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El misterioso caso del boli verde de heineken 2.0

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PRESENTACIÓN

 

Hace un tiempo, un tiempo que para mí ya es pretérito muy pasado y bastante perfecto tuve la suerte de aburrirme mucho un verano. Ese verano de mi infancia, donde pasábamos las tardes en la piscina municipal del pueblo y en el chamizo, se me ocurrió esta épica aventura.

El manuscrito original lo escribí sobre unas hojas de una libreta de propaganda. Dicha libreta de propaganda me la dieron como parte de una campaña publicitaria. En la libreta el eslogan que aun se puede leer pone: en el Scolabus lo más importante eres tú. La libreta nos la repartió a cada uno de los estudiantes que viajábamos en ese autobús la cuidadora que teníamos al cargo. Ese autobús nos llevaba todos los días al instituto.

Todos recibimos una, cada uno le dio el uso que mas le vino en gana y a mí se me ocurrió el de escribir esta pequeña historieta.

Todos los personajes que aparecen en ella son reales excepto Chencho y el inspector Aniceto, y por supuesto salen en ese relato sin saberlo, pues no creo que esto vaya a tener nunca fines comerciales ni lucrativos.

También cabe decir que las localizaciones donde ocurre la historia también son totalmente ciertas, toda la historia se desarrolla en Alesanco y sus alrededores, mi localidad natal.

Hubo un tiempo en el que pensé escribir la segunda parte de este relato, pero apenas hube escrito un par de hojas, lo abandoné y no creo que la historia vuelva a retomarse nunca. Esta historia bebe de todas las películas y series policíacas de esa época y de la autora de suspense Agatha Cristie, de la que tantos libros leía en esa época, para mí la mejor.

Ángel San Martín Diez

CAPÍTULO 1

Verano de un año que ahora mismo no recuerdo, Alesanco, La Rioja. Una tarde normal y corriente entre semana, de las que no tienes que hacer nada porque eres un niño y no tienes preocupaciones. Habíamos quedado todos en el chamizo para jugar a pegar a Arith, el hijo de los vecinos de nuestro chamizo. Entonces llegamos todos: Alberto, Eduardo, Richi, Abel, Raquel, Elsa, Aurora y yo.

Nuestro chamizo es una bodega que el amigable abuelo de Alberto nos dejo para que no tuviésemos que construirnos mas fuertes con palés como habíamos estado haciendo hasta ahora.

Esa tarde cuando Alberto, que fue el que llegó el primero abrió la puerta, vio como todos los muebles y demás enseres del chamizo estaban tirados por toda la bodega. No tuvo ni que utilizar la llave para abrir la puerta de entrada, porque esta había sido forzada.

Entre todos ordenamos todo el cisco que nos habíamos encontrado, y cuando estábamos sentándonos para descansar después de la extenuante tarea, Richi hizo una asombrosa deducción:

-“ Joder, creo que falta el gran y querido bolígrafo de Heineken verde, ese que robó Miguel en la carroza de las chicas”.

Era cierto. Todos nos empezamos a lanzar misteriosas miradas de acusación, de repente Elsa se fue a casa corriendo y con prisas, todo muy misterioso.

La cosa quedó ahí, y nos fuimos todos a cenar, pues el reloj ya marcaba las ocho y media pasadas. Todos sabemos que en verano no se hace de noche hasta las 10 pero todos teníamos horario para cenar, pertenecíamos a familias de costumbres. Cuando salimos de la bodega para bajar a casa a cenar, Abel y Alberto se adelantaron y se fueron hablando en susurros y en su semblante se podía apreciar la seriedad y la preocupación.

Después de cenar como todos los días, la cuadrilla salimos a la plaza a las nueve y media. Salimos todos y Elsa seguía muy rara y dubitativa y más nerviosa de lo normal. Alberto llego un poco mas tarde de la hora acordada, llevaba otra ropa distinta a la que había llevado toda la tarde.

Subimos al chamizo andando todos, y Alberto pregunto:

-“¿No va a salir Abel, esta noche?”

Llegamos al chamizo y Alberto abrió el candado que habíamos puesto a la puerta hasta que arreglásemos la cerradura forzada. Al abrir la puerta nos encontramos de frente con el panorama dantesco que nos esperaba: Abel estaba muerto encima de la mesa de madera del chamizo.

Todos estábamos muy asustados, y Aurora estaba en estado de shock, Jorge tuvo que espabilarla para que volviese a reaccionar. Estábamos todos muy conmocionados y no sabíamos que hacer, nuestra mayor preocupación era que nos echasen la culpa de dicho asesinato. Entonces encendimos la chimenea que hay en la bodega, habíamos decidido deshacernos del cuerpo de Abel. Con el gran fuego que hicimos gracias a las cepas y gavillas de sarmientos que tenía guardadas el abuelo de Alberto, calcinamos completamente el cuerpo de Abel. Solo quedaron los dientes. Hicimos un juramento frente a dios cubo y nadie diría nada de lo ocurrido, jamás.

CAPÍTULO 2

Al día siguiente, como era verano, vino a hacernos una visita Orujo. Orujo es un chico que en realidad se llama Carlos, pero todo el mundo le llamaba Orujo. Era de un pueblo de al lado al nuestro y como ese pueblo es mas pequeño solía bajar en bici a hacernos una visita y pasar alguna tarde de verano con nosotros. Su bici era de chica.

Esa tarde estábamos jugando a quemarnos pedos con el mechero en el chamizo. Richi termino quemándose un pantalón de Adidas por acercarse demasiado el mechero. Todo eran risas hasta que Elsa y Orujo empezaron a discutir y a insultarse. Alberto se metió en medio de la discusión para apaciguar a las fieras y Orujo le empezó a atacar a él. Alberto cabreado acabo marchándose del chamizo.

Dieron las 7 de la tarde y Orujo dijo:

-“Me piro pal pueblo, que todavía tengo que subir hasta casa con mi bici de chica, menuda mierda, y encima ahora es para arriba”.

Cuando Orujo se marchó, Elsa recordó que se había dejado algo a medio de hacer en casa y se marcho apresuradamente.

Esa tarde era tarde de limpieza, teníamos turnos organizados y limpiábamos todas las semanas el chamizo. No nos drogábamos ni nada. A Richi le toco llevar la bolsa de basura al contenedor. El contenedor estaba situado en la esquina de la calle y Richi tuvo que arrastrar la bolsa; que estaba llena hasta los topes, toda la calle. Mientras tordo arrastraba la bolsa nosotros pegábamos balonazos a la pared de la bodega, nuestro chamizo. Minutos antes había pasado German con su moto hacia Torrecilla, a una velocidad impresionante.

Cuando Richi llegó al contenedor empezó a jurar en arameo, porque vio que la tapa estaba un poco abierta, eso significaba que el contenedor estaba bastante lleno y que no iba a caber la bolsaca que llevaba.

Abrió la tapa y chillo como una autentica fan de Justin Bieber, dentro del contenedor estaba el cuerpo de Orujo. Lo habían metido al contenedor con bicicleta (de chica, por supuesto) y todo. Richi subió corriendo a contarnos lo que pasaba. Todos nos quedamos anonadados, esto empezaba a no ser un asesinato aislado. No sabíamos que hacer ninguno, pero a Orujo no lo sacamos del contenedor ni nada, bajo ninguna circunstancia estábamos dispuestos a que nos viese alguien con una bicicleta de chica, además su familia no lo echaría mucho de menos.

A Orujo nunca lo encontraron, seguramente lo enterraron entre la basura de alguna planta de basuras y los bichos, las chinches y las pulgas descompondrían su cuerpo y su alma.

CAPÍTULO 3

Ese mismo día, quedamos por la noche en el chamizo, la muerte de Orujo no nos iba a asustar. Estábamos todos en el chamizo viendo la tele y a alguien de nosotros, no me acuerdo muy bien a quien, se le ocurrió la magnifica idea de bajar a la ermita a dar un paseo. Era una prueba de valor, haber si había alguien que tenia miedo en ir. Bajaron todos a dar el paseo menos yo, porque si yo hubiese bajado entonces no me abrían asesinado, no es que tuviese miedo. Así que me quede solo en el chamizo viendo la televisión mientras que todos los demás iban a dar un paseo hasta la ermita. La ermita esta al final del pueblo, un poco alejada, para llegar hasta ella hay que andar un kilometro por un camino en donde apenas hay luz y farolas. Por eso se supone que nos tenía que dar mucho miedo.

Como tenía mi bicicleta, de chico, no como la de Orujo, yo podía irme a casa cuando me diese la gana. Al tener bicicleta poco me importo quedarme en el chamizo viendo la televisión. Como ya he dicho es lo mejor que se me ha ocurrido para justificar que estuviese solo y pudiesen asesinarme con total impunidad.

Camino a la ermita les dieron las doce de la noche y Elsa dijo:

-“ Jopelines, ya son las doce, mi madre me ha dicho que a las doce este en casa, así que creo que me piro chavales.”

-“ Cagueta, si todavía ni hemos llegado a la ermita, anda vete.” Dijo Jenny.

-“ Pos se comenta que te tiraste a un caballo.” Dijo Edu.

-“ Espera Elsa, que yo también me piro, y así te acompaño a casa. Además mañana tengo que madrugar para romper un ordenador.” Dijo Alberto.

Así que Elsa y Alberto se marcharon a casa sin haber llegado a la ermita. Cuando Elsa y Alberto llegaron al parque de allá bajo, Alberto se metió a casa de su abuela y Elsa siguió su camino hacia su casa. Los demás llegaron hasta la ermita, hicieron como que todos eran muy valientes y después regresaron al pueblo. Como en verano no tenían horario para ir a casa, decidieron ir al chamizo un rato, pues para ellos aún no era hora de acostarse.

Cuando llegaron al chamizo Raquel, Richi, Aurora, Jenny, Jorge, Miguel y Eduardo encontraron que la puerta estaba abierta. Se oía la televisión desde afuera, estaba a tope. Mi bicicleta, que era de chico no como la de Orujo, no estaba en la puerta. Entraron en el chamizo y mientras Miguel bajaba el volumen de la televisión Richi dijo:

-“ Puto Ángel, se larga sin cerrar y con la televisión a tope, menudo crack.”

