Dedicado a Sonia… cuyas fotos me dejaron impresionado, así como su oda.

Cuando Eva y Fede salieron por fin del aeropuerto, kike el médico del campamento les estaba esperando. Tras las presentaciones montaron en el Jeep y se fueron hacia las excavaciones. Kike era un joven pelirrojo un poco raro tirando a rubio de cara amable y sonriente, más bien delgado tenía una nariz aguileña, pero sin duda su rasgo más característico era su cuello largo y elegante y esos ojos intensos y maliciosos. Por suerte para Eva Kike y Fede no dejaban de hablar entre ellos mientras se ponían al día del resultado de las excavaciones, Eva estaba dolorida y no estaba para muchas conversaciones, creía que al menos había dejado de sangrar del culo, aunque los últimos 10 km por una carretera llena de baches no ayudó mucho.

Cuando por fin llegó al campamento, para alegría de su culito, la desilusión fue bastante grande… el sitio era como un desierto no había árboles en la zona del campamento, los más cercanos estaban como a un km, si bien por lo menos había un río de aguas tranquilas y cristalinas. El campamento era como diez tiendas de campaña de diferentes tamaños, puestas de forma totalmente desorganizada, una ducha cuyas "paredes" eran unos sacos vacíos de harina o arroz y algo que por el olor debía de ser una letrina. Decepcionante y eso que Fede le había dicho que no había comodidades pero eso era excesivo. Allí conoció a Indi, así le llamaban aunque por lo que me contó Eva no debía ser por parecerse a Indiana Jones o Harrinson Ford y a los cuatro negritos, tres de ellos bastante jóvenes como ella, que formaban y completaban toda la expedición. El cuarto negro tendría unos 40 años y si bien no puede decirse que estaba gordo comparado con el espectacular cuerpo de los otros tres, en los que no había ni un gramo de grasa, ese parecía más fofo. Por lo menos él hablaba castellano y bastante bien, parece que su función era de capataz de los tres jóvenes, de traductor y de asesor de las cuestiones culturales de la zona.

Ese era todo el equipo de la excavación, los cuatro negros, Kike el médico que realmente era un forense para analizar los huesos pero como titulado que era ejercía también de médico de los acampados, Indi y Fede.

Eva se esperaba cientos de trabajadores negros excavando y sacando arena, bueno cientos quizás no pero al menos varias decenas, pero parece que esta excavación era muy limitada… al menos en medios humanos.

La llevaron a su tienda y eso fue más decepcionante todavía, en su día debió de ser blanca ahora el polvo y la arena la había transformado en un color camel sucio, hacía mucho calor dentro ya que estaba a pleno sol. Dentro había una estantería metálica con tres rollos de papel higiénico, una cantimplora y un machete. Para dormir un camastro bastante pequeño, una silla como de las de director de cine y dos cajas de fruta vacías que según le dijo Fede era para guardar su ropa… al menos el camastro tenía una mosquitera que se veía nueva.

Fede fue a salir de la tienda, pero dio la vuelta y dirigiéndose a Eva le dijo

Fede se acercó con una amplia sonrisa y le dio un beso, más que un beso era un piquito pero a Eva le encantó y esperanzó.

Eva pensaba que nunca podría dormir con tanta luz que entraba, tanto calor y en ese camastro pero sin duda las folladas de la mañana le habían cansado porque durmió nada más tumbarse. En ese rato Fede debió poner al día de la aventura vivida en el aeropuerto a sus compañeros. A las dos horas se despertó sobresaltada al ver que Kike estaba en su tienda.

Eva se levantó, tenía toda la ropa empapada en sudor, su blusa blanca estaba totalmente sudada y parecía que se había bañado con ella ya que las tetas se le marcaban y veían perfectamente, sobre todo la corola y el pezón. Ella se dio cuenta porque Kike no le miraba a los ojos precisamente.

Y Eva salió con esa camisa ahora totalmente trasparente por efecto del sudor… en adelante recordaría no ir nunca sin sujetador . Fueron a ver la letrina, un agujero inmundo con un par de palos que hacían de asiento y un saco de cal.

Mientras se acercaban a la ducha, un depósito de gasoil negro sobre una estructura de madera Eva se percató de que a menos de 10 metros los tres negros estaban trabajando cargando pesados sacos, más tarde se enteró que eran de arena, sudaban menos que ella la verdad pero sus negras pieles musculosas brillaban por efecto del sol y el sudor. De repente uno de ellos sacó su polla de los pantalones cortos que llevaba y se puso a mear, sin ningún pudor, siendo consciente que Eva estaba delante. Eva se ruborizó y bajó la mirada un momento pero luego enseguida la volvió a subir ya que le atraía verle, lo que no escapó a Kike, que dijo.

Eva observó la ducha, la verdad es que la ducha no era muy maravillosa que digamos, Kike le explicó que el agua se calentaba en el depósito por el sol y que sólo tenían unos pocos litros por lo que muchas veces se duchaban de dos en dos, ya que llenado era por medio de calderos y era muy costoso.

Finalmente le enseñó la tienda de enfermería… no comentaré mucho simplemente que Eva deseaba nunca tener que terminar allí.

