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Encontrando a Lidia, el inicio

en Bisexuales

Este relato es en parte ficción y parte veraz. Aun que nuestros nombres no son reales, si que los personajes existen. y son descritos tal y como son en la vida real. Tanto yo, como Lidia como mi hermana somos reales, y más del 70% de lo contado a continuación es real. Pero adornado para hacerlo más excitante.

 

 

Desde muy pequeño me han gustado las perversiones sexuales. Soy una persona muy activa en el sexo y aun no he encontrado mi límite. Me gusta probar cosas nuevas y luego decidir si me gustan o no. Me considero una persona muy liberal, sin complejos ni tabúes.

 

Me encanta el porno, el cine erótico y todo lo que sea carne en video y en directo. Podría decirse que soy semi-adicto al cine de adultos. Y como pasa con todas las adicciones lo que al principio bastaba ahora no llega. A mí el porno convencional ya no me acaba de gustar del todo. Me cansa, y salvo el que hacen algunas actrices que me tienen tonto, ya no suelo ver lo “normal”. Siempre estoy en búsqueda de algo nuevo que me excite.

 

El problema principal he siempre me he encontrado es que parece que soy único con esta mentalidad. En muchas ocasiones he sido rechazado por mujeres que a primeras parecen muy liberales pero a la hora de la verdad no lo son.

 

Me frustraba no encontrar a nadie como yo. Me deprimía y muchas veces me reprimía para encontrar a alguien con el que pasar el tiempo. Pero a la larga siempre salía a la luz mi fuerte actividad sexual y se jodía todo.

 

Lo que buscaba o anhelaba era una chica como las actrices porno. Si, sé que es un estereotipo y ellas no dejan de ser actrices que interpretan un papel, pero y si existía en la vida real alguien así de warra?

 

Hasta que, como pasa muchas veces, por internet encontré a mi actual pareja. No es que fuera pregonando a los cuatro vientos lo que quería, todo lo contrario, me hacía pasar por una persona normal.

Ella también lo aparentaba. Yo ya sabía que no iba a durar mucho, ya que tal y como soy es lo que solía pasar. Pero como no tenía nada que perder al final quedé con ella.

 

Ya habíamos hablado por teléfono y whatsapp y también nos habíamos visto por foto. Pero cuando la vi por primera vez supe que sería capaz de renunciar a todo y ser la persona más mojigata del mundo si con eso pasase el resto de mi vida con ella.

 

Para mí era y es la mujer perfecta. A algunos le gustan las mujeres con muchas tetas, altas o pelirrojas… a mí no. A mí me gustan pequeñitas. No mide más de 1.63 de alto, es delgada y pesa alrededor de 44 kilos. Tiene el pelo liso castaño que le llega a la altura de los hombros aunque casi siempre lo lleva recogido con una coleta al estilo cola de caballo. Tiene unos ojos grandes muy expresivos de color miel oscuretes con una gran sonrisa de dientes blancos perfectos. Tiene los pechos pequeños. Muchos dirían que bastante pequeños, pero a mí me encantan. No se caen, son firmes, de niña pequeña y con el pezón pequeño. Lo mismo le pasa con el culete. Es pequeño pero firme. Y cuando se pone a cuatro paras las nalgas se le separan y deja al descubierto el agujero rosadito. a veces cuando se pone un pantalón parece que no tiene culo, pero si lo tiene. Y bien bonito.

 

Tiene cara de niña buena pero solo es apariencia ya que cuando quiere pone cara de mala malissima. Actualmente tiene 29 años pero cuando la conocí ella tenía 24.

 

Nos citamos en un bar cerca de las avenidas( la calle principal)  de Palma de Mallorca ya que ella vivía en un pueblo del interior de la isla y se acercó a la capital en tren. Era primavera, y aunque aun no había pegado el calor ya no hacia frio. Estábamos en la estación a la que llaman “entre tiempo”.

 

Nos pedimos unos refrescos y parecía que nos conociéramos de toda la vida. Hubo una conexión desde el principio que jamás tune con ninguna otra persona.

