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¿Fantasia? esta historia es de un amigo de la Uni dice es real, me la contó al calor de una borrachera, la otra ya sobrio una semana después.

Soy de una ciudad del corredor industrial del Bajío mexicano. Vivíamos en un conjunto habitacional popular, casas acabado rustico decían, después oí que eran casas en obra negra sin terminados (apenas puertas, ventanas y baño), por lo que los patios traseros estaban intercomunicados, algunas familias, con algo mas de recursos, habían levantado sus muros para obtener privacidad, otras, como la mía, habían puesto unos arbustos que separaban nuestra casa de las vecinas. Pero eso no era un obstáculo para que, mi hermana y Estefanía, la vecina de la casa de la izquierda, y a veces yo, traspasáramos pasando de un lado a otro sin mayor problema. En las tardes luego de la escuela cuando no jugábamos, en la entonces segura calle, con todos los vecinitos de la cuadra, jugábamos nosotros tres a las "comiditas" o al "Doctor" o a la "familia", etc., juegos totalmente infantiles e inocentes. Teníamos entre 6 y 9 años

Yo por ser el mayor fui espaciando mi participación y, cuando lo hacia, era de manera sana, a pesar de que ya empezaban a hervir mis hormonas, pues veía a Estefanía como si también fuera mi hermana.

Fueron pasando los años y entre a la prepa (liceo) tenia alrededor de 16 años, y aunque ya había tenido dos que tres novias y por tanto escarceos amorosos, todavía era virgen. Aún que las dos mas recientes me habían pajeado por encima del pantalón. Y yo igual, bueno, incluso había acariciado directamente sus bubis con deleite, con la tercera inclusive me permitió meter un dedo entre sus piernas recorriendo su coñito por encima de su calzoncito.

Por eso para aliviar mi necesidad de desahogar mi libido me pajeaba, sobre todo los viernes en la tarde, luego de la escuela, cuando mi madre y hermana salían al tianguis (mercado semanal) a hacer las compras de víveres y otras cosas para la semana, pues las tiendas cercanas a la casa no siempre tenían lo que necesitábamos o lo daban muy caro, y cuando menos les llevaba tres horas.

Esas horas las utilizaba para con suma calma "leer" mis revistas porno y pajearme lenta y dulcemente creyendo que por estar solo nadie me miraba. O al menos eso creía yo. Pero dos veces mientras lo hacia, tuve la sensación de que me observaban, incluso la tercera ocasión suspendí la paja un tanto asustado, para ver quien me estaba observando y no encontré a nadie. Para entender esto debo decir que mi recamara tenía una puerta con dos aberturas para cristales, de 50 cms., mas o menos, pero que mis padres nunca habían comprado. Así que era posible ver de afuera hacia dentro y viceversa.

Así las cosas casi un mes después de la tercera ocasión que me sentí observado, Estefanía, aprovechando que mi mamá habia llamado a mi hermana, me pregunto en un juego del "Doctor", del que había tratado de zafarme, que qué era una paja, y que como se la hacían los hombres.

Eso me dejo pasmado, no supe que decir, pero ella repitió la pregunta, y tartamudeando le respondí: ¿para qué quieres saber?

- Nada más, es que oí a una compañera hablar de eso.

-¿de qué?

- de las pajas, de que su hermano se pajeaba.

- ¿y?

- Pues deseo saber

- ¿para qué o porqué?

-Es que me dejo intrigada, pues dijo que su hermano había lanzado jugo de hombre.

- ¿y?

- ¿tu sabes qué es ese jugo de hombre?

Y volví a repetir: ¿para qué quieres saber?

- Es que también oí que otra dijo que eso era leche de hombre. Pero mi mamá dice que solo las mujeres dan leche.

Me atragante y tartamudeando otra vez dije: ¿le preguntaste todo esto a tu mamá?

- No solo lo de la leche. Solo le pregunte si los hombres daban leche y me dijo que no, que solo las mujeres, y solo cuando deben amamantar a un bebe.

Entonces, aunque un poco cortado, y de la manera más normal, hasta donde pude, como si le estuviera respondiendo a mi hermanita, le dije lo que era una paja y la leche o jugo de hombre. Luego de ello, sumido en un mar de dudas y trémulo, me despedí de ella y de mi hermana que se acercaba diciéndoles que había recordado que debía hacer un trabajo en la casa de Paco (un nombre imaginario para un trabajo de equipo imaginario).

No se si por temor a alguna situación peligrosa o mi idea de que era casi mi hermana los días que siguieron la evite casi ocultándome. Pues las dos o tres veces que nos encontramos frente a frente solo le dije: adiós u hola.

