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El Salón De Las Ataduras

en Zoofilia

Aun estaba masticando el ultimo bocado de la tostada cuando Lucia se acerco a mi, yo la miraba, veía una vez mas el reflejo de la perversión que también se hacia con su rostro, coló sus manos por debajo de mis caderas y tiro del culot rosa de finos encajes que cubrían mis vergüenzas mas suaves, ¿que haces loca le dije aun con la boca llena, masticando los últimos suspiros de mi tostada, una vez mas me mando a callar con sus frecuentes shuuuuuuuu, tienes revisión con la doctora Lucia me dijo, eso hizo arrancar mi corazón. Una noche mas estábamos en mi habitación, la habitación confidente que tantas cosas había visto y tantos secretos guardaba.

Doctora Lucia ¿me va a doler? Pregunte con risa picarona, nerviosa, escupiendo las mariposas que brotaban de mi estomago, ella no respondió nada, mi prenda intima ya había volado lo mas lejos que pudo de los dos cuerpos, sus manos se colaron por debajo de mis vestido agarrando mis caderas, un tirón brusco que justo dejo mis nalgas al borde del precipicio de aquella ancha butaca de escritorio que usaba en mis tarde de estudio. Mi espalda había resbalado por el respaldo de cuero de aquel trono pero aun quedaba pegado a el, suavemente, subió mis rodillas apoyando los talones junto a mis nalgas al borde del abismo. Una vez mas hay estaba, expuesta, abierta al mundo, abierta a Lucia y sus perversiones, pensé en que tal vez jugaría un poco con los adornos de mi cuerpos pero no tarde en sentir un dedo deslizándose en mis entrañas, resople un leve gemido, mis ojos se apagaron tras mis parados, el dedo volvió al mundo para seguidamente volver ahogarse en mi interior, tras otro suave gemido le pregunte a mi doctora si estaba todo bien, ella me respondió que tenia que mirar mas a fondo, esta vez fueron dos los dedos que me invadieron, salieron de mi para volver a entrar hasta lo mas hondo que podían llegar haciendo saltar mi espalda.

Abrí mis ojos y vi los de Lucy clavados en mi, nuestra mirada se mezclaron y solo los aparte para confirmar lo que vi, un tercer dedo se quería hacer camino, Lucia termino de girarlo y cuando entro me hizo dar un pequeño espasmos, un gemido algo mas sonoro. -doctora que me vas hacer??? de nuevo el shuuuuuuu lleno mis oídos, entonces vi que miraba la mantequilla que aun seguía abierta encima de la mesa, sus tres dedos salieron de mi com mucha prisa y los mismo dedos que penetraban fueron directos a la mantequilla, escarbo en la tarrina y saco mucho mas de lo que habíamos untado en las tostada de aquella merienda que nos habían quitado el hambre, - que haces Lucia??? le pregunte inquieta, mis padres están al llegar... ella me contesto con su mirada perversa, penetrante y cuando mis ojos aun seguían perdidos en los suyos sentí como la enrome cantidad se untaba en mi, como el calor de mi rasurada vagina la fundía antes de tocarla, me embadurno por fuera y aun seguía tendiendo una buena cantidad en sus dedos cuando de nuevo se perdieron en mi interior.

Sus dedos habían entrado embadurnados en mi interior pero salieron limpios, lo mas cálido de mi había sabio guardar hasta la ultima gota, sentía la textura extraña en mi cuando de nuevo se perdieron en mi sus tres dedos, esta vez entraban suaves y rápidos.

El corazón me latía a mil, unos de mis brazos se apoyaba en mi rodilla dejando la mano colgando en el vació, con mi otra mano pellizcaba mis pequeños pero firmes pechos a través del fino vestido, vi a Lucy mirando sus cinco dedos juntos uno con los otros, dedos brillosos embadurnados de todo ¿que vas a hacer Lucy? dije con voz entre cortada, y intentando proteger mi cuerpo de la Doctora pervertida, ella me miro, y miro la puerta de mi paraíso, con cuidada introdujo la punta de sus cuatro dedos en mi, yo solo dije Noooo, cuando note la embestida, de su primer empujo había llegado hasta sus nudillos, los saco para hacer lo mismo dos veces mas. Mi gemidos ya sonaban vi que me liberaba para untarse su mano entera con la cariñosa mantequilla, - Sentirás como cuando curro te tiene atada dijo, cuando de nuevo sus dedos se arrimaron a mi, su otra mano la puso en mi bajo vientre, estaba de rodillas en el suelo, cuando todo su cuerpo se abalanzo sobre mi incluida su mando, esta vez sus nudillos se urdieron en mi, mi mano abandono rápido mis pechos para agarrar su muñeca, la muñeca de aquella mano que tan valiente estaba siendo, mi - Lucy no no no noooo se interrumpio por un gemido de los que retumban en la garganta, brotó de mi, fue largo y ronco, su mano se detuvo cuando su dedo pulgar que era el único que quedaba fuera beso mi critoris, su mirada con sus cejas apretadas se clavaron en mi, mi rostro que debía ser similar, notaba como mis cejas apretaban mis ojos, como mi boca cogía menos aire del que debía.

