miprimita.com

Por las noches...

en Autosatisfacción

El video era de doble penetración, una preciosa rubia que gritaba y gemía al verse atacada por dos enormes pollas negras dentro de su ano, para salir después y dilatar su vagina, las dos juntas siempre, a ratos compartiendo agujeros y otras veces no, cada una por su lado, pero dejando un inmenso vacío cuándo se retiraban de su posición.

Yo estaba feliz de la vida, tocándome minuciosamente, viendo el video boca abajo y acariciando rápidamente mi clítoris. Cuando me hube corrido por primera vez, usé mis propios jugos de lubricante y asalté mi vagina con dos dedos, que entraban y salían con fuerza y rapidez.

En el video, se veía la expresión de la rubia, con una cara deformada porque las manos de sus amantes abrían su boca para que gritara más, y que se excitara más, ya que se creaba la ilusión de tener algo dentro, y parecía hambrienta.

No me fijé mucho en el volumen de mis gemidos, que a mi parecer, no eran muchos ni altos, pero pronto escuché unos pasos. Sabía que era mi papá, puesto que nadie más estaba despierto a esas horas, y apagué el iPod. No quité la mano de donde estaba, puesto que todavía quería terminar. Conforme más cerca escuchaba los pasos, más me excitaba, más rápido iba y más gritaba, teniendo la esperanza de que mi papá llegara, me viera en una posición muy apetecible y tuviera una erección en ese instante, al ver el momento. Levanté un poco el trasero y quité la sábana de encima, para ser de más fácil acceso, además de que moví mi panty a la izquierda, para que observara todo y le dieran tantas ganas que se arrojara sobre mí, y sin pensarlo, me la metiera y bombeara una y otra vez, que me hiciera suya y que terminara dentro de mí, haciéndome sentir dichosa, penetrada, dominada y con un pensamiento excelente para poder dormir...

Pero lamentablemente, nada de eso pasó.

¡No me agreguen si sólo piensan en que pueden conseguir cybersexo conmigo!