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Una moda peligrosa

en Hetero: Primera vez

Lo recuerdo con todo lujo de detalles. Estando en cuarto de la ESO, vinieron un hombre y una mujer ha darnos una charla sobre el sexo. Imagínate como fue la cosa en una clase llena de chavales que con la palabra “pene” saliendo de la boca de un adulto ya le entraban la risa tonta. Eso si, luego ya entre los chicos podíamos hablar de pollas, coños, pajas o follar que no había ni un poco de vergüenza. Y puedo asegurar de que hablábamos de aquello, mucho y más. Pues la charla duró varias clases, de hecho casi toda las de a primera. Nos pusieron películas en plan educativas que era un poco coñazo por una parte pero que a todos nos tenía ensimismado. Después vino el hablar sobre los métodos anticonceptivos y las ETS, siendo todo un show el que se montó cuando sacaron unos penes de plástico de distintas formas y colores al que algunos/as les hicieron colocar preservativos. Luego, dándole un toque misterioso a la actividad, mandaron a las chicas a levantarse y acompañar a la mujer a la clase de al lado mientras los chicos nos quedábamos con el hombre, el cual nos invitó a sentarnos mas cerca. Su propósito era el de crear un ambiente mas íntimo entre chicos con el que tocar temas ya hablados, o por hablar, así como de preguntar cualquier duda que tuviésemos al respecto. Costó soltarnos a lo primero pero al final acabamos hablando sobre pajas, poluciones nocturnas, erecciones espontáneas y poco más, pero por dentro nos quedábamos con miles de dudas que no nos atrevíamos del todo a decir y eso que el hombre aquel tenía una habilidad formidable para sacárnoslo todo. Esto, por supuesto, no les ocurrió a los dos de clase que ya habían estado con una chica y aparentaban ante los demás como si para ellos el sexo fuese algo normal, mas que conocido. Cuando la conversación degeneraba ya al puro cachondeo, estando ya riéndonos por cualquier cosa, el hombre se miró la hora en el reloj de pulsera y dándose cuenta de que faltaba menos de cinco minutos para el recreo tomó la bandolera que había traído con él y saco unas cajitas blancas con un preservativo dentro que repartió entre todos, una para cada uno, junto a un librito de preguntas y respuestas sobre métodos anticonceptivos y demás.

Llegado el recreo, los chicos salimos al patio en donde ya estaban las chicas de nuestra clase. En mi grupito de amigos, de colegas, éramos cuatro contando con migo; estaba Juan el largiducho, Abimael que era como el tonto, Naruto al que llamábamos así por ser chino aunque solo de aspecto, y finalmente yo que era algo así como el deportista del grupo. Al ver a Inma y Lola, las chicas de clase con las que nos juntábamos a menudo, nos acercamos a preguntarles sobre su charla a solas, aunque por mi parte también buscaba la compañía de Inma la cual me molaba y que yo a ella un poco también. Tanto ella como Abimael eran los mas mayores del grupo por año y medio lo que lo convertía en algo así como los líderes. Nos sentamos con ella al pié del muro en el que estaban y nos preguntaron rápidamente lo mismo que íbamos a preguntar nosotros. Entre los tres le hicimos un resumen. Luego Abimael les desvolvió la pregunta y entonces ellas nos hablaron de que había sido mas o menos lo mismo que en nuestro lugar aunque tratando otros temas como la regla y demás cosas de tías.

-¿Y no os han dado nada? – Preguntó ella – Por que a nosotros nos han dado una bolsita con compresas, tampones, un librito y hasta un calendario.

-A nosotros nos han dado un condón – Le respondió Abimael mirándonos a Juan y a mi para que asintiésemos con él – Aunque con unos solo poco vamos a hacer – Se rió, tirándose el pego.

-No te hagas el chulo que seguro que se te acaba caducando – Le empezamos a decir Naruto, Juan y yo en broma para dejarlo en evidencia y eso que nosotros sabíamos en secreto que él había tenido una novia que le hacía mamadas, lo que le convertía en todo un campeón del sexo a nuestros ojos.