 

-Y a que te dedicas, Lidia? - pregunté

 

- Trabajo a media jornada en una empresa de vinícola en el centro de la isla, pero vamos yo el vino nada de nada, principalmente llevo el papeleo y hago un poco de secretaria. ¿ Y tú a que te dedicas?-

 

- Yo trabajo de diseñador gráfico en una empresa de desarrollo de software  de nivel nacional con varias sucursales y una de ellas está aquí en Palma. respondí.

 

Pasaron horas y nuestra conversación no paraba, no había silencios incómodos y la química que se palpaba entre los dos era evidente.

 

-Pues yo tengo una hermana que es una bala perdida, ahora mismo tiene 19 años recién cumplidos pero es como si tuviera 15. Su vida es la fiesta y la vida tranquila. No sé si tiene trabajo o no pero dinero  si que tiene, y de sobra. No sé de donde lo saca ni tampoco nos lo dice. Pero por lo general es una tía cojonuda. Si algún día la conoces te caerá muy bien Lidia, estoy seguro.-

 

Los refrescos se acababan y pedíamos más, ya que no queríamos que se acabara ese encuentro tan especial. Seguíamos hablando y cada vez conectábamos mas.

 

- A mi me encantaría vivir en medio del campo, una casita no muy grande pero con terreno. Con mucho terreno. Ya me encargaría yo de cuidarlo. Con árboles frutales, un pequeño huerto, con muchos perros y sin vecinos… Aaahh y con una buena piscinita para pasar los veranitos.- Comentaba Lidia - ¿Te contado que me encantan los animales? Si fuese por mi tendría mil, por eso el terrenito, para tener mil perros y mil gatos, gallinita, conejos, caballos..-

 

-¿Caballos? - Pregunté yo - Claro, ¿Y los cuidarías tu?-

-Por supuesto, tendré mucho tiempo libre gracias a que tú me mantendrás verdad?¿Me vas a convertir en una mujer mantenida no?- Me dijo entre risas y miradas pícaras.

 

Pasamos las horas y llegó la noche. Se nos hizo tarde y me ofrecí a llevarla en coche a su casa.

Por supuesto acepté la invitación de subir a  su casa.

 

Nada más entrar los dos sabíamos lo que queríamos, nos empezamos a comer la boca sin apenas respirar, y la maraña de manos iban sacando ropa y tirándola al suelo. Nuestros cuerpos cada vez estaban más desnudos pero nuestros cuerpos cada vez estaban más calientes.

 

La cogí en brazos para levantarla y ella saltó encima. Rodeó con sus brazos mi cuello, con sus piernas mi cintura  y con su boca empezó a comerme la oreja. Casi tropiezo y casi nos caemos. Pero aguanté el tipo.

Como pude la lleve a la cama de su cuarto sin soltarla mientras ella me guiaba por la casa. La tumbé y vi que solo llevaba puesto un tanguita blanco. Tus tetas perfectas y sus pezones duros no hacían más que llamarme así que empecé a besarla por el cuello fogosamente y fue bajando hasta llegar a la teta derecha. No pude resistirme y me la metí en la boca. Saboreé su piel.

Estaba súper cachondo con la polla a punto de reventar en mis calzoncillos pero yo aun quería más. Quería comérmela entera. Seguí bajando y mi boca no dejaba de besarla y de lamerla.

Seguía el ritmo de su cuerpo balanceándose arriba y abajo, arqueando su espalda. Alcé la vista cuando llegue a su tanguita mojado. Su vientre firme y liso me dejaban ver el borde de abajo de sus pechos, pero apenas podía ver su cara ya que la había echado para atrás.

 

Empecé a pasar mi lengua por encima del tanga y a lamer los laterales de su jugoso coño. No pude esperar más y aparte para un lado el tanga y lamí entero de abajo arriba en toda su longitud su coño.

 

Sus manos empujaban mi cabeza hacia su raja húmeda. Lamí, saboreé, chupé y mordí su coño, le metí uno, luego dos y luego tres dedos dentro y mientras le chupaba el clítoris no dejaba de meterle los dedos.

