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Descubriendo la lluvia dorada

en Fetichismo

Estaba aburrido de hacer siempre lo mismo, pero ahí estaba; navegando por páginas web de contenido pornográfico en busca de fotos o vídeos que me excitaran para masturbarme después cara a la pantalla del ordenador.

Pero hoy, en uno de esos clics que te abren otra pestaña del navegador apareció una web de contactos sexuales BDSM. Eché un vistazo a los perfiles de algunos de sus miembros, a lo que buscaban, lo que ofrecían, sus gustos y fantasías ... Nada de busco amistad o lo que surja, salir al cine, etc.., gente que busca sexo y punto.

Me llamó la atención, así que introduje mi perfil y rellené una larga lista de características que se podría resumir en: hombre busca mujer dominante, estoy interesado en el sexo oral, juegos de orina y dildos anales.

Mientras realizaba una búsqueda filtrada recibí un correo de “soytuama812”, interesada en chatear conmigo y conocerme decía. Por la foto que mostraba en su perfil era una chica guapa y algo rellenita, o sea, perfecta.

Estuve un rato chateando con ella sobre mis gustos, sentirme utilizado por una mujer para su placer, practicarle sexo oral, que me sodomice; y sobre mis fantasías, sobre todo los juegos de orina que nunca había hecho y que me apetecía probar. Enseguida quiso preparar una cita dispuesta a hacerme probar todo eso y más, y quedamos para dos semanas después.

...

El día amenaza lluvia, así que salgo de casa con el paraguas en dirección al metro. La dirección de su casa está a cinco minutos andando de la parada de destino.

Cuando abre la puerta veo que la foto no engañaba, me parece una chica muy guapa y algo entrada en carnes.

  • Hola Luis pasa, me llamo Bella, el otro día en el chat no te lo había dicho.

  • Sí, es cierto. Vaya, eres tal y como te había imaginado.

  • Tomaré eso como un cumplido.

  • Deberías.

Pasamos al salón donde huele a incienso de una barrita que se quemaba en una mesita del rincón, en la tele una película porno donde una tía le chupa una polla inmensa a un negro.

  • ¿Quieres una cerveza?, no tengo nada más; o eso o agua.

  • Sí, una cerveza estará bien – le contesto mientras me siento en el sofá enfrente de la tele.

  • He puesto una peli para calentar el ambiente, espero que no te importe.

  • Para nada, suelo ver películas porno de vez en cuando.

  • Pero no te hagas ilusiones, no le suelo chupar la polla a los tíos en la primera cita.

  • Entonces haré lo posible por tener una segunda cita.

  • No lo vas a tener fácil – me contesta, mientras se acerca a mí y me besa al tiempo que acaricia mi entrepierna. Yo meto la mano por debajo de su camiseta y acaricio uno de sus pechos. No pasa mucho tiempo y Bella se sienta encima de mis piernas mientras sigue besándome, y yo le paso una mano por detrás sujetándole el culo y acercándola hacia mi.

  • Espera – me dice, y se quita la camiseta dejando al aire sus turgentes pechos – chúpame los pezones, vamos.

Comienzo a lamer uno de sus pezones mientras acaricio el otro entre los dedos.

  • Oh si, así, así... chupa.

Lamo y chupo sus pezones con ganas mientras ella jadea y mueve su culo entre mis piernas.

  • Me dijiste que te gustaba sentirte dominado por las mujeres ¿no?.

  • Sí, me gusta que me obliguen a darles placer.

  • ¿Entonces harás todo lo que te pida?

  • Sí, lo que tu quieras.

Mi contestación parece haber hecho saltar un resorte, de repente se levanta del sofá y se queda delante de mí mirándome.

  • Desnúdate, quiero verte en pelotas.

Me levanto yo también del sofá y me desnudo mientras pienso, ya ha comenzado el juego, eso es lo que quiero, ordéname lo que quieras y te obedeceré.

  • Bueno no está mal – comenta, al tiempo que coge mi pene, todavía flácido y le da un cachete.

