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El desconocido y la noche

en Fantasías Eróticas

¡Eso, no lo haré jamás¡¡¡….fué lo que mi esposa me contestó cuando le expliqué que tenia una fantasía sexual….verla con otro hombre, con un desconocido practicando sexo y que lo había soñado alguna que otra vez con el mismo resultado..una gran corrida en mis calzoncillos.

El relato que voy a contar es solo fruto de mi imaginación aunque representa sin duda alguna uno de los deseos mas oscuros de mi mente enfermiza, pero responde a una cosa ¿hasta que punto era mi mujer capaz de cumplir su rotunda afirmación?, ¿donde se hallaba el limite en el que ella se dejaría llevar por sus instintos eróticos?.

Mi esposa, Mónica creo que os hablé de ella en el primer relato que escribí (nuestra primera vez en un club liberal).

Pero por si no lo recordáis os la describiré de nuevo.

Es una mujer preciosa, una rubia de grandes ojos verdes, imponen

te en todos los aspectos, sexy, hermosa y cariñosa.

Pese a estar rondando los 40 sigue siendo una hembra muy pero que muy apetecible en todos los aspectos.

Sus 56 kilos bien repartidos se quedaron algo córtos en sus pechos no por eso menos apetecibles…pequeños y con sus pezones sonrosados y que se ponen en erección al menor roce.

Su cuerpo con curvas de vértigo en su cintura finaliza en un culo precioso que de vez en cuando me deja penetrar, llevándola así a los límites del placer y la lujuria.

Aunque parece una mujer recatada y tradicional suele entregarse totalmente en cuestiones de sexo y aunque hemos avanzado mucho juntos aun existen algunas situaciones que aunque las disfruta, no puede evitar incomodarse.

En otras palabras, tengo a mi lado una mujer que para si otros muchos quisieran.

Comenzare contándoles que aquella noche celebrábamos mi aniversario..40 años..hacía tiempo que llevábamos planeando esta noche..cena, copa y baile.

Ya habíamos llevado a los pequeños a casa de sus abuelos para que durmiesen allí en vista de que hoy no íbamos a pasar la noche en nuestra casa.

A eso de las 21:00, yo me fumaba un pitillo en la cocina (costumbre de no fumar por la casa con los pequeños en ella), llevaba simplemente unos shorts, estaba afeitado, aseado a punto y simplemente esperaba que Mónica saliese del cuarto de baño y pudiese entrar a vestirme.

De pronto sonó el pestillo de baño…."click".

Abrió la puerta y se fue hacia la habitación, escuchaba los tacones de sus zapatos, un sonido que siempre me ha producido una gran excitación.

Me acerque para verla… estaba impresionante, guapisima y realmente sexy.

Siempre me había gustado aquel vestido oscuro, de una mezcla entre seda y gasa y no entendía por que no se lo ponía mas a menudo.

Era elegante y discreto pero a la vez producía una sensación de sensualidad que parecía estar pidiéndote a gritos.."arráncamelo y fóllame".Le quedaba ajustado pero sin forzarlo, las tiras que lo sujetaban sobre sus sensuales hombros caían y se abrían formando un conjunto que dibujaba perfectamente sus pequeños pechos, lo justo para que tambien adivinases que sus pezones estaban duros ante el contacto con la tela y que me hacia pensar que mi esposa se había decidido al final por la idea de no llevar sujetador tal y como me había comentado con anterioridad y que yo había contestado con un…"te pongas lo que te pongas para mi siempre estaras hermosa".

La sencilla pero a la vez sugerente prenda tenía una fina y oscura cremallera en la parte posterior que no llegaba a mas de media cintura desde el cuello pero que perfilaba su preciosa espalda mientras que la zona exenta de cremallera acababa contorneando su culo y de paso sugiriéndome que no llevaba mas que un diminuto tanga pues había ausencia de marcas y la prenda en esa zona se ceñía como una segunda piel.

El vestido acababa justo un palmo por encima de sus rodillas, rodillas perfectas al igual que sus piernas, depiladas y ausentes prácticamente de varices que había cubierto con unas finas medias de color carne.