Tras una leve pausa volvió la presión, mire la mano invasora y vi como suavemente, el dedo pulgar se doblaba buscando a sus cuatros fieles compañeros que guardaba en mi interior, mis ojos se cerraron, mi cabeza miro al cielo cuando notaba como muy lentamente la mano de lucia se introducía en mi, mi mano seguía apretando su muñeca mis uñas se clavaban en ella, cuando notaba el leve movimiento hacia a mi, muy despacio pero con la fuerza de un tren imparable, mi boca con los labios casi cerrado dejo la habitación sin aire, mi espalda se intento pegar al sillón huyendo de aquel castigo que me estaba aplicando mi Lucy, hasta que otro llanto de sirenabrotódescontrolado de mi cuando note como mi vagina se abría para llenarsecon la mano de mi querida torturadora, me entro hasta lo profundo de mi y mi vagina se cerro en su muñeca, empece a resoplar a coger aire y a soltarlo de forma apresurada luchando por no perder el conocimiento, mi cabeza se tiro hacia atrás, mi barbilla miraba al cielo, mi garganta jadeaba en una boca abierta.

Mi mano soltó la muñeca de Lucy, y la dejo a su merced, cuando la abrí solo veía brillar como el sol aquella lampara que nos veía asustada desde el techo, mi cuello se fue enderezando poco a poco, mis ojos por fin llegaron a la fina pulsera de tela de colores que colgaba de la muñeca de la torturadora, era lo único que se veía, el resto estaba en mi, era cierto, notaba como tantas veces había notado el nudo de Curro abrazándose en mi interior, capturándome, haciéndome presa de el, esta vez era presa de ella, mis caderas se iban con ella cuando tiraba de su mano hacia fuera, y mis uñas se clavaban en su muñeca cuando notaba la embestida de Lucy intentando frenar el avance.

Lucia comenzó a bailar en mi interior, estaba llegando tan adentro como nunca había llegado, notaba sus dedos donde ya duele pero el placer era mayor, salió de mi para volver a entrar ya mas cómoda, entro una vez mas ya me hacia chillar, gritar, incluso arranco de mi alguna palabra mal sonante, una vez mas salió me sentí liberada para volverme a capturar cuando llego de nuevo hasta mis entrañas hizo estallar en un inmenso orgasmo, note como mi vagina apretaba su puño, su puño que escapo de mi y al salir una inmensa cantidad de todo salió de mi interior, el plofff una vez mas me recodo a mi amante canino. Mi cuerpo temblaba, mi respiración no respiraba y un chorro de placer inundo a mi Lucia, por fin volví a respirar, cogí tanto aire como pude retumbando la forma en la que aspire, para retumbar aun mas la forma en la que expulse. es aire que tanto necesitaba que por fin me dio la posibilidad de descargar un tremendo gemido que asustaría hasta el mas valiente, mi cuerpo temblaba, mis rodillas chocaban entre ella en pequeños espasmos, por fin vi a Lucia empapada de mi, de la esencia que ella había sabido sacar de mi cuerpo, ella estaba disfrutando, con una boca entre abierta dejando ver sus perfectos dientes blancos, su mirada no la olvidare, perversa, profunda, sucia, sus dos manos separaron mis rodillas y moviéndose como la gata mas sigilosa me beso en lo que antes llenaba, sentí sus labios y la punta de su lengua en aquel beso de despedida, -todavía quema, escuche mientras se levantaba de allí, yo aun seguía recuperando el aliento, recuperando la vida, derrumbada en aquel trono pegajoso de sudor y de placer, me mire lo que me ardía, mire a lucia como se secaba de su rostro los restos de mi, secándola con su camiseta que también había recibido su parte como limpiaba sus manos impregnadas de mi.

