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Hoff, mi amante canino - 3ra Parte

en Zoofilia

HOFF MI AMANTE CANINO – 3ra, Parte

Después de aquellas experiencias en las que había compartido con mi hija, traté de suspenderlo, varias razones me llevaron a tomar esa decisión. No era porque  no lo habría disfrutado, todo lo contrario, pero el incesto por razones de integridad, sentía que traicionábamos al resto de la familia. El tiempo había transcurrido, sin que se volviesen a repetir esas experiencias zoo-incestos. Noté bastante resentida a Laura, en un principio de esta decisión,  pero como madre traté de encausar las cosas por el buen camino, intentando de mantener un dialogo y llevarla a comprender los motivos. Al principio no estaba demasiada convincente, pero con el transcurrir de los días parecía haberlo aceptado.

No puedo negar que ansiaba tener contacto con Hoff, pero me había hecho la promesa, que eso no lo repetiría, solo lo paseaba y hasta había encomendado la tarea de bañar a nuestra mascota a mi hijo intermedio que ya tenía sus 9 años, sabía que de tener algún contacto mínimo, caería en la tentación,

La situación estaba controlada, no niego que me vino en distintas oportunidades la situación sexual por la que habíamos pasado, pero a pesar de eso me mantuve en mis cabales, dándolo como una parte de nuestra vida en la que gozamos esa experiencia pasada.

Habrían transcurrido varios meses, ocurriendo un hecho que casi me lleva nuevamente a aquellos momentos, para Hoff esta abstinencia le era totalmente desconocida, o más bien no tenía conciencia en lo que pasaba, un par de veces lo llevamos a cruzarlo con alguna perra de su raza, pero a pesar de eso no dejaba de olernos y meter su hocico entre nuestras piernas, cosa que a Laura le continuaba atrayendo.

Recuerdo que unos días después de que nuestra hija, cumplió los 15 años, tenía una reunión en la casa de una amiga, me había atrasado, así que tomé una ducha apresuradamente,  al salir del baño apenas cubierta con una corta bata, al disponer a quitármela, para vestirme, sorpresivamente Hoff salto sobre mi quedando tirada boca abajo sobre el piso. El perro aprovechando mi posición algo desprotegida, me monto con la intención cogerme, no supe si dejarlo, pero instintivamente lo quité dándole un fuerte grito de reproche, me quedo candente esa tarde, de haber contado con más tiempo es posible que me hubiese entregado a su  pecaminosa intención. Por más que uno trate de evitarlo, el sexo esta presente en nuestras mentes una gran parte de nuestra vida.

Posiblemente lo que relate carezca de demasiado importancia, pero creo que fue lo que abrió la brecha que trataba de mantener clausurada. Laura y yo estábamos solas en casa, me dijo que se iría a bañar, me extrañó que me lo dijese pero no le di importancia.

Como tardaba en su higiene decidí subir a las habitaciones, me llamo atención el silencio  que había, de manera sigilosa fui a su habitación, y ahí la vi desnuda bien abierta de piernas y Hoff lamiendo entre ellas. Sus pechos ya bastante más desarrollados se estremecían ante el goce que nuestra  sensual mascota le estaba ofreciendo, Produje un ruido como para dar aviso que estaba cerca, y a los instantes Hoff salió rápidamente de la habitación. Nunca le comente el hecho quedo como algo tácito entre ambas, aunque desconozco si Laura se habría percatado.

Estos pequeños acontecimientos me hicieron flaquear ante mi postura de evitar cualquier tipo de contacto sensual entre nosotros, Laura, Hoff y yo.

Una tarde bastante calurosa, en lo que la única posibilidad que tenia era poner el ventilador y tirarme en la cama con poca ropa, como para aplacar el calor reinante, optè por hacerlo, dado que estaba sola y carecia de obligaciones inmediatas.  Hoff merodeaba por la casa, en busca de un lugar no tan cálido. Hacía poco que habían ocurrido los hechos mencionados anteriormente, me quité gran parte de mi ropa, mis pies colgaban del borde de la cama, por el calor y el cansancio que me embargaba, estaba en un estado de sopor, mi mente recordaba los últimos sucesos, cuando sentí la lengua de Hoff lamer entre los dedos de mi pie. Inconscientemente los corrí, pero volvió a insistir, algo adormecida me agradó, sentir ese contacto entre mis dedos, me produzco un leve cosquilleo que estremeció en mi cuerpo. A medida que continuaba con su sensual lamidas comenzó a provocarme una lenta pero continua excitación. Toquè mi vagina que estaba ya humeda, abrí mi blusa, bajé mi sostén y comencé a tocar mi cuerpo bastante sudoroso. El perro lamia mi entrepierna, ya comenzando a humedecerse bastante mas, con mi pie toquetee su bulto, que no tardó en hamacarse  sobre mi pierna.

