miprimita.com

Mi abuelastro mi primer amor

en Hetero: Primera vez

Me llamo Marina y mejor no diré mi edad pero era menor aunque todo empezó justo al mes siguiente de que me viniera la primera menstruación y quiero contar como me enamoró el padre de mi madrastra, ahora tiene unos 55 años, tiene el pelo blanco, es muy guapo, alto, delgado aunque con alguna barriguita ya, y yo soy morenita, de origen latinoamericano pues tanto mi padre como mi madre que nunca vivieron juntos, somos de piel trigueña, no soy demasiado bonita pero no tengo problemas con los chicos, al parecer soy atractiva, mi madrastra es española, rubia, gorda, blanca y es la hija mayor del hombre de mi vida.

Mi abuelastro siempre me trataba con timidez pero con mucho cariño, pero siempre cuando no estaba mi abuelastra delante, pues luego comprendí que su mujer y su hija, mi madrastra, sabían de su afición por las mujeres demasiado jóvenes, yo ya de niña había oído decir cosas de él, yo no entendía pero cuando mi cuerpo comenzó a desarrollarse ya tenía la información necesaria para interpretar aquellos comentarios y el verano anterior a mi primera vez con él ya até cabos y llegué a la conclusión de que le gustaban las niñas púberes y yo estaba ya en plena pubertad, así que un dia de noviembre de ese mismo año, al ir a ducharme decidí quitarme toda la ropa y dejarla en la cama de mis abuelastros y como sabía que él estaba yendo de la cocina al salón y viceversa esperé el momento y fui a meterme en el baño justo cuando el pasaba y me paré un segundo, nos miramos, sentí pudor y bajé la mirada y me metí al baño pero para ese momento ya estaba todo hecho, él me había mirado mis pechitos pequeños aún pero que sabía que le gustarían y me miró también mi sexo, se quedó plantado mirando como si supiera que me había desnudado para él, pero su mujer estaba cerca y llegó a verme entrar desnuda y ella entró detrás y me regañó duramente.

A partir de ese día me fue casi imposible volver a quedarme a dormir en casa de ellos, al parecer mi abuelastra habia tomado buena nota de mi travesura y decidió no invitarme hasta que él ya decidió hacer algo, y organizó un día de campo en la parcela que tenía su padre en las afueras y allí pasamos el día comiendo y hablando y el aprovechó un paseo que dimos a solas un poco antes de comer donde hablamos y me preguntó que si me había gustado estar desnuda delante de él, le dije que si pero que me había sentido un poco avergonzada, y me preguntó porqué lo había hecho y le dije que porque quería saber si le gustaba mi cuerpo de medio niña medio mujer y me dijo claramente que mi cuerpo era el más bonito que había visto nunca y me pidió que siempre que pudiera le dejara verlo y acariciarlo pues ya él era muy mayor para poder acariciar y ver algo tan bonito y joven como yo y que nada había de malo en vernos desnudos y prometió quererme tanto que no tuviera miedo de él cuando estuvieramos solos pues entre un hombre y una mujer que se quieren y se gustan solo puede haber placer y felicidad, yo a pesar de lo espabilada que era aún era demasiado jovencita para saber exactamente lo que él quería de mí pero a todo le dije que si, estábamos solos y al ver que yo aceptaba todo lo que me decía me abrazó durante bastante rato y como llevaba poca ropa metió una de sus manos por mi espalda y me estuvo acariciando, algo que siempre hacía pero nunca había metido la mano bajo la ropa, con la otra mano me levantó la cara y me besó la mejilla tan cerca de los labios que sentí como sus labios buscaban tímidamente los míos sin atreverse del todo pero luego por la noche la cosa cambió, mi actitud pasiva y de aceptación le hicieron pensar durante las horas que estuvimos juntos pero revueltos con su mujer su hija mis hermanitas y mi prima que si son nietas de ellos pues mi padre ya tenía dos hijas más con mi madrastra.

Por la tarde ya anocheciendo le miré y dije que me iba a poner el pijama pues íbamos a quedarnos a dormir allí, me levanté y me fui a la habitación y cerré la puerta, él no podía venirse conmigo pero se levantó también y salió fuera de la casa, a los pocos segundos de estarme desnudando cuando ya estaba tan solo con la parte de abajo de la ropa interior y me acababa de quitar el sujetadorcito que usaba para mis pequeñas tetitas oigo que me llama por la ventana, me vuelvo y le veo mirándome por la ventana, le sonrío y como la puerta tenía pestillo por dentro y nadie podría abrir me acerqué a la ventana y vi que se estaba tocando su pene, me pidió que me bajara las braguitas y le obedecí y le vi tan excitado masturbándose mirando mis pechos y mi sexo que quiso meter la mano que tenía libre por la ventana y tocar mi cosita, yo mientras intentaba ver su pene pero apenas podía verlo y al darse cuenta me dijo que si quería que me pusiera el pijama y saliera de la casa y viniera a la parte de atrás para acariciarnos mutuamente, noté un dedo suyo urgándome el sexo, yo estaba mojándome, su dedo se deslizaba frotando mi clitoris aunque en ese momento no sabía ni que existía, noté como frotaba delicadamente y empecé a sentir algo agradable pero débil que fue aumentando más cuando me cogió la mano y me la sacó por la ventana y me hizo agarrarle el pene, al notar su carne grande y dura mi placer aumentó hasta apretarle el pene con mi mano algo que al parecer le gustó pues en ese momento le salió lo que luego me explicó era el semen, él siguió tocándome hasta que sentí un placer intenso, me acababa de masturbar mi abuelastro por primera vez y no sería la última pero la siguiente vez fue muy distinta. Un segundo después me dijo “vistete y dentro de una hora justa vienes allí detrás del garaje que estaré esperándote para hacerte sentir mucho más”... salí de mi aturdimiento y me vestí pues temía que hubiera pasado mucho rato y me aporrearan la puerta pensando que me había pasado algo.