Te toca limpiar, escuche mientras vi como se dirigía al baño, mis pies que habían retumbado en el mundo al precipitarse al suelo desde aquel potro de placer. Captaron su mirada, con voz temblorosa y un intento de sonrisa acerté a decir -si siii, yo limpio. Que menos podía hacer, en cuanto fuera capaz de ponerme en pie, sin temblar, borraría las huellas de la consulta a domicilio doctora Lucy.

Pasaron unos días y Lucia me empezaba asustar, en su mirada cada vez veía mas perversión poco quedaba del inocencia, y pensar que yo fui la que le enseño algunos secretos, pero esos secreto la estaban obsesionando perdió contacto con casi todo el mundo, solo me buscaba a mi y a Curro, o eso pensaba yo hasta que sonó la puerta.

Había pasado una semana desde aquel masaje de mantequilla, durante esa semana poco habíamos quedado y aun menos habíamos disfrutado la una de la otra, pero un nuevo finde de pecado surgió, mis padres se iban el viernes y no volvería hasta el domingo, al igual que mi hermana que estaba de vacaciones. El plan era disfrutar de Curro, y de nosotras mismas, pero los planes siempre planean cosas diferentes al propio plan, en este caso planeo a Lucy.

Curro ya estaba preparado, un baño a conciencia lo había dejado para un anuncio, y un cepillado para un concurso, mucho me costo aguantar la tentación de convertirme en la perra de mi animal cuando escuche la cariñosa despedida de mis padres, -ser buenas... dijo mi padre refiriéndose a Lucy y a mi, nunca podría imaginar lo buenas que éramos. Pero el trato era esperar a Lucy, y así también esperar unas horas de margen, lo suficiente para llamar a mis padres al móvil con alguna excusa tonta y asegurarme que estaban lejos como para no escuchar nuestros gemidos.

Por fin sonó la puerta, casi llego de un salto pero el salto me lo dieron a mi cuando abrí, un precioso pastor alemán inmenso se abalanzo sobre mi, era un joven que parecía mas un caballo que un perro, Lucy que es estoooooo????? me apresure a preguntar, es un amigo nuevo. Yo no salía de mi asombro, enserio te lo vas a tirar???? me salió con total naturalidad, ella respondió que era para las dos, y yo rápido le negué con la cabeza, ni de coña Lucy, no quiero acabar en una silla de ruedas, respondí mientras miraba aquella bestia que no paraba de correr para un lado y para otro, era precioso, fuerte, unas patas inmensa y un pelaje largo canela y negro. Como se llama??? de donde lo has sacado??? te lo vas a tirarrrrr??? hacia tosas esas preguntas si dejar tiempo a responder si quiera, Lucia se reía, y de forma rápida también respondió rápido a todas mis preguntas, se llama Yago, es de mis tíos, están de viaje y yo lo cuido, en cuanto me quites la ropa me lo tiro... diossss, pensé, esta decidida, me beso regañándome de aun no haberle dado ese saludo antes.

Yago y Curro no tardaron en hacerse amigos, supongo que Currito le explicaría en su idioma la fiesta que tenían por delante. Yo seguía nerviosa, frenética, no paraba de decir Lucy estas loca tia... te va ha reventar, yo intentaba imaginar que clase de verga tendría, solo veía su forro cubierto de pelaje pero se adivinaba que tendría una buena barra de placer, al igual que sus zarpas mas propia de un león que de un perro.

Colgué el móvil, había llamado a mi madre con las excusa tonta de que no encontraba una falda que estaba en el tercer cajón de mi armario, pero por fin escuche lo que quería, -nosotros ya estamos aquí, el viaje de unas 6 horas había terminado, al igual que mi celibato de una semana y 6 horas. Yo estaba en el salón, y Lucy venia con una botella de agua de la cocina, nos hará falta dijo, no se equivocaría. Lucy llevaba una camiseta ajustada, y nos vaqueros piratas, mas ceñidos aun, yo sin embargo estaba monisma de la muerte, un pijama algo descolorido ancho y cómodo como ninguno, pero que tenia cierto encanto. Nos acercamos y muy despacio juntamos nuestros labios, me encantaba su aliento, sentirlo en mi boca en mi cuerpo, un beso mezclo nuestras leguas y unas manos se colaron por debajo de la parte de arriba del horrible pijama, subieron lentamente por mi cintura recorriendo mi suaves curvas hasta llegar a mis pechos, mi corazón ya latía de mas cuando sus dedos tocaron mis pezones duros como piedras, -vas muy fresca dijo, se refería a que no tenia sujetador puesto, entonces con una mano abrí el elástico de mi pantalón y con la otra lleve su mano hasta un refugio secreto, tampoco tenia ropa interior abajo, me había depilado a conciencia, y después del baño solo me puse el pijama sin nada que estorbara debajo, sus ojos que no se habían apartado de los míos mientras la llevaba de paseo por mi cuerpo se abrieron de par en par al palpar lo fácil que era hacerme cosquillas, la palma de su mano abrazo mi vulva, y mi cuerpo empezó a pesar mas, y mas cuando uno de sus dedos se coló entre la brecha de mi cuerpo, ni siquiera llego a penetrarme pero su dedo recogió lo que mi cuerpo estaba preparando, subió su mano y limpio su dedo impregnado de mi en mi boca, mientras me decía en voz baja ves que bien sabes.

