Mi amo estaba un poco enfadado por lo que había pasado la noche anterior, no le había hecho la mamada del día, por lo que esa mañana se acercó a mi y mientras me masturbaba para despertarme me susurró al oído: "Perrita, hoy me pienso vengar de ti".

Y así fue, pero yo no sabía nada de lo que me esperaba...

El reloj marcó las 9:30 y como de costumbre me dirigí a la cocina a preparar el desayuno pero fue una sorpresa cuando al llegar a la cocina encontré el desayuno preparado, mi amo me había dejado sobre la mesa un apetitoso zumo de naranja y unas tortitas con chocolate, para expresar mi gratitud me agaché ante él y comencé a lamer su miembro lentamente "muchas gracias amo, no me merezco tanto capricho" y proseguí con la mamada hasta llenar toda mi boca con su leche...Seguidamente terminé con el desayuno que me había preparado. 

-"Perrita, prepárate, vamos a dar un paseo".

Corriendo fui al vestidor y me quité la ropa interior, (a mi amo siempre le ha gustado que no lleve nada cuando salimos de paseo).

Él me colocó mi collar y nos dirigimos hacia un parque cercano a nuestra casa.

De repente empecé a notar como mi estómago hacía unos ruidos un tanto extraños aunque no le dí mucha importancia. Nos sentamos en uno de los bancos del parque y empezó a tocar mi ano suavemente, con movimientos circulares que realmente me estaban excitando muchísimo..."Pfff" No lo podía creer se me hubiera escapado un pedito "Pffffff" Dios, estaba toda roja, los ruidos que habían estado en mi estómago hace unos minutos se habían trasladado a mis intestinos y como no, mi amo lo notó y me susurró al oído "pobre perrita, te queda un buen rato para poder liberarte de tu carga". En efecto, mi amo había echado laxantes en el desayuno y el efecto se hacía cada vez más presente en mí. "Pffff" de repente sentí como un líquido se deslizaba por mi ano, intenté frenarlo pero no pude evitar que mi amo se manchara sus dedos con mi diarrea. 

"Amooo lo siento, no pude evitarlo" Pero antes de acabar la frase él ya había metido sus dedos cubiertos del líquido marrón en su boca para seguidamente introducirlos en mi ano.

"¡Amooo, no sea malo, se lo suplico, si sigue haciendo eso no voy a poder contener toda la caca!"

Pero él no se contentó solo con eso sino que me apretaba los intestinos con sus manos para inducirme más la diarrea, cuando vió que no podía aguantar más volvimos a casa, nada más entrar por la puerta me caí al suelo de la desesperación, necesitaba defecar urgentemente, no podía aguantar toda esa diarrea dentro de mis intestinos, tenía que soltarla como fuera. Entonces mi amo se metió en el baño y sacó unos supositorios y un barreño.

"Perrita, ponte a cuatro patitas, te toca una sesión de supositorios".

Le supliqué que porfavor no lo hiciera, iba a reventar pero él no iba a parar porque yo se lo dijera y así hizo, me introdujo uno tras otro los 4 supositorios y esperando a que me hicieran efecto me dio una buena tanda de azotes "Pffffffff" 

"¡¡Amo ya no puedo más, se va a salir toda la caca!!" Y así fue, justo cuando terminé la frase un río de diarrea cremosa y apestosa salió de mi sucio ano, parecía que no iba a terminar nunca "Pfffff" entre pedo y pedo más diarrea salía, no cesaba, los laxantes hicieron un gran efecto en mi, cuando estaba exausta de tanto apretar mi amo se puso detrás de mi y con toda la mierda a modo de lubricante me penetró intensamente por mi ano.

Terminamos los dos llenos de diarrea líquida y cremosa, fue una experiencia que nunca podré olvidar.