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Mi amante mi hija y yo

en Hetero: Primera vez

MI AMANTE MI HIJA Y YO

Cuando me penetró no pude evitar un largo quejido de mi intenso placer, él me clavó el pene hasta los testículos provocándome el orgasmo más grande del que tuviese memoria

Lo que voy a contar jamás lo contaría personalmente a nadie, ni a mi mejor amiga y ni siquiera a un psicólogo, por eso tome la decisión de escribirlo porque no puedo vivir con esto sin contárselo a alguien. Mi amante Desvirgo a mi hija – fue el hombre que la hizo mujer - Esta es mi historia

Mi nombre es Mariana tengo 40 años me casé embarazada a los diecisiete y a los dieciocho ya era madre de una niña - dos años después nacieron mis gemelas.

Después de varios años de matrimonio nos separamos – jamás fui infiel mientras estuve casada y motivos nunca me faltaron siempre fui un imán para los hombres. Durante esos años de matrimonio fui mujer de un solo hombre – siempre intente hacerlo feliz – yo misma le propuse tener relaciones anales pero jamás me sodomizo – cuando le pedí tener sexo anal me dijo que eso era para las putas.

Soy mexicana nacida en provincia, educada a la antigua, de piel blanca – siempre me la pase haciendo dietas y ejercicios cuidando la figura – tratando de hacer feliz a mi marido.

– Después del divorcio me refugie en mi negocio, rechace cualquier intento de acercamiento de un hombre me sentía herida, lastimada – pase unos meses sin salir de casa hasta que mi amiga Silvia me invito a salir y poco a poco fui saliendo de mi encierro por medio de mi amiga conocí a Marcelo – al principio le mentí le dije que era una mujer casada y que no era fácil de llevar a la cama – intentando alejarlo de mi vida.

-sabia que el no se conformaría solo con besos - poco a poco me sentí mas en confianza mas desinhibida --Comenzó a pedirme que estuviéramos a solas – yo lo ignoraba – no quería ser una mas en su lista pero siempre terminábamos platicando de sexo y yo misma me sorprendía cuando le contestaba -- ¡ay que cochino eres eso no se le hace a una mujer! -¡no puedo soy una mujer casada!

– ¡Estás loco como crees es antinatural hacerlo por ahí –antihigiénico –además a de doler bastante! -¡Ay no que asco ha de saber horrible!

Llego el día en que nos besamos – quise oponerme – no lo logre pues en el fondo lo deseaba – sentir sus labios me hizo estremecerme - – volví a mentirle al decirle soy casada no lo olvides y tengo miedo – hubo silencio me recargue en su hombro - reaccione cuando alzo mi vestido y le pedí de favor saca el dedo de ahí no te da asco y además me lastimas me duele – ya te dije que nunca he hecho el amor por ahí ni con mi marido ni con ningún otro – me estremecí al escuchar sus palabras comigo vas a coger por delante y por detrás-

Fue el principio de la relación intente decir algo e interrumpió mis palabras besando mis labios, la sorpresa me paralizó y nos miramos a los ojos como nunca nos habíamos mirado luego volvió a besarme, pero esta vez sentí la punta de su lengua entre mis labios y mi boca se abrió para recibir esa lengua que me estremeció. Me besó profunda e intensamente, recorriendo mi boca, enredando su lengua con la mía y respondí al beso chupando su lengua, mordisqueándola suavemente, bebiendo su saliva.

Me olvidé de todo y pensé que era un hombre que me besaba y despertaba en mí sentidos que creía muertos como esa mano que acariciaba mi entrepierna, esa humedad que surgía de mi vagina, ese temblor que me estremecía… Sus manos se deslizaron por mi cuello, acariciaron mis hombros y bajaron los tirantes de mi vestido y de mi br Asier desnudando mi pecho y luego bajaron por mis brazos hasta las manos apoyadas en mi regazo, las apretó entre las suyas tibias y fuertes y luego apoyó las palmas sobre mis rodillas y las separó abriendo mis piernas.

Las manos comenzaron a subir por debajo del vestido acariciando el interior de mis muslos, subiendo a mi sexo que ardía de deseo. Sentí la yema de los pulgares acariciar los labios de mi vagina y grité: - ¡Eso no! Intentando reaccionar aun que al final deseaba desesperadamente que no se detuviera y no lo hizo.

Comencé a sollozar de puro deseo mientras me masturbaba delicadamente y me recliné hacia atrás apoyando mi espalda en los almohadones Del sillón. Sus dedos abandonaron momentáneamente su deliciosa tarea y engancharon los elásticos de mi pantaleta y la comenzaron a bajar, ayudé levantando mis caderas para que me la pudiese sacar y cuando lo hizo quedé con las piernas abiertas y el vestido levantado ofreciéndole mi sexo incondicionalmente rendido. Los dedos volvieron a separar los labios vaginales y hundió su boca en mi sexo empapado, volví a gritar. - ¡Ayyyyyy!

Grité de placer, su lengua al deslizarse por el interior de mi vagina me provocó un terrible orgasmo pero no se detuvo por eso, no me iba a dar tregua y lamió, chupó, mordisqueó, apretó mi clítoris entre sus labios y sorbió con fuerza, sentí sus dedos penetrándome y masturbándome mientras su boca y su lengua me enloquecían de placer, pronto perdí la cuenta de la cantidad de orgasmos que estaba teniendo y era tan grande el goce que sentía que me puse a llorar de felicidad hasta quedar agotada, no se cuanto tiempo estuvo arrodillado con su boca hundida en mi sexo pero si se que nunca en toda mi vida fui tan plenamente colmada de placer.