Conocedora de cómo me gustan había escogido para la ocasión unos zapatos negros brillantes con tiras y atados al tobillo.

Se habia pintado los dedos de los pies y de las manos de un color cereza.

Me miró.

-¿no te vistes?

-si, ahora, estaba observando lo preciosa que estas.

-(sonrió) venga ya

-Cariño, estas para quitarle el aliento a los angeles.

-(volvió a mirarme y me esbozo una sonrisa y un beso desde la lejania) ¿me queda bien?, ¿no pasaré frio?.

Cabe comentar que si bien estabamos ya entrados en el mes de junio por las noches aun hacia una temperatura bastante inusual para la epoca.

-estas perfecta, y no te preocupes si tienes frío puedes acercarte a mi todo lo que desees.

Sin decir nada más me fui a vestirme. Continuaba escuchando sus sensuales taconeos por la habitación. Adiviné por el aroma que llegó hasta mi el perfume que había escogido…eurphoria de calvin klein…mezcla de rosas y limon.

Yo que ya estaba listo, yo me enlisto rápido, me dirigí de nuevo al cuarto y le dije.

-cuando quieras.

(Ella se estaba pintando los labios en el espejo de la habitación, me gustaba aquel color, rosado y brillante, támbien se había puesto los pequeños pendientes de oro que le regalé así como una pulsera del mismo material).

-si, vamos.

Cogió una chaquetilla fina y cerro la luz del cuarto.

A las 22:30 llegábamos con nuestro passat al parking del restaurante donde nos situaron en una mesa (ya reservada).

Durante mas de dos horas y media comimos y bebimos, nos reímos y hablamos, nos mirábamos en silencio pero con ternura…parecía que había vuelto a encenderse aquella llama que por momentos nos da la impresión que se había apagado.

Al principio nuestra conversación era sobre nuestras dos hijos, de cómo estábamos llevando lo de ser padres y no solo de uno sino de dos.

Más tarde y con alguna copa que otra, nos preguntábamos que era lo que mas nos gustaba el uno del otro, si seguíamos amándonos igual y si ella me consideraba un buen amante o yo a ella.

Con una botella y media de vino a nuestras espaldas y casi en los postres nuestra conversación se basaba en como me gustaría verla follando con otro hombre, le confesaba que siempre me había parecido muy sensual y que solo pensaba amarla, ella sonreía, me escuchaba y me acariciaba con su pie la pierna.

Ella a su vez y con una de copa cada uno de cava que nos obsequiaba el restaurante me confesó que últimamente se encontraba mas excitada de lo normal y que de hecho se había masturbado dos días atrás.

Le pedí que me explicase como lo hacía y ella me dijo que le daba reparo pero bajo mi insistencia acabe por averigua que se desnudaba completamente, se estiraba en nuestra cama, comenzaba acariciando su clítoris suavemente para luego acabar metiéndose el vibrador hasta el fondo una y otra vez hasta llegar a estremecer todo su cuerpo con un orgasmo sensacional….luego descansaba un poco, se dormía otro poco y se levantaba, se vestía para ir a recoger a los pequeños al colegio.

Yo ante esta última confidencia de mi esposa me quede sorprendido y excitado pues me imaginé con todo tipo de detalles (que ella me había dado) como fue tal sesión de sexo particular.

-¿nos vamos? (le pregunté)

-si, ¿A dónde?

Pagamos, cogimos el coche y fuimos a un local del centro llamado MOJITO donde pinchaban música latina.

Bailábamos, nos abrazábamos, nos besábamos….recorría su cuerpo con mis manos, sus caderas…rozaba levemente sus pechos con unos pezones duros y deseando salir de la prisión de tela a que estaban sometidos.

Ella metía sus manos por mi camisa y acariciaba mi espalda.

Yo apretaba mi pierna contra su sexo intentando rozarlo. Ella apretaba y cerraba los ojos….poco después me separaba.

-voy al labavo (me dijo).

-vale, yo te espero aquí.

Y se separó de mi.

Yo, que la seguía con la mirada, bueno en verdad seguia su culo con la mirada, di un trago a mi habana club con cola y lo dejé sobre el mostrador decidido a seguirla y sin saber si su reacción iba a ser de "te estaba esperando" o de "¿que haces? Esto es el lavabo de chicas".

