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Mis inicios

en Hetero: Primera vez

He leído varios relatos con los que me mojado bastante, es súper excitante ponerse en el lugar del protagonista mentalmente, mientras te masturbas y recreas sus locuras sexuales en tu imaginación; también he tenido mis experiencias salidas de lo común y he decidido contar algunas y como sé que no todas las historias son de agrado de todos, hago las siguientes advertencias para los que llegan a éste punto y les parece que no es lo suyo, simplemente pasen a leer el relato de alguien más: No diré mi nombre(ni inventado siquiera), no busco ser una persona que se rige por la moral asolapada de la religión y, tengo muy pocos tabús.

No soy lo que en muchos relatos -que me agradan- llegan a decir, eso de que tengo un culo grande y cuando camino por la calle los hombres se voltean a mirarlo y a decirme cosas, no, tampoco tengo un par senos voluptuosos, simplemente diré que soy una chica delgada a veces más de lo que quisiera, pero con lo que tengo disfruto y disfrutan de mi; mi culito es pequeño, es el típico culito de una flaquita como yo, y aunque como dije antes me gustaría tener más, lo que hago es que me pongo ropa súper ajustada para que se marque el poquito que tengo, me gusta hacer ejercicio de modo que es muy firme y mis cache-titos son muy redonditos; senos casi no tengo, pero son muy lindos porque cuando estoy excitada –y eso es casi todo el tiempo- y los pezones se me ponen duros a mí se me hace que se ven geniales.

Mi historia empieza desde muy pequeña no diré la edad pero tenía menos de 10 años, para ese entonces vivíamos lo que en mi país –Colombia- se conoce como una vereda, que es un pequeño poblado  - es decir la subregión de un pueblo o municipio-, hacia poco nos habíamos mudado y no lograba acostumbrarme a la escuela, además de que debía caminar mucho para llegar a este ese lugar por caminos que finalmente se prestaron para muchos eventos, al principio constantemente le pedía a mi madre que no quería ir que me dejara quedar, la típica pataleta o berrinche; mi madre haciendo caso omiso hallo a otra muchacha que viajaba para el colegio que quedaba yendo por el mismo camino y vivía más o menos cerca para que me llevara a mí. Ella al parecer no le agrado mucho la idea –más adelante sabrán por qué- pero accedió porque mi padre acordó pasarle alguna mesada y eso, además, porque sus padres casi que se lo exigieron. Los primeros días cuando empezó la rutina, ella era súper seria conmigo, pues según su parecer yo era la culpable de que todo últimamente fuera tan aburrido.

