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Club de los Rabones (3): Joaquín

en Interracial

En esa mañana de sábado, Joaquín se encontró a si mismo en la fachada de la casa de la miss María, su profesora de artes. La miss había accedido a darle créditos extra para pasar su materia si a cambio Joaquín accedía a hacer algo por ella.

Joaquín no olvidaba cómo se había metido en eso, precisamente por sacar 40 en su último exámen, pero ¿qué culpa podía tener él? Había tenido un fin de semana ocupado: la ida de copas con sus amigos en la noche, las tres chicas que le comieron el rabo, el 69 con su vecina, el sexo por cam con la belleza de cancún (que ya le prometía que en unos meses lo iría a visitar), los arrimones con las chavas en la fiesta…¿cuándo coño esperaba su maestra que estudiara?

La verdad era que Joaquín , era un papazote de chavo: era un chico negro, alto, con el pelo negro largo y en trenzas, ojos negros, labios gruesos, muy útiles para hacerles el oral a las chavas, y, ¿cómo no?, bien dotado de su miembro, con 24 centimetros de carne negra y caliente, a la que ninguna puta se sabía resistir. Las chavas de su salón, en realidad  varias de la escuela, se peleaban por el derecho de mamarsela hasta sacarle su relleno blanco, y de hecho ya se la había metido a varias, al grado de siempre llevar como diez condónes a la escuela. Pero el sueño dorado de Joaquín era tirarse a una mayor, una madura que le enseñra las delicias de follar. Y siendo honesto, tenía a varias de sus maestras en la mira, sobre todo a  la miss María. Ya en sus 38 años, la maestra hacía voltea muchas cabezas, más que nada de sus alumnos, con su piel blanca, cabello castaño, ojos miel, senos firmes, trasero bien formado, toda una belleza de mujer. Ganas le sobraban de darle por donde ella quisiera por horas.

Volviendo al tema del porque se encontraba en casa de su maestra, cuando esos días normalmente se iba al parque o a las patinetas, a buscar chavas con quien hacerlo,  porque el había sacado 40 en el exámen, y la mis María había accedido a darle 20 puntos extra, más que suficiente para pasar, si el le hacía un favor. Joaquín suspiró con pesadez, y sin más se acercó a la puerta y tocó el timbre. Ese día traía puesta una camisa de botones de manga corta, y uno de sus jeans más holgados, además de unas botas de montaña. Pensaba que si debía hacer un trabajo para la miss María, debía lucir presentable.

-Adelante está abierto-oyó que decía una voz adentro.  Joaquín entró y se sorprendió por lo que vio. La casa de su maestra estaba decorada con varios lujos: equipo de sonido, televisión de pantalla plana, DVD, varias cosas que el moreno sabía debían costar harta lana.

-”Uta madre, la miss debe ser puta en sus ratos libres”-pensó el chico,  pues con el módico salario que la profesora recibía no podía costearse todos esos lujos.

-Joaquín, que bien que llegaste-dijo la maestra en cuanto bajó la escalera y vio al joven. Al verla a Joaquín casi se le para el corazón, pues su maestra, que en clases vestía bien formal con su camisa blanca, saco y falda hasta las rodillas, vestía unicamente un baby doll de seda, a través del cual se le veía perfectamente la tanga que llevaba puesta, y su cabello, que siempre se lo veía pulcramente recogido, lo llevaba suelto, mostrando que le llegaba hasta la espalda-lamento recibirte con estas fachas-agregó, sonando apenada.

-No hay bronca, miss-dijo Joaquín, haciéndose el quien no le importaba, pero por dentro agradecía a Dios, a Buda, a Cristo, a quien carajo estuviera escuchcando, por haber hecho que su  maestra se vistiera de una forma tan provocativa.

Siguió a su maestra hasta el fondo de la casa, donde se sorprendió al ver que la miss tenía un estudio de artes profesional. Evidentemente, María no enseñaba artes sólo porque sí, en verdad le gustaba la materia en particular la fotografía, como podía constar el joven al ver que casi todo en el estudio eran  fotos, pero fotos como para una agencia de publicidad.

-Miss, ¿qué se supone que haré para ganar créditos? -preguntó Joaquín.

-Verás, tengo una exposición de arte, y necesito presentar algo nuevo, algo fresco, y ya que tú necesitas ayuda para pasar, pensé que podrías ser mi modelo-explicó la miss, sacando sus cámara fotográfica profesional-si no te basta, con gusto puedo pagarte por el favor-agregó

-Pos… si usted quiere pagarme, está bien, pero la verdad me basta con los  puntos adicionales-contestó Joaquín-y ¿cómo quiere que pose, miss?-preguntó curioso.

-Emm… en realidad, Joaquín-empezó a decir María, como dudando-tengo planeado presentar una exposición de desnudos-explicó la mujer.