No demoró mi mascota en subirse sobre la cama, su lengua jadeaba goteando sobre mi abdomen, me encontraba en un estado de éxtasis, producto del calor, y el animal rodeando con sus patas mi cuerpo casi desnudo, parecía estar a la espera de algo. Le acarcie la cabeza, y como un cumplido lamiò algo de mi cuerpo. Esa imprevista posición, me llevò sentirme provocada, estire mi mano tocando el  bulto de mi perro, su extremo rojo comenzó aflorar, esa situación, su jadeo y su lengua fuera de su boca, me producían la sensación de que estaba en un estado de motivación.

Sentía la mirada de Hoff, como tratando de decirme que me entregase a él, no tuve dudas al notar como pretendía con su hocico y  su pata, intentar que me girase, era bastante insistente en su exigencia, con el objeto que suponemos, Me quede inmóvil, aceptando lo que procuraba hacer, me estaba estimulando,  me quite mi  blusa y mi sostén, mi cuerpo esta sudoroso, por la adrenalina que emanaba y el calor reinante, Su lengua comenzó a refregar mi piel, mis pezones se estimulaban al sentir ese contacto tan tenaz. Comencé a masturbarme, estaba en un estado tentador, sin esperar demasiado desplace  mis bragas, para iniciar una voraz mamade en mi vagina,  hasta llevarme a un estado de total desenfreno, me revolqué con el, en la cama, percibiendo su pelaje sobre mi piel caldente, practicamnete caimos de la cama continue con el juego hasta mamar parte de su verga, que no dejaba de aflorar.

Despues de varios minutos,  me giré elevando mi trasero, mientras me desplazaba mis bragas, con la intención de otorgarme a su viril deseo, cuando sentí sus patas aferrarse a mis nalgas, sus rasguños me estimularon, su bombeo bastante frenético buscaba mi conducto vaginal, golpeando su pelvis contra mis cachetes. Me sentía dominada por su animal potencia, sentía como se aferraba para bombearme sin consideraciones, buscaba mi raja para introducirme su aparato sexual, durante un buen rato permaneci en la espera de su intromisión en mi deseoso sexo, terminándolo ayudando a encontrar mi cavidad, cuando su aparato viril se implantò con total violencia, que exclame un grito de dolor, las paredes de mi claustro, inmediatamente percibieron el contacto de ese trazo de carne, sus patas se aferraban fuertemente, tratando de introducirme su miembro hasta lo más profundo de mi concavidad, percibía su crecimientos, y los primeros líquidos lubricando mi matriz, haciéndome gemir de placer.

El jadeo de Hoff era dinámico, su cabeza estaba casi pegada a mi rostro, llegue a lamer su lengua en mi desesperante excitación, apreciaba como su verga entraba y salía de una manera acelerada de mi castigada grieta, gemia y gritaba simultáneamente, mi macho, no me trataba pacientemente, era acabar en mis entrañas sus simientes. Me encantaba esa manera irracional y feroz con que me estaba cogiendo, mme sentía dominada, sumisa y hasta deseosa de que me dañase, cuando sentí su esperma calida y cuantiosa inundar mi seno, gemía mientras sentía como mi orgasmo se prolongaba.

Me sacudía, bamboleando mis tetas, el sudor, su olor, su pelaje adherido a mi piel, me sentía como ultrajada pero eso era una estimulación. Su verga estaba trabada en mi cavidad, su pelota bastante crecida mantenía trabada su aparato productor, como perra en celo disfrutaba de ese momento, después de unos esfuerzos la quité de mi vagina, Aun esta alzada, al verlo contra un rincón lamiendo su verga, no pude frenar ni frenético impulso y arrastrándome a su lado se la comencé a chupar con suma desesperación. Creo que en ese momento me sentí su perra, después de un rato me volví a convertir en su hembra, volvió a cogerme con toda su fiereza, Sabia que había caído nuevamente en sus garras, o más bien en el ímpetu con que era servida.

Traté de evitar esos encuentros con Hoff, aunque cuando tenía la posibilidad me entregaba totalmente a su voluptuosidad animal. Jamas comente a Laura lo sucedido en ese ultimo tiempo, mas bien tratè de compartir con ella otra cosas entre madre e hija.

