miprimita.com

Pensando en mi ex socia

en Autosatisfacción

Estoy sola en mi cuarto.

Aún faltan horas para que mi marido llegue de su trabajo. Mis pezones están erectos, mi boca se siente seca y mis dedos exploradores viajan cosquilleando y exitando cada vez más la humedad de mi sexo.

¿Qué puedo necesitar? No lo sé. En el sentido general de las cosas, lo tengo todo. Mi trabajo independiente, sin prisas ni horarios, un marido amoroso, joven, dinámico y muy bien parecido.

Sin embargo, en momentos como estos, cuando el ardor me agobia, solo pienso en ella.

Es mi ex socia. Vive a unas cuadras de distancia de mi apartamento. Su diminuta figura armoniza con la mia. Pienso en su cabello castaño claro, su nariz fileña, su piel clara, sus piernas torneadas, su mediano busto, su abdomen plano y su gran trasero. Pienso que mi cuerpo, de 1.50 de alto, con mis grandes senos, mi pequeña cintura y mis amplias caderas, quedaría perfecto rodeado por sus brazos de suave piel.

Estoy aquí, tumbada en mi cama, con los ojos cerrados, imaginando la oficina que por cuatro años compartimos. Me imagino acostada en el gran sofá de mi despacho, sosteniéndola con mi cuerpo, besando sus delgados labios, sintiendo en mi cara su nariz fileña y apreciando apasionada, como cierra sus grandes ojos café...

Oh Nani, siento tus manos apretando mis tetas, sin dejar de besarte. Las mías, acariciando tu gran trasero, mientras nuestras pelvis, luchan con toda la fuerza para mantenerse cada vez más juntas.

Siento mi boca en tu cuello, cambiando de posición ahora para hacerte mía. Ahora, en mis pensamientos, ya que no fui capaz de decirte lo que sentía mientras estábamos juntas.

Mis líquidos ahora son más fluidos al imaginar que mi lengua recorre tu estilizado cuello y al pensar en tu cara de placer, quiero morderte, pero encuentro el vacío.

Luego de un corto recorrido, siento entre mi boca esos pechos medianos, fuertes y claros, mientras esos pezones vistosos se inflan agradecidos. No puedo evitarlo, quiero morderte de a poco, cada centímetro de belleza en esas dos fuentes que me atraen tanto y que ahora no me dejan escapar.

En medio de este viaje, siento tus manos jugar con mi larga cabellera, mientras gimes despacio y me ruegas que baje más. Mis manos ya se han adelantado y al notar lo suave de tu piel, se han deslizado a ese lugar preciado que tanto deseo y cuya humedad me deja disfrutar...

Tus manos me aprisionan, pero en un breve instante, me diriges para ponernos en pie...tus labios y los mios se mantienen juntos, nuestras lenguas juguetean, nuestras caricias no cesan.

Me tumbas ahora y me invitas a la gloria... a un 69 que nunca será, pero que ahora me inunda de placer... lo veo, lo siento... siento tu lengua en mi vagina y recorro la tuya con devoción...

No sé si buscarte para concluir en el plano real este mar de sensaciones, o dejarte aprisionada en mis sueños, en mis pensamientos y en momentos como este, en que el éxtasis me lo provocas a  varios metros de distancia-