Entonces Edu y Richi se empezaron a empujar en broma. Eduardo en uno de esos empujones, empujo a Richi contra el colchón que teníamos en el chamizo, algo se le clavó en la espalda a Richi.

-“Que cojones hay aquí?, Edu ayúdame  a levantarlo.” Dijo Richi.

Edu y Richi dieron la vuelta al colchón mientras Miguel buscaba por todo el chamizo pilas para la game boy, estaba a punto de pasarse el pokémon amarillo. Ese que si llevas a pikachu te sigue detrás todo el rato.

Edu y Richi encontraron mi cuerpo inerte y asfixiado debajo del colchón. Estaban todos alucinando. Aurora entró corriendo a la bodega, había encontrado  mi bicicleta escondida detrás de un matorral mientras iba ella a mear. En la bodega no teníamos baño, lo que mas había era un grifo con una pila. Aurora vio entonces mi cuerpo y entro en estado de shock y Jorge tubo que reanimarla para que reaccionase.

Todos con una gran pena y tristeza encendieron por segunda vez en esta historia la chimenea del chamizo. Si a mi no me quemaban todo lo que habían hecho y sufrido no habría servido para nada. Quemaron mi cuerpo en ella y enterraron mi bicicleta (de chico) en un agujero muy profundo, donde nadie pudiese encontrarla jamás, con botellín y todo.

CAPÍTULO 4

Al día siguiente en el telediario territorial en titulares aparecimos Abel y yo.

-“ Dos niños naturales del pueblo de Alesanco han desaparecido en misteriosas circunstancias. La policía esta investigando las posibles hipótesis y bla bla bla…”

Todas nuestras madres ven siempre Telerioja a la hora de comer, que es así como se llama el telediario territorial. El pueblo empezaba a preocuparse y a hacerse preguntas mientras que los que sabían la verdad no hacían más que ponerse nerviosos.

El Domingo, como todos los domingos, fueron todos a misa. Después de misa era costumbre pasar por la Fina, el estanco del pueblo, y comprar gominolas. Con las bolsas cargadas de gominolas subieron al chamizo: Aurora, Raquel, Jenny, Elsa, Edu y Alberto. Al llegar al chamizo vieron a Arith por ahí rondando. Arith acostumbraba a pasar mucho rato en la calle jugando con sus juguetes o con nosotros al balón. Después de darle un par de collejas a Arith se metieron todos dentro del chamizo. Se encerraron y se pusieron a ver la televisión a oscuras, una película americana muy mala.

Se abrió la puerta, a Elsa le entraron unas ganas repentinas de salir y también salió afuera. Entonces Eduardo preguntó:

-“ Donde chorras está Alberto?.”

-“Yo que sé, habrá salido a mear.” Dijo Raquel.

Entonces salió Edu afuera a buscarlo y oyó a Alberto gritar:

-“Eso te ha pasado por hijo de puta, mal nacido.” Grito Alberto a todo pulmón.

Eduardo vio a Arith tumbado en el suelo al otro lado de la calle. Estaba al lado del pozo de la canaleta y su cuerpo sin vida estaba lleno de sangre. Arith con casi toda seguridad había sido asesinado con la gran piedra que había a su lado y que también tenía abundantes manchas de sangre. En ese momento no había nadie más en la calle, más que Edu y el cadáver de Arith. Edu gritó y salieron todos de dentro del chamizo. Salieron afuera: Richi, Aurora, Jenny y Raquel. Elsa en esos instantes apareció que venia de casa. Elsa es la que mas cerca vivía de la bodega que usábamos de chamizo. No había ni rastro de Alberto. Todos al salir del chamizo y observar la escena se quedaron boquiabiertos.

-“Esto es una pesadilla.” Dijo Aurora y entró en estado de shock.

Elsa y Eduardo se pusieron a discutir a grito pelado en medio de la calle, mientras los demás miraban insólitos la terrible escena. Con todo el jaleo que habían montado los vecinos lo oyeron y abrieron la puerta, la puerta de la casa de los abuelos de Arith. Salió el abuelo de Arith, Carlos.

-“Que coño es todo este alboroto, joder.” Dijo Carlos e inmediatamente se quedo callado cuando vio lo que pasaba. Carlos empezó a jurar y a bocear a los chavales:

-“ Pero que habéis hecho desgraciados, iréis todos a la cárcel. Esta vez si que os habéis pasado panda de hijos de puta.” Mientras les gritaba se iba acercando al cadáver de su nieto muerto. En medio de la bronca llegó Alberto que iba a ponerse a preguntar que es lo que estaba pasando, pero se cayó cuando vio lo que ocurría.

Salieron de la casa de al lado de la bodega la madre, el padre y la abuela (a medio vestir) de Arith. Se montó una bronca monumental, los vecinos culpaban a los chavales del asesinato de su nieto e hijo, y los chavales no sabían a ciencia cierta lo que pasaba. Los chavales consiguieron huir de ahí mientras los vecinos les perseguían, los despistaron aunque eso no iba a solucionar sus problemas.

 Todos llegaron a sus casas muy asustados, pues todos temían que fuese la policía a buscarlos, estaba claro que a esas alturas la familia a de Arith ya había ido a la comisaria a denunciarlos a todos. Comieron todos rápidamente en sus casas bajo las preguntas de sus respectivas madres de si les pasaba algo y quedaron en el chamizo. Tenían que pensar que es lo que iban a hacer, estaban de mierda hasta las cejas. Todo estaba resultando muy surrealista.

CAPÍTULO 5

Por la tarde quedaron en el chamizo: Eduardo, Elsa, Jenny, Raquel, Aurora y Alberto. Después llego Richi comiéndose un bocadillo sustancioso.

-“Creo que no me han visto al entrar, pubos vedinos.” Dijo Richi mientras daba un mordisco a su enorme bocata sustancioso.

-“ Tenemos que tener mucho cuidado, joder, esto es una pesadilla.” Dijo Alberto.

-“Y tú no sabes nada de lo ocurrido con Arith, Albert?, tu saliste el primero afuera.” Preguntó Elsa.

-“ Que bah, yo no he visto nada. Mi hermano estará a punto de llegar, va a flipar cuando se entere de lo que pasa, como todavía no existe el Whatsapp ni los Smart Phones.” Exclamó Alberto.

Estuvieron discutiendo entre todos lo ocurrido, nadie sabía nada. Al poco rato llegó Miguel de Nájera, le pusieron al corriente enseguida. Miguel subía una bolsa del Mercadona en la mano derecha.

-“Mi abuelo me ha dado patatas, las podemos asar en la chimenea para merendar.” Propuso Miguel.

Decidieron hacer fuego para asar las patatas, así que subieron a la parte de arriba de la bodega para coger cepas y gavillas de sarmientos. Subieron a por cepas: Alberto (que era el que tenía las llaves), Edu y Elsa. Los demás se quedaron en el chamizo viendo el hormiguero, un programa nuevo de cuatro que emitían los domingos por la tarde.

Se empezó a hacer de noche, Miguel bajo el primero. Alberto gracias a su potente linternita llavero se quedó a cerrar el lagar donde ahora guardaba las gavillas de sarmientos su abuelo. Mientras bajaba Miguel por las escaleras de madera seguido por Eduardo y Elsa, notó una presencia. Una mano empujó a Miguel, se tropezó y empezó a rodar escaleras abajo. Su cuerpo había abandonado la vida cuando bajo el ultimo peldaño de la escalera de madera. Miguel se había descocotado, estaba muerto. Los que estaban adentro oyeron los ruidos y salieron rápidamente a ver que pasaba. El cuerpo de Miguel estaba tendido en la acera.

-“Pero que cojones ha pasado?.” Preguntó Jenny.

-“Miguel ha tenido un accidente al bajar por las escaleras, ha tropezado y ha muerto.” Dijo Edu.

-“Bueno creo que se nos ha fastidiado la merienda.” Dijo Aurora, ahora no estaba en estado de shock, porque había sido un accidente.

Entre todos cogieron el cuerpo de Miguel y como ya habían hecho anteriormente lo arrojaron a las llamas de la chimenea. Nunca llegaron a asar las patatas que había traído Miguel.

-“No podemos decir esto a nadie, no estoy seguro de que la muerte de mi hermano haya sido un accidente, demasiado casual.” Dijo Alberto.

Se fueron a cenar cada uno a su casa, mientras que el cuerpo de Miguel se calcinaba en la chimenea del chamizo.

CAPÍTULO 6

Alberto estaba cenando en casa de su abuelo cuando llegó él de Cordovin.

-“ Oye, ya estas subiendo al chamizo cagando leches, que me han parado en la plaza y me han dicho que salía mucho humo de la bodega. Donde está tu hermano Miguel?.”  Dijo Filo.

-“ Ahora mismo voy abuelo, habremos apagado mal esta tarde la chimenea. Miguel se ha quedado a cenar en la casa de arriba.” Respondió Alberto nervioso.

-“ Más vale que no sea nada, que si no te vas a ganar un abejonazo.” Exclamó Filo.

Al subir al chamizo, Alberto pasó por casa de Jorge para llamarlo. Jorge y Alberto subieron hacia el chamizo, mientras poco a poco se iban poniendo nerviosos, esos últimos días habían pasado muchas cosas. Al doblar la esquina que daba a la calle donde estaba la bodega, ya olía a humo. Cuando llegaron al chamizo Alberto abrió la puerta quitando el candado que habían puesto ellos. Tenían que arreglar la cerraja, cualquiera con un poco de maña podría entrar a la bodega y robarles. Jorge entro rápidamente en el cuarto de la chimenea, estaba todo lleno de humo, apenas había visibilidad. Alberto fue a la canaleta con un barreño para llenarlo de agua y apagar el fuego de la chimenea. Cuando estaba llenando el barreño en el pozo de la canaleta oyó un ruido de una puerta cerrarse y se volvió. Vio salir a alguien a todo correr del chamizo, estaba casi seguro que era Eduardo. Estaba todo muy oscuro. Alberto echo a correr detrás de él, pero al poco rato lo perdió en la noche. Alberto se volvió al chamizo, la puerta del cuarto de la chimenea estaba cerrada, y salía humo por todos los sitios. Volvió a por el barreño a la canaleta y regreso al chamizo. Abrió la puerta, estaba todo lleno de humo, empezó a gritar el nombre de Jorge, nadie contestaba. Vio al fondo a Jorge tendido en el suelo, se acercó y con mucho esfuerzo lo arrastro hasta la puerta del chamizo, estaba asfixiado. Jorge había muerto, había sido asesinado.

