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Siempre fue una primera vez

en Hetero: Primera vez

Soy virgen? no, hace tiempo que dejé de serlo.

Pasaron muchos años desde que no escribía, quizá el mismo que pasó antes de ser motivada por el recuerdo de una muy buena experiencia.

Si, así como el recuerdo de la primera vez que me entregaba a un nuevo alguien; al que se convertiría hasta hoy en el amor de mi vida.

Esa nueva primera vez, esa en la que en realidad sientes más nervios que nunca; algo así como todos los nervios del mundo juntos, estuvo enmarcada por el deseo y la pasión, la lujuría y el amor.

Estaba nerviosa, ya conocía muchos aspectos del asunto. Mi cuerpo estaba invadido de una sensación que conocía a la perfección; mi corazón vibraba y mi pecho parecía querer romperse. Mi sexo ardía y mis bragas tan solo esperaban húmedas salir volando. Sentía nervios, quería hacer de ese primer momento algo muy especial, quería darlo todo en ese encuentro, y quería también recibirlo todo.

Ya habíamos tenido un primer acercamiento; yo después de mucho tiempo de tocarme en silencio imaginandome como sería todo, se la había chupado una tarde de viernes, mientras pensaba que lo que hacía era realmente bueno, mientras sentia que en mi cuerpo reaparecían un montón de sensaciones que pensaba olvidadas. Recuerdo tener una verga deliciosa en mi boca y saber que era la verga que quería comerme de ese punto en adelante, por el resto de mi vida. Estaba realmente convencida: sería la última y la más especial. Por eso decidí que ese no sería el momento y me haría esperar.

Y así fue, pasaron no uno sino dos meses; antes de que decidiera darle el si a ese insistente y érotico hombre. Sabía que las cosas serían especiales y el momento debía justificar.

Esa mañana me preparé para el "acto", jajaja me encanta como suena esto...Loco, pasional, frenetico y extasiado.

Mi piel ardía ya en deseo, estaba loca por sentirlo cerca de mi y sentía no resistir.

Tengo que confesar que esa mañana me toqué varias veces pensando en aclimatarme para lo que venía. Y es que no resistía tanta espera, tantas ansías y tanto deseo.

Mi chico, al que llamaré Sal sexy boy, me recogío pasado el medio día. Yo suponiendo que quería estar cómoda para todo, decidí usar un sexy vestido negro que dejaba ver de modo muy sensual mis lindos pechos. Las bragas, eran negras y también dejaban entrever lo húmedo de mi cukita, lo húmedo de mi gallo.

El siempre tenía todo pensado en su más minimo detalle, por eso cuando me subí a su auto ya sabiamos a que lugar iriamos. 

Sus manos me rozaron, recuerdo sus dedos tocarme y sentir en ellos el calor y la humedad que de mi emanaba. Mi cuerpo estaba deseoso, no veía la hora de sentirlo desnudo frente a mi.

Llegamos un lugar perfecto, una pequeña cabañita a las afueras de la ciudad. Un lugar simplemente perfecto.

Creo que mis nervios se hacían notar, pero el con sus besos logró apasiguar todos los miedos que sentía. Yo, estaba deseosa de ser solo suya y de dar lo mejor de mi en ese encuentro.

Sal sexy boy resultaba ser el hombre más tierno del mundo, el hombre que yo tanto había esperado; pero a su vez, era un ser lleno de deseos y pasión. Descubrí en el, un extraño modo de amarme; me besaba tiernamente, mientras que sus manos me agarraban con fuerza y querían como deshacermen en pedacitos. 

Mi mente se dispersó...solo recuerdo no tener mi vestido y hallarme completamente desnuda, tendida sobre la cama; mientras mi cuerpo rozaba el suyo desnudo también. Sus besos recorrían todo mi cuerpo, su boca se encarnizaba con mis tetas que estaban siendo chupadas de la manera más exitante del mundo. Su aliento, ponía mis pezones duros y firmes como rocas.

Yo, ya no era la nerviosa; el era quien ahora sentía su cuerpo funcionar por toda la adrenalina que recorría sus venas. Su sangre iba a mil por hora y hervía de lujuría y pasión. Y eso me encantaba por que hacían que su verga se tornara cada vez más grande y dura.

Quería que todo ocurriera de inmediato, pero sabía que aún faltaba mucho por probar. Esa verga donde la iba a dejar? no no no... ese manjar exquisito tenía que pasar de nuevo por mi boca.

El quedó entonces tendido sobre la cama y yo quise devorarlo completico. Sabía que lo que mi lengua lograba a el le encantaba. Sabía que tan solo rozarle la verga con mi lengua, hacía que el entrara en extasis. Estaba juguetona, quería agarrar con mis labios sus guevas y morderlas suavemente, quería meterme su chimbo en la boca y tragarmelo completico. Quería sentir que lo volvía loco y que simplemente por ello, lo tenía en mis manos. Pero Sal sexy boy, era resistente...o lo estaba siendo. 

Yo quería más, lo quería todo para mi...y por eso le susurré al oído que era el momento. Cerré mis ojos y me dejé llevar por la sensación de tener lo que tanto había deseado...su verga en mi jugosa cukita.

Sal sexy boy, sabía como era que tenía que moverla y me hacía sentir cosas mágicas. Sus movimientos eran un perfecto baile en mi vientre. Un perfecto vaivén que me hicieron sentir viva durante eterno tiempo.

El tiempo era fugaz... y no pasó mucho antes de que vieramos la gloria juntos. Nuestros cuerpos se bañaron de inmediato en sudor, sudor que nos llenaron de más y más ganas.

Este sería el inicio...