Una noche llegamos a quedar solas, no era algo frecuente, pero me puso feliz quedarme con Laura, libres de compromisos pudiendo hacer los que nos plazca sin tener la interrupción del resto de la familia. Llegada casi la medianoche, me pidió si podíamos dormir juntas, le dije que sí pero solo descansaríamos, quise adelantarme a si tendría alguna idea distinta. Me desperté varias veces durante la noche, algo nerviosa, por último mis ojos se cerraron y cerca de las 8 AM, desperté.  Laura muy abrazada a mi cuerpo, habiéndome producido bastante transpiración. Sin causar ruido, me fui desprendiendo de ella con la intensión de bañarme y traerle un rico desayuno.

Al retornar a la alcoba envuelta con el toallón, me senté sobre la cama con la finalidad de secarme, noté qué mi hija se despertaba, y mientras se  desperezaba, le di un beso de buenos días, el que se transformó mas de un beso entre madre e hija. Traté de decirle que habíamos hablado de nuestra relación y que  había llegado a un acuerdo, en que lo sucedido ya  no se repetiría.

Solo me contestó “ Déjame que seque tu piel”, su voz y su  rostro estaban llenos de sensualidad, a los que no pude resistirme, me volqué sobre la cama aun cubierta por el toallón, me lo quito hasta dejar mi cuerpo desnudo, a pesar de haberme encontrado en esa situación en otras oportunidades, me sentí algo turbada. Fue secando mi piel, hasta comenzar a aplicarme una aromática emulsión, su mano recorría mi epidermis, friccionándola con total sutileza, hasta abordar mis íntimas cavidades, a lo que a cada uno de sus contactos no hacían más que producir suaves quejidos de placer.

 Hice un nuevo intento de detenerla, no era que no me atrajese, sino que quería cortar con esa relación, pero el deseo fue mayor, así que me deje llevar por sus íntimos deseos. Mi corazón acelero su ritmo a medida que mi adoraba hija se iba haciendo dueña de mi cuerpo, sus dedos acariciaban mis pechos friccionando y oprimiendo mis pezones, mi respiración se aceleraba a cada minuto, abrí mis piernas entregando mi sexo, en espera de ser penetrado por sus dedos.

Los introduzco íntegramente, sacudiéndolos en mi interior, oprimiendo sus dedos sobre el flexo superior de mi vagina, logrando hacerme lanzar unos chorros de orín, nunca había experimentado esta especie de orgasmo, cada vez que retiraba su mano mi cuerpo se arqueaba, siendo invadido por una serie de estremecimientos.  No tardó en hacerlo, mientras sus dedos comprimían mi clítoris, un espasmo cubrió mi cuerpo, cuando uno de sus dedos se incrustaba en mi recto,  mis gemidos se hicieron evidentes, acompañados de un nuevo orgasmo, había alcanzado un estado de enajenación total.

Laura se quito su camisón, volcándose sobre mi cuerpo, como para fusionarse con mi estado de excitación, quité su tanga, mientras nuestra desnudes creaban un clima de total sexualidad.

La acaricie suavemente, mientras ella se acurrucaba junto a mí, esperando el contacto de mis manos en su cuerpo. Mame sus pechos, bastantes crecidos de la ultima vez, me atrajo la  aureola rosa que rodeaba sus empinados pezones, los mordí hasta producirle un suave grito de dolor.

Mis dedos buscaron entre sus piernas, hasta contactarlos con su sexo, apenas lo friccioné  capté su flujo vaginal  emanando de su interior, separé sus piernas para permitirme acceder con mayor habilidad, mientras sus jadeos se iban acentuando. Sus mejillas están rozagantes, y notaba el estado de excitación en que se encontraba, se montó sobre mí, quedando nuestros cuerpos en total contacto, comenzamos a besarnos con frenesí, mientras que con el sudor que emanábamos, nuestra piel se iba aglutinando cada vez más. Laura estaba en un estado de euforia total, podría decir en términos vulgares que “estaba meando leche”

En ese momento de pasión, nos sobresaltamos al sentir algo sobre nosotras, era Hoff, que se había subido a la cama para estar junto a nosotras, nos quedamos inmóviles a la espera de que haría, después de saltar sobre nosotras y hasta llegar a arañarnos con sus uñas, empezó a oler en nuestras zonas intimas, el flujo que habíamos desprendido, debería atraer a todos los perros del vecindario.

El hurgueteo se transformo en prontas lamidas, principalmente a Laura que estaba boca abajo sobre mí, percibí su jadeo al sentir la lengua del perro en su intimidad, mientras me abrazaba. La lengua de Hoff se había encargado de las aberturas de Laura, quien se agitaba sobre mi cuerpo al unísono de esos sedientos lengüetazos. Note que la verga del animal comenzaba a asomarse, cuando comenzó a agitarse sobre el culo de mi hija, sin pensarlo la tomé de los glúteos, tratando de elevar su trasero, quedando sus piernas a los costados de mi cuerpo, de manera arrodillada. 

