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Una nueva amiga.

en Sexo Anal

Aquella tarde había quedado como tantas otras veces con un grupo de amigos, todos interesados en el BDSM, para charlar, tomar un par de cervezas y reirnos un rato, nada realmente apasionante. Aquella tarde vino Ángela, una chica sumisa que no conocia, era de pelo castaño, nariz respingona y unos ojos que denotaban simpatia y desparpajo. Pasamos la tarde entre risas y no se como ella y yo congeniamos, nos caimos simpáticos. Cuando llegó la hora de despedirnos, ambos nos quedamos con ganas de más. Pero ninguno de los dos teníamos tiempo para más.

 

Al dia siguiente, decidí invitarla a casa a cenar, sería la ocasión de seducirla y hacerla mía, así que quedamos a las 21:00 horas en mi casa.

 

Justo a las 21:00 horas en punto, sonó el timbre de mi casa, abrí la puerta y cuando la vi, me quede sorprendidisimo, Ángela  venia espectacular, su pelo perfectamente peinado sobre sus hombros, un vestido negro a medio muslo con escote palabra de honor, y unos stiletto rojos con un tacón que minimo media 10 cm.

 

La hice pasar, y serví un par de copas de un buen vino, para tomarlas mientras se hacia la cena, las cuales bebimos entre charla, risas y miradas complices, los dos sabiamos cual era el fin ultimo de aquella cena... Pasamos a la mesa y empezamos a cenar un rico solomillo con salsa roquefort, regado con el mismo vino que habiamos tomado antes de la cena. En ese momento, metí mi mano por debajo de la mesa y empece a acariciar uno de sus muslos, y entre el tacto de sus medias, y el de la seda del vestido, empece a calentarme ya en demasía. Ella sonreía y se dejaba hacer, lo cual me ponia mas caliente todavia. Cuando terminamos de cenar, yo ya no podia más, asi que me levante, se levanto ella, y la cogi de su pelo, estirando fuertemente de el -- ¿Vas a ser una putita buena y me vas a hacer caso verdad? -- Si, soy suya para lo que necesite-- contestó.

 

Entonces la llevé al medio del salón, donde la puse con las piernas abiertas y los brazos en cruz, a que esperase (me encanta hacer esperar a las sumisas, cuando ya saben por donde van los derroteros, hace que se calienten muchisimo más, pensando en lo que vendrá a continuación) Mientras tanto fui al baño, y me di una larga y relajante ducha, excitado por lo que tenia en el salón. Cuando volví al salón lo hice desnudo y con mi verga totalmente erecta de lo cachondisimo que estaba. Me pare justo detrás suya, y rodeandola agarre sus pechos por encima del vestido mientras le hechaba el aliento en su nuca. Noté como se le erizaba el vello. Poco a poco y en completo silencio le iba bajando la cremallera de su vestido. Cuando terminé, y sin permitir que ella bajara los brazos, que ya le debian doler bastante de mantenerlos en cruz tanto tiempo, le di una vuelta completa admirando tanto las curvas y la vuluoptusidad de su cuerpo como la increible lenceria roja (tanga y sujetador a juego) de raso y encaje que llevaba, erea realmente una mujer espectacular.

 

Mientras iba al dormitorio a por un vibrador y otros juguetitos para jugar con ella, le dije que fuese quitandose el sujetador y el tanga, y se tumbase en el sofá. Cuando volví estaba tumbada en el sofá, solo con las medias puestas, se habia quitado los zapatos. La mire fijamente con mirada severa, ella me miró con miedo, sabiendo que algo habia hecho mal. Cojiendola del pelo y con voz autoritaria, pero sin gritar, le dije: --Eres una zorra mala, levanta puta. La levanté y la obligué a apoyar las manos en la pared y bajarlas hasta que su cuerpo quedó paralelo al suelo, asi tendría el culo bien hacia afuera y tendriá buen acceso a el.

 

Volví al dormitorio a por mi fusta la cual iba a usar por primera vez, llegué al dormitorio, fusta en mano, le pregunte: -- A ver zorra, dime un numero del 20 al 40, vas a ser castigada, una buena puta no se quita nunca los tacones, ni siquiera para el sexo. -- Si señor, no volverá a pasar-- contestó. -- El 25 señor.

-- Vale, empieza a contar, y no te equivoques, porque si no, volveré a empezar.

 

Empece a descargar fustazos en su culo, variando en intensidad, y en ritmo. 1... 2... 3... 4... iba diciendo Ángela, cada vez mas dolorida, pero a la vez mas excitada, estaba demostrandome lo buena sumisa que es, le dolía si, y sufria si, pero ese dolor y ese sifrimiento le excitaba, y eso se notaba. 12... 13... 14... a Ángela cada vez le costaba más seguir la cuenta y entre fustazo y  fustazo se le escapaba algun gemido. En ese momento le acaricie el coño, ante lo cual ella reaccionó con un gemido en toda regla, estaba chorreando, estaba disfrutando de su castigo, de su sufrimiento... Que gran Sumisa era... 23... 24... 25... justo después del   ultimo fustazo, estalló en un gran orgasmo que la dejo temblando.

 

Después, la abrazé, la tranquilicé, bese sus preciosos labios y le dije que me habia encantado, que lo habia hecho genial. Entonces la arrodillé suavemente, y hice que me la chupara, hasta que me corrí en su boca, y se lo tragó todito. Habia sido una mamada espectacular. Que hembra, dios mio, que hembra!!!

 

Volvi a abrazarla y le pregunté: ¿Qué Ángela, te animas a ser mi sumisa? -- Por supuesto contestó.

 

Si quereis contactar conmigo, podeis hacerlo en [email protected]

P.D. Se aceptan sumisas.