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Encontrando a Lidia (6): Femdom y fisting anal

en Bisexuales

Han pasado varias semanas desde que Lidia puso a prueba mi culito con un buen consolador y desde entonces no hemos parado. Al principio por el ansia y el placer lo hacíamos casi cada día pero por consejos de blogueros y por mi propia salud decidimos que después de una buena sesión de dilatación y sexo anal dejaríamos reposar mi culo un par de días. Eso sí, si es sexo normal no.

 

He de reconocer que pensaba que sería mucho más fácil, que empezaría a meterme grandes consoladores como en las películas porno pocos días después de empezar con todo esto. Y no es así. Todo aquel que diga que es capaz de realizar un fisting en una sola sesión, sin preparación previa o por lo menos sin haberse dilatado el culo antes miente o tiene un culo prodigioso.

 

Yo tengo facilidad para dilatar, apenas duele, y estoy muy motivado. Encima tengo un entorno familiar que me apoya y facilita mucho este trabajo. Lidia, me ayuda, es paciente y la encanta el trabajo que realiza en mi culo. Jorge es partícipe y aun que delega el trabajo en Lidia, disfruta de buenas sesiones de sexo mientras a mí me trabajan el culo.

 

Recientemente nos habíamos mudado a un piso mejor. Nos iba bien económicamente a los dos, y aun que ya hacíamos vida en pareja en mi piso nunca sería lo mismo si no nos mudábamos a un piso elegido por los dos.

 

La mudanza no fue muy complicada ya que el piso al cual nos mudamos estaba en el mismo pueblo. Para aquel que no lo recuerde, vivimos en un pueblo muy bonito y tranquilo en el centro de la isla de Palma de Mallorca.

 

Este piso era grande, goza de más de 156m2 de piso, con una terraza exterior de 45m2. Tiene 4 habitaciones. Nuestro dormitorio, un cuarto para usarlo de despacho, uno para trastero y uno lo habilitamos por si venían invitados. En este caso, lo usaba casi siempre Jorge.

 

El cuarto que inicialmente de pensó como trastero se rediseñó para hacerlo como picadero. Así de esta forma separaríamos un poco los excesos sexuales del resto de la casa.

 

La decoración del cuarto era poca. Pusimos dos camas simples de 135 juntas, quedando un colchón súper ancho que nos permitía movernos con facilidad. Al no tener armarios empotrados usamos una estantería y una cómoda pequeña donde guardar los juguetes, los lubricantes, toallas y todo lo que hubiésemos necesitado.

 

Era domingo a media tarde y esperábamos a Jorge. Recientemente nos había mandado un mensaje diciéndonos que le había pasado algo la noche anterior muy qué quería contárnoslo.

 

Le llamamos para ver si le había pasado algo, pero nos contestó diciendo que no, que no nos preocupáramos pero que esperásemos a que nos lo contaría después el en persona.

 

Pasaron las horas y Jorge no llegaba. Intentamos ponernos en contacto con él pero no contestaba a las llamadas. Así que tuvimos que esperar más.

 

-¿Te parece que probemos algo nuevo?- Preguntó Lidia medio aburrida.

-¿Si claro, que quieres probar? -

 

- Porque no ponemos unos ganchos en la pared y el techo del “pica”?- “Pica” es el mote que le pusimos a la habitación de las camas para follar. “Pica” de Picadero.

 

-¿Unos ganchos?-

 

-Alcayatas o algo para poder sujetar cosas. Por ejemplo, si quiero atarte a la pared para que no te muevas, o ato tus manos al techo…-

 

- Ostias, pues buena idea, pero… no sé si tengo algo para ponerlo ahora-

 

Busque en mi caja de herramientas y en la caja de tornillos y por suerte, no había muchos, pero algunos había. Puse unas cuantas alcayatas en la pared y unas cuantas más en el techo.

Por suerte no era un falso techo y las alcayatas aguantan bien.

 

Estaba subido en la escalera terminando de poner la última de ellas en el techo cuando Lidia se acercó a mí y me bajó los pantalones. Yo me la miré y me reí por la cara de viciosa que ponía ella.

 

- Oiga señora, si quiere que le termine el trabajo sepa usted que tendré que cobrarle una hora extra

 

-Pues no tengo dinero suficiente porque son una pobre jovencita que no tiene trabajo. Tendré que pagárselo en especies.-

 

Me sacó la churra y se la metió entera en la boca. Aún no estaba dura del todo, ya que me había pillado de imprevisto. Se comía la polla como un niño se come un helado en pleno verano. Con ganas.

Siguió chupando hasta que se me puso dura.

 

- Ahoraaaa…- Dijo Lidia relamiéndose.

 

Me bajé de la escalera y automáticamente me tuve en la cama. Lidia me quitó la ropa y siguió comiéndome la polla.

