miprimita.com

Tengo a Kat...mi perro

en Zoofilia

Tengo 16 años y una vida tranquila en un balneario de la costa. Acostumbro hacer footing por la playa y por ello mi padre me regaló, a los catorce un perro que creció bastante y es mi regalón indiscutido. Había leído algunos relatos eróticos zoofílicos y me pareció siempre que todo era invento hasta que ...

Bueno, al final de los quince, tuve un novio quien me llevó a la cama sin gran éxito porque no logró darme en el gusto  y luego, después de mi tercera relación aburrida, lo despaché y satisfice mi necesidad de sexo a puro dedo.

Pues bien, en la solitaria playa acompañada por mi perro me senté un día sobre mi toalla y comencé a masturbarme. Mi perro me miraba de frente y se me ocurrió invitarlo a que participara. Yo no sabía que hacer así es que abrí mis piernas y Kat, obedeciendo mi orden se acercó. Le puse mi vulva cerca del hocico y me lamió repetidas veces causando un placer desconocido a mi cuerpo. Me gustó sentir su musculosa y tibia lengua  entre las piernas y, para que siguiera, ya que Kat no tenía gran interés por seguir, le ofrecí un batton que es un chocolate cilíndrico que le gusta mucho. Lo lamió y tuve la idea de pintarme los labios de la vagina con él para que me lamiera. Lo logré, pero Kat quería lamer el chocolate de todas maneras, así es que me lo metí en la vagina y a medida que se derretía,  Kat lamía y lamía provocándome los orgasmos que nunca sentí con mi novio y más intensos que los que lograba sola.

Fue una experiencia increíble y por supuesto la repetí muchas veces tanto en casa como en la playa. Yo no sé que pasó después ni como sucedió lo que sigo narrando. Después de bañar a mi perro, en casa, cosa que le gusta mucho, noté que su glande se asomaba cada vez que le secaba el vientre. No supe porqué,  pero con mi mano lo tomé y comencé a moverlo suavemente logrando que se asomara cada vez más. Me eché  a su lado y dejándome llevar por lo que había leído, le pasé mi lengua por el glande cerrando los ojos. Luego lamí a todo el largo su caliente pene que seguía creciendo introduciéndomelo  totalmente en la boca . Succioné y mamé de arriba abajo largamente y Kat solo emitía pequeños ruidos. Sentí que algo me llegaba  a los labios y al tocarlo me di cuenta de que era como un nudo que no pude meter en mi boca.  Sentía la boca llena. El perro se paró y yo no lo dejé ir.

Yo quería más, era una experiencia increíble y me puse debajo para mamarle mas fácil . Yo recorría su pene de extremo a extremo  primero lenta pero con succión intensa y luego más rápidamente sacándomelo y tomándolo repetidas veces. Un jugo cristalino sin gusto  me quedaba en la boca y me colgaba de repente de los labios. Pareció un poco más inquieto y luego comenzó a moverse rápidamente arqueando el lomo y me vació su leche en la boca. Escupí en el suelo en primera instancia pero volví a tomar su pene chupando y tragando  todo el jugo que quedaba.  No me dio asco porque quiero mucho a mi perro y estaba limpiecito. Después de esto, ya empezaba a creer que podía ser cierto lo que leí en los relatos mencionados y pensé que no sería una mala idea probar. La próxima vez que lo bañé, me desnudé completamente para estar con él en el agua y comencé  a realizar mi plan.

Le lavé muy bien sus genitales lo cual provocó la salida del glande que tomé con locura chupando cada vez con mas pasión, pero ahora con los ojos bien abiertos. Noté lo rojo de su glande y las venas que cruzaban desordenadas su pene y toqué con mis dedos ese nudo misterioso que llamaba mi atención. Metí un chocolate en mi vagina y me puse en cuatro patas para que me lamiera como si fuera una perra en celo. Logré mi objetivo y Kat degustó  su chocolate.  Me había excitado mucho y puse por fin , con mucho miedo, el resto de mi plan. Con una contorsión, tomé el pene de Kat y lo excité fuertemente.

 Cuando lo tuvo desplegado totalmente,  tomé sus patas delanteras y me lo puse sobre la espalda adoptando otra vez la posición animal. Kat, apretó mis caderas con sus patas, tratando de llegar a mi vagina instintivamente. Busqué hacia atrás un contacto con ese pene anhelante.  Abrí mis piernas para quedar a la altura adecuada y sentí,  por fin, su glande que tocaba mis piernas y luego la entrada de la vagina.  Empujé hacia atrás y sentí que entraba cada vez más profundamente ahora con ayuda de Kat que empujaba también. El glande entraba y salía.   Luego lo presioné más y el pene entró llenando mi vagina profundamente y empujando suavemente mi útero.

 Ya no sabia que hacer porque Kat bombeaba y bombeaba cada vez más rápido haciéndome casi perder  el equilibrio pero me mantuve firme y disfrutaba cada movimiento alcanzando orgasmos nunca soñados.  Luego sentí una fuerte presión sobre la entrada de la vagina y entendí que era el famoso nudo. . Dudé un momento pero empujé con fuerza hacia atrás. Sentí un dolor producto de la entrada del nudo pero lo sentí  rico después porque mi vagina se hinchaba por la presencia del nudo en su interior. El perro aceleró su movimiento y luego descargó su semen en mi interior quedándose quieto por unos minutos. Luego trató de salir y no pudo. Ahí entré a preocuparme, y me dí cuenta de que estaba pegada a él.

 Me moví adelante y atrás repetidas veces para ver si se soltaba pero Kat me malinterpretó  y comenzó de nuevo a bombearme con mucha rapidez hasta que alcanzó una nueva eyaculación mientras yo quedaba exánime esperando que se soltara la amarra. Creo que tuve más orgasmos sucesivos que nadie .Fue exquisito y, desde ese día  he repetido este episodio con variantes,  no sólo cuando lo baño sino al menos dos veces por semana cuando no estoy indispuesta porque Kat  ya aprendió lo que quiero cada vez que me pongo en cuatro patas presentándole mi trasero.

Ah! se me olvidaba contarles que una de mis amigas más íntimas aprovecha mi perro de vez en cuando y lo disfruta tanto o más que yo. Kat actúa con ambas sin discriminación y en más de una ocasión nos atendió a las dos sucesivamente sin problemas. Ah, si alguien se entusiasma con su perro, le recomiendo poner guantes o envoltura a las patas delanteras del ocasional amante porque cuando se sube y se baja después de acabar puede provocar rasguños en la espalda. Mi amiga me tomó fotos y grabó y yo a ella para tener un recuerdo de nuestro juego con Kat. A ella le cuesta un poco más que le entre el pene porque es más bajita y le cuesta dar la altura, pero yo le ayudo. En dos años se aprende.