-¿Lo tenéis ahí? – Preguntó Lola a lo que negamos todos menos Juan que era el único que no se lo había dejado en la clase y que sacándoselo del bolsillo del pantalón se lo pasó a Lola que junto a Inma lo sacaron de la cajita y lo examinaron – Está relleno de líquido ¿No? Resbala por dentro – Dijeron, estrujando el preservativo dentro de su envoltura con los dedos.

-Pero valla mierda de condón, si ni tiene marca ni nada, solo la fecha de caducidad – Soltó Inma. Y llevaba toda la razón, por que lo miramos nosotros y vimos que así era, lo que daba poca confianza.

Inspirado por el preservativo, las chicas nos preguntaron si sabíamos ponérnoslo aun habiéndolo explicado para ellas también. Nosotros respondimos a su pregunta y a otras mas, debatiendo durante veinte minutos lo tratado en la charla, viendo la perspectiva que tenía el sexo contrario según que cosas. El tono de la conversación subía como las risas y el habla nerviosa. Tal como buscábamos en realidad acabamos hablando de nuestras propias experiencia, provocándose algún que otro silencio. Eran las chicas mayormente las que nos bombardeaban una y otra vez con preguntas sobre cuando, donde y como nos masturbábamos, sobre nuestro semen, y sobre lo que se les iba ocurriendo. Es así como al final descubrimos que todos éramos vírgenes y que incluso ellas se masturbaban a veces, sobre todo Inma que lo contó con una normalidad increíble en una chica.

-¿Vais a usar el condón para probar en cuando lleguéis a casa? – Nos preguntó Inma.

-Ya que tengo uno prefiero guardarlo para valla a follar – Respondí yo con la voz cortada, buscando el juego con ella.

-¡Eso, eso! Que luego si tienes la suerte de poder hacerlo y no tienes un condón te tienes que arriesgar a hacerlo con cuidado de no correrte dentro – Me apoyó Abimael con toda su experiencia de año y medio más.

-¡Siii… y la dejas preñada luego por que no la quites a tiempo! – Le soltaron las chicas prácticamente al unísono.

-Pues yo a lo mejor lo uso luego cuando llegue a casa por que si no tienes novias primero no follas – Dijo Naruto al que todos le dimos la razón.

-Apúntate el año que viene al instituto Vicente Ortiz, que dicen que allí quedan a escondidas algunos para follar – Soltó como una bomba Lola, que se había ganado toda nuestra atención quedándonos mirándola – Que si coño, que lo he oído.

-Que fuerte tía – Dijo Inma sin más girándose a su amiga.

-¡Su puta madre! Yo me voy a ese colegio pero mañana mismo – Dijo en broma Naruto.

-Yo había escuchado algo así, pero vamos, no me lo creí – Dijo entonces Juan como acordándose.

-Si eso pasase aquí yo me apuntaba fijo – Dijo Naruto esta vez no tan de coña.

-Si eso se hiciese aquí, habría que hacerlo muy en secreto y tu lo sueltas todo en seguida – Le reprochó Lola y con razón por era cierto eso de que a Naruto le costaba guardas los secretos.

Además, encuentra a alguna tía en este instituto que se atreva – Puntualizó Abimael mirando a las chicas de reojo.

-A mi mientras quede en secreto no me importaría – Respondió Lola que se comenzó a poner colorada como un tomate cuando todos los chicos la miramos boquiabiertos.

-¿Qué pasa? A mi tampoco – Salió Inma en ayuda de su amiga con genio – Haber si os creéis que los chicos sois los únicos que queréis follar.

-No te pongas chula que lo hacemos ¿Eh? – Amenazó Abimael atreviéndose a lo que nosotros no nos atrevíamos a decir.

-Venga, atreveos vosotros – Nos retó entonces Inma y nosotros nos comenzamos a mirar uno a los otros sin creernos el cariz que estaba tomando todo.

-¿Y donde lo haríamos? Por que si tenemos que hacerlo en el colegio tú me dirás – Añadió Abimael.

-¿En el gimnasio? – Propuse yo acordándome de que ese día había gimnasia a última hora.

-Si, eso, en el gimnasio – Le gustó mi propuesta a Juan que lo planeaba todo a medida que hablaba – A última hora tenemos gimnasia ¿No? Pues nos escondemos cuado toque irse a casa y salimos luego por los ventanales de detrás.

