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Mi primer trio

en Bisexuales

                           Esta es la primera vez que cuento una  historia. Os contaré un poco como soy,  un hombre normal, en los 40, me gusta practicar deportes, 1.80, un poco tímido, en fin un tío de la calle.

                          Mi historia comenzó hará unos 10 años, vivía en un pueblo en las afueras  de Valencia y las cosas me iban bastante bien. Aunque tímido con las personas, siempre me ha encantado el mundo del sexo. Ya de adolescente compraba  las revistas eróticas, miraba los desnudos y leía los relatos fantaseando con ellos. De ahí pasé a los sex- shops , ver las pelis en las cabinas, matándome a pajas.  Una vez, en una cabina  cambiando de canal entro una peli de temática bi, que me impactó, dos tíos y una mujer  haciendo un trenecito.  El morbo fue total, y desde entonces  de vez en cuando alquilaba una de estas e imaginaba que era yo el que las interpretaba. Tuve  un par de  escarceos en un cine x pero de ahí no paso la cosa.

                        Pero vayamos a lo que importa, cuando en los periódicos comenzaron a poner el buzón de amigos, yo siempre  iba a la sección de parejas, los  leía y fantaseaba con ellos, hasta que un día conteste a dos o tres dejándoles mi número de móvil, pero nada. Una vez leí en una revista de contactos el anuncio de una pareja, un poco mayor que yo, que decían haber tenido con mi lengua le un escarceo bisex   durante las vacaciones, que eran novatillos y que les encantaría probar con un chico. En foto que ponían, sin verles las caras  se veía  a  una mujer y un hombre vestidos elegantemente de fiesta  que me puso mucho. Me impactó y decidí contestarles con una foto de mis vacaciones, contándoles como era yo, mi nombre y mi número de móvil. Como me esperaba pasaron dos, tres semanas y nada. Pero un martes después de cenar, viendo la tele sonó el móvil.

  • Luis.

  • Si, dígame.

  • Veras, dijo una voz tímida, te llamo porque hace poco nos mandaste una carta contestándonos  a un anuncio. Mi corazón se puso a mil, súper nervioso. En ese momento una voz de mujer  dijo hola. Más tarde me contaron que estaban los dos escuchándome con su móvil entre ellos.

  • Hola que sorpresa, dije casi tartamudeando, como estáis.

  • Bien, y seguimos   hablando.

                     Me dijeron sus nombres, Toni y Magda, comentaron que les gustado que les mandara una foto de cuerpo entero, vestido, viéndoseme la cara y no una de la polla empalmada como las otras que habían recibido. Les dije que me daba más morbo la insinuación y lo sexi .De vez en cuando se oía la voz de ella comentando alguna cosa. Fuimos subiendo de tono en nuestra conversación, contándonos nuestros gustos, me hablaron de su experiencia en la playa con un italiano las últimas vacaciones, yo la mía en el cine x. Y al final vino lo bueno, me preguntó si me apetecía  quedar el próximo sábado para conocernos  y charlar sin más. Tartamudeando casi,  le dije que sí.  Quedamos en un centro comercial de las  afueras  de Valencia para vernos y cenar.

                    Cuando colgué, busque la revista de contactos, miré su foto y empecé  a meneármela,   lentamente,  cogiendo ritmo hasta que estallé en una corrida impresionante.

   Pasé el  resto de la semana casi como un zombi, solo podía pensar en el sábado siguiente, y cascármela, uf!! No se la de  pajas que me hice.