En ese momento, Joaquín creyó oír el coro de los ángeles: una mujer madura, más precisamente la protagonista de muchas de sus fantasías eróticas, le pedía permiso para fotografiarlo desnudo, como si el fuera un modelo porno profesional, lo que para él sería realizar dos sueños.

-¿Y nadie de la escuela sabrá de esto?-preguntó. Quería hacerlo, pero tampoco quería arriesgarse. María rió.

-Claro que no, nadie de la escuela está invitado a la expocisión, no me arriesgaría a que el director vea que fotografié a un alumno encuerado-rió la mujer

Con  esa frase, ahora con más confianza, Joaquín se sacó las botas, la camisa, los jeans y los boxers, pero cuando estaba sacándose los calcetines, María lo detuvo.

-Pensándolo bien, vuelvete a poner las botas, como que se verá mejor-explicó picarona.

Encogiéndose de hombros, Joaquín volvió a calzarse las botas,  la maestra se puso frente a  él y empezó a pasar sus manos por el cuerpo desnudo del chico. Pasó los pulgares por sus pezones, acarició su estómago plano,  pasó las manos por su cintura, y acabó acariciando sus bien dotado pene, al igual que sus duros huevos.

-Dios, que cuerazo eres, Joaquín, tienes madera de modelo de desnudos-dijo María maravillada-ahora sólo hay que ponerte a punto-agregó, antes de ponerse de pie y dirigirse a su escritorio, donde tomó un bote que Joaquín supo pronto que era: era aceite corporal.

Sin esperar alguna protesta por parte del alumno, la maestra abrió el bote y echó una buena cantidad sobre el pecho de  Joaquín. El joven sentía las manos de su profesora, heladas por el aceite, acariciar cada centímetro de su pecho, estómago, brazos, muslos y su ingle, dando especial atención a sus pene y sus testículos, esparciendo el frío líquido. Sin previo aviso, María lo volteó y le repitió la operación en su espalda, aceitándole los hombros, omóplatos, la espalda y el trasero, y cuando acabó aprovechó y le dio una nalgada a Joaquín.

Una vez que el chico estuvo embadurnado en aceite, la maestra le indicó que se parara en un pedestal, y le mostró una revista de modelos másculinos para mostrarle cómo debía posar. Joaquín obedeció, y mientras posaba, María se dispuso a tomarle las fotos que necesitaba. Estuvieron media hora, unos cuarenta minutos,  cuando la miss María le avisó a Joaquín que ya tenía todo lo necessario, al revisar la cámara, la maestra no pudo evitar reír ligeramente.

-Enserio nos emocionamos-empezó a decir al ver la mirada extrañada del joven-nos gastamos las 40 fotos del rollo en la sesión-explicó. Al oírla, Joaquín rió un poco también.

-Tal vez le den más-comentó. La maestra consideró su respuesta.

-Tienes razón-concordó-gracias, Joaquín, vete a bañar para quitarte el aceite del cuerpo, puedes usar la bata de mi ex-esposo para secarte-agregó. Joaquín no se extrañó por oír lo del ex, todos en la escuela sabían que la miss era divorciada, de hecho había oído que le sacó todo al esposo en el divorcio.

Encogiéndose de hombros, Joaquín entró al baño y se dispuso a limpiarse. Una vez totalmente libre de aceite, el chico se puso la bata azul del ex de su miss y se dirigió a la sala donde María lo esperaba, con un par de botellas de cerveza, de las cuales le ofreció una.  Joaquín tomó la botella, la abrió y empezó a tomar mientras se sentaba.

-¿Cómo lo hice, miss?-preguntó a su maestra.

-Muy bien, Joaquín, increíble que sea la primera vez que hacías esto-dijo María maravillada. Joaquín esbozó una sonrisa prepotente al tiempo que se encogía de hombros.

-Cuando estás bueno, estás bueno-dijo Joaquín, dándole otro trago a su cerveza.

-Y dime, mientras te bañabas, ¿has pensado en hacer esto profesionalmente?-preguntó la miss casualmente, acercandose un poco a Joaquín. Éste se hizo el inocente.

-Pos no sé, hablamos de algo un poco controvertido-dijo, haciendose el racional.

-¿Controvertido? Joaquín, hoy en día esa palabra no significa nada-replicó la maestra, acercándose más a él.

-Si, tal vez tenga razón-dijo Joaquín en su falso tono inocente. Para estas alturas, la maestra ya estaba sentada junto a él, acariciandole levemente el muslo, y cada quien había dejado la botella de cerveza en la mesita junto a su lado del sofá.

-Y con el paquetote que tienes, seguro triunfas, si vieras cómo corren las palabras de las chicas en la escuela sobre tu pitote-dijo la miss sin miramientos,  desabrochándole la bata y tomando su miembro con ambas manos, masturbándolo.

Joaquín sólo gimió con gusto, acomodándose en el sofá para tener mejor posición. Si ese era un sueño, ¡que nadie se atreviese a despertarlo!

-¿Te gusta, papito?-preguntó María con picardía.