Me deshice rápido de su camiseta, y mis manos se colaron por su plano vientre para desabrochar sus vaqueros, tire de los botones hasta que se podía ver los encajes de un braguitas amarillas, ummmmm pensé, la tire al sofá y la deje sin nada que la protegiera, solo el sujetador negro que ella sin levantarse del sofá apresuro a soltarse, yo también me despoje de mi pijama, Lucy se levanto de un salto, - voy a por Curro, dijo, las dos bestias estaban fuera, solo a Curroooo dije yo en voz alta mientras la perdía de vista, hay iba un cuerpo precioso, desnudo, con sus firmes pechos. Se recogía el pelo mientras me miro antes de doblar la esquina con una sonrisa traviesa, sabia perfectamente que esa sonrisa era que no vendría solo Curro.

Lo escuchaba antes de llegar y sabia que no era Curro, - no no no no Lucyyyyy... dije ella se reía y poniéndome el dedo en la boca me dijo primero yo. Yago no nos echaba mucha cuenta, no dejaba de olerlo todo a pesar que todo debia oler a nuestro sexo rezumando celo, pero el no paraba de ir a la cocina y volver, nervioso y agitado, mis ojos no paraban de buscarlo y Lucy me dijo - olvidale, ya nos encontrara... yo estaba recostada en el cheslong del sofá, Lucia encima mía mezclando nuestros pechos mezclando nuestras lenguas, hasta que un gemido de Lucy retumbo en boca, seguimos si separar nuestros labios, y otro gemido mas entro por mi garganta, giramos la cabeza y vi como Yago, había encontrado el tesoro de Lucy, -joderrr que lenguaaaa tiene Clauu, susurro Lucy mezclando con otro leve gemido.

Se giro y quedo boca arriba junto a mi, con su espalda apoyada en en sofá y sus piernas abiertas de par en par, yo me incorpore un poco para ver lo que Yago degustaba, sabia de primera mano lo bueno que estaba, y si que le gustaba ya que había conseguido tener entretenido a aquel inquieto perro, Lucy ya apretaba sus piernas encerrando el hocico del animal en cada lamida entre sus piernas, sus manos se habían aferrado a sus pechos, y sus gemidos sonaban dulces, y preciosos junto a su risas nerviosas, dos de mis dedos se colaron entre la lengua de Yago y el volcán de Lucy, separe lo suficiente los pequeños labios de la princesa para que la lengua de Yago llegara hasta donde te hace arquear la espalda, sus manos apretaron mas fuerte sus pechos y sus gemidos también subieron. Es movimiento de cintura, ese gemido, me hizo lanzarme sobre su boca, la bese hasta que me aparto mientras retomaba el aliento de forma desesperada, me agarro de los hombros y me tiro con desprecio quedando yo boca arriba, su boca volvió con la mía, pero sin llegar a besarme solo resoplaba de forma descontroladas, soplidos rápidos jadeos acelerados, yo le mire sus ojos que estaba apretados por las cejas, -te estas corriendo viva!!! susurre acompañado de una sonrisa, ella soltó una leve carcajada seguidamente cerro sus ojos y se desplomo sobre mi pecho unos segundos, tras un ufffffffff, volvió a levantar su cabeza, la coleta que se habia echo poco quedaba de ella y solo se limito a responder mi afirmacion, dijo ya lo creo Clau ya lo creo... sus ojos volvían a estar normales su rostro algo brillos por el sudor, y sus alborotaos pelos ya decian que la fiesta había empezado.

