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Hacer el amor con un hombre sin pene

en Textos educativos

Escribo mi verdadera historia con el fin de eliminar taboos y de responder indirectamente a la cantidad gente que a diario me pregunta por mi vida sexual, como si el hecho de estar casada con un hombre transexual les diera el derecho de preguntarme a mí lo que jamás preguntarían a sus mejores amigas.

Lo primero, decir que un hombre transexual es simplemente un hombre. La identidad de género está en la cabeza, se nace con ella y se siente desde la infancia, sin condicionantes sociales, sin "vicios", sin que haya una familia desestructurada por detrás. No es cuestión de un gusto sexual porque nada tiene que ver con el sexo. El hombre transexual es, como digo, un hombre, que por desgracia se desarrolla en un cuerpo de mujer. Algunos hombres consiguen enmendar el error con medicamentos y cirugías; otros no tienen el dinero o el valor para ello, pero siguen siendo hombres.

Yo conocí a mi hombre cuando él tenía 20 años y yo 18. En aquel entonces él se hacía llamar Román y se identificaba como chico, por más que en su documentación dijera otra cosa. El aspecto era ambiguo; un hombre no demasiado alto, sin barba, con la voz más suave que la de un hombre pero más grave que la de una mujer, con unos ojos grandes increíbles y con unos sentimientos y un corazón que desbordaban. Yo ignoraba que él fuera transexual ya que por aquel entonces no se hablaba de estas cosas. Me parecía un hombre en los años previos a la pubertad, aún sin masculinizar por completo, pero jamás se me pasó por la mente que, debajo de su ropa holgada, pudiera esconderse un cuerpo femenino.

Él me cortejó como un verdadero caballero. Era formal y educado, me recogía en casa y me dejaba en el portal, me cogía de la mano cuando la situación era propicia, y mostró un interés humano por mí que hasta el momento nadie me había ofrecido. Nuestro primer beso se produjo meses después, en el portal de mi casa, después de haber disfrutado de una velada deliciosa. Él me besó con suavidad y tibieza, aferrándose a mi cuerpo con la delicadeza y la tosquedad que sólo un verdadero hombre puede mostrar. Después de aquello hubo más besos y más arrumacos. Sólo de vez en cuando él acarició con levedad mis senos, con delicadeza, con la mezcla de deseo y respeto que se demuestra a la mujer amada.

Meses después, cuando yo empezaba a vivir pensando sólo en él, me confesó su secreto.

A continuación, paso a responder las preguntas más habituales con que la gente me bombardea cada vez que por casualidad conoce mi situación. Sé que es una página de relatos eróticos y aunque lo contaré ateniéndome a ello, insisto en que son mis verdaderas respuestas y mi verdadera historia.

¿ES NECESARIO SER LESBIANA PARA ESTAR CON UN HOMBRE TRANSEXUAL?

No. Yo nunca he sido lesbiana puesto que no me gustan las mujeres. Mi atracción hacia él es la de una mujer hacia un hombre, tanto antes como después de que él se sometiera al tratamiento.

¿CÓMO SUPISTE QUE ESE SENTIMIENTO ERA AMOR DE PAREJA Y NO SIMPLE CAMARADERÍA?

Dejo de lado el sentimiento especial que toda mujer tiene hacia su pareja y, limitándome a lo físico, lo supe porque cada vez que estaba con él, simplemente con la conversación o los besos, se me mojaban las bragas.

¿ERAS VIRGEN CUANDO LO CONOCISTE?

Sí, Román fue mi primer hombre.

¿SIGUES SIENDO VIRGEN, PUESTO QUE ÉL NO TIENE PENE?

No. Al principio nuestras relaciones sexuales eran básicamente caricias, besos y abrazos, pero cuando llegó el momento, Román rompió mi himen con sus dedos, con todo el amor y la delicadeza de un hombre que adora a su mujer. Una vez que dejé de ser virgen, hemos tenido repetidamente relaciones utilizando un juguete para la penetración.

¿PERO ÉL TE PENETRA CON SU CARNE?

No exactamente. Antes del tratamiento hormonal, Román no tenía pene. Ahora tiene un pene pequeñito, del tamaño de una uña, que no sirve para la penetración pero que durante la fricción estimula mi clítoris, de modo que ambos podemos tener orgasmos de esa manera, sin ayudarnos de juguetes.

¿SE VA A OPERAR PARA TENER PENE?

No. Hoy en día existen dos operaciones, una de ellas sirve para orinar por la punta del pequeño pene y en la otra se crea un gran pene con los propios tejidos del hombre, pero ese pene tiene poca sensibilidad y no se erecta para la penetración. Ante esto, nos hemos conformado con que él conserve su pequeño pene con el que ambos estamos satisfechos.

¿ENTONCES DE QUÉ SE HA OPERADO?

Se ha operado para quitarse el tejido de las mamas, con muy buen resultado. También se ha operado para extraer los órganos femeninos internos (útero y ovarios) y para cerrar la vagina.

¿ALGUNA VEZ TE HA PEDIDO A TI QUE LO PENETRES?

Él nunca ha tenido una penetración en su antigua vagina. Sin embargo, como todas las parejas jóvenes, hemos experimentado con juguetes y en algunas ocasiones yo he utilizado un juguete para darle sexo anal.

¿CÓMO ERA EL SEXO ANTES DE QUE ÉL SE OPERARA?