A las 9:30 llegaron todos los demás al chamizo, se encontraron con otra espeluznante escena, y Aurora estaba en estado de shock, y no estaba ya Jorge para reanimarla.

-“ Eduardo has sido tú, te he visto correr antes fuera de aquí, cabrón.” Grito Alberto.

-“No te pases que he estado todo el rato en casa, como voy a matar yo a alguien, estamos todos un poco nerviosos, me parece a mí.” Se defendió Edu.

Entonces Alberto les explico a todos lo que había ocurrido. Después de que ya no quedase humo en la bodega volvieron a encender la chimenea y quemaron el cuerpo de Jorge. Los cadáveres iban aumentando a la vez que descendían los miembros de la cuadrilla.

CAPÍTULO 7

Al día siguiente volvió Richi, que había estado pasando el fin de semana en Haro. A Richi también lo llamaban Tordo, un apodo heredado. También vino Chencho, que se quedaría ya a pasar el resto del verano en Alesanco.

Chencho era un chaval que habían conocido el verano pasado, sus padres habían comprado un chalet en Alesanco, eran de Bilbao. La familia de Chencho era de clase alta, su padre era un Arquitecto de renombre y su madre había sido puta de lujo hasta que conoció a su padre. Chencho era un chaval muy majo y enseguida habíamos echo todos muy buenas migas con él. Era un poco chulo, pero en el fondo era majo y buena persona. A la que mejor le había caído Chencho era a Elsa, a veces se notaba que le gustaba mucho.

Marta también vino ese día, no podía creerse lo que había pasado con su hermano. Marta había estado de mini-vacaciones con una amiga en Alpedrete aqueja a todo aquel percal.

Por la tarde ese día se encontraron en el chamizo: Richi, Marta, Raquel, Eduardo, Alberto, Jenny, Aurora, Chencho y Elsa. Todos estaban muy nerviosos, no podían creerse lo que estaba pasando. Intentaron pasárselo bien y evadirse de la realidad durante un rato.

-“¿Alguien quiere un chicle?.” Pregunto Elsa.

-“ Pásame uno, porfa.” Le dijo Chencho. Elsa le paso la bolsa de los chicles. Elsa siempre tenía chicles, le encantaban.

Eduardo y Raquel estuvieron casi toda la tarde pegándose medio en serio medio en broma, al final acabaron enfadados. Cuando se hizo de noche la cuadrilla se bajo a casa para cenar, habían quedado por la noche. Eduardo y Raquel se fueron para el barrio de las palmeras cabreados y sin dirigirse la palabra, mientras que Elsa se metía a su casa. En el barrio de las palmeras pronto habría elecciones para alcalde.

Quedaron por la noche, y salieron todos menos Raquel.

-“Joder Eduardo siempre haciendo el gilipollas, ahora por tu culpa se ha cabreado y no sale.” Dijo Jenny.

-“ Ehh, que yo tampoco le he hecho nada, que Raquel también me ha pegado.” Dijo Eduardo.

Alberto encendió la televisión y vio si estaban poniendo cuarto milenio. Entonces se abrió la puerta de la bodega. Era la madre de Raquel que estaba preguntando por su hija. Raquel no había ido a casa a cenar. Todos se miraron unos a otros desconcertados. La madre de Raquel se montó en el coche y se alejó a todo lo que daba el coche.

-“ Pero si ha salido de casa y aquí no ha venido, donde coño esta.” Dijo Marta.

-“¿ No le habrá pasado algo?.” Pregunto Chencho.

-“ ¿Creéis que también se la han cargado?, joder, espero que no.” Dijo Jenny.

-“ Ala, ya os estáis flipando, que estará por ahí en cualquier lado.” Exclamó Edu.

Nadie volvió a hablar del tema en toda la noche, pero en el fondo todos pensaban que a Raquel casi seguro que se la habían cargado. Volvieron a llamar a la puerta, era Sheila. Había estado estudiando toda la tarde y venia a hacer una visita al chamizo. Eso les hizo cambiar de tema y estuvieron hablando y viendo la televisión toda la noche. Entonces fue idea de Sheila:

-“ Tengo una idea, y si nos ponemos todos a hacer el pino en el sofá, será divertido, ya veréis.” Dijo Sheila.

A todos les pareció bien a si que se pusieron a hacerlo. Era mas difícil de lo que en principio parecía. Cuando Sheila estaba boca abajo haciendo el pino en el sofá de al lado de la puerta, la luz del chamizo se apagó. Alguien apagó la luz del chamizo, alguien bajó el interruptor. Justo después se oyó un grito de terror y dolor. Rápidamente alguien se levantó y encendió la luz. Alberto había encendido el interruptor y el grito había sido de Sheila.

Sheila se había desnucado contra en suelo del chamizo, su muerte había sido rápida. Entonces todos como si sus cuerpos y sus mentes ya se estuviesen acostumbrando a aquel macabro ritual, cogieron el cuerpo de Sheila y mientras unos lo arrastraban hacia la boca de la chimenea, otros encendían el fuego. Cuando hubieron terminado se fueron todos a casa.

CAPÍTULO 8

Por la mañana volvieron a quedar en el chamizo, todos estaban consternados por todo lo que estaba pasando y no llegaban a entender el porqué. Alberto y Marta subieron al lagar de arriba del chamizo a bajar más sarmientos y cepas, a este paso iban a quemar toda la madera que guardaba el abuelo de Alberto para el invierno, en un  verano. Elsa desapareció un rato, nose a donde se fue, recordad que yo estaba muerto.  Richi y Chencho estaban discutiendo sobre como serian los móviles del futuro, mientras Aurora, Jenny y Eduardo dialogaban sobre porque Orujo nunca tubo una bicicleta de chico. Alberto bajo corriendo por las escaleras del chamizo y entró alarmado a la bodega.

-“ Marta se ha desmayado de repente, nose que pasa, subir rápido.” Exclamó Alberto.

Subieron todos arriba y vieron unos surcos en el suelo, alguien había arrastrado algo por la tierra.

-“ Mirad aquí.” Chilló Richi.

Y se acercaron y vieron el cuerpo de Marta manchado de tierra, detrás de unos palés que guardaba el abuelo de Alberto. Tenia la boca llena de tierra, la imagen era espeluznante.

Todos miraron a Alberto, le miraron mal y se empezaron a alejar muy despacio mientras Alberto se defendía.

-“ Joder, que yo no he hecho nada, no me miréis así, ostia.” Balbuceó Alberto.

-“ Si claro, y el cuerpo de Marta se ha movido solo, no te jode.” Chilló Chencho.

Después de todas las excusas de Alberto y calmarse un poco, hicieron otro fuego. Pero todos ya empezaban a dudar unos de otros. Quemaron el cuerpo de Marta en la chimenea, esto hacia ya bastante que se les había ido de las manos a estos chavales. No sabían de que había muerto Marta, ni como la habían matado, no tenia heridas externas, esto aún les desconcertaba más.

CAPÍTULO 9

Ese mismo día, quedaron por la tarde en la bodega y se pusieron a limpiar la chimenea, estaba llena de ceniza, ceniza macabra.

Elsa llegó un poco mas tarde y fue puesta al día, se quedó flipando. Ella también estaba muy preocupada. Alberto no apareció, no sabían si porque estaba cabreado con ellos, o por si en realidad era el verdadero asesino.

-“ Parece que lo único que esta claro es que el asesino es de nuestra cuadrilla.” Dijo Richi.

-“ Yo creo que es Alberto, esto es una locura.” Exclamó Edu.

Edu y Richi salieron a jugar al futbol en la calle, pero un poco desanimados, ya no podían jugar a pegar balonazos a Arith. Entonces llegó un coche patrulla de la guardia civil y se paró, la ventanilla del coche se bajó y Edu y Richi se acercaron. El coche patrulla después de un rato se alejó, Richi y Edu entraron al chamizo.

-“ ¿Qué quería la policía, que os ha preguntado?.” Dijo Aurora nerviosa.

-“ Nos ha estado preguntando por las desapariciones, parece ser que ya todo el pueblo sabe que pasa algo raro.” Dijo Richi.

-“ Putos maderos que no se enteran de nada.” Exclamo Edu.

-“ ¿Desapariciones?, esto son asesinatos. Hay un asesino en serie.” Dijo Elsa.

-“ Pues han dicho que en un rato van a venir a interrogarnos a todos, así que no nos podemos ir a casa, ahora iban a merendar, que luego volvían.” Informó Richi.

-“ Joder ya lo que nos faltaba, la madre que me parió.” Juró Chencho.

Poco después llegaron dos coches patrulla de la guardia civil para interrogar a los chavales. Entraron cuatro policías uno de ellos, el que parecía el jefe habló.

-“ Haber chavales, ya sabéis porque estamos aquí, vamos a hacer las cosas rapiditas. Todos afuera según os vayamos llamando entráis, que os vamos a hacer unas preguntitas.” Dijo el Inspector Aniceto.

Mientras los chavales estaban siendo interrogados llegaron Alberto y Sara, que había venido a pasar el día a Alesanco. Ellos también se pusieron a la cola, para la interrogación. Sara no sabía nada de nada. Cuando le toco el turno a Aurora, entro en estado de shock, y los guardias no pudieron sacarle nada, ni siquiera su nombre. Cuando terminaron los interrogatorios los policías se fueron, nadie había hablado nada sobre los asesinatos. Le explicaron todo a Sara, lo que sabían y lo que suponían, Sara estaba como ida, no podía creerse lo que estaba escuchando. Poco después Sara se marcho a su casa, estaba asustada.

-“ Se baja alguien a casa, es que hoy me tengo que ir pronto, que enseguida mis padres se irán para Logroño.” Preguntó Sara.