Finalmente se incorporó y me tendió las manos para ayudarme a levantarme, mis ojos se clavaron en el bulto de su entrepierna, me pareció enorme pero es que nunca había visto otra erección que la de mi ex marido. Al pararme trastabillé, estaba mareada y me abracé con mis senos desnudos a su cuerpo para no caerme sintiendo la dureza de su pene. "Vamos". Dijo sin especificar a donde, no hacía falta, yo sabía que me llevaba a la cama y deseaba con toda mi alma ir para ser suya. Me rodeó la cintura con su brazo y me llevó al dormitorio, caminé aferrada a él temblando de excitación ¡Iba a hacer el amor con otro hombre después de casi un año de mi divorcio!

-nos acostamos en la cama le quité el pantalón descubriendo su miembro enhiesto, no era enorme, pero su tamaño y grosor era suficiente para darme placer y al tomarlo en mi mano pude sentir su dureza. Sentí vergüenza al mirar su desnudez su cuerpo joven y fibroso, su pene erguido junto a la maraña de su vello, lo deseé como nunca había deseado en mi vida, ni siquiera aquella lejana vez de mi adolescencia cuando mi ex marido me desfloró en mi pequeña cama.

Nos abrazamos por primera vez completamente desnudos y nos besamos largamente, sus manos acariciaban mi espalda y mis nalgas, luego me acostó y se tendió encima de mí acariciando mis senos, besándolos, chupándolos -su boca me hacía delirar, mordía suavemente mis pezones y luego los chupaba y apretaba con las yemas de sus dedos mientras pasaba la lengua alrededor de las aureolas.

Luego descendió hasta llegar nuevamente al clítoris y repitió lo que les había hecho a los pezones y cuando mis gemidos y jadeos se transformaron en insoportables gritos - decidió penetrarme.

Me besó para acallarme mientras deslizaba el glande entre los labios de la vagina mientras yo abría las piernas para recibirlo, cuando me penetró no pude evitar gritar al sentir como mis carnes intimas se abrían para dar paso a su pene –solté un largo quejido y levanté las caderas para recibirlo completamente y él me clavó el pene hasta los testículos provocándome el orgasmo más grande del que tuviese memoria. Estuvo dentro de mi cuerpo penetrándome con fuerza – con furia sus penetraciones me hacían gritar – y mover mi pelvis con locura buscando que me penetrara hasta el fondo-

Lo sentí eyacular, su pene comenzó a latir en fuertes pulsaciones mientras el semen caliente inundaba mi vagina -mi cuerpo se convulsiono me di cuenta de que estaba gritando y luego estallé en profundo grito.

Hasta ese momento tome conciencia de mi imprudencia por no haber usado protección – tuve miedo de alguna enfermedad venérea o quedar embarazada pero no me importo en ese momento me di cuenta que todo ese dolor por el recuerdo del amor perdido había pasado y que ahora mi cuerpo había encontrado todo aquello que había creído definitivamente perdido mi plena sexualidad. Me abrazó y estuve apretada a su cuerpo mientras me besaba y repetía palabras dulces y me acariciaba y cuando finalmente me calmé busqué su boca en el beso más intenso que di en toda mi vida, luego descansamos unos minutos y más tarde me volcó sobre su cuerpo y me volvió a poseer.

Cuando estuve saciada fue el momento de demostrarle todo mi agradecimiento y le practiqué sexo oral hasta que se derramó en mi boca y saboreé su semen – jamás a mi ex marido le había hecho sexo oral y siempre que me lo pedía alegaba que me daba asco pero esa vez termine con mis labios llenos de su semen - nos bañamos juntos y me puse un short que me quedaba muy ajustado que hacía más de un año que no usaba, de pronto quería recuperar mi femineidad, ser otra vez mujer y demostrarle que aún era bella y ardiente. Y Salí vestida a la calle únicamente con zapatillas mi short y mi blusa negra.

Al otro día me vi. Con mi hija y se sorprendió verme en short y contenta pero se alegró muchísimo de verme cambiada a un que no imaginaba que me había puesto tan feliz.

Comenzamos una relación el venia a la casa se quedaba conmigo – me hacia el sexo en cualquier parte de la casa y cuando descubrí la relación con mi hija reaccione con violencia le grite lo corrí de la casa lo arañe – me sentí traicionada y me deje caer nuevamente abatida pensé que – había cometido un error al permitirle el paso a mi propia casa - pero cuando mi hija me confeso que se sentía atraída por el – que mis gritos y mis gemidos cuando el me hacia el amor habían despertado en ella el deseo por el sexo por sentirse mujer - me escandalice al escuchar a mi propia hija decirme que deseaba entregarse a Marcelo que deseaba que el fuera su primer hombre - pensé que esto no podía estar pasando pero mire en los ojos de mi hija el deseo y la decisión por sentirse mujer con el y la apoye – ese es nuestro secreto que jamás me atrevería revelar – la desvirgo oral –vaginal y anal tal y como lo hizo conmigo

He violado una regla fundamental, he cometido tal vez un gran pecado que quizás sea algo imperdonable pero no me arrepiento y volvería a darle mi apoyo para hacerlo.

Pero esa es otra historia.
mariana.682010@hotmail.com