Para facilitar las cosas no me puse braguas y solo me puse el pijama, calculé que pasara una hora y cuando vi que él se perdía en la oscuridad, respiré hondo y le seguí mirando que nadie se diera cuenta, mi padre se había ido a trabajar y mis hermanitas ya dormían y mi madrastra y su madre veían la tele, parecía el momento perfecto para estar con él, así que llegamos a la parte de atrás del garaje y el ya estaba desnudo, me ayudó a subir un escalón alto y me abrazó acariciándome los pechitos por debajo del pijama, notaba su pene contra mi ombligo que era por donde me llegaba, me preguntó si me había gustado lo de antes, le dije que si, y me dijo que quería follarme, me asusté un poco y le pregunté si no me dolería, el dijo que un poco al entrar pero que luego el placer sería tan intenso que olvidaría pronto el dolor. Me estaba desnudando, no hacia calor pues era primavera y refrescaba por las noches, noté el calor de su cuerpo, me besó la boca con una pasión y unas ganas que no pude hacer nada por evitar que invadiera mi boca con su lengua, noté como su pene buscaba la entrada a mi vagina completamente pringada, noté como él metía la punta de su pene y frotaba el interior de mi sexo, aquello y mi tremenda excitación hicieron que enseguida sintiera placer como el que hacia algo mas de una hora me había hecho sentir con uno de sus dedos, ya no podía hacer nada, me tenía sometida y nada más tenía que empujar y todo su pene lo tendría dentro de mí, pero mi sorpresa fue que me preguntó si quería yo sentir su pene dentro, yo estaba tan excitada, nerviosa, asustada y no sé que más que le dije “no sé... si quieres...”, el tenía agarrado su pene y tenía la cabecita metida entre mis labios frotando sitios muy sensibles, me estaba masturbando con su pene y me preguntó “¿me quieres?”.. le respondí que si sin dudarlo, luego me dijo si quieres que te desvirgue dime “si quiero”... ya no podía más de placer y perdí la cabeza y le repetí sus palabras “si quiero”... y sentí como entraba dentro de mi el trozo de carne que había visto antes ahora me parecía mucho más grande pues sentía como me abría la carne provocándome al mismo tiempo un orgasmo al haber estado frotandome con su pene y un dolor que debía ser el que se siente cuando pierdes la virginidad, dolor y placer, algo que nunca olvidaré, desnuda con un hombre de 50 años en medio de la oscuridad, casi niña de repente me hice mujer, su mujer, su amante. Después de sentir el orgasmo tan dulce quedó el dolor pues siguió follándome unos minutos más, él me miraba la cara de dolor, miraba mi cuerpo como si no se creyera del todo lo que estaba haciendo, después de unos largos minutos que se me hicieron eternos se corrió dentro de mí, sus movimientos durante su placer se volvieron más violentos y varias veces me hizo sentir mucho dolor al entrarme mucho su pene, pero algo dentro de mí me decía que eso ahí dentro era algo maravilloso, en ese momento me sentí feliz, en medio de mi dolor, de dar placer a un hombre, cuando acabo su placer recuperó el aliento sin sacar su pene de mi, me besó la boca y me dijo “te amo, ahora eres mi tercera esposa”, y también me dijo “ya no perteneces a tu padre, ahora eres mía pero procura que no se entere de esto”, cerré los ojos me abracé a él y dije “vale, mi amor”, al mismo tiempo que dije esas palabras me sorprendí a mi misma diciéndole “mi amor” a él cuando antes le hablaba con tanto respeto, durante años ese hombre me poseyó en cuerpo y alma, me tenía bajo su total dominio pero no usaba la fuerza conmigo, simplemente me tenía enamorada hasta los huesos, solo vivía para el momento en que su pene entraba en mi sexo y su lengua en mi boca, pues al ser tan jovencita mi padre no me dejaba salir ni tener novios, algo que aprovechó mi abuelastro para ir haciéndome suya y anulando mi voluntad para negarme a follar cada vez que podíamos quedarnos solos, ni una sola vez recuerdo haberle negado mi boca o mi vagina, siempre sin permiso, siempre clandestino, en la oscuridad, siempre furtivo se metía dentro de mi a gozar, conforme me hacía mujer sentía como me iba haciendo suya, cada día que pasaba me veía más impotente para pensar en otros chicos, ya cuando cumplí los 15 años mi padre me dejó salir con un chico, mi amante secreto me lo permitió también pero me hizo prometer que solo lo haría con mi novio con un condón puesto y podía chuparle el pene todo lo que quisiera pero follar solo con condón, yo obedecí, ahora estoy con otro chico y le quiero mucho pero no soy capaz de negarle a mi abuelastro lo que hizo suyo cuando era una niña puber tan solo dos meses después de mi primera menstruación. He tenido sexo con él y con 3 chicos pero nadie me da tanto placer como mi viejo esposo con su pene desnudo llenando mi vagina con su semen, algo que me tiene prohibido hacer con mis novios, simplemente le amo y le amaré hasta que se muera y seguramente una parte de mi morirá con él.