 

-¿Probamos los ganchos? - Le dije a Lidia.

Sabía que ella le gustaba la idea de atarme y se lo sugerí sin dudarlo.

 

-¿Quieres? - A Lidia se le iluminó la cara.

Asentí con la cabeza.

 

De repente soltó todo lo que tenía en las manos, mi polla. Se fue de la habitación corriendo a no sé dónde y yo me quedé allí. Con la polla dura, tumbado en la cama excitado y con asombro ante la rapidez de Lidia.

 

Tardó unos minutos que se hicieron eternos. Hasta que apareció ella. Simplemente tenía un pañuelo.

 

- Póntelo alrededor de los ojos-

 

Me puse y a partir de entonces dejé de ver. Solo oía ruidos

 

- Shhh, no te muevas.. Ahora estoy contigo -

Yo seguía en mi sitio, tumbado en la cama y desnudo.

 

Pasaron los minutos. Y noté como me cogió de las manos. Me levantó y me las ató con las esposas. Noté el ruido de como arrastraba la escalera. Se subió y tiro de una cuerda que tenía atada al centro de las esposas. Me levantó los brazos y pude notar que había sujetado la cuerda a un par de alcayatas del techo.

 

Se puso detrás de mí y noté que pasaba sus manos por alrededor de mi cuello. Me puso la pelota en la boca y la ató en la nuca.

Me pilló desprevenido pero me dio un buen cachete en el culo. Pasaron otros segundos y volvió a darme otro cachete en la misma nalga.

 

Pasó su brazo alrededor de mi cuerpo y me cogió las pelotas con su mano. Apretó fuerte. Me hizo algo de daño y me hizo retroceder el culo. Eso la enfureció y me volvió a dar otro cachete fuerte en el culo.

 

- No te quejes tanto o te voy a tener que castigar-

 

Noté que apartaba un poco de mí y oí como rebuscaba algo en la cómoda. Se acercó a mí. Y me susurró en la oreja.

 

- Hoy no quiero que te corras. Hoy solo vas a cumplir mis órdenes. No harás nada que yo no te ordene. Si quiero que chilles, chillas. Si quiero que ladres ladras, si quiero que hables hablas. ¿Has entendido lo que te acabo de decir?

 

-SHiiff- Dije con la boca medio llena

-¡Parece ser que no!- Dijo en un tono muy militar a la vez que me clavaba las uñas en las nalgas.

 

Di un grito de sobresalto y me eche para adelante.

 

-No aprendes- y volvió a pegarme en el culo con la mano abierta. Empezaba a escocerme un poco.

 

Me separó las nalgas con las manos y escupió en mi culo.

- Me ha dicho un pajarito que a ti te gustan las pollas. Que te gustan más que los chochos. Que TE gustan MAS QUE YO!! ESO ES VERDAD??

 

Esta vez negué con la cabeza.

- Muy bien, Pero eso no significa que no te gusten las pollas-

 

Me quitó el trapo de los ojos y por fin pude ver.

Ella vestía un con sujetador negro, unas medias negras que le llegaban por encima de la rodilla. Un collar de púas rodeaba su cuerpo y llevaba puesto el arnés con un buen consolador.

 

Era un buen consolador. El que había usado conmigo desde entonces cuando probamos el límite de mi culo tras el incidente del plug.

 

En la mano llevaba lo que parecía un matamoscas pero en realidad era un simulación de fusta que se usa en los caballos especialmente diseñada para los juegos eróticos.

 

Recientemente había comprado más utensilios en el sex-shop y uno de estos artilugios era lo que llevaba en la mano.

 

-Te quitaré la bola de la boca, pensaba que era mejor así pero no. Quiero oírte gritar. -

Me quitó la bola de la boca y volví a cerrarla. Me caía algo de baba por un lateral que no pude limpiarme.

 

Se acercó a mí, me besó en la boca y me comió la lengua. Con su mano agarraba mi polla a la vez que me masturbaba.

 

- Abre la boca -

 

La abrí y ella escupió dentro.

 

- Trágatelo-

 

Y me lo tragué.

 

Se agacho y empezó a comerme la polla. Escupía en ella, lo dejaba todo lleno de saliva y la restregaba por toda la polla y mis huevos.

 

- Shhh no tan rápido, que aun tenemos para rato - Dijo pegándome una palmadita en la polla.

 

Rodeó mi cuerpo y utilizó la fusta en mi culo. Me golpeó con fuerza.

 

- Ostias,, ahhh- Dije de golpe..

- CALLATE PUTA - Mi grito Lidia a la vez que me volvía a golpear con más fuerza.

 

Esta vez solo solté un sonido ahogado que no pude reprimir.