Como nadie quería irse aún a casa, Sara se bajo sola de la bodega. Poco después Alberto y Elsa se bajaron a casa, mientras los demás se quedaron oyendo música que había traído Richi de su súper disco duro. Se hizo la hora de cenar y después de cerrar el chamizo con el candado que tenían de manera provisional se bajaron para casa. Mientras bajaban a casa y pasaban al lado de una viña, Richi hizo un descubrimiento:

-“ Joder, creo que hay un cadáver en la viña esa de enfrente.” Dijo Richi.

-“ Se te esta empezando a ir la perola, ya ves cadáveres por todos los lados.” Exclamó Jenny.

Entonces Richi corrió a través de los renques de cepas, acercándose al supuesto cuerpo. Cuando llegó pudo ver con claridad que era un cuerpo de chica con una bolsa del Erosle (marca del supermercado que regentan sus tío en Alesanco) en la cabeza.

-“ Venid aquí, rápido, creo que tenia razón.” Les chilló Richi.

Cuando todos estuvieron cerca del cuerpo Richi quitó la bolsa de plástico de la cabeza, y vieron que era Sara, alguien la había asfixiado y dejado ahí tirada.

-“ No podemos dejarla aquí, hay que llevarla al chamizo.” Dijo Aurora.

-“ Joder, ya sabéis chicos lo que tenemos que hacer, ayúdame.” Dijo Chencho.

-“  A este paso vamos a morir todos, ostia!!.” Chilló Jenny.

Llevaron entre todos el cuerpo de Sara al chamizo, el hecho de que era casi de noche y que las cepas estaban frondosas les ayudó a que no fuesen descubiertos. La chimenea empezó a expulsar humo, otra vez. Mientras el cuerpo de Sara desaparecía engullido por las llamas, quedaron para salir por la noche, la situación ya había llegado demasiado lejos, tenían que hacer algo.

CAPÍTULO 10

Por la noche se reunieron en el chamizo todos, todos los que quedaban vivos. Elsa empezó a hablar mal de Miguel, aunque estaba muerto. Decía que era un gilipollas y una nenaza, todos los allí presentes le daban la razón, incluso yo que estoy muerto. Además todas las rayas hechas en el manuscrito original mientras estaba escribiendo esta historia fueron gracias a que esa “cosa” me empujaba.

Estaban todos en el chamizo hablando sobre lo que pasaba y sus preocupaciones.

-“ Aurora me acompañas a casa a coger algo de merendar?.”  Le pregunto Jenny.

-“ Ok, vamos, que así me da el aire un poco y no pienso en todo este marrón.” Dijo Aurora.

Las dos se bajaron a casa, justo cuando Clara venia de Berceo. Clara no sabia nada del asunto que les atormentaba a los chicos, solamente que su prima Raquel había desaparecido. Entró en el chamizo haciendo preguntas. Estuvieron toda la tarde hablando y charlando todos, y cuando Clara hacia preguntas comprometidas le daban largas. Poco a poco todos se fueron marchando a casa a cenar. Al final se quedaron solos en el Chamizo Richi y Clara.

-“ Creo que me voy a bajar a casa de mis tíos, que mis padres vendrán enseguida.” Explicó Clara.

Richi y Clara se bajaron para casa. Cuando estaban pasando Artoje, vieron a Aurora, apoyada de espaldas. Estaba apoyada en la tolva que usan en esa bodega para la descarga de la uva.

-“ Aurora!, que haces?.” Chillaron Richi y Clara mientras se acercaban a ella.

Al llegar a donde estaba ella y ver que no respondía, Richi la tocó en la espalda. Aurora cayó al suelo, en su cuerpo ya no había vida. Estaba muerta.

En ese mismo instante el cuerpo de Jenny dejaba la vida, desplomándose en medio de su habitación, en su casa. Ellos no lo sabían, o tal vez si, pero había dos cadáveres más sumados a esta macabra historia.

-“ Joder, el asesino a matado a Aurora mientras esperaba a Jenny y la ha dejado apoyada aquí para disimular. Hay que avisar a los demás.” Exclamó Richi.

Clara no se enteraba de nada. Estaba flipando.

En esos instantes el cuerpo inerte de Jenny era encontrado por su madre. Los chillos se oyeron por todo el pueblo. La madre de Jenny llamo a la policía, no tardarían mucho en llegar. La casa de Jenny esta muy cerca de la bodega Artoje. Richi avisó a los demás con su móvil de última generación vía sms. Mientras los demás llegaban hasta donde estaba el cuerpo de Aurora, Richi le explicó a Clara todo lo que pasaba. Para no levantar sospechas arrastraron el cuerpo de Aurora detrás de la báscula, donde no se viese a simple vista.

CAPÍTULO 11

Los seis chicos muy asustados cogieron el cuerpo de Aurora y lo empezaron a arrastrar hacia el chamizo.

-“ Joder, al final no vamos a quedar ninguno.” Dijo Richi.

-“ No me puedo creer lo que esta pasando, mi prima también esta muerta.” Dijo Clara.

-“ Bueno, por lo menos esta pesa menos que otros, esto se nos ha ido de las manos.” Exclamó Edu.

En ese instante vieron los coches de la policía pasar, con las sirenas sonando, hacia casa de Jenny.

-“ Mirad, la policía. Algo ha pasado en casa de Jenny.” Dijo Elsa mientras miraba a todos.

-“ Espero que no se la hayan cargado, pero que está pasando?.” Preguntó Alberto.

-“ Que un asesino o algo así, nos está liquidando unos a otros, eso esta pasando.” Dijo Chencho.

Estaban llegando a la bodega, y de repente se abrió la casa de los vecinos, donde había vivido Arith. Carlos salió hecho una furia.

-“ Llama a la policía ahora mismo, que están estos asesinos aquí. Vais a ir todos a la cárcel.” Chilló Carlos a su mujer.

Alberto abrió la puerta del chamizo rápidamente mientras los demás metían el cuerpo de Aurora.

-“ Así que ahora también os habéis cargado a una amiga?. Pero que clase de monstruos sois?.” Les gritaba Carlos desde la calle.

La policía fue avisada, los chicos eran los asesinos.

Hicieron fuego mientras Carlos golpeaba la puerta del chamizo para que le dejasen entrar, mientras les insultaba. Estaban metiendo el cuerpo de Aurora en la chimenea, cuando empezaron a hacerse más audibles las sirenas de la policía.

-“ La pasma, joder y ahora que hacemos?.” Gritó Eduardo.

-“ Hay que largarse de aquí antes de que llegue, y rápido. Si nos pillan aquí y ahora nos encerrarán a todos.” Dijo Alberto.

-“ Rápido hay que huir, y no podemos volver a casa. Tenemos que huir campo a través, donde no nos puedan seguir con el coche.” Exclamo Richi.

Los policías estaban pasando Artoje en dirección al chamizo. Los chavales eran unos asesinos que se estaban matando unos a otros, y encima habían matado a un pobre chaval que vivía al lado de su bodega que usaban como chamizo.

-“ Preparados?, hay que dividirse.” Dijo Checho.

Los chavales salieron a todo correr del chamizo. Empujaron a Carlos al salir, que cayó de bruces contra el suelo. Carlos seguía chillándoles desde el suelo, mientras los chicos cruzaban la calle y se metían dentro de las fincas de rastrojo, la sirena de los policías estaba muy cerca.

Los policías llegaron a la bodega. Los dos coches patrulla se detuvieron bruscamente en la puerta del chamizo. Dos agentes desenfundaron y se echaron a la carrera detrás de los chavales. Los otros dos entraron en el chamizo.

-“ Joder, es otro cadáver!. Ayudadme a apagar esto rápido!.” Dijo Aniceto.

Carlos se levanto del suelo y se dirigió hacia Aniceto.

-“ Inspector, esos chavales están matando gente, las desapariciones que están ocurriendo este verano son crímenes. Mi nieto…” Chilló Carlos.

-“ Cálmese señor, investigaremos todo esto. Tengo a dos agentes detrás de ellos ahora mismo. Los atraparemos, no se preocupe. Estos chicos pagarán por lo que le han hecho a su nieto y todos sus crímenes.” Dijo Aniceto.

Aniceto le tomo declaración a Carlos, estuvieron hablando durante un rato. Mientras tanto por las fincas de la localidad seguía la persecución, los chavales empezaban a cansarse y los policías se tuvieron que dividir para ir detrás de alguno de ellos. Al cabo de una hora volvieron al cuartel con las manos vacías. Habían perdido el rastro de los chavales.

-“ Joder sois unos putos incompetentes. Vais a estar toda la noche rastreando el pueblo, imbéciles. Quiero refuerzos, que vayáis casa por casa, que interroguéis hasta a sus putos perros, pero quiero a esos chicos aquí, para ya!!!!.” Chilló Aniceto a los agentes que tenia a su disposición.

Los agentes habían sido llamados por el Inspector Aniceto, y después de recibir órdenes salieron hacia sus coches para emprender la cacería de los chavales.

Después de la huida del chamizo, el grupo de chavales se dividió. Por un lado estaban Richi, Alberto y Chencho. Por el otro lado estaban el resto: Clara, Elsa y Eduardo.

Richi, Alberto y Chencho no sabían que hacer, estaban solos en la espesura de la noche. No podían volver a casa.

-“ Volvamos al chamizo a pasar la noche, mañana ya veremos que hacemos. Es tan absurdo volver ahí que nadie nos buscara en el lugar del crimen.” Dijo Richi.

-“ Hombre si conseguimos entrar sin que nos vean los vecinos…”  Exclamó Alberto.

Sin hacer ruido y de la manera más sigilosa posible los tres entraron en el chamizo, bajaron las persianas y se acostaron en los sofás, mañana tendrían que improvisar algo. Cuando estaban quedándose dormidos se empezaron a oír unos ruidos un poco extraños en la puerta. Parecían arañazos. Richi se empezó a acercar a la puerta.

-“ Ni se te ocurra abrir, idiota, nos pillaran.” Dijo Alberto entre susurros.

-“ Voy a mirar por la ventana haber que es, que no pienso abrir.” Dijo Richi.

Richi después  de mirar por la ventana y ver que era lo que producía esos ruidos, fue rápidamente a abrir la puerta. Los tres se quedaron asombrados, era Raquel.