            El sábado por la tarde,  después de ducharme y hacerme una buena paja para calmarme un poco, me dirigí hacia el centro comercial. Habíamos quedado  a las 21 h en las escaleras del sector de restauración. Llegue súper puntual y súper  nervioso. Pasaban parejas a mi lado y me preguntaba si serían ellos, pero nadie se dirigía a mí. A los cinco minutos de estar allí, me llevé la mayor sorpresa de mi vida. Paseando, como el que no quiere la cosa, se acercaron a mi  Antonio y Magdalena, que así era como yo los conocía. Los dueños de la ferretería de mi pueblo, a los que veía prácticamente todos los días. Al principio, creí que era una casualidad encontrarnos ahí,  no pensé que pudieran ser ellos. En el pueblo tienen fama  de serios y formales. Siempre bien vestidos y elegantes, él es un poco más bajo que yo, 1.70, delgado  y un poco calvo, casi todos los  días nos vemos en el gimnasio,  ella es una morena  elegante  de pechos pequeños  no muy alta  a la que le encanta caminar. La veo pasar desde la ventana de mi trabajo todos los días hacia la ferretería y  alguna vez me la he machacado a su salud. Nos saludamos y les dije.

  • Como vosotros por aquí. Y ellos me dijeron un poco cortados.

  • Pues veníamos a verte. Me quedé de piedra, sin saber que decir, gracias que continuaron. Tenemos una cita, somos nosotros los del anuncio.

  • No me lo puedo creer, dije tontamente.

  • Pues sí, contestaron, cuando vimos tu fotografía, nosotros tampoco.

             Me explicaron que cuando abrieron mi carta y vieron quien era, se pusieron muy nervios, en el pueblo son bastante considerados y pesaron que igual los había reconocido. Pero, que poco a poco, el morbo de ser yo, un vecino al que casi todos los días veían, les había producido una gran excitación, y decidieron llamarme.

             Decidimos ir a un restaurante para cenar y charlar tranquilamente. Ella se había puesto un traje chaqueta por encima de las rodillas, elegante, con una raja  en la falda por la que se intuía unas estupendas  piernas enfundadas en unas medias negras. El llevaba un traje de lino que le daba un aire informal. Cuando llegamos al restaurante cogimos una mesa retirada para poder conversar tranquilamente, aunque por nuestro nerviosismo ya intuíamos lo que ocurriría después.

               Nos contamos intimidades, ellos me explicaron como empezaron a darse cuenta de su forma de entender el sexo, me dijeron que una noche que ella, que le encanta la lencería, se puso un culotte negro súper  sexi  para animarlo, él se empalmó al momento. Ella le dijo.

  • Te gusta.

  •  Más que mis calzoncillos, comento el. A lo que ella quitándoselo pícaramente le dijo.

  • Pues póntelo para que te vea.

             El sin pensarlo un momento se puso el culotte y al roce del encaje con si polla se corrió.

  •  Mira mira mi niñita que mojada está, dijo ella.

                 

          Lo llevó a la cama, y comenzó una noche de descubrimientos, cuando estaban haciendo un 69, ella le metió el dedo por el culo y el explotó en la mayor corrida de su vida. A partir de entonces sus relaciones cambiaron, para el mundo eran súper formales pero en la intimidad aunque le encantaba penetrarla y ser su macho, también le gustaba comportarse como una loca. Incluso compraron un dildo con arnés con el que ella de vez en cuando lo penetraba vestido de mujer. Que este verano un día en la playa nudista a la que fueron, un chico se les insinuó y acabaron mamándosela entre los dos y les encantó. Por eso habían puesto el anuncio, porque querían algo más.

            Yo les conté lo de mi inicio con las pelis bisex, y que una vez en un cine x un chico se sentó a mi lado, me extrañó  porque   habían muchos sitios libres, yo era un estudiante sin más  experiencia que las revistas y los sex-shops, al momento comenzó  rozando  su rodilla  con la mía, la aparté pero al instante repitió, y esta vez no sé porque no me aparte. Él lo tomó como asentimiento  y al poco su mano se posó en mi muslo, entre la peli y su roce tenía una erección de caballo, subió  la mano lentamente hasta rozar mi paquete, yo estaba en la gloria, soltó el botón de mis pantalones, metió su mano en mis calzoncillos y agarro mi polla, casi me corro, la saco y empezó un meneo alucinante. En el momento que en la pantalla una rubia comenzaba a mamarle a un negro una polla exagerada, él se arrodilló en la fila de butacas y me la mamó a mí. Al mismo tiempo que el negro de la peli se corría en la boca de la rubia, yo me corrí como nunca en la suya, se lo tragó, me limpió la polla con sus labios se levantó y se fue.