-Me encanta, miss-dijo el chico encantado.

-Entonces esto te va a encantar-dijo la castaña, acercandose al moreno-y por cierto, cuando estemos solos, soy María para ti-agregó, antes de besarlo, cosa que Joaquín respondió de inmediato, convirtiendose en una pelea erótica.

Mientras se besaban, María seguía acariciando el pene de Joaquin, quien a su vez se aventuró a sobar la panocha de la maestra, aprovechando para quitarle la tanga, a lo que la maestra no se resistió, al contrario acepto gustosa que el chavo le sacara la tanga y le metiera los dedos.

-Mmmm, tus labios son riq uísimos, rey-dijo María, aprovechando para lamerlos un poco.

-¿Quieres verlos en acción aquí abajo, mamita?-preguntó Joaquín , acariciando los labios vaginales de su maestra.

María sólo rió antes de darse la vuelta y acomodarse, poniendo su vagina enfrente de Joaquín, mientras ella tenía la imponente verga de su alumno al alcance. El chico negro por su parte, separó con los dedos los labios vaginales de su maestra, y con labios expertos empezó a dar besos y lamidas por toda la vagina de la mujer, mientras esta se avorazaba con su miembro.

María a su vez disfrutaba  con gran placer del pene de Joaquín. Mierda, era el doble de grande que la de su ex-esposo,  y también más rica. Por no decir que el chavo si sabía usar los labios, la chupada que le propinaba en la vagina le hacía tocar las estrellas. Sintió un delicioso escalofrío al sentir algo mojado y caliente colarse por su vagina : ¡el pequeño cabrón básicamente la penetraba con la lengua!  Sabía que debían pasar al plato fuerte antes de que ella terminara.

Con un último chupetón, dejó la verga de Joaquín, separó los labios de este de su vagina y se levantó, ante el desconcierto del menor. Ella en respueta se paró en el sofá de enfrente, con la cara hacia el asiento, y se dobló haciaa delante, ofreciéndole su vagina al moreno.

-Hora del evento principal-dijo con coquetería, mirando a Joaquín por sobre el hombro.

Joaquín sonrió de oreja a oreja, antes de pararse y ponerse detrás de la maestra, con sus mano encaminó su miembro a la entrada del coño de la profe, y de una estocada le metió sus 24 centímetros de verga. Ambos gritaron presas de la excitación.

Apenas la miss estuvo lista, el joven empezó a darle embestidas fuertes y profundas, llegando realmente hondo en el interior de la maestra, sacándole a esta gemidos y jadeos realemente fuertes de placer. El por su parte no se quedaba atrás, gemía, jadeaba y maldecía por lo bajo. En un momento, Joaquín decidió cambiar de posición: sacó su pene de María, hizo a la miss girarse, le levantó una pierna y la volvió a penetrar con fuerza, haciendo gemir a su profesora, pues ahora le llegaba aún más adentro que antes. Mientras la penetraba, Joaquín aprovechó y empezó a chuparle las tetas. Eso le encantó a la maesra.

-¡Eso, dale papi, chupame las tetas, ah, que rico, pareces un bebé!-dijo la miss excitada. Joaquín dejó de atender la teta derecha y la miró.

-Creeme, María, un bebé no tendría este miembro-dijo dándole una fuerte embestida, antes de atacar su seno izquierdo. La misss rió por el comentario.

Estuvieron así por un rato más, hasta que Joaquín sintió que se iba a correr. Se lo dijo a su maestra, y ella simplemente se abrazó a su cintura con la pierna que él había alzado.

-Correte dentro mío, mi amor, déjame sentir tu leche caliente-le dijo la mujer completamente excitada.

Joaquín obedeció, con dos profundas estocadas, el moreno terminó viniendose dentro de la maestra. Una vez acabado, la maestra y su alumno, ambos agotados por la follada que habían echado, se besaron con pasión. Se bañaron por separado, pues sabían que si lo hacían juntos seguro acabarían follando de nuevo, primero Joaquín y después la miss, y una vez listos, ella lo despidió en la puerta con un beso.

-¿Te gustó tu actividad para créditos extra?-le preguntó picarona.

-Me encantó,  si quiere puedo seguir haciendolo-dijo el chico con una sonrisa. La miss rió y le diu otro beso antes de despedirlo.

Camino a su casa, Joaquín se metió a un callejón y metió la mano en el bolsillo. De este extrajó nada menos que la tanga de su maestra. Se la había metido en el bolsillo mientras ella se bañaba. Con suma excitación se lo llevó al rostro y aspiró con fuerza, llenándose los pulmones del olor de la miss. En un segundo ya estaba otra vez completamente parado. Sonrió de medio lado: con esos trabajitos, con gusto pasaba Artes.

La tercera entrega de la saga del Club de los Rabones, ojalá les guste, pronto llegaré con las siguientes. No olviden dejar su comentario para saber que piensan.