Antes de que le quitaran las mamas, Román utilizaba una faja para ocultarlas y durante las relaciones sexuales se dejaba puesta la faja y una camisa. No me permitía que le tocara el tórax ni los genitales, pero sí que le acariciara el cuello, las nalgas y los muslos. Aparte de eso, nos comíamos a besos durante toda la relación sexual y él me acariciaba todo el cuerpo, entreteniéndose en mis pechos y en mi sexo. A veces, él utilizaba un arnés o algún tipo de juguete para penetrarme, pero no era la norma.

Debo decir que en aquella época, la meta de Román era sobre todo darme placer a mí, yo me sentía a la vez culpable y afortunada porque tenía un esclavo sexual.

¿TENÍA ÉL ORGASMOS DURANTE EL SEXO ANTES DE OPERARSE?

Sí que los tenía, pero no siempre. Para correrse, él necesitaba muchos besos y la sensación de golpearme con la pelvis en el movimiento de penetración, y que yo me mostrara satisfecha con eso. Él no tenía orgasmos hasta no haber conseguido que yo me corriera. A veces, tras mucho intentarlo, él no llegaba al orgasmo, pero me decía que se sentía igualmente feliz. Quizás éramos una pareja atípica en que la mujer (yo) siempre llegaba al orgasmo y el hombre sólo a veces.

¿TIENES TÚ ORGASMOS?

Siempre. A menudo empezamos con sexo oral y él no se detiene hasta que nota que me he corrido.

¿CÓMO AFECTÓ EL TRATAMIENTO CON TESTOSTERONA A LA RELACIÓN SEXUAL?

El tratamiento con testosterona tuvo como efecto aumentar la confianza de Román en sí mismo, y aumentar muchísimo el deseo sexual. Durante los primeros meses con testosterona, Román me pedía sexo a diario, a veces varias veces al día. Los fines de semana los pasábamos sin salir de casa para poder tener relaciones sexuales con frecuencia y comodidad.

Otra diferencia importante es que desde el momento en que inició el tratamiento, él siempre ha tenido orgasmos.

El crecimiento del pequeño pene, además, ha hecho innecesario el uso de juguetes sexuales ya que con la fricción de su pequeño pene sobre mi clítoris nos corremos los dos. No obstante, los fines de semana seguimos utilizando los juguetes para la penetración.

¿ALGUNA VEZ HAS TENIDO SEXO CON UN HOMBRE CON PENE?

No, él ha sido mi único hombre. No necesito un gran pene para sentirme plena. Paradójicamente, disfruto a menudo de penes enormes en mi vagina ya que los juguetes que utilizamos son de gran tamaño y a veces con vibración. Creo que un hombre biológico sería más reticente a usar esos juguetes en pareja, mientras que mi marido lo hace con naturalidad y sin complejos. La mayoría de las mujeres sólo pueden disfrutar de esos penes en solitario a escondidas de su marido, mientras que yo los disfruto mientras mi hombre me besa los labios, me abraza y me dice que me ama.

¿QUÉ TIPO DE PRÓTESIS DE PENE UTILIZA UN HOMBRE TRANSEXUAL?

Mi marido tiene lo que se llama "prótesis de paquete", para usar debajo del calzoncillo en su día a día, y "prótesis para la penetración". En estas últimas entran los consoladores de arnés de toda la vida, pero también existe un tipo de prótesis que se pega con un pegamento especial al pubis de modo que el hombre siente con más intensidad los movimientos de la penetración; con estas últimas prótesis es todo más natural, más rítmico.

¿USAS PRESERVATIVO?

No lo usamos con fin protector, puesto que somos una pareja estable y monógama. Sin embargo, algunos juguetes sexuales que necesitan lubricante son más cómodos de utilizar con preservativo.

¿LE PROPORCIONAS SEXO ORAL?

Sí, aunque no es el tipo de sexo que más le gusta. Durante la fase en que el pequeño pene estaba creciendo, se lo succionaba con frecuencia para estimular el crecimiento, aunque él generalmente llega al orgasmo durante la penetración.

¿ÉL TE PROPORCIONA SEXO ORAL?

A menudo. En general me da sexo oral hasta que me corro y posteriormente nos besamos durante unos minutos y pasamos al coito con o sin prótesis.

¿QUÉ DIFERENCIA HAY ENTRE VUESTRA SEXUALIDAD Y LA DE UNA PAREJA DE LESBIANAS?

No tiene nada que ver, nosotros somos un hombre y una mujer. Además de la ternura mutua, las caricias y los besos, a él le gusta tocar mis pechos y penetrarme mientras que a mí me gusta sentirme deseada y sentirlo a él entre mis piernas.

¿TE PLANTEAS LA MATERNIDAD?

Sí. Hemos hablado de ello y cuando llegue el momento utilizaremos un donante de semen. Obtendremos un frasquito con el semen del donante y él lo introducirá en mi cuerpo después de una relación sexual. Para nosotros es importante que suceda así, aunque si no fuera posible, haríamos lo que nos aconsejaran los médicos.

¿ESTÁS SATISFECHA CON TU VIDA SEXUAL?

Mucho: tengo sexo varias veces por semana con un hombre que se dedica plenamente a mí, que es a la vez tierno y masculino y que siempre me proporciona al menos un orgasmo.

¿CREES QUE ÉL ESTÁ SATISFECHO CON SU VIDA SEXUAL?

Creo que sí, y mucho más desde que se ha sometido al tratamiento.

Éstas son en esencia las preguntas que la gente me suele hacer, aquí las respondo sin pudor con la intención de que sirva para informar de la realidad de una pareja en que el hombre es transexual. Me disculpo de antemano por el título que he utilizado, pero no lo hago de manera peyorativa, sino porque es la expresión con que la gente que me pregunta se refiere a ello.