-¿Lo vamos a hacer hoy? – Preguntó asustada Inma sin que fuese la única por que realmente todo estaba yendo demasiado rápido.

-Claro tía, que si lo dejamos para otro día nos empezamos a echar para tras – Y razón no le faltaba a Juan.

-Eso es verdad – Hablo Inma dándole la razón, ahora tan segura de hacer lo que íbamos a hacer como nuestro amigo.

Con el timbre sonando de fondo, anunciando el fin del recreo, hicimos un resumen rápido de lo planeado antes de regresar a clase, lo que fue gracioso por que al levantarnos nosotros cuatro andábamos marcando empalme. En el resto de las clases poco prestamos atención. Teníamos una mezcla de excitación y pánico por lo íbamos a hacer que no parábamos de hacer el capullo, mas de lo habitual digo. Cuando llegó gimnasia a última hora, tanto Naruto como yo no dejábamos de reírnos a carcajada limpia por los nervios. El gimnasio quedaba al otro lado del campo de futbol, un edificio con tejadillo por fuera lo suficientemente grande como para que hiciésemos gimnasia allí dentro si el día estaba lluvioso, pero no era el caso y aparte de soleado hacía calor. Al silbato del profesor, para que fuésemos recogiendo y yéndonos a casa, nos escondimos en el vestuario de chicos mientras que ellas lo debían estar haciendo en el de chicas. El ruido de la clase fue alejándose y finalmente se escuchó como el profesor cerraba con llave las puertas. Aguardamos un poco antes de salir de las duchas, en donde nos habíamos escondidos, y ya en la sala abierta del gimnasio nos encontramos con las chicas. Pero hubo una sorpresa, además de Inma y Lola estaba también Vane, una compañera de clase también amiga de ellas dos que tenía un año menos por que le habían adelantado un curso. Ya nos íbamos a quejar los chicos de que se hubiesen chivado cuando, con todo el genio del mundo, nos explicaron ellas que Vane se había empeñado en esperarla al acabar la clase y no habían conseguido quitársela de en medio pero esta se había dado cuenta de que algo pasaba y las amenazó con joderle lo que fuesen que pretendiesen con lo que se lo contaron y la convencieron también para que se uniese.

-Y ahora somos tres chicas al menos, que vosotros sois cuatro – Dijo Inma con cierto reprocho y visto así la verdad que ya no nos pareció mal.

-¿Vamos a empezar ya, o no? – Preguntó echándole huevos Juan al que se le veía mucho mas lanzado que todos nosotros.

-Eso, que como tarde mucho en llegar a casa mi madre se va a pillar un mosqueo… - Dijo Lola que comenzó a quitarse la camiseta y a bajarse el pantalón, pero al vernos como todos la mirábamos en silencio nos dijo - ¡Venga! Desnudaros ¿No?

Sin perder de vista a los demás nos fuimos desnudando hasta que todos nos quedamos en ropa interior. Naruto y yo nos tapamos con la mano riéndonos por el duro problemillas que teníamos entre manos. En cambio Juan, apoyándose en Abimael, se quitó los calcetines sin importarle la empalmada que se le notaba en los boxers. La chica no dejaban de mirarle el paquete y entonces Juan se bajó los calzoncillos algo cortadillo dejándolo todo ahí, colgando al aire. Dando saltito para que su polla botase hizo reís a las chicas, intentando ganar punto ante estas. Sin pensarlo, fui yo el siguiente en bajarme los calzoncillos y quedarme desnudo, muy seguido de Abimael y por último Naruto. El primer impulso fue taparnos y así lo hicimos, aunque después nos fuimos dejando ver, interesadísimas ellas con nuestros rabos. A las chicas les costó más pero también acabaron desnudándose y todos alucinamos cuando tras las braguitas comenzaron a surgir sus coñitos, con algo de vello púbico como nosotros. Aquello era una guerra de miradas que ganaba Lola por ser la que mas tetas tenía.

-¿Dónde nos ponemos? Por que yo en el suelo no me tumbo, que está sucio – Planteó con tiquismiqui Vane.