-“ Raquel, estas viva!!, hay que meterla dentro, rápido.” Dijo Chencho.

Raquel estaba débil y medio muerta, había pasado mucho tiempo en la calle. La cogieron entre los tres como pudieron y la metieron dentro del chamizo, ella jadeaba. Respiraba con mucha dificultad.

-“ Quien demonios te ha hecho esto Raquel, dinos!!.” Le pregunto Richi.

En el último suspiro, y cogiendo muchas fuerzas Raquel dijo:

-“ Estohh ha sidohh, ha sidohhh… Eeeeeee.” Instantes después Raquel falleció.

Raquel murió bajo la atenta mirada de Chencho, Richi y Alberto. Había sido otra víctima más de aquella horrible carnicería.

CAPÍTULO 12

Mientras todo esto ocurría, Clara, Elsa y Eduardo buscaban un sitio para esconderse.

-“ Joder, yo me largo a casa, yo no he hecho nada. Paso de estas movidas.” Dijo Clara.

-“ Si claro, ahora vas a ir a casa y te van a creer. Te van a detener fijo. Estas de mierda hasta el cuello, como nosotros.” Exclamó Eduardo.

-“ Tenemos que escondernos, pasaremos la noche en el palomar.” Dijo Elsa.

Fueron a las afueras del pueblo y treparon por las escaleras clavadas en el árbol que subían hasta el palomar. El palomar era una caseta construida por chavales del pueblo, estaba hecha de madera en lo alto de un árbol. La caseta estaba al lado de la cooperativa a las afueras del pueblo, ahí no los buscarían.

El palomar era lo suficiente grande como para que los tres pudiesen dormir echados en el suelo. Clara que subió la última, se acostó al lado del hueco de la escalera. No le daba vértigo, pero era un poco peligroso si se movía en sueños.

A media noche se oyó un fuerte grito. Era Clara. Elsa y Eduardo se sobresaltaron y se despertaron.

-“ Pero que pasa, donde esta Clara?.” Preguntó Elsa.

-“ Nose, joder pero que horas son estas?.” Dijo Edu.

Los dos al mismo tiempo asomaron la cabeza por el hueco de la escalera del palomar y miraron hacia abajo. Clara se había caído del árbol. Bajaron a toda prisa, primero Elsa seguida de Edu.

-“ Oh dios, está muerta.” Chilló Elsa.

-“ Ha debido caerse al dormir por el hueco de la escalera, igual no ha sido tan buena idea venir aquí.” Dijo Edu.

Clara estaba muerta. Entre los dos cogieron el cuerpo de Clara y lo arrastraron detrás de unos matorrales que había mas alejados de la carretera. Encontrarían el cuerpo, pero escondiéndolo ganarían tiempo. Elsa y Eduardo después volvieron a subirse al palomar. Intentaron dormir, pero el uno desconfiaba del otro y ninguno de los dos durmió en condiciones. Se mantuvieron en vela lo que restaba de noche.

Mientras todo esto pasaba, el pueblo entero estaba muy confuso. Algunos pensaban que los niños estaban locos, otros que pertenecían a alguna secta y que hacían rituales satánicos que se les habían ido de las manos, otros que había un loco suelto por Alesanco que mataba niños. Los padres de todos los chavales desaparecidos estaban muy aterrados y confusos a partes iguales. La policía estaba buscando a seis chavales que habían perseguido como presuntos culpables de los asesinatos, para que ellos les indicaran el paradero de los cadáveres y poder aclarar el caso de una vez por todas.

 

CAPÍTULO 13

Por la mañana siguiente Alberto, Richi y Chencho quemaron el cuerpo de Raquel en la chimenea, la chimenea se había convertido en un crematorio improvisado en los últimos días, era espeluznante.

-“ Bueno eso nos descarta, no?. Raquel antes de morir dijo que el nombre empezaba por e. No somos ninguno de nosotros.” Dijo Alberto.

-“ Bueno eso, o se refería a ti como Espiga, no como Alberto, eh Espiga.” Dijo Chencho.

-“ No digáis gilipolleces, si hubiese aguantado un poco más, pobre Raquel.” Exclamó Richi.

La chimenea empezó a humear, estaba demasiado llena de cenizas humanas. El humo que salía por el caperuzón de cemento era muy denso. La policía que estaba patrullando lo vio desde su patrol.

-“ Oye tío, mira sale humo desde la bodega de los chavales, vamos a mirar rápido.” Dijo uno de los agentes.

Llegaron rápidamente y sin llamar la atención, pillaron a los chavales en el chamizo. Alberto, Richi y Chencho fueron detenidos. Los metieron a los tres en el coche esposados y los llevaron al cuartel, estaban metidos en un buen lio.

El coche derrapo dentro del parking del cuartel, las chinillas salpicaron los zapatos de Aniceto. Se abrieron las puertas del coche y bajaron a los tres chavales.

-“ Oh, que sorpresa, creíais que os ibais a salir con la vuestra eh. No os preocupéis encontraremos enseguida a vuestros amigos. Llevadlos a la sala de interrogatorios.” Dijo el inspector Aniceto.

-“ No os diremos nada, somos inocentes.” Le chillo Richi, mientras los tres eran empujados dentro del cuartel.

Dentro del cuartel les dieron a los chavales unos refrescos que habían sobrado del día del Pilar. Les sentaron en unas sillas plegables de plástico mientras avisaban a sus padres. No podrían recibir visitas hasta que les contasen todo lo que habían hecho.

Los padres se agolpaban en el cuartel mientras el inspector Aniceto les daba largas y les decía que la investigación estaba en curso. Mientras tanto los chavales de la sala de interrogatorio se negaban a contar nada.

Los días pasaban y de Clara, Elsa y Eduardo no se sabía nada, mientras que Alberto, Richi y Chencho no serian puestos en libertad hasta que se resolviese el misterio.

Elsa y Eduardo ajenos a lo que pasaba dentro y en las inmediaciones del cuartel, tenían que conseguir dinero, llevaban dos días sin comer nada solido.

-“ Vamos a mi casa a por dinero, mis padres están en Ezcaray que hoy son fiestas.” Dijo Eduardo.

-“ Tengo un hambre, llevamos dos días a agua, pero tenemos que tener cuidado para que no nos pillen.” Exclamó Elsa.

CAPÍTULO 14

Eduardo abrió la puerta principal de casa con su llave. Entraron los dos, Elsa esperaba en el salón mientras que Edu buscaba dinero y se cambiaba. Fueron a la cocina a almorzar algo y mientras tanto pusieron la televisión. Edu cambiaba todos los canales con el dedo de manera automática.

-“ Pon el canal de antes, el de antes que sale Alesanco.” Le gritó Elsa  a Eduardo.

Pusieron el informativo territorial que abría con la noticia de los asesinatos de Alesanco. Se pusieron al corriente de todo. Comieron hasta saciarse y Elsa lleno una mochica con todo lo que les podía servir del frigorífico de Eduardo. Edu cogió todo el dinero que pudo y dejo una nota en el dormitorio de sus padres, aclarándoles todo lo que podía para que no se preocupasen.

Elsa quería más chicles, después de dos días sin pasar por casa se le habían acabado. Se pusieron las capuchas y entraron al Erosle (supermercado que regentaban los tíos de Richi).

-“ Rápido eh!, cogemos los putos chicles y salimos, esto no es buena idea.” Dijo Edu justo antes de entrar.

Cogieron los chicles lo más rápido que pudieron y se pusieron a hacer cola en la caja. Las mujeres del pueblo especulaban con todo el asunto de los asesinatos, lo más triste de todo es que ni ellos mismos sabían lo que pasaba realmente. La última señora que estaba delante de ellos terminó de meter toda la compra dentro del carrito, les tocaba a ellos pagar.

-“ Haber chavales, que queréis. Espera, Eduardo, Elsa. ¿Sois vosotros? ” Dijo asustada la tía de Richi.

Los chavales al ser descubiertos, salieron corriendo empujando a las dos señoras que se habían quedado en la puerta. Echaron a correr todo lo que sus cuerpos les permitían. Eduardo se iba riendo por el camino, no habían pagado y por poco les pillan por unos míseros chicles.

-“ Vayamos a la ermita, rápido, hay que esconderse.” Exclamó Edu exhausto.

Siguieron corriendo, bajaban por el pueblo todo lo rápido que podían. Llegaron al final del pueblo, pasaron el taller mecánico de chindeles y cogieron el camino que baja a la ermita. La ermita esta a un kilometro del pueblo. Estaban llegando a la ermita, sudaban, ya no podían correr más. Alguien apareció de detrás de la ermita, iba en bicicleta, con casco y mallot. Era Eduardo Cereceda, a Elsa y Edu no les dio tiempo a esconderse.

-“ Hola tíos, que tal?. He llegado esta mañana al pueblo, ahora vengo de pedalear un rato. ¿Qué tal todos?, hace que no os veo… Esta noche subo al chamizo haber que hacéis.”  Dijo Eduardo Cereceda.

Eduardo Cereceda no sabia nada del asunto, vivía con sus padres en Logroño y acababa de llegar ese día, no tenía ni idea. Todos los veranos pasaba un mes o así en Alesanco, el pueblo de su padre.

-“ Oye tío, hemos bajado a dar un paseo Elsa y yo, vamos a merendar un poco, que tenemos chuches. Te apuntas?.” Le preguntó Edu.

Estuvieron charlando los tres de sus cosas, Elsa y Eduardo se miraban cuando Eduardo Cereceda les preguntaba por los demás, evitaban hablar de eso. Vieron como a lo lejos se acercaba una vieja, iba a paso de señora mayor así que les daría tiempo a esconderse.

-“ Bueno chicos, creo que me piro a casa a ducharme, esta noche nos vemos. Elsa te pillo un par de chicles para el camino. Hasta luego!!.” Les dijo Eduardo Cereceda mientras se montaba en su bicicleta y se alejaba pedaleando a gran velocidad.

Elsa y Eduardo recogieron todo rápidamente y se escondieron detrás de la ermita. Después de que la señora pasase de largo, pos iba dando un paseo, salieron de su escondite.

-“ Este lugar no es muy bueno para esconderse, tenemos que marcharnos de aquí, este lugar esta muy transitado.” Dijo Elsa.