 

No dejaba de arquear la espalda ni de moverse, cada vez abría más las piernas hasta el punto que creo que se las partiría.

 

De golpe levantó la cabeza y me miró. Con cara de una hiena que acababa de ver una presa a la que devorar, se puso de rodillas y me incito a que me tumbara.

 

Me miro a los ojos y me quitó la última prenda que me quedaba. Me bajó los calzoncillos y al salir de su prisión mi polla se levantó golpeándome en el estómago. Nunca he tenido una polla enorme pero sé que llama la atención. Aunquee mide 18 cm de largo la ventaja que tiene mi polla es que es muy gorda. En más de una ocasión no he podido terminar de tirarme a una tía porque le dolía el coño.

 

Con su mano derecha cogió mis huevos y con la izquierda agarró mi polla. La miró, sonrió y me miró a los ojos.Sacóo su lengua y lamió mi polla en toda su longitud. Sin dejar de mirarme se metió el capullo entero en la boca y empezó a succionar. A mover su lengua alrededor de mi capullo y todo esto sin sacarla de su boca.

 

Escupió encima del capullo y empezó a restregar su saliva por toda mi polla a la vez que me empezaba a masturbarme.

Sin soltarla se acercó a mi oreja y me dijo.

 

- Campeón, relájate y disfruta que te va a gustar lo que te voy a hacer. -

 

Volvió a donde estaba, entre mis piernas con la cabeza mirando para mí y con la boca abierta. Esta vez sí  dudarlo empezó a chuparme la polla a la vez que su mano acompañaba su boca.

 

No dejaba de bajar su cabeza y yo no dejaba de mirar como su carita inicial de ángel se había transformado en una carita de diablesa.

Me volvió a coger los huevos y me miró directamente a los ojos. Con media polla metida en la boca noté como sonreía y acto seguido sin dejar de mirarme bajo aún más la cabeza. Poco a poco se iba metiendo toda mi polla en su boca. ¡¡Me estaba haciendo una garganta profunda!! la primera que me hacían en mi vida.

Mi cara de asombro y de gusto la incitó aún más. Ya que pude notar como había un freno y aun quedaban 2 dedos por meterse en la boca.

Pero no fue un gran problema para ella. No sé que hizo, o se aguantó una arcada o era un reflejo pero al final con algo de esfuerzo bajo hasta el final.

 

Mi polla había desaparecido dentro de su boca y su garganta. Me miraba a los ojos y yo la miraba a ella.

cogí mi mano se la puse en la cabeza y empuje aún más mi polla dentro.

Ella soltó un gemido gutural pero seguía con mi polla dentro. Pasaron pocos segundos y levantó la cabeza.

Hilillos de baba colgaban desde su boca hasta mi polla mientras volvía a coger aire.

Su sonrisa lo decía todo, sin limpiarse ni dejar de coger aire se acercó a mi boca y me beso con legua. Parte de sus babas me cayeron en mi cara pero como a mí me gustaba la cogí de la nuca y le comí toda la boca.

 

Si soltarla de la cabeza la guié otra vez a mi polla.

Ella lo captó en seguida y volvió a comerme la polla. Esta vez, cada vez que bajaba se la metía entera en la boca. Empecé a follarle la boca.

 

- Como siga así voy a correrme- grité.

Entonces ella no se lo pensó, sacó su boca de mi polla y se puso a cuatro patas.

 

- A mi no me vas a dejar así, fóllame y luego córrete.-

 

Entonces lo vi. Vi su culito, sus nalgas como se separaban. El agujerito rosado. Como tenía los labios de coño mojaditos y rosados, con su gotita a punto de desprenderse.

 

Agache mi cabeza y lamí esa gotita salada que salida de su coño. Que deliciosa estaba, su sabor mas intimo en mi boca. Lamí su coño y metí mi lengua dentro.

Ella apoyó la cabeza en el colchón y con sus manos separó aún más su culo.