Las clases empezaban a  las 7 de la mañana y terminaban a las 2 de la tarde con una hora de descanso a de 10 a 11, nosotras emprendíamos el viaje antes de las 6 de la mañana pues a esa distancia nos quedaba de recorrido el camino y por la tarde regresábamos a eso de las 4 de la tarde pues almorzábamos en la escuela y ella se quedaba con su novio  unos minutos más. Por la mañana todo iba bien pero de regreso por la tarde siempre estaba de mal humor y no me dirigía la palabra en todo el camino, en una ocasión me dijo que si podía hacerlo yo sola y yo con tal de no tener que soportar esa actitud tan incómoda agradecida dije que si, así lo hice un par de ocasiones, mis padres no se enteraban de que me venía sola y ella me lo agradecía, pero  al siguiente día, por la mañana. A mi me costaba un poco de trabajo el irme sola para la casa por las tardes porque a esa edad uno maneja muchos miedos  y además porque el viaje siempre era largo y lo que hacía era que corría y para no llegar tan temprano a mi casa me quedaba un rato sentada ya cerca de allí para hacer algo de tiempo; sucedió un día que tanto en el colegio como en la escuela no dieron  clase, por una eventualidad fortuita y no nos había podido avisar a todos de modo que habíamos perdido la ida, ya sabía yo que tendría que regresarme con ella pero no quería hacerlo y por lo pronto ella solo quería quedarse un buen rato con su novio, ella estaba en decimo grado y tenía 17 años, ese día me pidió lo que ya era costumbre que me regresara sola, pero era demasiado temprano se lo hice saber y que cómo explicaría a mi madre el hecho de ir sola, pues no lograría justificarlo si ella no entraba a decirle lo de que no hubo clase. En ese momento su novio le dijo algo al oído y ella simplemente se volteo que estaba de espaldas  a mí y me dijo solo vete niñita, con un tono que no permitía replicas ni nada. Me estuve callada y por poco casi lloro, su novio dijo de pronto acompañémosla hasta cierto punto ¿qué te parece?, de mala gana acepto y ya por el camino él no hacía sino sobarle la nalga, yo hacía de cuenta como que no veía nada y aumentaba el paso, en cierto punto se detuvieron y me dijeron que siguiera sola, estábamos casi a mitad de camino yo seguí caminando como por inercia y cuando los perdí de vista me sentía súper mal, no sabía que decirle a mamá y además estaba muy  temprano. Habría caminado 5 minutos y estaba llorando desconsolada y vi unos árboles grandes que estaban siempre alejados de la orilla del camino, camine hacia allí y me senté debajo de uno que tenía muy buena sombra y quedaba muy cubierto me abrace a mis rodillas y  llore desesperada al principio ya un poco cansada solo gimoteaba, habrían transcurrido unos 10 minutos cuando aparecieron ellos dos, él con la camiseta en la mano y ella con su tanga en la mano, usábamos una especie de vestido que nos debía llegar un poco más debajo de la rodilla para estudiar, que acá le llaman “yomber”, pues bien ella se había quitado su ropa interior y bajo el yomber no llevaba ya nada puesto, logre esconderme lo mejor que pude para que no vieran, y tan pronto se sintieron lo suficientemente protegidos por los arboles el saco su pene y sin ninguna demora estaba ella engulléndolo con su boca con tal fruición, que era notable que nos mas con chupárselo ya estaba disfrutando a cantidades, y su exaltación era tal que él le tomaba la cabeza con ambas manos atrayéndola hacia su miembro, hasta embutírselo casi por completo provocándole fuertes ahorcajadas hasta casi vomitar, no se detenía ni por nada, es más, parecía disfrutarlo y querer más, habrían transcurrido máxime dos minutos así, cuando él eyaculo en su boca. Entre asustada, exaltada, excitada, cansada por llorar, curiosidad y temor, estaba yo tendida boca abajo, lo más agazapada-mente posible, procurando no hacer ningún ruido que delatara mi presencia. Como ya lo mencione ella tenía para ese momento 17 años, pero su novio tan solo tenía 15, al momento del venirse adentro de su boca, la cantidad de semen fue tal que por la comisura de sus labios resbalo un poco, y aunque yo estaba a una distancia lo suficiente-mente considerable para no lograr apreciar esto en detalle, lo pude saber porque ella con sus dedos tomó de lo que había resbalado hasta su mentón para llevarlo nuevamente a su boca bajo la mirada atenta de su novio, que hasta hacia unos instantes tenía los ojos cerrados y un gesto de placer que a lo único que atinaba era resoplar un poco. Para ese momento consideré que ya había visto suficiente y quise irme, pero lo que pasó a continuación me detuvo como por instinto, como una orden, como un mandato que no podía ser desobedecido y era la conciencia del deseo de que mi cuerpo necesitara sentir placer (-uffff- lo evoco y aún no comprendo muy bien que cambio se opero en mí, pero a partir de ese instante, ni siquiera fue lo que después paso, ni todo lo otro que significo ese día en especial para lo que yo soy, sino ese preciso instante, en el que decidí no irme y me quede a curiosear más y disfrutar con ello).

Sin esperar mucho, ella se paro y levanto su yomber hasta un poco más arriba de su cintura dejando expuesto su sexo, y aunque él no quería hacerlo, era más como una obligación que ella le imponía, él se arrodillo a lamer su vagina, en este momento los papeles se invertían, era ella, quien lo tomaba de la cabeza con las manos obligándole a chupar su almeja y como digo para él, era más como una obligación porque en algunos momentos se mostraba reticente, despues de estar un rato así, se levanto sin darle oportunidad a ella para que lo siguiera reteniendo allí y tomo su pene -que no había perdido su erección del todo y ahora estaba nuevamente en su punto- con las manos y lo dirigio a su vagina, cuando lo tuvo adentro comenzo un mete y saca frenetico, desesperado, pero como estaban de pie, se dificultaba, por lo que en varias ocasiones se le salia. En una de esas ocasiones ella tomo las riendas de la situación y lo alejo un poco, acto seguido termino de quitarse las prendas que aún llebava encima excepto los zapatos, hecho esto se tiro al piso con las piernas abiertas, invitandole a montarla, por supuesto él hizo lo propio también se habia quitado el pantalon que tenia hasta ese momento hasta las rodillas y se avalanzo esta vez sin usar las manos a introduccir su pene a ese hoyo caliente que por demás se notaba estaba suplicante de verga, fue una cogida rapida, al igual que en la felación no tardo en venirse y ya quería levantarse pero ella se lo impedia abrazandolo con las piernas y tomandolo por el cuello con ambas manos besandole.

 

En un acto de brusqueda, él se paro y aunque ella le exigia que no la podía dejar así, sin demora comenzo a vestirse y despues de tener una discución bastante fuerte la verdad donde ella le pego a él una súper cachetada, se marcho y la dejo ahí.

 

Continuara....