Emprendieron el camino de vuelta a Alesanco, pensando que iban a hacer y donde se iban a esconder. Según iban acercándose al pueblo se veía mas claramente una bicicleta tirada en el suelo, cuando llegaron hasta donde estaba vieron que era la de Eduardo Cereceda. Su cuerpo estaba justo al lado, tirado en el borde del camino.

-“ Ayúdame, lo tiraremos a la cuneta, así tardaran más en encontrarlo, joder y a este quien cojones se lo ha cargado, rápido!.” Dijo Edu.

-“ La bicicleta nos podría ser útil.” Exclamó Elsa.

Empujaron el cuerpo de Eduardo Cereceda lo más rápido que pudieron. El cuerpo cayó en la cuneta y se hundió en las aguas fangosas. Cogieron la bicicleta y se montaron, Edu iba delante y pedaleaba. Tenían que alejarse lo mas rápidamente que pudiesen del lugar del crimen.

CAPÍTULO 15

Estaban llegando al taller Chindeles y empezaron a oír un leve ruido de una sirena. Eduardo seguía pedaleando con fuerza. La sirena de la policía se hizo totalmente audible y reconocible, la policía estaba detrás de ellos, venia a toda prisa del camino que ellos acaban de recorrer. Les habían visto. Eduardo empezó a pedalear más rápido y Elsa se empezó a poner nerviosa, les iban a pillar. Detrás del taller de Chindeles apareció un perro atado a una correa, esa correa la sujetaba Alex. Alex vivía en León y pasaba parte del verano en Alesanco con la cuadrilla de chavales, les saludó enérgicamente.

-“ Ey, hola chicos, que tal?, acabo de llegar de León y el perro se meaba, jaja. Pero que es todo ese jaleo¿?, que ost…” Dijo Alex.

No le dio tiempo a terminar la frase. El todoterreno aceleraba, y cuando Alex estaba hablando con Edu y Elsa llegó hasta donde estaban ellos. Elsa y Eduardo fueron arrollados por el coche, la bicicleta quedó debajo del coche y Elsa y Eduardo salieron volando por los aires. Elsa estaba inconsciente y Eduardo también perdió el conocimiento debido al fuerte golpe. Alex estaba alucinando, se quedo quieto, rígido sin moverse mientras su perro ladraba. Alex no sabia de que iba toda la movida.  Cogió un palo que había en el suelo y les soltó al perro cuando los policías se bajaban del coche. El perro salió corriendo a morder a los policías.

-“ Hijos de puta, los habéis matado!!!, asesinos!!!!.” Les gritó Alex.

Los policías al verse amenazados dispararon, creyeron que él era el autentico asesino. Alex se abalanzó sobre ellos gritando con el palo en alto, su cuerpo se llenó de balas, murió al instante. Después todo se llenó de silencio, silencio sepulcral. Los policías se dieron cuenta entonces de lo que habían hecho, ni siquiera el perro se movía. Los policías intentaron reanimarle con kas que llevaban en el coche, pero fue en vano, habían matado a un chico inocente, que estaba en el lugar equivocado. La familia de Alex demandó a los dos policías, y se llevaron el cuerpo de Alex para darle sepultura en León.

Se llevaron a Elsa y Eduardo detenidos, cogieron la bicicleta de Eduardo Cereceda que estaba hecha mierda y la tiraron al contenedor de orgánicos que había al lado de donde había sucedido todo.

CAPÍTULO 16

Elsa y Eduardo se despertaron en el cuartel y fueron llevados a una sala de interrogatorios. La sala estaba vacía, solo estaban ellos dos, muy nerviosos. Se abrió la puerta y apareció el inspector Aniceto.

-“ Bueno estáis bien jodidos, así que ya podéis empezar a hablar. No veréis a nadie ni hablareis  con nadie hasta que esto se resuelva. Así que ya podéis empezar a cantar, vuestros amiguitos están a punto, iréis todos a la cárcel.” Les dijo Aniceto.

El inspector se dio la vuelta, salió de la habitación y cerró de un portazo.

-“ Joder nos han pillado, tenemos que contar lo que sabemos, nos van a meter a la cárcel.” Dijo Eduardo.

-“ Tenemos que aclarar todo esto, tenemos que hablar con los demás, pero no podemos decirles todo lo que sabemos, ni siquiera sabemos quien ha sido, estamos muertos.” Dijo Elsa.

Al cabo de diez minutos volvió a entrar el Inspector Aniceto y les volvió a interrogar. Edu hizo un trato, le contó a la policía donde se encontraban escondidos los cuerpos de Clara y Eduardo Cereceda a cambio de que les dejase ver a los demás. El cuerpo de Aurora ya había sido encontrado y estaba en eso momentos de camino al tanatorio. Juntaron a todos en la misma sala de paredes blancas y muebles baratos de plástico. Elsa, Richi, Alberto, Chencho y Edu iban a ser condenados por múltiples asesinatos. Se miraron y no se dijeron nada entre ellos, todos desconfiaban de todos. Entró Aniceto.

-“ Que bien, ya estáis todos juntitos eh chavales. Ya podéis empezar a cantar y a confesar o esto se va a poner muy mal. Tenéis veinte minutos para aclararos las ideas.” Dijo el inspector Aniceto.

-“Joder, estamos muertos.” Dijo Alberto.

-“ Pero que vamos a decir, sino sabemos nada. Todo lo que sabíamos ya se lo hemos dicho.” Dijo Edu.

-“Raquel antes de morir nos dijo que el nombre del asesino empezaba por E. Eso aclara un poco las cosas.” Exclamó Chencho.

-“ Oye no os flipéis, que yo no he hecho nada. No tengo miedo a la policía, de hecho aquí por lo menos sé que no voy a ser asesinada.” Dijo Elsa.

-“ Lo que está claro es que uno de nosotros es el asesino, estoy casi seguro. Esto es un sálvese quien pueda, además me estoy meando a pito lleno. Guardias!!!.” Grito Richi.

La puerta se abrió y Richi pidió permiso para ir a mear. Le dejaron salir, no querían que les estropease un niñato la sala de interrogatorios. Richi tuvo poco tiempo para mear y a empujones lo devolvieron a la sala, todos le miraron de mala forma.

-“ Que cojones miráis, tengo monos en la cara?, que no he dicho nada, de hecho no sé nada. Mira si todavía tengo la bragueta abierta joder.” Balbuceó Richi mientras se subía la bragueta.

-“ Bien lo que tu digas, aquí lo único claro que hay es que tenemos que resolver esto nosotros, y ahora. Tenemos menos de veinte minutos.” Dijo Alberto.

Se miraron unos a otros, se mascaba la tensión que había en el ambiente.

 

CAPÍTULO 17

Estuvieron acusándose unos a otros, hasta que Elsa llegó a una conclusión.

-“ Eduardo ha sido.” Dijo Elsa contundente.

-“ Oye pedazo de cabrona a mi no me eches las culpas, no te jode.” Gritó Edu.

-“ Dejemos le que se explique, callaos todos.” Ordenó Chencho.

Entonces Elsa explicó a la conclusión que había llegado:

-“Eduardo le había echado el ojo al bolígrafo verde de Heineken. Entro una noche al chamizo y lo robó. Abel se enteró de ello por alguna circunstancia y Edu lo mató. Antes de que Abel fue asesinado éste se lo dijo a Orujo y Orujo antes de morir se lo dijo a Ángel. Así sucesivamente hasta llegar a la muerte de Sheila que no la tuvo más que empujar cuando estaba haciendo el pino. Clara también se habría enterado por parte de su prima Raquel que había sido secuestrada por Eduardo. Bueno lo único que no entiendo es la muerte de Arith, pero seguramente le vería robar el boli.

Básicamente lo que quiero decir es que Edu ha robado el bolígrafo y a las personas que se iban enterando de ello los mataba de alguna manera y se los iba quitando de en medio.” Explicó Elsa.

Todos estaban de acuerdo menos Eduardo que no hacía más que negarlo todo e insultar a Elsa. Estaban a punto de llamar al inspector Aniceto porque ya tenían al culpable cuando Edu expuso otra teoría. La teoría de Eduardo era más interesante aún.

-“Yo también tengo una teoría, y esta es la verdadera. El culpable de todo esto es Alberto. Esta clarísimo, aunque sea mi amigo.” Afirmo Edu con total convicción.

-“Alberto es el culpable porque él ha robado el bolígrafo verde de Heineken, abriendo con sus propias llaves y revolviéndolo todo para disimular. Cuando Alberto y Abel estuvieron hablando era porque Abel se había enterado y entonces Abel fue asesinado. Luego Alberto mató también a Orujo porque seguramente le caía muy mal y después a Ángel. Ángel se enteraría de que fue Alberto quien lo había robado y también lo mató. Y así sucesivamente hasta llegar a la muerte de Arith, que después de matarlo Alberto se subió al tejado del chamizo para disimular.”  Estaba diciendo Eduardo hasta que fue interrumpido por Alberto.

-“ ¿Pero que cojones estas diciendo?. ¿Y como explicas la muerte de Clara, si yo ni siquiera estaba? ¿ Y la Eh… que nos dijo Raquel antes de morir?. Eres un gilipollas.” Le gritó Alberto a Edu.

-“ La eh… se referiría a ti como Espiga, Alberto y lo sabes. En cuanto a la muerte de Clara puede tratarse de una coincidencia y simplemente se cayó del árbol en un accidente, no un asesinato.” Le dijo Edu.

La teoría de Eduardo les resultaba más convincente. Todos los chicos, exceptuando Alberto que estaba hecho una furia, estaban de acuerdo con Edu. Elsa se levanto para ir hacia la puerta para llamar al inspector, pero Alberto se puso en medio de su camino. El tiempo que les había dado el inspector Aniceto estaba a punto de acabarse. Alberto se puso a gritar a todos y a insultarles.

-“ Pero seréis una panda de hijos de puta!!.¿En serio me pensáis cargar con el muerto a mí?. ” Les gritó Alberto a todos.

-“Con los muertos dirás, asesino. Toma chistaco.” Le dijo Edu.