Las chicas estaban demasiado muertas de vergüenza y los chicos teníamos la sangre demasiado lejos de la cabeza por lo que el ingenio escaseó y al final simplemente cogimos las colchonetas azules que habían apiladas allí, las dividimos en tres montículos que mas o menos eran de la altura y tamaño de una cama, aunque no tan suaves al tacto al ser de plástico. Contemplamos como había quedado, con los chicos acariciándonos el rabo sin darnos mucha cuenta de ello, esperando a que alguien dijese algo ahora que ya había llegado el momento.

-Ir a por los condones si es que no lo habéis cogidos o nosotras no follamos – Dijo Lola en tono borde aunque estaba claro que estaba que se moría.

Corrimos en estampida a los vestuarios en donde habíamos dejado nuestras mochilas, sacudiendo nuestras pollas con la agradable sensación de desnudez y calientes como monos. Cada uno cogió su condón y volvimos corriendo con las chicas que nos esperaba sentada cada una en una de las pilas de colchonetas. Ahora el problema era quién se ponía con quién y cual iba a ser el que se iba a quedar esperando al ser los chicos uno mas que ellas.

-Yo quiero que me lo haga él – Me escogió Inma al acercarnos y por dentro grité de alegría por que ella quisiese que el primer tío con el que follaba fuese yo.

Cruzándonos entre nosotros, cada uno fue hacia una chica. Yo fui hacia Inma, Juan hacia Lola y Naruto acabó con Vane. El pobre de Abimael se quedó junto a la colchoneta de Naruto y Vane a esperar. Todos nos pusimos nuestros preservativos y subimos a nuestra colchoneta, tumbándonos cara a cara encima de la chica. Bueno, todos no, Juan le había pedido a Lola que se acercarse al borde de la colchoneta con las piernas fueras de esta para penetrarla él de pié.

-Hazlo despacio, con cuidado por favor – Me pidió Lola al oído para que no la oyesen los otros y con razón, por que en cierto modo cada uno estaba también pendiente en los demás.

Giré la cabeza hacia ella y la vi distinta, mas nerviosa que yo, lo que me sorprendió teniendo ella esa seguridad y temperamento que tanto me volvía loco. Mi polla descansaba sobre su vientre muy tiesa por lo que no la quise hacerla esperar más. Presione mi polla contra su vagina sin conseguir nunca acertar por lo que ella al verme que no iba a ningún lado me la condujo hasta el agujero deseado en donde hundió casi todo el capullo. Por solo aquel roce ya sentí de lejos que podía llegar a correrme en seguida si no me tranquilizaba e iba con cuidado. Bajé la cadera contra ella metiéndola la primera mitad de forma fácil pero a partir de ahí paré unos segundos al ver su cara de malestar. En su vagina la sentía tan calentita que no sabía si aguantaría sin moverme. Estaba acojonado por si le hacía daño así que como no podía quedarme quieto por mucho tiempo más opté por moverme penetrándola hasta la mitad. El paso de mi miembro por su vagina se fue haciendo mas fluido y entre mete-saca y mete-saca acabé penetrándola por completo, sin tan siquiera sentir la rotura de su himen. El cuerpo se me iba sobre Inma con tanta rapidez que no controlaba mi propio ritmo en absoluto con lo que acabé embistiéndola de forma animal, resoplando con los ojos cerrados hasta que notaba como el momento de venirme se hacía inminente. Pese a que se me había hecho largo, había pasado escasos cinco minutos cuando me corría entre el calorcillo de la vagina de Inma. Y a su vez clavé las uñas en la colchoneta y por poco me las rompí del sobrecogimiento. Todo se hizo ligeramente borroso por unos instantes en los que me faltó oxígeno. Al recuperarme me encontré con la cara de Lola completamente sonrojada, la respiración agitada y mirándome con satisfacción. Para mi fue un alivio verla de ese modo por que me había centrado en mi mismo y corrido en muchísimo antes de lo que tenía pensado. Además en mi inocencia, o mi ignorancia tal vez, quería haberla llevado hasta el orgasmo. Sintiéndome observado, eché la vista al lado y me encontré a los demás mirándome todos alucinados al haber sido testigo de mi arrebato y mi corrida. Sin dejar de follar a Lola, Juan me sonrió con orgullo. En la otra colchoneta Naruto ya no estaba sobre Vane si no de pié junto a esta que ahora estaba siendo follada por Abimael que jadeaba al ritmo que la embestía.

