miprimita.com

De como a Sandy se la cogio el Profe 2

en Sexo Anal

I.

   Él la inclinó sobre el sofá y la hizo sentir su erección. Situado detrás de ella  tenía una excelente vista de su apretado y respingado culo. Sandy era la mejor de sus alumnas en un tiempo. Mamaba verga como ninguna y detrás de su católica y apretada crianza tenía una veta pervertida que sólo necesitaba ser provocada para despertar.

- ¡Métemelo, ya por favor!

Teníamos una hora en mi casa jugando con dildos, esposas y parafernalia, pero yo le dije que sólo la penetraría cuando suplicara.

Abrí sus nalgas con mis manos y lo vi. Ahí estaba el plug anal que acababa de colorcarle durante el jugueteo. Ella quería coger por el culo y yo quería ver como lo deseaba. 

- Sandy, perrita mía.  Si lo pides con tan poco entusiasmo no vas a lograr nada.

- Por favor Profe, méteme tu deliciosa verga en mi vagina, ya no puedo más, necesito que me tomes.

-Bien Sandy, pero nada de hules, sabes que odio los condones.

-No hay problema, estoy tomando la pastilla.

- Muy bien perrita.- dije al tiempo que la penetraba profundamente hasta hacerle sentir mis testículos. Mis manos sobre sus hombros la presionaban hacia a mi.

-¡ AAaaaaaaaaaaah!

Dijo ella. Acaba de sentir toda mi verga, dura como la roca hasta el fondo de su vagina. 

Me separé un poco. 

Salí y se la volví a meter, esta vez menos toscamente. Sandy tenía unas hermosas nalgas y yo empecé a bombearla poco a poco. Primero despacito. Luego un poco más fuerte.

Sandy es una gemidora y eso me encanta. Escuchar sus gemidos, pujidos y bufidos me pone a mil. 

La bombeé cada vez más duro al tiempo que le propinaba unas buenas nalgadas.

- Sé que somos tal para cual Sandy, sé que te gusta ser mi perrita. Sé que te encanta comértela toda y que luego me venga dentro de ti. 

Eres una viciosa Sandy. Te gusta que te castigue..

A Sandy le gustaba escuchar guarradas mientras cogíamos. La sentí venirse. También escuché sus gemidos.

Me da gusto verte satisfecha Sandy, pero yo todavía necesito más. Le dije y entonces encendí el vibrado del plug anal que tenía en mi mano. La felicidad de su vida es un plug anal con vibrador y control remoto. Sandy sintió la vibración en su ano y se estremeció. Lentamente empecé a bombearla otra vez...

- Esta vez te daré lo que tanto has deseado Sandy, pero tienes que pedírmelo como la golfa que eres. 

Apagué el plug anal. Ella gemía y sudaba.  Le saqué el juguete del ano con un  sonoro "plop".

Sandy se volteó. Me miró a los ojos y me dijo.

- Profe, papi, quiero que me la metas por el culo. Quiero sentir tu venida dentro...

- Tus deseos son órdenes putita. 

La puse en cuatro sobre la alfombra. Fui a la cómoda y saqué un bote de lubricante. Me lo puse en la verga y me acerqué a ella.

-No olvides que soy tu amo Sandy.

- Sí Profe.

- Me excita que me digas así.

- Lo sé, por eso lo hago.

- Sandy eres una perrita cachonda! Dije y al tiempo que le propinaba una nalgada. 

Ella gimió y yo puse mi verga junto a su ano. Lentamente empecé a empujar.

- Dame más papi, por favor, métemela toda.

Empujé y la hice sentir mis bolas. Sus gritos resonaron en el cuarto. Sandy enloquecía. Mi perrita ama ser cogida por el culo. A mí me encantaba sentir su apretado esfinter en mi verga. Le di por atrás un rato. 

Después la puse encima de mí mientras que le gritaba “perra, puta” y demás parafernalia.

Sobra decir que me vine dentro.

Entonces la puse en cuatro y vi mi semen escurrir de el agujero que yo había desvirgado.

II.

Nos relajamos. 

Nos servimos unos vodkas para bajar de las complicadas curvas del sexo duro. 

Sonó mi teléfono.

Era Omar, quien tiene una casa gigante en los Lagos , con alberca, jacuzzi, mesa de pool,  canchas de tennis, y varios cuartos. 

Me dijo que pensaba ir ese fin de semana con su nueva interna. Tenía ganas de un intercambio. Acordamos llamarnos después para los detalles.

Miré a Sandy. Ella aún no lo sabía pero las cosas estaban a punto de ponerse más interesantes...