Los chicos empezaron a empujarse, a gritarse y a pegarse. Elsa le daba patadas a Alberto, Alberto le pegaba puñetazos a Chencho, Chencho le daba sillazos a Eduardo, Eduardo le daba tortazos a Richi y Richi le pegaba puñetazos a Elsa en las tetas.

Afuera en el cuartel, los policías que estaban custodiando la puerta de la sala de interrogatorio abrieron la puerta. Abrieron de golpe alarmados por el ruido de los golpes y los insultos que generaban la panda de chavales. Se encontraron que todos los chicos estaban sentados en sus respectivas sillas, formales y sin dar guerra. Entonces los dos policías se hicieron a un lado y entró el inspector Aniceto.

CAPÍTULO 18

El inspector Aniceto procedía de una acaudalada familia de la capital. Desde pequeño había sido instruido en los mejores y más caros colegios de Madrid, su padre siempre había sido muy estricto con él. En el colegio le vacilaban diciéndole “Aniceto que te meto”. Su vida era el trabajo, que le había llevado hasta el cuartel de ese pequeño pueblo riojano, Alesanco.

-“ Haber panda de anormales, se os acabó el tiempo, o habláis o vais todos directos a la trena.” Les dijo a los chavales Aniceto.

Los chavales se miraron unos a otros, pero ninguno decía nada. Justo cuando entraron los demás policías para trasladar a los chavales a los calabozos, Richi se levantó.

-“ Un momento, Quieto todo el mundo. Yo sé la verdad de todo este chismaco. ” Dijo Richi.

Todos los demás se quedaron perplejos, los chavales y los policías. Aniceto sonreía, había ganado, siempre ganaba.

Y Fin, jajaja es coña. Bueno pues Richi contó la verdad en la sala de interrogatorio.

-“Hace algo más de año y medio conocimos a Chencho, fue en verano y sus padres acababan de comprar una casa en el pueblo. Elsa nada mas verlo se quedo totalmente enamorada de él. Elsa creía que Chencho también sentía algo por ella. Chencho nunca sintió nada por Elsa, y se aprovechó de los sentimientos de Elsa hacia él para utilizarla en su maléfico plan.” Estaba explicando Richi hasta que fue interrumpido.

-“ Pero que dices eso es…”. Protestó Elsa.

-“ Joder que mierda de historia te vas a inventar puto tordo.” Grito Chencho.

-“ Callaros todos ya!!!, el que vuelva a interrumpir va directamente a Carabanchel. Siga Ricardo.” Les gritó el inspector Aniceto a los chavales mientras sacaba el arma y la dejaba encima de la mesa.

Richi siguió:

-“ Pues lo que estaba contando. Un día cuando se supone que estaban saliendo, por parte de Elsa sí, no por la de Chencho. Fueron los dos a comer a casa de Chencho, tiene una casa muy grande y esta súper forrado inspector. Después de comer subieron a la habitación de Chencho a mirar por la ventana un rato. Estuvieron mirando un buen rato por la ventana y vieron un Aston Martin aparcado abajo en la acera, Chencho le dijo a Elsa que era el coche de su vecino. Era una edición muy exclusiva y valía mas de 45 millones de pesetas, casi nada. Salieron los dos al balcón a tomar un poco el sol, la madre de Chencho tenía un montón de macetas con grandes flores en las periferias del balcón. El caso es que Elsa al asomarse al balcón tiró accidentalmente una de las grandes macetas que había, con tan mala suerte que cayó encima del cochazo del vecino. El tiestazo jodió la luna delantera, los limpiaparabrisas, el espejo retrovisor, el capo, y daño algo del motor, una autentica avería. Elsa estaba blanca como la nieve, no decía nada. Chencho le dijo a Elsa que el vecino en cuanto se enterase le iba a denunciar y que tendría que pagar una importante suma de dinero para reparar el coche, solo llevarlo hasta Inglaterra a reparar era un pastón. Elsa no sabía qué hacer, pero Chencho le propuso un trato. Si Elsa hacia lo que él le decía, él cargaría con toda la culpa, tenia mucho dinero su familia y no le supondría gran cosa. Elsa aceptó aterrada.

Lo que Elsa no sabia es que el Aston Martin era de los padres de Chencho. La maceta que se había caído encima del coche estaba preparada para caerse con solo acercarse a ella, todo estaba amañado. Elsa y Chencho quedaron al día siguiente para acordar el trato, Chencho le dijo que se olvidara de lo sucedido con el coche y que a cambio debía robar el gran bolígrafo verde de Heineken que en esos momentos estaba en el chamizo. Chencho deseaba ese boli. Elsa así lo hizo, una noche entró al chamizo forzando la cerradura gracias a material que le había proporcionado Chencho y robo el boli verde. Hizo parecer que había entrado alguien para romper y robar en el chamizo. Elsa pensaba que con eso su amado Chencho no le pediría nada mas y que el chantaje habría acabado, pero se equivocaba. Cuando Chencho estaba en el País Vasco llamó a Elsa para pedirle otro favor, el chantaje no había acabado. Chencho por teléfono le dio instrucciones para fabricar un veneno con una receta casera, que más tarde utilizaría para envenenar a todas sus victimas.”

Todos miraban perplejos a Richi mientras iba contando la historia. Elsa se iba poniendo cada vez más nerviosa mientras que la cara de Chencho se iba poniendo mas roja de ira según el relato avanzaba. Richi siguió:

-“ Que Chencho hubiese conseguido el bolígrafo verde de Heineken era solo la punta del iceberg. Chencho nos odia a todos, desde el día que robamos el bolígrafo verde de Heineken de la carroza de las chicas. Cuando lo llevamos al chamizo todos queríamos cogerlo, escribir con él y acariciarlo. A Chencho nunca le dejábamos, siempre le decíamos que como era el nuevo no podía, que no estaba preparado. Todo esto hizo que aumentasen sus deseos de tenerlo, de poseerlo y de vengarse de todos nosotros, quieres éramos para negarle el bolígrafo a él?. La verdad que ahora que lo pienso fuimos todos un poco cabrones con él. Chencho siempre ha querido vengarse de nosotros por ser tan crueles con él, habrá soñado con hacernos desaparecer a todos miles de veces. Así que utilizó a Elsa junto con sus chicles y su veneno casero para quitarnos de en medio sin mancharse él las manos. Con ese potente veneno que usa no dura una persona ni cinco minutos con vida después de ingerirlo, en este caso de masticarlo en el chicle.”

Chencho estaba desesperándose al oír a Richi contar la verdad, cuando nadie estaba mirándole se metió algo en la boca mientras todas las miradas de la habitación se centraban en Richi.

-“ Después de que Elsa preparase el veneno y los chicles Chencho empezó a darle instrucciones, los mataría a todos, mientras él ni siquiera estaba en el pueblo y luego se desharía de Elsa, era un plan perfecto. La primera llamada de Chencho a Elsa fue para matar a Abel. Elsa se negó a hacerlo, no quería matar a nadie y menos a ningún amigo suyo. Pero si no lo hacia Chencho se chivaría de todo el supuesto lio del coche, Elsa tenia que elegir entre matar a sus amigos o arruinar a toda su familiar, así que finalmente accedió. Fue fácil solo tuvo que llamar a Abel que había estado hablando con Alberto, Alberto le había dicho a Abel que esa noche saldría más tarde, así que le dio a Abel las llaves del chamizo. Elsa llamó a Abel y le dijo que los demás ya habían salido antes y que le estaban esperando en la bodega. Al llegar al chamizo y ver que no había nadie Elsa le dijo a Abel que los demás habían ido a la Fina a comprar chucherías y que pronto volverían. No tuvo más que darle un chicle envenenado y el veneno hizo el resto. Después cerró con llave y se fue a casa como si no hubiera pasado nada. Estaba muy nerviosa, acababa de matar a alguien. Al día siguiente debido a los nervios se bebió dos litros de Nestea. Cuando vino Orujo por la tarde Elsa pensó que la descubriría y que podía averiguarlo todo. Así que llamó a Chencho y le explicó lo que pasaba, Chencho le ordenó que acabara con él. Un chico de Cañas con bicicleta de chica no iba a cargarse todos sus planes. Así que cuando Orujo se iba a marchar pedaleando a Cañas Elsa le siguió y le dio un chicle mortal. Elsa no podía dejar el cuerpo en medio de la calle y lo primero que se le ocurrió fue meterlo, con ayuda de un unicornio de colores, en el contenedor que tan cerca tenía. El contenedor era verde. La bicicleta de Orujo era de chica. Después por la noche Elsa recibió otra llamada, Elsa sabía que significaba: tenía que deshacerse de alguien más. El encargo fue deshacerse de Ángel, Elsa no sabia como hacerlo pero cuando fueron todos a la ermita y Ángel se quedó solo en el chamizo vio la oportunidad que estaba buscando. Elsa esperó que alguien se marchase a casa para no levantar sospechas y hacer esta historia mas entretenida y no irse sola. Alberto se fue a casa el primero y Elsa aprovecho la oportunidad, si esperaba mucho tiempo Ángel también podía irse del chamizo. Cuando Elsa llegó al chamizo encontró a Ángel viendo la televisión y le ofreció otro de sus chicles, esta vez era de hierba buena, hierba mala más bien, hierba mortal. Ángel no duró ni 5 minutos en el mundo de los vivos, Elsa se había pasado con la dosis para no correr riesgos. Para divertirse metió el cuerpo de Ángel debajo del colchón, así parecería un ahogo y despistaría a los demás. También subió el volumen de la televisión a tope, busco la maquinita de las luces y hecho un par de partidas. La maquinita de las luces es jodidamente adictiva. Al día siguiente Elsa recibió un mensaje de texto mientras desayunaba viendo el príncipe de Bel air. Era un mensaje de Chencho, quería que matase a Arith, el hijo de los vecinos, que Chencho también odiaba. Arith también había jugado con el magnifico bolígrafo de Heineken, se lo habíamos dejado al hijo de los vecinos antes que a él. Arith era solo un crio de 9 años, pero la maldad que le ha crecido a Chencho en el interior por culpa del bolígrafo no tiene limites.”

Aniceto escuchaba atentamente mientras uno de sus subordinados apuntaba todo con detalles en una libreta. Richi pidió una vaso de agua, pues de tanto hablar se le había secado la boca, y le trajo una Cocacola uno de los guardias.