              Entre sus confesiones y las mías la cena resultó estupenda. Los veía súper excitados y yo estaba a mil, de vez en cuando teníamos pequeños roces de nuestras piernas bajo la mesa, que nos producían risitas tontas. Cuando acabamos de cenar, ya tarde,  Magda propuso ir a tomar algo por ahí, y Toni, como el que no quiere la cosa, dijo.

  • Magda, tu no habías puesto a enfriar  una botella de cava en la nevera.  Ellos tienen un apartamento en Valencia para sus escapadas a la ciudad.

  • Magda dijo, a si casi se me olvida. Y Toni me preguntó.

  • Luis te gusta el cava. Contesté rápidamente,  que sí, que me encantaba.

  • Que os parece si tomamos la copa en casa, dijo Magda.  A lo que respondimos casi al unísono.

  •  Estupendo!!!

              En ese momento creo que todos sabíamos lo que estaba a punto de suceder. Salimos del centro  comercial y los seguí en mi coche hasta un edificio de apartamentos en las afueras de la ciudad. Entramos y subimos en el ascensor entre risitas y silencios, al pasar al apartamento , nervioso me senté en el sofá mientras Toni traía el cava y Magda las copas,   después dijo ,chicos aquí hace mucho calor, quitándose la chaqueta del traje quedándose con una blusa negra transparente que dejaba ver perfectamente el sujetador que llevaba debajo. Inmediatamente mi polla comenzó a despertar, bridamos y Toni fue a poner musiquita. Al volver me preguntó si me gustaba la blusa  de Magda cogiéndola de la cintura.  Yo con  un bulto en el pantalón incapaz de disimularlo, asentí con la cabeza.

              Sonó una balada y Toni tomó a Magda de la cintura comenzando a bailar, frente a mí. Sentado en el sofá veía como Toni acariciaba la cintura a Magda, poco a poco fue bajando sus manos para sobar su culo. Me miraba por encima del hombro de ella al hacerlo, cuando daban la vuelta  ella hacía lo mismo con él y me miraba con ojos de vicio. Estaba caliente como un horno, me hicieron señas para que me levantara a bailar con ellos y ahí empezó todo. Al juntarnos los tres, Magda se dio la vuelta y se cogió a mi cuello, yo puse mis manos en su culo acariciándoselo y como Toni estaba pegado a ella también sentía su polla apretándose contra mis manos. Toni con sus manos repasaba por encima de la falda el sexo de Magda y a la vez frotaba mi bulto. Desabrocho la falda   cayendo a nuestros pies,  dejando libre el liguero negro y el tanga precioso que tenía puesto. Yo no había sido menos y la ayudé a quitarse la blusa por encima de la cabeza. Toni se había quitado la camisa  y poniéndome en el  medio comenzaron a despojarme de la mía y de mis pantalones, a continuación nos dedicamos a quitarle los suyos a Toni. Que sorpresa me lleve al observar que Toni llevaba puesto el lindísimo culotte de encaje donde se marcaba totalmente su polla erecta. Magda tocándola me dijo.

  •  Te gusta.

  • Mucho, dije yo, y me contesto.

  • Pues va a ser toda tuya.

                Comenzamos a besarnos, los labios de Magda eran suaves y pastosos, los de Toni fueron como un destello eléctrico al tocar los míos. Nuestras  lenguas jugaron sin parar, Magda nos sobaba las pollas sin parar. Caímos en el  sofá entre besos y magreos, Magda y Toni me quitaron los calzoncillos, como un resorte apareció mi polla ante ellos, no es muy larga pero es excesivamente gorda, uno a cada lado comenzaron a besarla, luego Toni empezó a mamármela como un poseso. A todo esto yo había bajado el tanga de Magda y mis dedos jugaban en su húmedo sexo. Si no me corrí fue por puro milagro, Magda separó a Toni de mi polla y le dijo.