Allí estaba Indi, en una tienda llena de mesas y piedras y empezó a explicarle lo que hacía allí. Indi era un señor de unos 50 años, tenía le pelo negro pero la frente ya ewra muy ancha por no decir que casi la mitad de su cabeza era calva. Se le veía amable, seguro que era una buena persona. Eva atendió sus explicaciones. Sería la voz cansina, el cambio horario o el agotamiento pese a la siesta pero Eva se estaba aburriendo y se le cerraban los ojos por lo que se sobresaltó mucho cuando oyó gritar a Kike.

Eva e Indi salieron corriendo de la tienda y se encontraron a Kike con los pantalones y calzoncillos bajados hasta los tobillos, con la mano cubriéndose el paquete y chillando.

Eva se puso de rodillas delante de él, le quitó la mano de la polla y miraba el pene en estado flácido pero era incapaz de localizar exactamente donde se encontraba la mordedura de la serpiente.

Eva estaba muy nerviosa, sus manos agarraban el flacido pene de Kike y por más que sus ojos lo recorrían no era capaz de ver las marcas de la serpiente.

Aunque no era capaz de localizar el punto exacto donde la serpiente había picado al pobre de Kike, la lengua de Eva empezó a recorrerle el glande y, como no, la polla empezó a crecer aunque no sé por qué me da que pensar que la picadura de la serpiente no tuvo nada que ver. Eva recorría con su lengua el glande de Kike con su mano derecha tenía sujeto el ya erecto pene mientras introducía un cuarto de polla en su boca. Cuando llevaba al menos tres minutos

Antes de los 10 minutos estipulados Eva se sorprendió recibiendo la leche de Kike en su garganta, al principio trató de retenerala en la boca pero enseguida descubrió que entre la polla y la lefa no le cabía por lo que empezó a tragar. Estaba super nerviosa no sabía si lo había hecho bien… la verdad es que kike tenía convulsiones, pero podían ser causadas por la corrida y no por el veneno, al menos eso esperaba ella que no hubiese llegado tan tarde como para que el veneno le afectase. No había terminado de tragar la lefa de Kike cuando Indi empezó también a chillar y a soltarse los pantalones.

Eva alucinaba otra mordedura de serpiente en una polla, tenía la boca pastosa de la leche de Kike, pero se introdujo la polla que estaba morcillota, seguro que por efecto de la picadura. Ni siquiera se planteó que ella allí de rodillas podía ser mordida por una serpiente, debo decir que Eva siempre piensa en los demás antes que en ella misma. Empezó a chupar la polla de Indi, la de Kike olía a jabón y tenía un olor agradable pero cuando la nariz de Eva se apoyo en el bello puvico de Indi, notó un olor dulzón a sudor, no era desagradable del todo pero sí muy fuerte.

Indi agarró fuertemente la cabeza de Eva, por lo que apenas podía moverse y mamarle, cuando llevaba poco más de un minuto chupando notó como Indi desplazaba la cabeza de Eva de adelante hacía atrás y acompasaba los movimientos con la cadera… realmente se la estaba follando por la boca. Eva trataba de soltarse pero la sujetaba tan fuerte que no pudo soltarse hasta que por fin eyaculó. Cuando se corrió relativamente muy pronto le lanzó la cabeza hacía atrás con un brusco movimiento para sacar la polla. Eva trató de expulsar la lefa, pero apenas le llegaba el aire por lo que antes de respirar aire tuvo que tragarse gran parte de la lefa.

Eva seguía de rodillas, ahora con las manos apoyadas mientras tosia y trataba de escupir lo que le quedaba de la leche de Indi… cuando por fin levantó la cabeza vió como Kike, Indi y dos de los negros se reían de ella. Eva se cabreó mucho.

Eva vio que Fede llegaba en ese momento y comenzó a llorar mientras se levantaba y se dirigía a abrazarse a él.

Eva no podía hablar solamente era capaz de llorar.

Cuando llegaron a la tienda de Eva, ambos se tumbaron en el camastro y Eva dejó de llorar pasados un par de minutos. Fede se levantó de la cama y miró enfadado a Eva.

-Joder Eva… no creo que sea para tanto. Mecaguen la puta… me he cabreado con mis amigos y los trabajadores por una tontería.

Eva alucinaba se esperaba el consuelo de Fede y que la abrazase y no solo se había levantado del camastros sino que encima le abroncaba.

Eva llegó al comedor y estaban los siete esperándola. Se sentó entre Kike e Indi, para demostrar que no les guardaba rencor y dijo.

Todos asintieron con la cabeza y se dispusieron a cenar, como si nada hubiese pasado.

Los dos días siguientes Eva fue cogiéndole el tranquillo al campamento… pero cumplió su promesa y pese al calor siempre llevaba uno de sus dos pantalones largos y todas las noches lavaba la única camisa oscura que tenía.

Era el comentario general de todos los hombres… se reían, de buen rollo, de ella por ir tan tapada con tanto calor pero Eva no pensaba ponerse ni los pantalocitos ni las camisitas blancas que traía.

Ella entonces no lo sabía pero los tres blancos de la expedición ya estaban tramando un plan para que la ropa de Eva fuese más acorde… al menos a sus deseos… la pobre Eva no podía ni imaginar lo que le pasaría a su ropa al día siguiente

Bueno espero que os guste la segunda parte, agradezco mucho los comentarios porque me animan a seguir escribiendo y me permite conocer lo que más o menos os gusta. Gracias por tomaros las molestias de escribir. Rubén.