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Mi primera vez en cuatro patas

en Zoofilia

Hola a todos los que me leen, este es mi primer relato en esta página, tenia otros en otra página, pero esta cerro sin avisar a nadie, y todos los relatos se perdieron, así que volveré a redactarlo para compartirlo con ustedes y espero que sea de su agrado.

Empezare por presentarme y describirme, por obvias razones no diré mi nombre, ni donde vivo, eso se los dejo a la imaginación, lo que si les puedo decir es como soy físicamente, soy una chica normal, nada fuera del otro mundo, completamente común, alta, mido 1.74, de complexión delgada, cabello castaño ondulado hasta la cintura, y pechos ni grandes ni chicos, pero eso si bien paraditos, caderas anchas y un culito respingon.

Pues bueno, he de decir, que mis inicios en la zoofilia ocurrieron mucho después de mi primera experiencia sexual, por que yo seguía queriendo mas, con un hombre no quedaba satisfecha, así que ¿por qué no probar con dos? Pero tampoco, se podría decir que había probado de todo, hasta que un día haciendo zapping en la Tv. ví algo que hizo que mojara mis pantys en ese mismo instante; una mujer siendo montada por un enorme perro gran danés, se podía ver la polla del perro partiendo literalmente en dos a la mujer, a pesar de los gritos desgarradores de la mujer, podía ver en su cara la máxima expresión del placer, solo de imaginarme a mi siendo culeada de esa manera por un animal hizo que tuviera un orgasmo ahí mismo, sin la necesidad de haberme metido nada por mi coñito.

Después de ese primer “episodio zoofilico” empecé a buscar la manera de acercarme a algún perro, puesto que vivíamos en un pequeño apartamento en la ciudad y no estaba permitido tener mascotas, mucho menos un enorme gran danés como el que a mi se me antojaba.

Al no poder conseguir ningún perro, ni siquiera mis amigas tenían, o no quería prestarlo o simplemente no se dio la oportunidad, comencé a frustrarme terriblemente, mis padres lo notaron, por lo que un día mi papa llego con la noticia de que nos iríamos el fin de semana a la finca de su hermano, a pasar un buen rato en familia, mi madre se emociono igual o mas que yo, supongo que papa no se la había cogido en un buen rato y pensaban aprovechar la idea al máximo.

Toda esa semana pase arreglando todos los preparativos, pues yo recordaba que en esa finca, lo que sobraba eran perros, así que decido prepararlo todo para mi iniciación como una buena perra, o por que no, con lo que se me cruzara por enfrente y tuviera 4 patas, por que tenia tiempo que nadie me daba una buena cogida y lo necesitaba urgentemente.

Metí en mi maleta ropa completamente normal, pero con una que otra modificación, que si alguien me veía, no sospecharían nada de mis negras intenciones; a todas mis pantys les había hecho un hoyo en la parte de mi cuquita para tener un rápido acceso, al igual que un sujetador al cual le corte la tela y solo quedaban las varillas, lo cual hacia lucir mi pecho muy curioso.

Por fin, el día tan esperado llego, todo el camino me la pase callada, imaginando lo que haría primero, y pensando en eso empecé a tocarme, en el asiento trasero del carro, mi padre venia tan concentrado en la carretera, y mi madre tan dormida, que ninguno se dio cuenta de la explosión orgásmica que ocurría en el asiento trasero. Cuando por fin atravesamos a la gran puerta de la finca, la familia salio a recibirnos, mi tío, su esposa y su hijo, yo no recordaba que mi tío tuviera un hijo, tal vez por que la ultima vez que nos vimos, ambos éramos unos pequeños de preescolar, entre saludos y bienvenidas, pude ver que mi primo no me quitaba la vista de encima, esto me hizo sentirme mas caliente y en celo que nada, como la perfecta perra que iba a ser ese fin e semana, pero estaba decidido, lo único que iba a entrar en mi vagina era una verga de perro y nada mas, nada de hombres.

Después de la bienvenida, fuimos a comer y a platicar un rato, cuando mi primo se ofreció a darme un recorrido de la finca, acepte gustosa, lo poco que recordaba de la finca seguía igual, caminamos un buen rato hasta llegar a una especie de granero donde guardaban el alimento para los animales y unas cuantas pacas. Al llegar, cual fue mi sorpresa que inmediatamente un hermoso perro salio a recibirnos, no era un gran danés, pero según mi primo era un mastin, así que por mi el tamaño estaba perfectamente bien. El perro se acerco a saludarnos, primero a mi primo que jugo un rato con el, después, se acerco con miedo a mi y comenzó a olerme, típico como cualquier perro, entre las piernas, yo solo atine a reírme, a lo que mi primo dijo, vaya es un chico listo. Y seguimos con nuestro recorrido, tuvimos que regresar temprano a casa por que la cena se servia temprano.