-¿Tu ya te habías corrido? – Le pregunté a Naruto desde mi sitio.

-¿Ese? Hum… menos aun… que tu… - Me respondió Juan sin dejar de follar – Teníais que… hum… haber hecho como… Abimael y yo que nos hicimos una… hum… paja en el servicio para aguantar mas.

Abimael se rió brevemente encima de Vane. Tanto él como Juan follaban con Lola y Vane que se quedaban quietas pero que claramente estaban disfrutando. La conversación no había conseguido calmar mi polla que no solo continuaba dura si no que todavía estaba dentro de Inma. Era un riesgo tenerla allí adentro pero quería tanto volver a follar que me debatía el qué hacer. No era justo, había durado tan poco que me sentía lo suficientemente satisfecho como para acabar convenciéndome a mi mismo de que no pasaría nada si la metía y sacaba un par de veces antes de sacarla. Apreté adelante hasta el fondo y hasta que mis huevos se abatieron contra su vulva. Ella se contrajo con un fuerte gemido así que volví a repetirlo. Su mirada se mantenía en mí con la cara aun mas colorada que antes. Probé a sacarla entera y meterla de una sola vez y entonces ella ya no pudo reprimirlo mas y jadeo fuerte. Lo repetí otras cuantas veces, disfrutando escuchándola disfrutar. Quise variar de postura y me puse algo arrodillado entre sus piernas. En esto, mi polla había salido con el preservativo un poco suelto así que me lo ajusté pero al ver la punta hinchada por mi semen me entró miedo. No quise pensar en ello, el preservativo no era de papel, me dije, y agarrándome a su cadera se la metí ya moviéndome desde ese instante. Esta vez me estuve controlando, haciéndolo con calma, aunque poco a poco sentía que estaba cediendo nuevamente. Al menos tenía la cabeza lo suficientemente despejada ahora como para deleitarme recorriendo con mi polla cada centímetro de su coño y sin dejar de prestar atención en ella.

-Haa… haa… haa… haa… - Se le escuchaba gemir a mi derecha a Juan con cada embestida, recordando a un actor porno.

Juan, al igual que yo, había bajado el movimiento de caderas para aguantar más. Lola se agarraba con fuerza a los bordes de la colchoneta toda jadeante. Al otro lado de estos dos estaba Abimael sacudiéndose sin control ni coordinación sobre Vane de una forma un tanto cómica. La pequeña Vane se agarraba a él y jadeaba mucho mas suelta que sus amigas. Junto a estos estaba Naruto que se había quedado con ganas como yo y se pajeaba disimuladamente mientras nos miraba.

-…haa…haa… ¡haa!... ¡haa!... Tíos, tíos, que me…… que me… corrooo… - Escuchamos todos a Juan que entre espasmo se corría en Lola y después se tiraba junto a esta sin fuerzas.

De tanto mirar y ponerme con lo que ocurría a mi lado me había puesto ha follar con ganas a Inma que clavaba los codos en la colchoneta con los ojos cerrados y la boca abierta, escuchándole como sus gemidos se le escapaban de forma mas repetida. Si continuaba yo así me iba a correr e intenté bajar el ritmo pero no lo conseguía, era superior a mí. Luchaba contra mi propio impulso pero al final fue Inma quien me detuvo. Envolviéndome mi polla, su vagina se fue contrayendo rítmicamente y su boca se abrió del todo para soltar un único gemido liberador. La contemplé quieto, sorprendido por lo que le estaba sucediendo a ella. Por la base de mi polla sentí su flujo siendo bombeado caliente, cayendo y manchando la colchoneta. Los otros parecían no haberse dado cuenta del repentino orgasmo de Inma por que al parecer Abimael se acababa de correr y ahora descansaba agotado sobre una de las colchonetas ya desempalmado y con el condón usado sobre el vientre. Me giré hacia Inma, sin atreverme a moverme, y le susurré si estaba bien a lo que ella asintió con la cabeza.

-Yo quiero otra vez, que soy el único que apenas ha estado tiempo – Escuché como se quejaba Naruto a los demás para conseguir que alguna de las chicas se apiadase de él – Anda Lola, déjame una vez… Te juro que no me corro dentro.