Se quita los shorts que lleva quedándose solamente con unas braguitas rojas. Se sienta en el sofá y se abre de piernas mientras se aparta las braguitas dejando al descubierto su coño.

  • Arrodíllate y comeme el coño – me dice.

Así lo hago, y me pongo frente a un precioso coño peludo. Acerco la boca y deslizo mi lengua de abajo arriba hasta llegar a su pubis, donde me entretengo en besar y lamer los pelos que nacen de él.

  • No me habías dicho que te gustaban los coños peludos.

  • Sí, me encantan los coños peludos como este, son los que más me gustan.

  • Bien, vas ganando puntos, deja de hablar y chupa.

Poco a poco mi lengua se abre camino entre sus pelos y abro sus labios con ella y mientras sujeto sus piernas atrayéndola hacia mí, meto la lengua en todos los rincones de su coño sin dejarme nada por lamer. Lamo y succiono su clítoris por un rato, después bajo hasta la entrada de su vagina e introduzco la lengua acariciando su interior y luego la meto y la saco como si follara su coño con ella. Y ella me sujeta la cabeza para evitar que me detenga mientras jadea sin dejar de observar como lo hago.

  • Para, déjalo – me espeta, a la vez que me empuja la cabeza apartándome de ella - . He estado bebiendo mucho para poder mearte que es lo que tú querías. Ven.

Voy detrás de ella hasta que llegamos al baño.

  • Métete en la bañera y siéntate.

Ella entra también, se pone frente a mí y sube un pie al borde de la bañera de forma que su coño queda a escasos centímetros de mi cara. Se abre los labios y quedo esperando para recibir su meada.

Al cabo de unos segundos sale un chorro de orina que cae sobre mi pecho, enseguida se acerca y modifica la postura de forma que moja mi cara. Estoy moviéndome para que moje toda mi cara pero con la boca cerrada.

  • Abre la boca, quiero ver como saboreas mi orina y luego te la tragas; ya verás como te gusta.

Sin pararme a pensar obedezco, abro la boca y enseguida siento la orina caliente dentro de ella. Saboreo la meada antes de tragarla, no es un sabor muy agradable pero la visión de su coño meando dentro de mi boca hace que mi excitación aumente y no tenga reparos en tragármela toda.

  • Así, muy bien, traga, traga, que no se salga nada, es toda para tí.

Cuando la intensidad del chorro va disminuyendo paso una mano entre sus piernas hasta su culo y la empujo contra mí hasta tocar los labios de su coño con los míos. No dejo caer ni una gota fuera de mi boca y cuando termina, paso la lengua lamiendo todos los rincones de su peludo coño para limpiarlo. Después de darme una toalla para secarme nos dirigimos de nuevo al salón.

  • Sigue comiéndome el coño hasta que me corra, vamos.

Y así lo hago; hundo mi boca en su entrepierna y lamo y succiono su clítoris. La oigo jadear mientras chupo su precioso coño y tras un rato, le viene el orgasmo; y se corre mientras no dejo de lamer y tragar los fluidos que salen de su vagina.

  • No ha estado mal, lo has hecho muy bien. Siéntate aquí y te daré tu recompensa.

Me siento en sus piernas y comienza a masturbarme enérgicamente, al poco tiempo mi polla comienza a escupir semen que va cayendo sobre su mano y chorrea hasta su ombligo.

Una vez vestidos y a punto de irme, me pregunta:

  • Entonces ¿te gusta practicar sexo oral?

  • Sí, me encanta.

  • ¿Y serias capaz de practicar sexo oral a varias mujeres a la vez?

  • Es una de mis fantasías.

  • Entonces, ¿quieres venirte el fin de semana que viene y te presento a unas amigas para ponerlo en práctica?

  • Sería estupendo, si ellas no tienen reparo.

  • Ya verás como no, seguro que les gustará. Hasta el sábado entonces.

  • Vale, hasta el sábado.