Tambaleándome caminé poco a poco hacia el lavabo de señoras, entré y cerré.

No era muy grande, tres lavabos de esos con puertas y un espejo con una pica de aluminio era todo el mobiliario.

Sonó una cisterna, se abrió una puerta y Mónica salió, se puso delante del espejo y me miró a través de el.

-¿Qué haces aquí?

No contesté, me acerqué a ella por detrás y cogiéndola por la cintura apreté con toda mi fuerza mi polla que luchaba por salir del pantalón contra su culo…ella entre el lavamanos y mi cuerpo se apretaba a la vez contra mi miembro deseando que este saliese y la penetrase allí mismo. Yo la tenia abrazada y acariciaba sus tetas ya con la tranquilidad de sabernos solos en aquel lavabo.

La giré hacía mi, comencé a besar su cuello mientras ella ladeaba la cabeza hacía atrás y cerraba los ojos suspirando y acariciando mi polla sobre el pantalón.

-Fóllame, fóllame aquí mismo me dijo.

La miré, deseaba hacerlo, pero aquella puerta del lavabo no tenía cerrojo y en los diez minutos que mas o menos llevábamos magreándonos habíamos tenido suerte de que no había entrado nadie.

-No, puede entrar alguien, mejor que nos vayamos a otro sitio mas tranquilos.

Así que agarré su mano, abrí la puerta y salimos del lavabo de mujeres.

Tanto me dio que una tía me mirase con cara de "tu que coño haces aquí".

Salimos del local y cogimos el coche, conduje durante una media hora en dirección a montjuich sabiendo que allí encontraría la tranquilidad de montones de lugares que invitan el sexo al aire libre.

Paré el vehiculo en un punto cerca del castillo de montjuich, era una especie de parque con un par de bancos vacíos y el césped bastante bien cuidado. Iluminado solo por un pequeño farol del ajuntament y la ayuda de la luna.

Dejé la música muy bajita para poder hablar pero…..hablamos poco.

En cuanto miré a mi esposa ella se avalanzó hacia mi fundiéndonos en un largo y mojado beso mezcla de deseo y respiración.

Apretaba desde mi asiento mi boca contra la suya tocando su lengua con la mía. Ella inclinaba la cabeza para que yo me dispusiese a besar su cuello.

Ella, comenzó a acariciar mi polla por encima del pantalón…sus caricias rotativas me habían puesto a mil y ahora si que se decidió a bajar mi cremallera.

Yo, acariciaba sus tetas…notando la ausencia de sujetador, las apretaba y pellizcaba suavemente sus pezones a lo que ella gemía y gemía y a su vez sacaba mi polla del pantalón.

Se inclinó hacia mi entrepierna desde su asiento y ahora ya con mi polla en su mano se dispuso a metérsela en la boca no sin antes acariciar aquel trozo de carne.

Comenzó a chupármela con ansia, hasta el fondo, su nariz tocaba prácticamente mi estomago.

Yo creí que iba a correrme en ese momento.

De repente, mi corazón dio un vuelco.

Observé que en el banco había un hombre, un extraño mirándonos fijamente. Nos miraba mientras a su vez estaba masturbándose con la escena que le estábamos ofreciendo.

Instintívamente cerré los seguros de las puertas.

Mónica, aunque escuchó el sonido del cierre del vehiculo no pareció darse cuenta de la presencia del extraño visitante pues continuaba chupándome la polla con ansia y devoción.

Yo, la presencia de aquel desconocido consiguió que me tensión controlase mi excitación, y eso ayudaba a mi aguante a la hora de eyacular.

Aproveche para buscar la cremallera de mi esposa y bajarla hasta el tope dejando su espalda desnuda al abrirse la parte trasera de su vestido los lados de sus hombros cayeron hacia adelante dejando entrever bastante parte de sus pechos.

El desconocido se había acercado a mi ventanilla y de pie estaba pajeándose mientras miraba con avidez el hueco del vestido por el que aparecían sus tetas.