Esa posición facilitó para que nuestra mascota, tuviese mejor acceso a su posible objetivo, Laura se acurrucó sobre mí, elevando su culito, mientras Hoff la apreso con sus patas para iniciar su tenaz y rápido bombeo, intentando introducir su miembro canino en la virginal abertura de mi hija, durando varios minutos ese intento de penetración. Creo que si mi cuerpo no hubiese alcanzado ese grado de alteración, habría impedido ese feroz apareamiento, pero mi mente estaba abocada a ver a mi querida niña ser poseída por Hoff, con toda su potencia, a pesar de las posibles consecuencias.  Veía la verga roja del animal como adquiría tamaño, sin pensarlo, instintivamente tomé su miembro, y lo conduje a la abertura de mi hijita, de un brutal empellón lo implantó ávidamente, mientras Laura arqueándose hacia atrás, pegó  un fuerte quejido, comenzó a  gimotear por el dolor, y hasta unas lagrimas poblaron sus pómulos.

Si bien mi visión de ese evento era bastante limitada, no dejaba de disfrutar sentir como ese juvenil e inocente cuerpo seria poseída por un animal, se que era algo aberrante, pero disfrutaba de ese acoplamiento, a pesar del dolor que embargaba a mi Laurita, pero no hice nada por impedirlo, solo la abrace para calmarla. Era una morbosa sensación de goce, ver como la estaba apareando el perro, sin importarle el sufrimiento, de su hembra, esa mezcla de sonidos, entre los gemidos y exclamaciones de Laura por su dolor y goce, mas los jadeos del animal, esos impetuosos sonidos, envolvían el recinto en algo alucinante. Senti algo de pena por su sufrimiento, pero a su vez me excito la morbosidad y la carencia de escrúpulo por parte del animal, con que había consumado el acto sexual.

Nuestros sudados cuerpos permanecían en contacto, no era muy cómoda la posición, pero era como sentir transmitir su experiencia.

Cada empellón del animal desplazaba los pechos de Ana sobre los míos,, toqué  sus pezones que estaban totalmente erectos, los oprimí con fuerza, Laura gemía, y sentía como palpitaba su corazón, cada sacudida era un gemido, en escasos minutos, mi pierna se humedecieron por el semen que Hoff evacuó  en la desvirgada cavidad de Laura.

Los movimientos cesaron, era evidente que la bola estaba introducida en la vulva femenina, trabando la salida de la verga perruna.

Me excitaba de sobremanera imaginar cómo semejante miembro estaba cobijado por la vagina de mi pequeña. Acerque mi mano al lugar del apareamiento, cuando comprobé que la verga estaba totalmente introducida, a pesar de no poder ver ese lugar, me excito de sobremanera, cuando unas gotas de fluido humedecieron mi mano, la lleve a mi sexo y comencé a masturbarme, a pesar del peso de mi hija y del perro que mantenía su cuerpo inerte sobre la espalda de Ana. 

En determinado momento el animal trato de salirse, durante unos minutos trate de impedírselo, hasta que accedí a que lo hiciese. Laura volvió a gemir ante ese abrupto desacople, su estrecha vagina, con el nudo de Hoff, impedía sacar el miembro de su cavidad, el que después de varios intentos y gritos de dolor logró zafar. 

Apenas ocurrió eso, sentí el fluido del perro salirse de la concha de mi hija, mojando parte de mi vientre, eso acelero mi masturbación hasta llegar a un delicioso orgasmo.

Nos mantuvimos relajadas durante unos instantes, Laura se giro, quedando boca arriba en la cama, con sus piernas muy abiertas, las sabanas estaban manchadas con sangre, mezclada con el esperma de Hoff quien estaba en un rincón lamiendo su verga. Los labios vaginales de mi hija estaban algo inflamados, muy húmedos por los distintos fluidos, su cuerpo transpirado, abrí bien su sexo, he inicie una serie de prolongadas y vehementes lamidas, succionando su aun erguido clítoris, sin dejar de saborear esa mezcla de sabores producidas por esa acumulación de líquidos.

Sin moverse, permitió que lamiese totalmente su violada cavidad, de la que aun desprendía restos del esperma de Hoff.

Deje a mi hija reponiéndose de su reciente experiencia, para acercarme a Hoff que estaba tirado recuperando su energía, toque su miembro que estaba aun erecto, y se lo mamé con desesperación y con ansias, creo que distinguía los sabores de los flujos vaginales y el del esperma animal, mientras no dejaba de masturbarme hasta quedar totalmente extenuada.