Se levanto de aquel sofá que nos recogía, se estiro lo mas que pudo y sus brazos se arquearon hasta que sus manos recogían su melena, se estaba preparando para la guerra, mi cuerpo acelerado seguía tumbado allí, cerca de ella, contemplando aquella bella escultura, veía su rostro clavado en mi, sus labios carnosos mordiendo la gomilla que sujetaría su pelo, esos pechos firmes con sus preciosos pezones rosados, seguí bajando viendo su vientre plano, con aquel fino piercing en el ombligo, sus leves caderas eran perfectas, los suficiente para darle forma de mujer sin alejarse mucho la una de la otra, y en lo mas húmedo me quede, lo tenia delante de mi, tenia aquel monte de Venus depilado y suave como siempre lo había visto, podía ver sus delgadas piernas abrazando aquella parte que tantas veces había visto llenar por Currito, que tantas veces había saboreado, que tantas veces me había quitado la sed, sus labios mayores no sobresalían de la raja que tantas veces le ardía a mi querida Lucy, pero sabia que estaban hay, no hacia tanto que los había abierto para que Yago lo disfrutara, y ya lo debía echar de menos porque de la nada dio un salto que casi la tira al suelo. Lucy volvió a esquiva a la bestia, yo seguía como espectadora pero ya me preguntaba si ese perro conocía la carne humana, mis experiencias se limitaban a mi Curro pero Yago parecía que sabia lo que buscaba. Lucy termino por fin de recoger su pelo, su recogido no pasaría a la historia por se de los mejores precisamente pero cumplía su función, solo un mechon de pelo le quedaba acariciando su rostro. Yago totalmente inquieto no paraba de salta sobre Lucia, hasta que la derribo, pero el pobre Yago no se orientaba bien, se subia y se bajaba torturándonos a las dos, se subió por el lado correcto pero ahora fue Lucy la que no pudo aguantar la postura y Yago se volvió a bajar. Yo jugaba con mi cuerpo expectante, ardiendo en mi cuerpo, hasta que escuche el cuerpo de lucia, un tremendo AaaaaaaaAAA inundo mis oídos, allí estaba a cuatro patas como una buena perra, Yago había acertado y ya tenia ensartada a su presa, la embestida de la bestia hizo despegar los pies del suelo, se veía la tensión en cada milímetro de de cuerpo de aquella princesa, con las enormes y peludas zarpas abrazando su delgada cintura. La preciosa tobillera de plata que le había regalado hacia unos días volaba es su tobillo al va y ven de Yago. Los movimientos eran mas fuertes que los que Curro nos daba, era menos cuidadoso al igual que los quejidos de Lucy también me lo decían, que la bestia era aun mas bestia.

No veía su cara que esta aplastada en el suelo, pero por su sonidos me lo decía todo, las palmas de su manos se agarraban al suelo, como si intentara clavar sus uñas en el. Yago ya descansaba sobre su perra, sus bravas embestidas habían cesado y ahora debía estar descargando todo su ser en el interior de mi princesa, llenándola. Yo para ese momento había rozado cada centímetro de mi cuerpo mis pezones erectos hacia una idea de el deseo de mi cuerpo, quería estar igual que mi Lucy, llena de bestia, atada, y de un salto fui corriendo a por mi Currito, el ya sabia lo que le esperaba y se apresuro a entrar y mientras iba olfateando en mi cuerpo lo que se debía poder oler a kilómetros fuimos al salón.

En otro momento habría jugado con mi animal como tantas veces hacia pero ese día no podía mas, lo quería dentro, quería que me destrozara, así que no tarde en tirarme al suelo y curro tardo menos en subirse, al igual que mi mano tardo menos en colarse entre mis piernas y buscar lo que todavía quedaba en la funda de mi amante, lo oriente a lo que mojaba mis piernas y el solo dio el leve empujón que pensé que me patria en dos, mi mano volvió junto a la otra a sostener mi cuerpo, pero curro se salió y me abandono... si el sonido que arranco de mi garganta había sido ronco el gemido de rencor fue obsceno. - joderrrr Curroooo, mire su verga y apenas habia crecido antes de salir, despues mire a Lucy, ya si podía ver su rostro su cara seguía aplastada contra el suelo pero había girado su cuello, sus ojos estaban llorosos sus cejas una vez mas aplastaban su mirada.

