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Aquí y ahora.

en Hetero: General

Era una tarde de finales de verano y decidimos quedar para cenar y luego ir a ver una película al cine que había al lado del restaurante. Me puse una falda negra ajustada, tacones y una blusa rosa claro con bastante escote, esa noche tenía ganas de salir a provocar y conseguir lo que quisiera… Llegué al restaurante y Fer se levantó para saludarme, llevaba pantalones vaqueros que le hacían un culazo del pecado y una camisa de cuadros que le había regalado yo hacía un par de semanas, en fin estaba guapísimo y yo deseaba comérmelo enterito desde el momento en que le vi. Nos dimos un tierno beso y me senté en frente de él.

Estábamos por el postre, yo llevaba 5 copas de vino encima y me entraron ganas de jugar, me quité un tacón y empecé haciendo el típico jueguecito de pies acariciándole cerca de la entrepierna para excitarle, él se quedó a cuadros “qué estás haciendo? Espero que no estés pensando en que te haga algo aquí porque sabes que no lo haré” (a mi chico le encantaba hacerse el duro, pero yo sabía que podría camelármelo y conseguir mi propósito…) “pero qué te crees que estoy intentando? Sólo quiero jugar un poco, nada más.. relájate…” le dejé el pie justo encima del pene y luego puse la mano en la mesa y cogí la suya para acariciarla “mi problema es que quiero hacer muchas cosas contigo, porque me encantas” me cogió la cara y me dio un beso, después me hizo bajar el pie de donde lo tenía muy a mi pesar, entonces se me ocurrió algo… “Voy al servicio antes de que nos vayamos” me levanté y me dirigí al pasillo donde estaban los servicios para disimular mi plan, cuando salí esperé a que no hubiera mucha gente cerca de las vistas de nuestra mesa, fui rápido y para su sorpresa me escondí debajo de la mesa, conseguí que no me viera nadie y a eso ayudó que el mantel de la mesa era bastante largo. Susurró un “qué haces, sal de ahí ni se te ocurra hacer eso, aquí no por favor...” le acaricié la pantorrilla y fui directa a desabrochar su pantalón y bajar la cremallera. Ahí estaba mi amiguito, qué ganas tenía de él esa noche uff… empecé a masajearlo y a darle besos, él se estremecía y le dije bajito “estate quieto o conseguirás que nos descubran!” “como empieces más te vale acabar… llevas toda la noche haciéndome sudar con esas caricias” empecé a masturbarlo lento y a tocarle los huevos, les daba masajes y mientras aumentaba la velocidad con la que masturbaba ese pene que cada vez estaba más grande. No aguanté más y tuve que llevármelo a la boca (oí como Fer pedía un vaso de agua, supongo que sí estaba realmente acalorado….), hacía presión con mis labios en la punta, y luego subía y bajaba rápido y lamiéndolo en círculos, sabía mejor que el solomillo de la cena, mmm esto sí que era un postre… le daba mordisquitos y mientras lo lamía le daba fuerte con una mano, con la otra me tocaba por debajo de la falda, me estaba poniendo cachonda la situación en medio del restaurante, aunque ya estaba medio vacío, no podía evitar emitir gemidos… estaba haciendo una excelente labor en su pene y en mi coño, cada vez me metía más fuerte los dedos hasta meterme 3, en un momento llegué a meterme entero su pene en mi boca, no sé cómo lo conseguí quizás fue el hambre que tenía de él. Le oía gemir y hacer ruiditos lo más bajito que podía, creo que había gente mirando y él se tapó con la carta para disimular su cara de placer. Cuando él ya estaba a punto de correrse paré, le di un mordisquito en la punta y se la metí en los pantalones. Antes de salir de debajo de la mesa intenté asegurarme de que nadie miraba. Al salir y mirarle le vi esa cara de desconcertado y le dije con una sonrisa “decías que más me valía acabar si empezaba… pues he decidido hacerte caso con lo de no hacer nada y al final lo he dejado, no quería hacerte sufrir más cariño” “no me puedo creer que hayas hecho eso, encima había gente mirando. Voy al baño, cuando acabe nos vamos al cine…” hablaba enfadado, pero yo sé que le gustó mucho y obviamente se fue a terminar mi tarea.

Salimos de la mano y estuvimos hablando de lo que había pasado, seguía un poco cabreado pero al final le convencí de que había sido divertido “vale valee, tienes razón en que me ha gustado! Pero cómo no lo iba a hacer con esa lengua que tienes… sabes bien lo que me gusta y me he dado cuenta de que te tocabas mientras, qué pena no haber visto esa carita gozando” “quizás la puedas ver esta noche si te portas bien, te daré un merecido premio y llegaré hasta el final esta vez”.

