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Huevos de corbata

en Autosatisfacción

Me encanta pajearme, y probar fantasías para mis pajas.

El otro día, viendo vídeos porno mientras me hacía una paja empecé a fijarme que muchos hombres se ponen utensilios en los cojones para aprisionarlos y que les de más placer mientras follan. Como andaba tan cachondo quise hacer algo con mis huevos y lo que tenía más a mano y más casero era una corbata.

Fui al armario y cogí la primera que vi, haciéndole un nudo normal (como si fuese para el cuello). La metí por mi polla y mis huevos y empecé a ir cerrando el nudo cada vez más hasta que poco notaba como los huevos y mi polla se iban pegando y apretándose. ¡Dios, me encantaba! Continué apretando más y más, mientras que tiraba fuertemente del extremo de la corbata, moviéndo de un lado para otro tanto mi polla como mis cojones. Estaban super duros y super levantados, creo que eso es lo que más me ponía, puesto que me fui al espejo del cuarto de baño y, al apretar tanto los huevos y tirar de la corbata hacia arriba, estos se levantaban y quedaban casi a la altura del ombligo, me encanta esa imagen, de ver como mis cojones estaban tan despegados de su base normal y ahora estaban duros y levantados. Ya no hacía falta ni pajearme, simplemente moviendo y tirando de la corbata hacia arriba y abajo, a los lados o donde fuera, sentía como si me estuviera pajeando, pero el solo movimiento ya me daba placer y ganas de correrme. Mi locura llegó a más y continué apretando más y más, hasta que el nudo no fue más grande que el círculo que se puede formar cuando haces el signo del OK, por tanto mis cojones estaban al máximo, iban a rebentar, notaba el calor que los recorría e inundaba toda mi polla, pero no podía parar, era una situación que nunca antes había sentido. Tenía mis putos huevos duros como piedras, y los acariciaba mientras seguía tirando y tirando de la corbata. La polla la notaba hinchada y goteosa de líquido preseminal. Fue ese el momento en que decidí pajearme normalmente y también fue increíble porque al tener los huevos tan apretados y pegados a la polla, al subir y bajar la mano chocaba contra ellos y los notaba calientes y duros mientras los golpeaba al ritmo de una paja frenética. Continué así unos minutos más y cuando noté que me corría tiré fuertemente de la corbata como si fueran unas riendas de caballo y mi polla empezó a disparar chorros de semen mientras que mis huevos hervían y casi explotaban.

Fue una sensación increíble que recomiendo a todo el mundo, ahora tengo claro lo que haré cuando vaya a alguna boda o ceremonia donde tenga que ponerme corbata.