Yo seguía allí hipnotizada mis codos se apoyaban en el suelo mis puños cerrados y mis rodillas ya algo doloridas me dejaban a la altura perfecta para mi bestia que tan cruel estaba siendo, hasta que una vez mas note como me montaba, como colocaba sus zarpas en mis caderas no me dio tiempo a colar mi mano entre mis piernas para buscar su vara de castigo cuando note como sus garras tiraron de mi hacia el y como el empujo con toda su esencia y bravura, note lo que me atravesó el cuerpo mi cabeza se tiro hacia atrás ya comenzaba el bombeo, el sonido que me hacia suya, comenzó a inflarse en mi interior llenándome derramando todo su ser en mi, yo gemía mis párpados no querían que la luz le diera a mis ojos asta que mi cuerpo se aflojo justo cuando las embestidas de castigador cesaron, pero estaba atada a el, note que mi cuello se rendía y mi cabeza se caía quedando colgada entre mis brazos, note las flojera de mis piernas, y mi respiración descontrolada, no había duda me había echo explotar a la vez que el seguía explotando en mi interior, notaba como las palpitaciones de su verga vaciaban todo su ser en mi, mis gemidos ya algo mas suaves alimentaban mi cuerpo de aire y el cansancio de mi cuerpo me hizo adoptar la misma postura que Lucy, deje mis palmas abiertas y mi rostro apoyado en el suelo, hay estábamos las dos enganchadas al placer, enganchadas a la pasión que nuestras bestias nos daban, a unos escasos tres metros la una de la otra, llenándonos de las esencias de nuestros machos.

Vi como Yago se giraba sobre mi Lucy, y eso la hizo aguantar hasta la respiración mientras sus manos agarraban a la bestia de sus cuartos traseros intentando que no moviera lo que tenia clavado en las entrañas de la joven, al final se volvió a quedar quieto, esta vez culo con culo, yo también seguía atada pero notaba como Currito ya querida despojarse de su hembra, el ya daba la faena por terminada y no se equivocaba, su hembra ya había quedado cubierta, y así fue cuando una de sus patas traseras consiguió subirse en mi nalga y aplico la fuerza suficiente como para que el plof de su nudo sonara al salir de mi, acompañado de un gemido insonoro y después uno muy sonoro, quede rendida un cuerpo sin fuerza lleno de pasión canina, Currito se apresuro a limpiar lo que había sacado de mi para después limpiar lo que había dejado en mi, esa finas lamidas recogiendo su esencia me hizo estallar de nuevo, justo cuando Lucy comenzó a jadear mire hacia ella y justo antes de que el orgasmo de mi cuerpo cerrara mis ojos vi como Lucy había soltado una de las patas de la bestia y a pesar de sus intentos no llegaba a agarrarla de nuevo, Yago tiraba y la libertad le llego un tremendo desgarrador chillido de la niña traviesa lleno el mundo, vi la bola de aquella bestia y una verga que nunca terminaba de salir, los ojos se me cerraron y mi vagina estallo en la boca de mi Curro notaba como salía de mi todo, cuando abrí los ojos vi a Lucy derrumbada en el suelo, temblorosa y ahogada en un charco de placer, volví a ver la verga de aquel animal y era impresionante, todo se oscureció de nuevo cuando mis ojos se apagaron.

Aparte la lengua de curro de lo que tenia tan sensible que sentía hasta el aire que rozaba causaba dolor, intentaba volver a recuperar la compostura y miraba como Lucia tardaría en volver a levantarse, poco a poco fue capaz de sentarse sobre el suelo, tenia la cara de no haber dormido en mil años y no acordarse ni de como se llamaba, - Lucy estas bien??? le pregunte ella si mirarme asintió con la cabeza, y encontró la vista que tenia perdida, separo sus piernas y se arqueo como para verse lo que seguía manando ríos de esperma canino, con suavidad se toco y con una risa picara y en voz baja mi dijo – Clau me duele un montonnnn, a la vez que agitaba la mano y miraba por el salón buscando no se que, con la cara que pones cuando le das una patada a la pata de la cama con el pie descalzo, yo solté una carcajada y dije – no te va a doler??? has visto lo que te has metido??? Yango ya había guardado su virtudes pero a Lucy no le hacia falta verlo lo había sentido mejor que nadie.

Cuando por fin pudimos andar, algunas mas derechas que otras jajajajja, limpiamos y borramos las huellas del delito, ese solo era el primer día del fin de semana que se presentaba duro, lo de Yago había ido mejor de lo que esperaba ya que cuando lo vi me imagine llamando a los bomberos para soltarlo de Lucy, pero no hizo falta, eso si tal vez un cardiólogo no habría venido mal, el corazón se volvió a disparar cuando Lucy entre besos, me susurro esta noche probaras tu a Yago.

Muchas gracias por vuestros comentarios, espero que disfrutáis tanto leyendo este relato como yo recordándolo. Besos.