Llegamos al cine y era mi turno de elegir película, eran ya las 0:30 de la noche, mi hora favorita para ir con un chico al cine, la sesión golfa, poca gente y una buena peli que no me importaba perderme. Entramos a la sala y subimos hasta los asientos del fondo a la derecha, había 3 parejas más solo en la sala y todos estaban sentados más adelante y por el centro, perfecto. La película duraba 2 horas, cuando llevaba unos 40 minutos yo ya estaba aburrida y pensé que ya llegaba la hora de jugar con mi chico… Le susurré al oído “me aburro, esta peli es un coñazo, te importa si te hago caricias?” “Otra vez quieres que nos mire la gente!?” “No seas aburrido si aquí cada uno está a lo suyo no pasará nada, tú déjame a mí…”. Puse mi mano encima de su paquete para acariciarlo por encima y empezamos a besarnos, “qué ganas de coger esa boquita nena!”, le empecé a morder el labio mientras le desabrochaba el pantalón y metía mi mano. De vez en cuando echaba un ojo por si alguien se daba cuenta de lo que hacíamos pero éramos bastante sigilosos, por ahora… Me puse a pajearle con fuerza, él me tocaba las tetas y me metía la lengua hasta la campanilla en un acalorado beso, él poco a poco se iba exaltando y notaba su respiración acelerada al igual que la mía. Me agaché para bajarle los pantalones y chuparle el pene con fuerza dándole leves mordisquitos, él me apretaba la cabeza contra su entrepierna y me tocaba el culo subiéndome la falda, acariciaba mi clítoris y yo estaba empezando a mojarme, esa situación me ponía tan tan cachonda que no aguantaría mucho más... La peli ya llevaba más de 1 hora y una pareja se había marchado, otros nos imitaban y se empezaron a liar, me gusta que me sigan el rollo pero nadie lo hace mejor que Fer y yo. Me senté encima de él frente con frente (por suerte esas butacas son anchitas y cabíamos bien así), nos besábamos frenéticamente, me mordía el cuello y yo le desabrochaba la camisa para tocar sus pezones y chuparlos, subía y bajaba para hacer que esa fiera que tenía entre sus piernas se creciera más aún. Mi falda estaba subida y él me hacía el tanga a un lado para empezar a meterme 2 dedos, me movía y le besaba a la vez, le recorrí desde el pecho al cuello y la boca con la lengua, no podía aguantar más, mis gemidos ya se podían oír en toda la sala. Fer me empezó a estrujar las tetas, le agarré del pelo y me movía más suave y cerca de su gran bulto, me puso en la boca los dedos que me había metido en el coño antes y yo los chupaba mmm sabía delicioso chupar mis jugos de sus manos, sé que disfrutaba mucho viéndome hacer eso… De repente me agarró para ponerme sobre su pene y me dijo “ahora verás, después de tenerme así toda la noche vamos a tener recompensa de las buenas preciosa, no vas a tener queja en mucho tiempo...” se puso a besarme fuertemente y me metió de golpe la polla, hasta el fondo, grité pero ese beso evitó que se oyera demasiado. Me agarré a su cuello y mientras nos comíamos las bocas me penetró fuertemente, una y otra vez, duro, como nunca lo había hecho, no tanto, no paraba y yo empecé a subir y bajar rápido, al principio dolía pero luego se me abrieron las puertas del cielo. Le chupaba el cuello, el seguía moviéndose y yo botaba, gemíamos, me llegaba hasta el fondo... era la gloria, no pensé que la recompensa de todo fuera a ser tan grande. “Vamos dame más, lo necesitaba ya, este pene se crece por momentos, dioossss, más fuerte...” yo gemía y le pedía más, con una mano me agarraba las tetas y con la otra el culo, de vez en cuando me daba alguna palmadita y pellizcos en los pezones que ya tenía como piedras, “uuufff no aguanto más, qué coñito más rico tienes mi chica!” entonces boté más rápido mientras le mordía el lóbulo de la oreja, noté cómo se estremeció su cuerpo a la vez que el mío y nos corrimos... Dejé la cabeza sobre su hombro, él me abrazaba y acariciaba mi clítoris “muy bien pequeña”. Nos besamos y le abroché la camisa.

Cuando nos dimos cuenta después de todo, ya estaba por los créditos la película y no quedaba nadie en el cine. Nos levantamos, terminamos de colocarnos la ropa y salimos del cine con él cogiéndome por la cintura. “Ha sido una noche genial, gracias por obligarme a hacer esto, ha sido divertido  teniendo público” me guiñó un ojo y me dio un tierno beso mientras me levantaba agarrándome del culo “gracias a ti, y a este de aquí abajo (le señalé el pene) siempre es un placer tenerte dentro…” .

Después de eso cada uno se fue a su casa, espero que os ponga tan cachondos como a mí porque recordarlo me ha puesto bastante húmeda… fue una gran experiencia con ese bonito pene y su dueño.