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Un grave castigo-2

en Parodias

Pasaron varias paradas hasta que salió de su estado de shock. Meditó qué había pasado, dónde había ido su fuerza. Al final se tranquilizó, no era la primera vez que le pasaba. Ya había pasado por esto cuando el maestro le quitó su fuerza con una técnica que aprendió en un pergamino. ¡Maldito viejo! Seguro que se lo hizo por la mañana, cuando el conflicto de la ropa interior en el estanque. Bien, no era momento de lamentaciones, lo único que podía hacer era visitar la abuela de Champú para que le curase. Pero no podía ir con este aspecto, iría a casa, se transformaría y luego ya se lo pagaría ese viejo.

Arregló un poco su pinta. Se abrochó como pudo la camisa, se subió la falda hasta la cintura. Por las medias no se podía hacer nada así que se las quitó. Salió corriendo fuera de la estación. Estaba tan turbado que no era consciente de la humillación que acababa de sufrir. En seguida que estuvo en la calle notó cómo el frío le subía por las piernas. Sin medias ni bragas que la protegieran el aire llegaba hasta su almeja y entumecía sus labios. Su vello púbico se puso de gallina. A medio camino ya estornudaba mientras friccionaba un muslo contra otro para entrar en calor.

Mientras todo esto ocurría, en el dojo de los Tendo tenían lugar otros acontecimientos. En el tejado, por encima de la habitación de Akane, estaba tumbada Kodachi. Estaba de cara a las tejas justo al borde, de forma que podía ver todo el patio pero no la podían ver a ella. Iba vestida tan sólo con un mallot verde de gimnasia, como un bañador de cuerpo entero. Recordaba como se había metido en esta situación. Al amanecer había ido a la habitación de Akane a lanzarle un desafío. Después de su habitual lluvia de pétalos había despertado a Akane. ésta se había puesto como una furia. Ranma entró en la habitación e intentó explicar a Akane que no tenía nada que ver, siguió a Akane al tejado y Kodachi a Ranma. Kodachi quiso aprovechar la situación y sacó de su entrepierna una bolsa con polvos anestésicos. Ya los había usado antes para inmovilizar a Ranma y besarlo. Pronto estaría a su merced. Sin embargo en el momento definitivo Ranma dio un salto, ella perdió el equilibrio y se dio de pechos contra las tejas. El problema fue que la bolsa con los polvos salió despedida y fue a parar en su cara. En el acto quedo paralizada. Era un anestésico muy particular pues aunque te impedía mover todos los músculos del cuerpo, te permitía percibir todo lo que ocurría alrededor como si estuvieras despierto. De esto hacía ya una hora.

Otra persona observó lo ocurrido. El criado de la familia de Kodachi llevaba toda la noche espiando para dar un informe a Kuno sobre Akane. Sabía de la necesidad de ayuda de su señora, pero no actuaba porque estaba fascinado ante la vulnerabilidad de ésta. Siempre la había querido, muchas veces la había observado en secreto mientras se bañaba, y ahora era toda suya. No se pudo contener y se acercó con sigilo por detrás. Observó su espléndido cuerpo, tumbada sin que pudiera verlo, con sus torneadas piernas a su merced. Acercó la mano y pasó sutilmente las gemas de los dedos por su gemelo. No hubo reacción. Sin embargo Kodachi sí que notó el leve roce. ¿Qué estaba pasando allí? Había alguien y ella no se podía mover. Sasuke ascendió su recorrido hasta llegar al muslo, cada vez más osado, lentamente apoyando toda la palma. Finalmente se desvió al interior de los muslos. Acarició la delicada piel mientras se acercaba a la entrepierna. Posó su dedo sobre el pliegue que se formaba en la tela. Frotó la tela siguiendo la marca de los labios, encontró el punto adecuado y penetró el dedo hasta donde la tela le permitió.

Kodachi era consciente de todo cuanto pasaba. No podía moverse pero sentía hasta el ultimo gesto por leve que fuera. Estaba aterrada. Jamás hubiera pensado verse en semejante situación, quería llorar pero no podía. Decidió reflexionar sobre su agresor. Llegó a la conclusión que sólo podía ser Ranma, sólo él sabía que estaba allí. Este pensamiento la tranquilizó, seguramente Ranma no se atrevía a abordarle por su timidez pero al encontrarla en esta situación no se pudo resistir a los encantos de su cuerpo. Tan sólo que le hubiera gustado que su primera vez con Rama hubiera sido diferente. Era cierto que podía sentir todo lo que le hiciera pero su cuerpo no podía responder a los estímulos, por mucho que la excitaran su vagina no segregaba ningún fluido y estaba completamente seca.