Después de la cena, mi primo seguía coqueteando, tanto que se atrevió a besarme cuando iba saliendo de la ducha y me dirigía a mi habitación, le seguí un poco el juego, lo justo para dejarlo con una gran erección y después correr a encerrarme a mi cuarto.

La mañana siguiente desayune temprano y me despedí diciendo que quería salir a caminar un rato, de esta manera aprovechaba que el entrometido de mi primo seguía dormido, y me dirigí directamente al granero, donde me esperaba mi postre matutino. Esa mañana decidí ponerme una pequeñísima minifalda y con mis braguitas de acceso rápido, para no levantar sospechas.

En cuanto llegue al granero, Lucas, como se llamaba el perro salio a recibirme alegre moviendo la cola, me metí con el al granero, pues yo ya no aguantaba y quería comenzar con mi iniciación.

Busque un lugar cómodo y fuera de la vista y lo encontré rápidamente, justo en la esquina, habían apilado unas pacas de manera que podía hacerme un asiento y un respaldo. Así que nerviosa, me levante la falda, me senté y comencé a masturbarme como lo hacia siempre, pero esta vez, dándole un espectáculo a Lucas, que permanecía a unos metros mirando muy atento. Me desabotone la blusa y deje mis pechos al aire, baje mi mano hacia mi entrada, y como estaba ya tan mojada que mis flujos escurrían por mis piernas, me entraron tres dedos de golpe, y comencé con un delicioso mete y saca, y con la otra mano masajeaba mis pechos, estuve así unos pocos minutos y decidí cambiar de posición, me voltee y m puse de rodillas, quedando con mi culito expuesto a Lucas y yo recostada sobre la paca, la sensación rasposa de la paja sobre mis pechos me éxito mas, yo seguía con mi mete y saca, ahora era toda la mano la que se perdía en mi vagina, pero Lucas seguía sin saber que hacer, así que lo llame y me di una nalgada, como diciéndole, ven, cojeme, párteme en dos, hazme gritar de placer.

Parece que lo entendió a la perfección, por que ni lo pensó dos veces y se acerco trotando, y pude sentir su larga lengua entrando en mi vagina, directo hasta el fondo, lamia toda mi parte intima, desde mi culito hasta mi clítoris, lo cual hacia que prácticamente me temblaran las piernas, parece ser, que mi sabor le encanto, por que cada vez lamia con mayor intensidad, como queriendo devorarme toda, como queriendo comerme, como si fuera un pedazo de carne para un depredador  hambriento. Esto era mil veces mejor que todos los orales que me habían dado los hombres, su lengua era tan grande que conseguía tocar puntos que jamás me habían tocado, así que rápidamente me llego uno de los mejores orgasmos de mi vida, que hizo que me derrumbara en el piso, pues mi piernas ya no aguantaban mas, así que me quede ahí unos minutos, recuperándome de la maravillosa sensación que acabada de sentir.

Después de que hube recuperado mi ritmo cardiaco, baje mi mano hacia mi cuquita y me sorprendió sentirla toda hinchada e inflamada, esto me éxito de vuelta, pero tan mala fue mi suerte que no pude continuar, pues escuche los gritos de mi primo que me llamaba, así que rápidamente me arregle la ropa y el cabello, justo cuando Lucas salio a recibir a mi primo y el entro. La mirada que me dirigió mi primo era escrutadora, era como si sospechara lo que hubiera hecho,  me vio de arriba abajo y se detuvo en mi pecho, que aun seguía rojo por haber estado recargada sobre la paja, y me pregunto: ¿vaya primita pero que te hiciste en las tetas? A lo que yo conteste,: nada, solo me recosté un rato sobre la paja y se ha quedado marcada.

Eso pareció ser suficiente para el pues son volvió a preguntar nada. Terminada mi sesión matutina de sexo canino, y despejadas las sospechas de mi primo, nos dirigimos de vuelta a la casa, según el, por que la tía nos tenia preparada una sorpresa, así que no podría regresar en la tarde al granero, pero eso no me ib a impedir que regresara en la noche, fuera de los ojos de todos, a completar mi iniciación, con este pensamiento me dirigí un poco mas alegre a la casa…

Aquí termina la primer parte del relato, por favor hagan comentarios, criticas y lo que quiera, así sabre si subo la segunda parte del relato, espero que les haya gustado mi relato y espero sus respuestas!