estación.
Me invitas a tu casa con la esperanza de poder echar un buen polvo, yo no tengo
ganas, pero no soy yo y... ¿ mi "no yo" querría? Seguramente sí, así que te
muestro los condones con una sonrisa juguetona y nos salimos del local.
2:00
Estamos en tu casa, antes hemos ido a dar un paseo por la playa, quizá por
romper el hielo, pero al fin y al cabo, mi " no yo" no te importa, no deberías
tomarte tantas molestias por una desconocida, supongo...
He bebido tanto alcohol que ni necesito preliminares, el alcohol desinhibe, es
cierto, pero yo ahora necesito todo lo contrario. Puede que mañana me arrepienta
de esto, pero vamos a tu cama.
Tú te pones encima y comenzamos a follar como si el mundo fuera a acabarse
mañana. Mi "no yo" disfruta y mientras, mi "yo" permanece escondido en un
pequeño hueco dentro de mi cuerpo, tiritando, muerto de frío por los ataques que
recibirá mañana al recordar este momento.
6:00
Hemos gastado todos los condones, hacía tiempo que no practicaba sexo por sexo,
sin otras connotaciones. Prometemos no hablar de esta noche, estoy sudando, así
que te pido una toalla y me doy una ducha. Quedan tres horas y media para que
salga mi tren, te pido que hagamos algo estúpido, y nos ponemos a ver la
teletienda. Los anuncios nos hacen reir, y con las risas, mi "yo"parece
recuperar un poco el calor, asomarse desde su escondite.
9:00
Ya hemos desayunado, tengo resaca, sorprendentemente no tengo remordimientos, me
consuelo pensando que hasta que no vuelva a Sevilla, no podré echarme nada en
cara.
9:30
Me acompañas a la estación, y como en la canción de Sabina me lanzas dos besos:
uno por mejilla.
Subo al tren con una sonrisa algo amarga y busco mi sitio.
El alcohol me hace dormirme en cuestión de minutos y así, arropada por una "
Dulce introducción al caos" , llego a Santa Justa.
No sé si debería extrañar esa pequeña ciudad del litoral, ese pequeño lugar de
recreo.
10:00
Llego a mi casa.
- ¿ Qué tal lo has pasado en casa de tu amiga?- pregunta mi madre
- Bien mamá, me voy a la cama, estoy cansada.