Yo que suelo contenerme mucho para no asustar, esta vez no pude hacerlo, pase mi lengua de su coño a su culo. Rodeé el agujero haciendo círculos con mi lengua  y lamí de arriba abajo todo el culo.

Seguí  lamiéndole el culo mientras le metía un par de dedos por el coño.

Una de sus manos pasó a sujetar mi cabeza empujándola mas aun sus interiores.

Yo estaba a punto así que si dudarlo me levanté, me puse detrás de ella y apunte mi polla y con la punta enfilando su coño poco a poco empecé a metérsela hasta el final.

Gracias a sus babas y a su coño húmedo no hubo impedimento alguno. Entro del tirón.

Empecé a bombearla y a empujarla con mi pelvis.

Notaba su respiración agitada y como emitía pequeños gemidos de placer.

La cogí por la cintura, y cada vez empezaba a moverme mas y mas rápido. las embestidas cada vez eran más fuertes y más salvajes. Cada vez se la metía hasta el final y cada vez ella gemía aún más.

 

-Voy a correrme.. voy a correrme- solté por mi boca.

Y se desprendió de mis manos y se soltó hacia delante. Con agilidad felina se dio la vuelta y seguí follándomela, pero esta vez por la boca.

 

Ella estaba a cuatro patas con la boca en mi polla. yo de rodillas le sujetaba la cabeza para que no se desplazara hacia atrás. Utilizaba su boca como si fuera su coño. Se la metía entera y se la sacaba. cada vez con más fuerza y agresividad. sonidos humedos salian por su boca, gemidos guturales y alguna que otra arcada controlada desprendia con gusto lidia.

Pero no pude más. Solté toda mi leche en su boca y en su cara.

Ella no hizo ningún asco. Y aguantó todo el empuje que hice dentro de su boca con las embestidas propias de cuando te corres.

Aguantó en esa posición unos segundos y saco mi polla recién corrida de su boca.

La tenia llena de semen. Me miró y sonreía. Abrió la boca y me enseñó  la lechada.

- Te gusta lo que ves? - Apenas pudo articular palabra con la boca llena pero se le entendió muy bien.

- Claro que me gusta- respondí.

 

Aun llena de leche me indicó que me tumbara. Y así lo hice. Se puso encima mío y con las manos me abrió la boca.

 

-Que haces? - pregunté. Pero ella no dijo nada.

 

Simplemente acercó su boca a mi boca abierta y dejó caer dentro toda mi leche junto con sus babas. Me sorprendí pero no hice nada más.

- Si te lo tragas me harás muy feliz y yo a ti te haré muy feliz. Confía en mi. Demuéstrame que lo vales y trágatelo.-  Dijo mientras me miraba a los ojos con una sonrisa pícara esperando mi reacción.

 

Era la primera vez que tenía semen en la boca. Pero por lo menos era mío. Era un sabor diferente. Amargo y algo saladete. Una textura ni agradable ni desagradable, pero algo extraña.

Pero al fin, mirándola a ella, cerré la boca y me lo tragué.

 

Sin mediar palabra me beso la boca un buen rato. Pasó su lengua por mi cara y se tumbó a mi lado.

- Eres el primero que hace esto por mí  no lo olvidaré. Llevaba tiempo queriéndolo hacer y nadie se había atrevido. Muchos apartan la cara o espera que yo me lo trague pero tu no. Tú has hecho lo que te he pedido.

 

-Que menos después del polvazo que me has dado - Respondí yo - Además, es solo semen, y es mío. Así que lo que tú quieras y cuando quieras. Y si quieres repetir aqui me tienes.

 

Desde ese día Lidia y yo no nos hemos separado. Han pasado 5 años y seguimos juntos. Cumpliendo nuestras fantasías y dando rienda suelta a nuestra imaginación.

 

 

Este es el inicio de una serie de relatos donde pondremos a prueba nuestros límites sexuales y nuestros tabús. Mencionar que este es el relato más light y que en posteriores relatos encontraremos, amor filial, sexo duro, tríos, sado y dominación, scat e incluso zoofilia.

Espero que os guste.