A mi esta situación comenzó a excitarme por momentos pues pocas veces se daría la escena de ver a mi esposa como una poseída comiéndome la polla delante de un desconocido y aunque soy consciente que ella ignoraba aún la presencia del tercero decidí ofrecerle a nuestro visitante algo mas que llevarse al recuerdo.

Así que le indique que se acercase a mirar por la puerta del acompañante que se encontraba mi esposa agachada y de espaldas.

El hombre mirándome fijamente se desplazo hacia el otro laso del vehiculo.

Suavemente la incliné hacia atrás siempre a espaldas de nuestro vigilante y mientras besaba su boca y bajaba por su cuello incliné también el asiento del acompañante quedando mi esposa ahora totalmente tendida y yo sobre ella.

Me incorporé un poco para poder quitar sus tirantes y dejar sus pechos desnudos ante mi vista y la vista del desconocido que no dejaba de tocarse la polla.

Volví a besar esos pechos ahora desnudos con esos pezones erectos mientras mi mano derecha se había metido por dentro de su vestido y acariciaba su culo y su pierna izquierda. Torpemente intentaba romper sus medias justo por la zona del coño con las uñas….rrrrRRRRAAAASSSS….lo conseguí.

Conseguí hacer un agujero en sus medias lo bastante grande para que me cogiese la mano con holgura, para separar sus tanga y notar lo mojada que estaba, y para comenzar a meter primero un dedo y luego los dos en el interior se su coño supermojado.

Ella gemía, gemía y me besaba y buscaba como loca mi polla con su mano derecha. Apretaba su cadera contra la mia.

Yo continuaba masturbándola mientras ella habia doblado las piernas sobre el asiento…y continuaba gimiendo.

-aaaaAAAAHHG.

-aaaaAAAHHG…..ooooOOOOHHHG…

Entonces decidí abrir los seguros de nuevo mientras continuaba masturbando su coño metiendo hasta tres dedos en su interior.

Mónica estaba como loca, totalmente fuera de si moviendo su cabeza y su cadera como si estubiese a punto de tener un orgasmo así que decidí penetrarla.

-aaaAAAAAAHHG….ooooOOOOHHGG….aAAaaaaAAAAAHHG

Gemía a cada embestida de mi polla

-uuuUUUUUHHHGGGG…aaaaAAAAAAAGGGHHH

Yo que de repente había perdido de vista al visitante de pronto lo encontre situado al lado de la puerta de atrás de la de mi esposa, ella al estar estirada ocupaba ambas zonas del vehiculo y en esa era donde reposaba la espalda y la cabeza de mi esposa que con los ojos cerrados estaba totalmente fuera de si.

No escuché ni siquiera como abrió esa puerta y como con total sigilo acerco su cuerpo al interior del vehiculo, se quedo de pie y me miro pero en vista que yo no le decía nada continuó, como la cabeza de mi esposa estaba mas baja que sus testículos este doblo un poco las piernas dejando la punta de su polla tocando la boca de mi esposa.

Yo al ver tal escena comencé a multiplicar mis embestidas con mas dureza, mas adentro pues sabia que cuando en casa habíamos fantaseado con la idea de un trío mi esposa no chupaba la polla de látex hasta que no perdía un poco el control de su excitación y eso solo lo conseguía de esa manera….follándomela y follándomela cada vez mas fuerte.

Entonces fue cuando ella lo vio, su cuerpo se tensó y me agarró con fuerza mientras tenia prácticamente parte de la polla de ese tío apoyada en su boca aunque no la abría.

Lo que paso después fue algo que tardare en olvidar y que cuando recuerdo me excito muchísimo.

Posiblemente que la fuerza de mis embestidas junto con la excitación que conseguí en mi esposa hicieron que abriese la boca dejando entrar dentro de ella más de la mitad de aquella polla que le ofrecía un desconocido.

-uuuUUUFF (le dije)

Ella parecía haber perdido ya toda vergüenza y tension y chupaba la polla a aquel desconocido con la mirada puesta en mi.

Yo continuaba follándomela…doblaba sus piernas para que mi polla entrase mas adentro y le decía.

