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Soledad, vibradores y películas porno

en Autosatisfacción

Aquella noche me quedé en casa. Sandra, mi mujer, tenía cena con sus amigas y a mi no me apetecía salir. Se puso muy guapa para salir, con un vestido ceñido que le sentaba estupéndamente. Resaltaba su figura. Siempre que ella salía yo pensaba que seguro que flirteaba por ahi con otros hombres. Nunca lo comprobé pero mi cabeza lo imaginaba.

Antes de irse me dió un beso frotándosé a mi cuerpo. Me puso cachondo y eso hizo que de verdad pensase que se iba caliente a follar con sus amigas. Intenté olvidarme del asunto nada más se fue para no volverme loco. Me preparé la cena y me dispuse a ver una peli.Al rato me quedé adormilado y entre la vigilia y el sueño me fui a la habitación. Hacía calor así que prescindí del pijama. Un instante después me había desvelado, así que salí al balcón a fumar un cigarro. Una vez allí y no sé porqué, la polla comenzó a ponerse dura de verdad. Entré de nuevo a la habitación y me tumbé en la cama. Comencé a acariciarme la polla suavemente. El subconsciente empezó también a trabajar  y la imágen de mi mujer follada por sus amigas y otros hombre comenzó a dibujarse en mi mente. Estaba muy cachondo y mi polla en la oscuridad el cuerto se asemejaba a un gran faro de puerto emsperando a los barcos.

Me puse boca abajo con el culo hacia arriba simulando una pirámide y empecé a masturbarme. Me imaginaba a mi mujer con el vestido subido, en un aparcamiento cominedo pollas con sus amigas, entregándose al deseo incontenible, follada a a vez por hombres y mujeres. Pollas grandes que pasaban por su boca y su coño húmedo mientras ella gemía y lamía los pezones de sus amigas. Yo estaba realmente caliente. Pensé en rebuscar en el cajón su ropa interior para sentir más cerca mi fantasía. Me llevé un sorpresa cuando, debajo de sus sujetadores y bragas encontré un vibrador. No sabía que tenía uno y juzgar por el tamaño mi vista debía estar muy mal pues era enorme. Reproducía a la perfección un gran polla de uns 23 cm y bastante gorda. Estaba tan sorprendido y caliente que no sé muy bien como pero un impuso la llevó a  mi boca. Joder...casí no podía respirar. Pensé en mi mujer comiendose pollas en ese mismo instante y me vi a mi mismo haciendo lo mismo.

Una vez en faena mientras me masturbaba mi polla y chupaba y restregaba la otra por mi boca pensé en ir más lejos. En el cajón encontré lubricante; iba a follarme a mismo con ese gran vibrador. Lo sujeté como pude solo con mis labios y al mismo tiempo eché un chorro de lubricante en mi culo. Comencé a frotarlo con suavidad y poco a poc fui introduciendo un dedo y sacándolo, dos dedos y sacándolos...así lo hice hasta estar lo bastante dilatado como para meter esa polla.La acerqué a mi mano y me tí la punta que era un glande enorme. Me abrió el culo con dureza; empujé un poco más hasta tener la mitad denro de mi culito..ooohh que sensación el ser penetrado. Mi polla estaba dura, la masajeaba arriba y abajo una otra vez. Estaba siendo una de las mejores pajas de mi vida.

Tenía la polla a punto de reventar y para finalizar quería hacerlo a lo grande para culminar esa noche de descubrimiento y ardor...así que esperé mi corrida y cuando llegué la vacié sobre todo el vibrador. Despúes y con la leche caliente goteando de él me lo metí en la boca como seguramente mi mujer habría hecho.

Después de eso caí rendido de cansancio y placer y me quedé dormido. Al día siguiente desperté con mi mujer durmiendo a mi costado. Debió llegar muy tarde pues yo no me enteré. El caso es que yo no había guardado el vibrador asñi que mi mujer cuando llegó lo tuvo que ver y notar pegajoso por mi leche y también.

Cuando depertamos le pregunté cómo lo había pasado y me contestó que muy bien y añadió tu también tuviste tu pequeña fiesta aquí no?

No supe que contestar.