Pero llego de nuevo el viernes y me dispuse a pajearme, en esa labor estaba, ensimismado, con los ojos cerrados, cuando siento en mi pija una mano que por supuesto no era la mía, pues tenía una calidez diferente. Aunque asustado no abrí los ojos, pues entre deseoso y temeroso, pensé, creí o supuse que era un sueño, el cual podía terminar si los abría. Además esa mano desplazó a la mía y continuó pajeándome tan deliciosamente que termine lanzando tremendos borbotones de leche, que sentí como eran recogidos por un aliento calido. Finalmente abrí los ojos, temiendo fuera mi hermana, pero afortunadamente no, era Estefanía, mi vecina.

Ella dijo: ¡esto es una paja! ¿Verdad? Y mostrándome su mano con un poco de mi leche remató diciendo: y esta es la leche de hombre ¿verdad? Mi mamá mentía, si dan leche ustedes.

No supe que decir.

Ella continuó: ¡pero no sabe como la otra leche (la de vaca), tiene un aroma extraño y esta caliente.

Y luego de un breve silencio, volvió a la carga. – Ahora me puedes decir ¿qué es coger?

Como por arte de magia, es decir sin pensarlo realmente, decidí que si ella quería saber, yo no era nadie para negarle ese conocimiento. Y recordé que no era nada de mí. Es más, que yo podía enseñarle. Tal fue mi pensamiento superveloz incluso mi pija no solo no perdió dureza si no que se puso mas dura. Como si supiera que dejaría de ser pajera para volverse cogedora. Con una sonrisa le dije: bueno, pues, es cuando una pija como esta (blandí mi pija), entra en un coñito como el tuyo (señalándole su entrepierna).

Y sin saber como (es decir, otra vez sin pensarlo conscientemente) le dije: - ¿quieres qué te enseñe?

Ahora ella fue la que tartamudeo, pero tímida y enfáticamente dijo: Síiii.

¿Qué podía decir yo? ¿Qué podía hacer yo? ¿Qué podía pensar yo? Si solo pensaba con la cabeza de mi pija. Sobre todo porque de algo era consciente, que aun faltaban más de dos horas para que regresaran mi madre y hermana. Además ella dijo, sin que yo le preguntara, que su madre también había salido. Iba a hacer mi debut sexual, y lo mas probable era que ella también fuera virgen, pues tenia la edad de mi hermana, casi 15 años. Pero sobre todo en mi inconsciencia no tenía ningún temor al fracaso, ni pensaba en que no tenía ninguna protección contra el embarazo. ¿Pero quién iba a pensar en eso? sobre todo ni idea tenía de ello.

Sin que se lo pidiera ella me despojo de mi pantalón que estaba a media pierna. Luego se despojo de su uniforme escolar.

Ya no pude seguir estático, mis manos la atrajeron hacia mi y la despoje de su corpiño y su calzoncito con dibujos infantiles. Mis manos eran como dos pulpos recorriendo su cuerpo, acariciando sus bubis y nalgas.

Ella hacia lo mismo, acerco su rostro al mío y nuestras bocas y lenguas se encontraron luchando entre si, nuestros labios se restregaron, y luego no se como empezamos a cambiar de posición recorriendo nuestros cuerpos para quedar en 69. Ella recorriendo mi pija, yo descubriendo su rajita, sus labios vaginales y esa cosilla dura que luego supe era sul clítoris.

Estuvimos así un buen rato, yo más dedicado a ella, que ella a mi, pues creó que le encanto. Mi lengua recorría sus rincones intentando penetrar más allá de lo superficial. Instintivamente quería prepararla para la penetración (Claro que también era por imitación de las escenas de mis revistas porno).

No se como, pero sentí o supe, que ella estaba lista. Así que me acomode entre sus piernas, y según yo puse mi pija, que ya estaba expeliendo líquido preseminal, en la entrada de su coñito, pero cuando empecé a empujar no se si por mi lubricación o mi inexperiencia, pero en lugar de entrar se desvió, hacia abajo. Por ello volví a intentarlo, nervioso pues no quería que ella se arrepintiera, ahora si ubicándolo bien entre los labios de su coñito. Empecé a penetrar poco a poco, la sensación de ir recorriendo un camino intransitado era fabuloso. No sé como pero me contuve, y aunque deseaba empujar rápidamente y meterle ya toda mi pija, no lo hice. No sé si por que sabía que le iba a doler o por que quería ir sintiendo como avanzaba en esa cálida cavidad, pero me contuve y avance lentamente.