-Chúpasela…asiii…

El desconocido acerco su cabeza a los pechos de mi esposa y comenzó a lamerlos, lamió sus pezones con dedicación ella volvía a cerrar los ojos consciente de la polla que tenia en su coño y la boca que comía sus tetas.

Mientras seguía follándomela me incliné para susurrarle al oído a mi esposa.

-¿deseas que te folle?

-no lo se…..con condón.

-por supuesto (le conteste)

Saque mi polla del coño de mi mujer y le entregue un condón al desconocido que enseguida entendió lo que debía hacer y ocupó mi lugar mientras yo pasé al asiento posterior ofreciéndole a mi esposa todo mi rabo para ella.

Mónica comenzó de nuevo a gemir por que el desconocido había decidido comenzar por lamerle el coño y parecía que no lo hacía mal por las gesticulaciones y movimientos de mi pareja.

Mi mujer se metió mi polla en la boca mientras agarraba la cabeza de aquel tipo apretándola contra su coño mojado a mas no poder.

De repente el se incorporó y mirándola a ella y ella a el la penetró.

-uuuuUUUUUHHHGG…..oooOOOOOOGGGHHH….

-aaaAAAAHHGG…oooOOOOHHGGG….

-uuuUUUGGHHH…COOOMO MEEEH ESTA FOOLLLANDDOOOHHGG

Creí escuchar a mi esposa que había dejado mi polla de lado y se entregaba en cuerpo y alma a ese desconocido que la penetraba mientras mordía sus pezones y succionaba sus pechos.

Poco después la hizo incorporar pudiendo ver el vestido totalmente arremangado y mojado por el cuerpo totalmente sudoroso de mi mujer, pude ver la cara de esta con los ojos entrecerrados y mirándome como si desease explicarme el placer que aquel semental le estaba dando

El tipo me miró y se sacó el preservativo de la polla y lo tiró fuera del coche.

Hizo que se girara y se arrodillara de espaldas en el asiento y con su cara hacía el asiento de atrás pude adivinar lo que le paso con la expresión de placer de su cara.

Aquel fulano acababa de encularla sin preámbulos.

-uuuuUUUUFFFFSSS….uuuUUUGGGHHH

Eran los únicos sonidos emitidos por ella en cada embestida de el en su culo. Mientras continuaba dándole por el culo busco su mano, la cogió y se la acompañó hacia su clítoris para que ella se masturbara mientras el se la follaba…..y así lo hizo.

Mi esposa ya no me miraba, es mas, parecía que yo no estaba allí.

Se comportaba como una autentica puta, movía sus caderas de adelante hacía atrás salvajemente obligando a aquel maromo a que se la follara mas adentro y con mas fuerza, que le reventara el culo, ni cuando me la follaba yo así la había visto tan excitada. Sus tetas bailaban con el vaivén de su cuerpo De vez en cuando giraba su cabeza buscando su follador mientras no dejaba de mover la cadera facilitando a su follador el movimiento.

El tipo aceleró sus embestidas en el culo de Mónica que ya contaba los metidas por sonoros gemidos de placer hasta el ultimo que fue un gemido largo y que me hacia pensar que el se había corrido en su culo y que en cada chorro de leche que le soltaba ella sentía inmenso placer.

Por un momento me separé de ellos y me dediqué a disfrutar de ese momento que tanto había ansiado, el de ver a mi esposa con otro y totalmente entregada así que me hice una paja que fue muy esmeradamente limpiada por mi mujer.

Aquel individuo estuvo sobre mi esposa durante unos 20 minutos.

Después cogió su ropa y se alejo para no volver a verlo.

La imagen del cuerpo de mi esposa totalmente desnuda, sudando y jadeando incluso cuando ya no estaba aquel hombre sobre ella me volvieron a excitar pero me dolían los huevos pues había conseguido corrérme ese día hasta cinco veces y eso para mi era demasiado.

Me encendí un pitillo y esperé a que Mónica se recuperase y se vistiese para retomar el camino a casa.

Hemos vuelto unas tres o cuatro veces al mismo sitio y a la misma hora pero no hemos encontrado ni rastro de aquel semental aunque si hemos participado en algún que otro encuentro esporadico.