-Ni loca Naruto – Tuvo como respuesta de esta que sin preservativo no iba a hacer nada – Hazlo con Vane que aun no tiene la regla.

Todos, y absolutamente todos, lanzamos una mirada a Vane que se sintió incómoda y cortada.

-Tía, coño, que te dije que no se lo dijeses a nadie – Le reprochó Vane a Lola.

-Es que me da pena el Naruto – Respondió Lola medio riéndose - ¿Qué mas te da? Si yo fuese tú aprovechaba ahora que todavía no puedes quedarte embarazada.

Se hizo de rogar Vane que aceptó finalmente. Naruto se le tiró encima prácticamente, cogiéndose la polla para penetrarla sin pérdida de tiempo y la verdad es que Vane también lo esperaba con ansia. Los dos estallaron en agitación nada mas ponerse al lío pero ya dejé de mirarles embobados por que, sintiendo una contracción de su vagina en mi polla, Inma reclamaba mi atención.

-Tú, deja de mirarlos ya que si no vas a seguir sácala – Me susurró divertida.

Al segundo de que me dijese aquello la penetré profundamente y luego poniéndome a retomar lo que había pausado. Ahora, gracias al pequeño parón, volvía a estar lejos de correrme pero en vez de aprovechar eso para estar un buen rato quise hacerlo a toda velocidad aunque acabase en seguida. Mi cuerpo comenzó a coger tanta velocidad que chocaba con él de ella haciendo ruido. Sabía que los otros nos estaría mirando, que mirasen, ya ni escuchaba a Naruto y Vane y solo oía los jadeos desbocados de Inma y los míos propios. El placer no disminuía nunca si no que aumentaba cada vez, y más, y más, y de pronto se hizo demasiado intenso como para que pudiese continuar moviéndome.

-¡Mirad, mirad! Que aquel ya se está corriendo otra vez – Escuché decir a alguien, creo que fue Abimael, muy, muy, muy lejos.

Al tomar mi polla para retirarla con cuidado, sentí un doloroso escalofrío al estar tan sensible. Por toda la punta del preservativo se extendía lleno del semen de las dos corridas. Me lo quité con alto de trabajo y le hice un nudo. Salí de la colchoneta, un poco mareado, espabilándome al sentir el suelo frío del gimnasio.

-Yo… me corro… haaaaaaaa… - Escuchamos todos a Naruto que llegaba a su orgasmo con una voz tan estúpida que todos nos descojonamos de la risa.

Detrás de mí, Inma se levantó y se fue al baño dando saltitos con prisa. Las otras dos chicas la siguieron. Ahora entre chicos, Juan me dio una palmadita en el vientre con cara de felicidad, la misma que yo debía tener. Fuimos a coger la ropa que habíamos dejado amontonadas en el suelo y nos vestimos. Las chicas ya regresaron entonces y se vistieron también. Con algo de papel higiénico que habría cogido del vestuario de las chicas, Inma limpió los fluidos de su corrida en la colchoneta en un momento en que solo yo la miraba. Ya estuvimos preparados para irnos y para eso solo tuvimos que quitarle el pestillo a uno de los ventanales e intentar caer a la calle de forma cuidadosa desde una buena altura. Ese día fue la vez que mas nos costó separarnos para irse cada uno a su casa.

El resto de la semana no hablamos de otra cosa entre nosotros los chicos y sabíamos que también lo hacían ellas. En cuando surgió la ocasión intentamos repetir la experiencia pero Inma y Lola ya no demostraban interés en ello. Por lo menos había conseguido ganarme a Inma de novia desde aquel día. Por otro lado, a Vane si que no le importaba tanto y quedaba con los otros para que se la follasen y sin condón. Por cierto, hablando de condones, al final se descubrió el motivo por que Inma y Lola estaban tan reacias a repetir y era por que Lola se había quedado preñada de Juan. Al final los preservativos si que no eran muy fiables. Escuchamos de pasada de otros chicos y chicas que quedaban en grupo a follar en el instituto, de incluso pilladas por profesores. Al parecer, de un modo u otro, lo habíamos puesto de moda. FIN.