Ella lanzo un largo gemido, aaaaagggghhhh, pero de inmediato calló, tal vez avergonzada. Yo continué avanzando lentamente, poco a poco, como en cámara lenta disfrutando mi avance, sintiendo como su coñito abrigaba y acariciaba mi pija, hasta que tope con su telita, algo sabia yo de eso. Su telita opuso cierta resistencia. Ella gimió mas fuerte, asustado me detuve, e instintivamente por su protección saque mi pija, pero mi deseo de estar dentro de su coñito de inmediato se hizo presente y volví a colocar mi pija en su entrada, penetrando a la primera, y una vez más lo hice lentamente. Ella gemía y gemía, con los ojos cerrados. Volví a encontrarme con su telita, gimió mas fuerte, pero ya no me asuste, ni me retire, decidí (claro que no conscientemente), avanzar presionando mas fuerte hasta vencer y rasgar la telita. Ella lanzó un largo aaaaayyyy, de dolor pero ya nada podía detenerme y termine de metérsela toda. Gritó de dolor aaaaayyyy, mientras su coñito aprisionaba mi pija. Finalmente había tomando su virginidad. Y era yo, su casi hermano, yo le había transformado de niña en mujer, y ella me habia transformado en hombre.

En verdad era como decían mis amigos que ya habían cogido. Era riquísimo coger. Su conchita era increíblemente caliente, claro que no quemaba, era un calor agradable. Logrado su desvirge, me detuve un momento, no se si para que ella se acostumbrara a mi gozosa y victoriosa pija, o para disfrutar de la rica e indescriptible sensación de estar totalmente en su cálido y acariciante coñito. Esa rica sensación de estar rodeado por su coñito, una presión calida y húmeda. Una sensación incomparable que me hacia sentir en las nubes. Una sensación que nada tenía que ver con la mejor de mis pajas, aunque la que ella me hizo había sido rica, nada había sentido tan rico como ese momento en el interior de ella.

Luego de unos instantes, no se si segundos o microsegundos, mi cuerpo por iniciativa propia empezó a retirarse, mi pija empezó a salir de su coñito. Entonces ella trato de detenerme cerrando sus piernas y poniendo sus pies sobre mis nalgas, pero yo casi saque totalmente mi pija para volver a meterla, iniciando el mete saca, primero torpemente, luego al encontrarle el truco, rítmicamente.

Ella se quejo y gimió, aaaaagggghhhh, al mismo tiempo, cuando volví a penetrarla, pero luego ella también empezó su propio movimiento para encontrarse con mi pija, sobre todo cuando en algunos breves momentos me detenía, por supuesto sin tratar de sacar de su dulce abrigo mi pija.

No se cuanto tiempo duramos en ese mete saca cálido y rico, pero por fin yo empecé a sentir un hormigueo en mis testículos y en la base de mi pija, que me obligó a un mete saca más rápido hasta que estalle vaciando en su interior borbotones de mi leche como ella le llamaba.

Ella al sentir mi rápido mete saca, luego mi descarga y parálisis, continuó moviéndose. Mi pija no perdió dureza, aunque se hizo mas sensible, por lo que me daban ganas de sacarla, pero no la saque y recontinué mi rítmico movimiento hasta que ella lanzó un grito extraño, gutural, aaaaagggghhhh. Ella también había alcanzado su orgasmo.

Suerte o intuición, no sé, pero no sólo nos habíamos desvirgado si no que ambos habíamos alcanzado el clímax. Lo cual, según me contó luego, sus amigas no lo lograron en su primera vez.

Ya muy sensible extraje mi pija y caímos rendidos, uno al lado del otro, mi pija fue perdiendo dureza. Luego de un rato nos levantamos y nos dimos cuenta de que la sabana de la cama estaba manchada de un poco de su sangre y de mi semen, o leche de hombre como ella decía. Ella asustada, dijo, hay que quitarla y lavarla. Por lo que la quite y lave solo la mancha, luego la guarde mi cuarto, pues hubiera resultado sospechoso dejarla en el patio secándose.

Ella regreso a su casa, no sin antes darme un beso y decirme que había sido riquisimo. Me sentí como un pavo real. No solo había follado por primera vez, si no que además lo había hecho muy bien.

Hoy varios años después debo reconocer que no fui yo quien la desvirgó, si no que fue ella la que me desvirgó; pues si ella no hubiera sido tan osada, yo no hubiera intentado nada con ella, y hubiera tardado en tener mi primera vez, pues aunque por la experiencia adquirida yo fui cada vez mas osado con mi novia ella no accedió a tener relaciones, además 5 meses después terminamos, tal vez intuía algo.

Pero mi experiencia con Estefanía me abrió las puertas a un mundo de nuevas experiencias. Claro que la primera fue la llegada de la zozobra, pues tome consciencia de que no habíamos utilizado protección y ella sufrió retraso de su regla. Aunque creó que era para asustarme o saber como reaccionaría de saber que estuviera embarazada, pues luego me dijo que había sido falsa alarma, y que ella era irregular. Pero también como mi actuación fue buena, ella lo comento con sus amigas, incluso creo que a mi hermana, aunque lo negó, pero mi hermana me veía de una manera diferente. Así casi tres meses después, en los que los viernes que también volvía a salir su madre, repetíamos el encuentro de nuestros cuerpos, claro que con protección que ella consiguió, no apareció ella si no otra chica que yo conocía de vista, pues vivía a unas calles de la nuestra…

Continuara.