- Las putas como tu tienen que estar calladitas porque si no me enfadaré mucho - Volvió a azotarme

 

Me azotó unas cuantas veces más por todo el cuerpo. Allí donde lo hacía dejaba una pequeña marca roja visible en mi cuerpo.

 

-¿Te gusta puta verdad, te gusta que te pegue zorra?-

 

Volví asentir con la cabeza.

 

Otra tanda de azotes llegó a mi cuerpo.

Por alguna extraña razón solo puedo describir esa situación como dolorosamente placentera. Claro que dolía cuando me azotaba, pero el morbo de la situación, el morbo de verme humillado y sometido por mi mujer, por estar a su merced me daba tanto placer que estaba dispuesto a eso y a mucho más. El placer de verla a ella en ese papel a mí me llenaba de orgullo, de placer y de excitación tanto que se me notaba que me gustaba cuando me azotaba.

 

Cansada de azotarme paso a la acción.

 

Lubricó con una buena dosis el consolador de su arnés. El sobrante del lubricante lo untó en el agujero de mi culo. Metió sin problemas un par de dos en mi ojete para terminar de lubricarlo.

 

Ahora es cuando me asusté. Me quería follar con el bicharraco que usaba de polla ese sin antes dilatarme.

Y sabía que mi iba a doler de verdad.

 

Por suerte no me había fijado en lo que tenía en la mano. Era un consolador algo más pequeño que casi de sopetón lo introdujo enteramente en mi culo.

Yo estaba acostumbrado a las inserciones y pude soportar de buen gusto esa primera follada.

 

- No soy tan mala como tú te crees- Me dijo al oído. Luego me besó.

 

Ahora si, tras la primera inserción paso a lo más grande.

Apuntó con el consolador en el agujero de mi culo. Y sin vacilar, cogiéndome del pelo y echando mi cabeza hacia atrás metió el consolador, no de golpe, pero si con rapidez y sin parar hasta que tocó fondo.

 

Un grito de placer salió despedido de mi boca. Recibí una bofetada en la cara por eso.

Me cogió por la cintura y me folló como una loca.

 

En esa postura podía notar perfectamente el consolador como se abría paso dentro de mí. Ya estaba acostumbrado a ese tamaño y entraba con facilidad una vez me había dilatado.

Era como follarse una polla normal.

 

Cuando se cansó de follarme el culo sacó el consolador y se fue directa a la cómoda.

Yo me quedé allí con el culo para afuera, jadeando y con ganas de más.

Se acercó con las manos a la espalda sin mostrarme que traía.

 

-Ahora es el momento en que demuestres que clase de puta eres. Una puta cobarde o una puta con cojones. Es el momento de superar tus límites.

Me enseñó lo que llevaba escondido en la espalda. Era el plug que antaño me había dado tanto placer y que me había iniciado en el mundo de las dilataciones.

 

Se puso unos guantes negros de látex que le quedaban estupendamente bien. Se puso detrás de mí y volvió a lubricarme el culo a la vez que extendía una buena capa de lubricante por todo el plug. Yo, aun colgado con las manos en el techo sólo pude más que sacar el culo todo lo que pude hacia afuera.

Lidia se arrodilló y para facilitar su trabajo. Puso la punta del cono en mi culo y fue insertándolo poco a poco dentro de mí. Gracias a este lubricante el cono resbalaba hacia adentro sin dificultad.

Mi culo empezó a abrirse, dejando pasar al monstruo que anteriormente me destrozó el culo. Pero esta vez yo estaba más preparado.

Mi culo se abría y se abría. Mi esfínter se dilataba y yo gemía de éxtasis y placer. Llegó al punto donde el tamaño era el mismo que el consolador con el que me había follado, a partir de ahora era solo apertura anal.

 

Lidia aflojó el ritmo. Ahora poco a poco metía y sacaba el plug, Poco a poco notaba que entraba. Que me partía. Pero aun sabía que podía aguantar más. Empezó a hacer fuerza con las dos manos.

 

- Queda un dedo por meter. ¿Sigo?- Preguntó

 

-Sigue, no te pares que aguanto perfectamente. - Respondí entre gemidos

 

Entonces lo noté. Hizo fuerza y mi culo se abrió por completo. Noté como ese colosal plug entraba arrasando con todo. Recordé la primera vez que sentí esa sensación de plenitud. Ahora la volvía a sentir pero me gustaba más. Estaba preparado para esto.

 

- Ohhhh siiii-  Solté por la boca al meterse por completo el plug.

 

Lidia se quedó mirando como mi culo albergaba por completo este plug monstruoso. Separó con las manos mis algas para ver el contorno del esfínter como rodeaba el tronco del plug.

 

Tocaron a la puerta.

 

- Ostias, no jodas que es Jorge-

Se levantó Lidia y me dijo, no te muevas de aquí.