Sasuke tiró de la tira de tela hasta dejarla tensa, y la apartó a un lado. No llevaba bragas debajo del mallot y asomó un pelo rizado y oscuro. Sacó la polla de sus pantalones. Tenía una polla enorme, desproporcionada para su baja estatura. Apuntó la polla en la entrada de la vagina. Tenía una entrada realmente pequeña. Dio un empujón suave pero no entró. No entendía cómo costaba tanto, le constaba (pues la había espiado) que ya no era virgen. No había tenido en cuenta el tamaño de su miembro, la pequeñez de la concha de Kodachi, que estaba completamente seca y que además los muchos años de gimnasia habían fortalecido sus músculos haciendo que estuviera muy apretada. Volvió a poner la punta entre los labios y dio una brusca envestida con todas sus fuerzas. La polla entró hasta el fondo, Kodachi quiso gritar desgarrada, la habían partido en dos pero no podía. Sólo unas lágrimas reflejaban su dolor. Pudo morderse el labio y apretar los puños, el efecto del anestésico se estaba pasando. Se sentía humillada pero se alegraba de que Ranma se hubiera atrevido a dar el primer paso.

Sasuke continuó sus arremetidas aunque tenía que hacer grandes esfuerzos en cada intento. Se apretó contra ella y le agarró las tetas. El frío hizo que sus pezones estuvieran rígidos, los pellizcó y manoseó.

En ese momento Kodachi vio cómo se abría la puerta del patio y Ranma entraba hecho una furia. ¡¡¡Qué!!! ¿Cómo podía ser? ¿Quién la penetraba? En ese momento la adrenalina hizo que sus miembros recuperaran su fuerza. El susto hizo que los músculos de la vagina se le tensaran aprisionando el pene del criado cuando estaba al fondo.

El criado se dio cuenta que se recuperaba y decidió salir antes de que fuera tarde. Empujo hacia atrás pero estaba atorado. La estrechez del conducto, su enorme miembro unido a la tensión de los músculos lo dejaron atorado, enganchado como un perro. Tiró con todas sus fuerzas, le produjo tal daño que no pudo evitar un gemido. También Kodachi gritó. El dolor hizo que se despejara por completo. Se giró bruscamente y se encontró cara a cara con su criado.

-¿Tú? ¿Cómo te atreves?-Kodachi estaba fuera de sí. Golpeó a su penetrador e intento desembarazarse de él, pero cada movimiento le producía desgarros en su sexo. Finalmente se acordó de Ranma y se quedó lívida. Si alguien la encontraba en aquella situación humillante podría despedirse de su relación con Ranma. El criado intentaba salir tirando de su miembro y abriendo los labios de Kodachi con las manos pero no había forma. Cada vez que ésta sentía dolor le daba una patada.

Al cabo de un rato decidieron ir a algún sitio más discreto. Kodachi se incorporó, como el criado era mucho más bajo quedó prácticamente colgado. Para evitar el dolor que esto producía Kodachi flexionó las piernas hasta quedar a la altura de su empalador.

No podían ir por la calle así, de forma que el criado se subió a su grupa. Pasó las piernas por su cintura y se abrazó a sus pechos. Kodachi sufría con el coño retorcido hacia arriba pero era la única forma de moverse con rapidez. Para que no les vieran decidieron ir saltando por los tejados. Pegó un enorme salto y aterrizó con un grito en el tejado vecino. El impacto al aterrizar provoca que la polla se le hincara más allá de donde ninguna otra había llegado. Se tiró al suelo y giró sobre sí misma adolorida. Cuando se recuperó decidió ir corriendo por el suelo.

El bamboleo que producía al correr hacía que la polla se moviera arriba y abajo como si la estuvieran jodiendo. Además Sasuke aprovechaba para pellizcar los pezones a los que estaba amarrado. A pesar del dolor la situación era excitante y había que admitir que su criado estaba bien dotado. Cuando cruzaron una esquina se ocultaron tras un contenedor de basura para ocultarse de un grupo de mujeres que volvían del mercado. Cuando llegaron a su altura se detuvieron a charlar. Sasuke aprovechó el momento y dio unos últimos envites contra el cuerpo de Kodachi, ella no podía moverse ni decir nada si no quería ser descubierta. En seguida se corrió en su interior, oleadas de semen la inundaron por dentro hasta que rebosó por la boca de la vagina. éste lubricante unido a la desinchazon del pene la liberaron. Estuvo quieta, de cuclillas, hasta que las mujeres se fueron. El semen se escurría por el interior de sus muslos con rastro de sangre. Sus labios vaginales estaban tan inflamados que recubrían el pliegue de su mallot.

Cuando el camino estuvo libre le dio un golpe a la cabeza de Sasuke y se fue dando pequeños saltitos debido al escozor que sentía. Tenía que meditar sobre todo esto, por un lado había sido tremendamente humillante, pero al final había disfrutado. Nunca pensó poder sacarle este provecho a su criado.