Hola, me llamo Lucia, y os voy a contar mi primera experiencia en el mundo zoofilico. Todo empezó un verano en el que tuve que cuidar del perro de mi mejor amiga, se llamaba Roque y era un Dogo, todavía no era muy grande y estaba un poco salido, cada vez que te descuidabas lo tenias enganchado a ti intentando follarte y a mi me daba mucho asco pero le debía muchos favores y tuve que quedarme con el perro.

Se iban de viaje viernes en la mañana por lo que me lo llevaron jueves por la noche. Esa misma noche la pasamos muy tranquilos porque estaba triste. A la mañana siguiente cuando me desperté me lo encontré en la cocina lamiéndose su pene y no pude evitar mirar como se lo lamía y una cosa por mi ardía, sería la curiosidad de tener ese miembro dentro mío??? Después de comer me relaje un poco en el sofá y el perro se acostó delante mío y volvió a sacar su pene y no podía apartar la vista de aquello, hacia tiempo que no follaba y el deseo de que me dieran me ardía. Me quede durmiendo y cuando desperté me lo encontré encima del sofá mirándome, yo no sabia que hacer, intente bajarlo pero hacía mucha fuerza y otra vez saco su miembro, como incitándome al pecado.

Baje la mano por su loma hasta su pene y lo toque un poco, estaba caliente y conforme lo tocaba crecía un poco mas. Roque se puso un poco nervioso, no pasaba de salivar, y eso me excitó muchísimo más, mientras con una mano le tocaba su pene con la otra me metí la mano hasta mi coño que estaba muy caliente y empecé a frotármelo a meterme primero dos deditos y luego cuatro a darme como una loca mientras se la cascaba, cuando estaba a punto de corredme el se corrió antes que yo, me lleno los pantalones de leche así que me los quite y las braguitas mojadas también, me recosté y abrí las piernas y como si lo hubiera entendido Roque metió su lengua por mi coño mientras yo seguía metiéndome los dedos hasta corredme de placer. Aquella noche dormí muy a gusto, pero no dejaba de darle vueltas a lo que había pasado, me sentía un poco guarra pero he de reconocer que esa sensación me encantaba, hacia que me ardiera todo el cuerpo.

El sábado por la mañana me desperté con las ideas muy claras, me quería sentir todavía más guarra, quería que Roque me hiciera suya como una vulgar perra. Una vez llegado la noche, comencé a cumplir mi fantasía. Me quite toda la ropa y llame a Roque, mientras yo me frotaba el coño le frotaba su pene despacio para que tardara más en corredse, me leve mermelada y me la unte en mis grandes tetas y Roque empezó a chumarlas, yo estaba súper caliente, su lengua aceleraba mi sangre. Roque tenia todo su miembro fuera, para ser un perro la tenia grandota, estábamos en el suelo disfrutando de nuestro placer mutuo cuando Roque decidió que ya era hora de hacerme suya se me abalanzó sobre mi dejándome debajo de el mirando hacia arriba y empezó a moverse como un loco, al principio no me la metía, yo estaba un poco asustada, no me lo podía quitarle encima, estaba salivando mas y en unos de mis movimientos para escapar de esa casi violación me la consiguió meter por el coño, me la clavo hasta el fondo, al principio seguía intentando que me soltara pero luego deseaba que siguiera, estaba como loca, me sentía su perra no paraba de decirle cosas como: follame como la perra que soy, dame que me gusta, follame roque follame que soy una perra. El que tuviera nombre de persona me ponía mas cachonda, mientras el me follaba yo me retorcía los pezones. Cuando estaba a punto de corredme se le salio y yo sin dudarlo me di media vuelta para que me la metiera por el culo a lo que el entendió a la perfección. Ahora si que me sentía una perra, a los pocos segundos nos corrimos a la vez y nos quedamos recostados en el suelo y Roque mientras tanto lamiéndome el coño.

A la mañana siguiente Roque se tenía que ir temprano pero antes decidí darnos otro homenaje y volver a repetir lo de la noche. Hace tiempo que no hemos vuelto a nuestras aventuras pero estoy convenciendo a mi amiga para que se vaya otra vez de viaje, quedarme con Roque será todo un placer