  • Ahora te toco a ti.

          Lo colocamos entre los dos y le sacamos el culotte. Ante mi apareció una polla preciosa, sonrosada y larga, Magda llevó mi boca hasta ella y me dijo.

  • Chupa.

               Ataqué tan a fondo que casi me atraganto, Toni gemía como loco, con mi lengua la recorrí de los huevos hasta el capullo, mientras ella fue acariciándole el culo hasta que le metió el dedo por él. Toni dio un respingo al notarlo y se corrió en mi boca, Magda me ayudó a recogerlo todo con su boca. Entonces decidimos dedicarla todo nuestro interés  a ella, la tumbamos en el sofá, chupamos sus pechos, duros como piedras y sus pezones súper erectos, bajamos hasta su sexo, sorbimos sus labios una vez el, otra yo, mordisqueé su clítoris, ella  no paraba de decir.

  • Más, más, no paréis, ahhhhhhh, ahhhhhh. Toni  le metió un dedo en su vagina y yo hice lo propio por el culo.

  • A fondo, siiiiiii, siiiiiiii, Se giró hacia Toni y le dijo. La quiero dentro.   

               Toni se sentó en el sofá con su polla de nuevo erecta  y ella poniéndose a  horcajadas sobre él, se la metió de un golpe. Comenzó a cabalgarlo como una posesa, yo entre sus pierna tanto lamía el clítoris como los huevos. Toni se corrió por segunda vez con un lago ohhhhhhhh!

  • Ahora te toca a ti, me dijo Magda después de eso. Poniéndome en el sofá   se metió mi polla hasta el fondo gimiendo. Que gorda , me mataaaaaaas.

                No podía parar, le chupaba sus pezones , se los mordisqueaba y Toni mientras tanto  le lamía el culo. Nos corrimos casi al momento. Sentados en el sofá  nos miramos los tres y nos reímos casi a lo loco. No parábamos de acariciarnos, parecía que estábamos en trance.  Al rato estábamos otra vez empalmados, Magda se puso a cuatro patas en la alfombra  y le dijo a Toni.

  • Métemela por detrás. Lo hizo lentamente  par que yo viera como entraba su polla. Siiiiiiiiii, maaaaaaaaaaaás, decía ella.

            Magda me miró un instante  y luego miró a Toni y comprendí sin palabras lo que quería. Me puse tras Toni, con mi lengua lubrifique su culo, y sin más se la ensarte entera.

  • Ohhhhhhhhhhh!     Dijo el, Ahhhhhhhhhhh! Ella al sentir la embestida de Toni cuando lo penetre. Estábamos  en el cielo los tres gritando y gimiendo como locos, nos corrimos como nunca.

Nos duchamos y nos metimos en la cama abrazados. No sé cuántas horas habían pasado, me desperté con los dos mamándome la polla, Toni y yo hicimos un 69, que suave la tenía, no paraba de chupársela mientras Magda nos acariciaba el culo y nos metía sus dedos, estaba como ida  mirándonos hasta que nos dijo.

  • Quiero las dos para mí. Lo tumbo boca arriba se sentó lentamente sobre su polla y me ofreció su culo. Se la metí poco a  poco, estaba estrecha, hasta que la tuvo toda dentro.

  • Me mataaais,  me vais a partir en dos, decía sin parar. Mientras nos íbamos corriendo uno tras otro.

Caímos exhaustos y nos dormimos. Al despertar por la mañana, nos reímos, nos besamos después de desayunar les dije que tenía que irme y me despedí. A los dos días nos encontramos en su ferretería, nos saludamos con unas risitas cómplices sabiendo que esto no iba a acabar ahí. Pero eso ya es otra historia.

Me gustaría recibir comentarios  para poder mejorar.