 

Como si me pudiera mover. Las manos atadas con esposas y colgado del techo y reventado por un plug.

 

Al poco apareció Jorge.

- Vaya vaya, ¿no podéis esperarme o qué?

 

- Mira Jorge, Dijo Lidia mientras señalaba mi culo.

- Ostias, no me jodas que te lo has metido otra vez. -

 

- Si, esta vez a sido Lidia que me lo ha metido-

Volvió a abofeterame con fuerza. y a mi a Jorge nos dejó sin habla.

 

- ¿Acaso de he dado permiso para hablar puta?-

 

Jorge con la boca abierta no daba crédito a lo que acababa de ver. Examinó mi cuerpo y comprobó las marcas que me habia dejado Lidia.

 

-¿Le has dado de lo lindo no?-

 

- Vaya, y no sabes lo bien que se ha portado esta puta. - otra bofetada cruzó mi cara - Y no sabes lo que me gusta darle fuerte. Hazme el favor, ya que estas aquí y descuelgaló.

 

Tan pronto me descolgó pude notar el peso de mis brazos cansados. Pero apenastuvee tiempo de descansar.

 

- Mi putita tiene el culo roto, pero no la boca rota. ¿Jorge, me haces los honores de follarte su boca?-

 

Jorge que estaba dispuesto a todo siempre y no dudó en “ayudarla” esta vez.  Me pusieron a cuatro patas encima de la cama, Jorge delante, Lidia detrás.

 

Se sacó la polla, aun medio floja y me la metió en directamente en la polla. Pude notar cierto sabor a coño. Seguramente se acababa de follar a alguien .. ¿pero a quien? su polla creció rápido dentro de mi boca. Me cogió la cabeza y poco a poco empezó a follarme la boca. Alguna ocasión me provocaba alguna arcada ya que me la metía hasta el final de mi boca.

 

Lidia en cambio empezó a utilizar otra vez la fusta. Cada pocas folladas esta me azotaba el culo. Jorge se reia cada vez que esta lo hacia.

 

Siguieron un rato más pero Jorge no se corría.

Esta en cambio azotaba cada vez con más fuerza y con más rapidez. Hasta que al parecer tuvo una idea.

 

Empeze a notar como esta sacaba el plug que tenía en mi culo, Noté como mi esfínter se abría otra vez para dejar paso al plug.

 

Mi gemido no pasó desapercibido, Jorge aprovecho para meterme la polla entera en la boca intentar hacerme una garganta profunda. Lo queprovocóó en mi una super arcada llenándole toda la polla de babas.

 

Lidia seguía estirando del plug hasta que por fin el reborde de mi culo dejó paso libre, en ese momento sentí mi culo vacio, abierto e indefenso. Dolorido pero con placer. Mucho placer.

 

La mano de Lidia  bien lubricadaempezóo a deslizarse dentro de mi. Cuatro dedos entraban perfectamente gracias a que mi culo ya estaba dilatado. El quinto dedo no fue algodiferente. Esta juntó los dedos en forma de punta y girando para conseguir un buen angulo fue deslizando su mano dentro de mi recto.

 

Jorge que vió la escena dejó mi boca libre y se dirigió a disfrutar del panorama.

Mi boca chorreaba placer, jadeos, gemidos y mucha saliva que resbalaba de mi boca en hilillos.

 

Un empujoncito más y entró.Tenía la mano de mi mujer metida en el culo. Notaba como ella movia los dedos dentro de mi. Tenia metida hasta la muñeca. Empezó a abrir y a cerrar los dedos dentro y a hacer movimientos en círculos.

Aunque el diámetro de la mano de Lidia era algo más pequeño que el plug el placer que me producía ella era infinitamente superior.

 

Esto ya pudo conmigo. Oleadas de placer invadian mi cuerpo. Movía el culo como mueven las reggetoneras cuando bailan.

 

- Jorge, terminale la boca anda - Dijo Lidia

Jorge se había olvidado de mi boca. Pero regresó y con fuerza.

Estaba empalado por dos sitios. Y mientras Lidia me follaba el culo con su mano, viendo cual era el límite al cual podía meterla, Jorge hacía que le comiera la polla.

 

Esté no tardó en correrse dentro de mi boca y no la sacó hasta que como pude, me tragué lo que me ofreció. Noté que soltó muy poca cantidad de semen y a decir verdad, me quedé con las ganas de más.

 

Lidia tardó poco más en dejar de jugar con mi culo. Se levantó y se puso a la altura de mi cara. Me la levantó con la mano que había usado para abrirme el culo dejándome la cara llena de lubricante.

 

- Ves putita, así es como tienes que portarte siempre-

Se dio la vuelta en redondo dirigiéndose a Jorge.

 

- ¿Y tu? Dónde te habías metido, no tenías algo importante que contarnos?