-“ Como iba diciendo, Al día siguiente los chavales fueron a misa. Después de misa fueron todos al chamizo. Elsa aprovechó cuando estaban todos viendo la televisión para salir afuera y buscar a Arith. Encontró a Arith jugando en la calle, la calle estaba desierta. Elsa le ofreció un chicle al hijo de los vecinos de nacionalidad asiática y Arith murió envenenado. Para no levantar sospechas Elsa le tiró al cadáver del niño una piedra que encontró al lado de la canaleta donde había caído envenenado. Lo que Elsa no vio es que cuando ella se fue, salió Edu y oyó a Alberto decir: “Eso te pasa por hijo de puta”. Alberto se lo estaba diciendo a un mosquito que le había picado cuando estaba cogiendo cepas encima del chamizo, en ese momento Alberto mataba a cabezazos el mosquito, ajeno al asesinato que acababa de perpetrarse. En verano hay muchos mosquitos y más encima del chamizo, que también hay cerezos. Después de comer Chencho volvió a llamar a Elsa para ordenar que matase a Miguel. Elsa estaba desquiciada, ya no podía más, no quería matar a más gente. No quería matar a sus amigos. Elsa estuvo a punto de ir a la policía a contarlo todo pero el fuerte chantaje de Chencho y su amor por él al final le convencieron. Elsa aceptó, por la tarde cuando Miguel vino de Nájera no tuvo más que empujarlo por las escaleras del chamizo y apartarse rápidamente. Y bueno para abreviar un poco esto acabó con Sheila que no tuvo más que empujarla cuando estaba haciendo el pino en el sofá del chamizo. También acabó con Marta que después de envenenarla la arrastró para esconder el cadáver y desconcertar a los demás. A Jenny y Aurora las envenenó a la vez cuando ellas iban a casa de Jenny. Aurora murió antes de llegar y Elsa la puso de pie contra la pared para ganar algo de tiempo mientras mandaba a Jenny a casa para llamar a una ambulancia. Jenny cuando llegó a  su casa no llegó a marcar el número en el teléfono de su habitación, el veneno actuó antes. También mató a Jorge con un chicle más potente que lo normal, sin embargo el asesinato de Raquel se le complicó un poco. Cuando iba a matarla se dio cuenta que no tenía chicles, los nervios le habían jugado una mala pasada. Así que Elsa improvisó: engaño a Raquel para que le acompañase a la granja de su abuelo. En la granja de su abuelo es donde estaban preparando las chicas la carroza para fiestas de septiembre, subieron las dos allí con el pretexto de que necesitaba dos rollos de celo que había allí. Secuestro y encerró a Raquel en el pabellón amordazada y atada de pies y manos. Raquel pudo escaparse antes de que Elsa volviese a subir para hacerle tragar un chicle. Y como todos sabemos Raquel consiguió llegar hasta el chamizo donde se encontró con Alberto, Richi y Chencho. Allí cuando los vio solo le pudo dar tiempo de decir la Eh… famosa, pues debido a la desnutrición y el estrés postraumático del secuestro murió. También se cargó a Sara poniéndole una bolsa en la cabeza para despistar como en todos los asesinatos. La muerte de Clara le resultó más sencilla. Cuando estaban durmiendo Clara, Edu y ella en el árbol recibió una llamada de Chencho, primero tenía que matar a Clara y después a Edu. A Clara no la tuvo más que empujar cuando estaba dormida y la gravedad hizo el resto. Después Edu C. también se puso de casualidad en medio de su camino y Elsa lo envenenó en la ermita con el pretexto de la merendola. En cambio Alex fue una muerte colateral por que fue abatido por la policía, de hecho creo que es la única muerte que no puede atribuirse a el plan de Chencho. Edu se ha salvado porque los encontrasteis antes de que Elsa lo matase, así que puede decirse que le debe la vida a Alex. Y Alberto y yo estamos vivos porque a Chencho no le dio tiempo de deshacerse de nosotros. De hecho el lugar más seguro para nosotros siempre ha sido este cuartel, el lugar al que ninguno de nosotros quería venir.”

Richi miró a todos los presentes en esa habitación, fijo la mirada en los rostros uno a uno, y dijo:

-“ Y esta es la puta verdad agentes. Creo que acabo de resolver el misterioso caso del bolígrafo verde de Heineken. Seguramente que ahora lo tiene Chencho en casa a buen recaudo.”  Exclamó triunfalmente Richi.

CAPÍTULO 19

Elsa se puso a llorar después de que acabase Richi su relato. Todos la miraban.

-“ Yo no quería matar a nadie, joder. Este mentiroso de mierda me la ha jugado desde el principio, dios mío lo que he hecho.” Gritaba y lloraba Elsa desconsoladamente.

-“Nunca me lo dejasteis, ni siquiera un poco. Se supone que éramos amigos panda de cabrones. Ahora el bolígrafo es mío y casi todos de vosotros habéis recibido lo que os merecéis.” Gritó Chencho.

Chencho cogió rápidamente la botella de Cocacola que había encima de la mesa y se la arrojó al agente que tenía enfrente con tal mala suerte que este se cubrió con la libreta donde estaba escribiendo. La Cocacola emborronó todo lo que había escrito el agente, se notaba que era tinta mala, tinta de bic. Chencho se volvió a sentar furioso, le habían pillado, o eso creían ellos. Una risa malvada se dibujó en su cara.

-“ Arrestar a este maldito psicópata. Rápido.” Ordeno el Inspector Aniceto a sus agentes.

Los agentes se estaban acercando donde estaba sentado Chencho para arrestarle, de repente Chencho se quedó blanco y se cayó de la silla. A los agentes no les dio tiempo a cogerlo antes de que cayese al suelo como un peso muerto. Elsa se acercó y le abrió la boca, le salía una pequeña espumilla blanca de ella.

-“ Tiene un sugus a medio derretir en la boca. Seguro que está impregnado con su veneno. No tiene pulso.” Dijo Elsa a los agentes.

Eduardo y Alberto no podían creerse todo lo que estaba pasando mientras que Richi miraba fijamente el cuerpo de Chencho. Chencho se había suicidado antes de cargar con todo lo que había hecho.

-“ Ahora Richi vas a tener que volver a contar todo lo que ha pasado, la libreta está hecha un asco.” Dijo Alberto.

-“ No creo.” Le dijo Richi.

Richi se levantó la camiseta y debajo de ella pegado a su cuerpo fideo estaba un micrófono pegado con esparadrapo. Toda la conversación había sido grabada desde que Richi salió al baño y el Inspector Aniceto le colocó dicho dispositivo.

Con todo el caso cerrado, aclarado y con la grabación los niños abandonaron el cuartel. Elsa, Richi, Alberto y Eduardo regresaron a sus casas. Se comprobaron las llamadas de Chencho a Elsa en el último mes, había más de 30. El boli verde de Heineken fue encontrado en casa de Chencho, ahora está en una vitrina en el Ayuntamiento del pueblo, como signo conmemorativo del suceso.

Los adinerados padres de Chencho pagaron grandes cantidades de dinero a todas las familias de las víctimas como indemnización. No podían creerse lo que estaba pasando. Poco después vendieron la casa de Alesanco y se alejaron del pueblo para no volver jamás.

El pueblo guardó 5 minutos de luto por cada víctima del macabro plan de Chencho, haced las cuentas vosotros, todo el pueblo estaba conmocionado. El caso salió en todos los medios de comunicación hasta que salió un nuevo video de gatitos que acaparó todas las portadas, entonces el misterioso caso del boli verde fue olvidado.

El Inspector Aniceto fue condecorado por su gran labor en el caso, fue premiado con una fanega de tierra, actualmente planta en ella estramonio.

Eduardo actualmente hace harina.

Alberto recientemente ha sido mencionado en un periódico a nivel regional para que dimita debido a un tema político.

Richi ahora, es más llamado tordo que Richi.

Elsa actualmente estudia medicina en la universidad del País Vasco.

Esto es ficticio, por supuesto, pero yo nunca le pediría o aceptaría un chicle de Elsa, nunca se sabe.

 

FIN

 

 

CAPÍTULO 20

Le dio otro mordisco al salami en barra que sujetaba con la mano izquierda, sin pensarlo como una autómata, sin retirar la mirada de la pantalla del portátil. Siguió leyendo absorta mientras de vez en cuando daba otro bocado. Terminó la historia, llegó hasta la palabra fin. Terminó el salami.

-“ Pos vaya historia, no es que me haya gustado mucho. Esto no se lo cree nadie. Joder como se aburre Ángel.” Pensó Itziar sentada frente a su ordenador en su habitación de la casa que sus padres habían comprado en Alesanco.

Estaba sola en casa, era viernes por la tarde. Esa tarde esperaba visita. De repente mientras ella estaba absorta en sus pensamientos y pensando en la historia el misterioso caso del boli verde de Heineken, sonó el timbre. Ya había llegado, que rápido. Miró el reloj y eran las seis de la tarde, su amigo Chencho era puntual.

En Navidades cuando había quedado con su amigo Chencho en Bilbao para tomar un café y hacer crucigramas, autodefinidos y sudokus le había hablado de Alesanco. Itziar se tiró media tarde hablándole a su amigo de Alesanco, de sus cosas y de sus gentes. A Chencho le había picado la curiosidad y quería conocer ese pueblo donde su amiga se lo pasaba tan bien.

Iztiar bajo a todo correr las escaleras y abrió la puerta, era él. Se dieron dos besos.

-“ Hola Iztiar, ya he llegado. No ha sido muy difícil encontrar tu casa, este pueblo es muy pequeño.” Dijo Chencho.

-“ Hola Chencho, si ya ves. Ya veo que has venido volando eh. Pasa pasa.” Exclamó Itziar.

Chencho había venido con su flamante deportivo, sus padres estaban bastante bien situados económicamente hablando. Estuvieron toda la tarde dando vueltas por el pueblo, conociendo a todos los amigos de Itziar y los pocos sitios del pueblo que se podían enseñar. Entraron en el bar de la Conchi a tomar un café.

-“ Creo que le diré a mis padres que se compren una casa aquí. Este pueblo tiene su encanto.” Dijo Chencho.