(Esta es sólo una sugerencia. No da lo mismo tomarla a no. Pero cada uno es dueño de hacer lo que quiera. Dejo un vínculo y sugiero que se lo escuche mientras se lee)

Hay veces que me gustaría poder escribir canciones y hacer una demasiado bonita, para luego escucharla subida al techo y espiar tu ventana esperando que la comiences a tararear.

Hay veces que me gustaría conducir ese autobús que tomas todas las tardes para volver a tu casa. Equivocar el recorrido, ver tu cara de cansancio y fastidio y que te enojes conmigo.

Hay veces que me gustaría ser la bolita de naftalina que olvidaste en el último cajón de tu placard, y sorprenderme cada primavera cuando un rayo de luz se asoma, y me deje ver tu mano acomodar las frazadas que ya no vas a usar.

Hay veces que me gustaría saber nadar tan bien como para un día atreverme cruzar el Canal de la Mancha. Que se organice un gran espectáculo por mi osadía! Y entonces así puedas verme dos veces por internet. Cuando parto y cuando llego.

Hay veces que me gustaría ser el mes de tus vacaciones para que te pases todo el año esperando que yo llegue.

Hay veces que me gustaría ser la dueña de todos los relojes del mundo para que me preguntes la hora y no tuvieras otra alternativa que dirigirme la palabra al menos una vez al día.

Hay veces que me gustaría ser el corrector ortográfico de tu Word. Subrayar con rojo tus errores sólo para ver que aceptas mis sugerencias.

Hay veces que me gustaría saber escribir en japonés, para enviarte notitas que no entiendas.

Hay veces que me gustaría disfrazarme del conserje del próximo hotel donde vayas alojarte. Coincidir con tus horarios y ser yo la que te de las llaves dónde vas a descansar.

Hay veces que me gustaría ser el control remoto de tu televisor con las baterías agotadas. Para sentir cómo presionas mis botones con fuerza esperando verme reaccionar.

Hay veces que me gustaría ser extra en alguna escena de la película que más te gustó. Esperando que de tanto volver a verla te des cuenta que estoy ahí.

Hay veces que me gustaría que dejes de mirar las estrellas y que tus ojos se pongan chinitos intentando encontrar el cielo que hay detrás.

Hay veces que me gustaría extraviarme en una estación de subterráneos y verte pegar saltitos entre la gente con cara de preocupación esperando volverme a encontrar.

Hay veces que me gustaría tener un álbum repleto de fotos tuyas de espalda para recordar lo mucho que asusta verte partir.

Hay veces que me gustaría ir al supermercado y olvidarme de comprar la mitad de las cosas que necesito, para no andar creyendo que lo único que necesito sea tu presencia.

Hay veces que me gustaría ser el cielo para así alguna vez mirarte desde arriba y dejar de andar al ras del suelo.

Hay veces que me gustaría gustarte tanto como gustas y sacarme el gusto y volvérmelo a poner.